Opo Flashes

Tras las FAQ`S, los Casos Cortos de STI y los Pequeños Modelos, estreno otra sección mini de mi blog: Los Opo Flashes.

Ya he escrito de casi todo lo que se podía escribir sobre mi experiencia opositora y creo que me han hecho todas las preguntas que se podían hacer, pero aún salen pequeñas cosas, dudas, anécdotas, recuerdos, que se merecen su lugarcito en este blog. Fogonazos, destellos, flashes sobre la oposición. Teoría, práctica, experiencia y hasta pruebas de la manta, si se tercia.

¡Levantamos el telón¡

Opo Flashes

¿17 horas “efectivas” de estudio al día?

17 horas dia estudiando

“En época de examen, ¿cuántas horas efectivas de estudio hacías? Algunos hablan de hasta 17 horas. La verdad es que me parece bastante increíble esa cifra, sobre todo porque no sé de dónde se sacan tantas horas. Yo estoy en modo examen (aunque se ha parado todo por el coronavirus) y como mucho consigo hacer 13 horas. ¿La gente suele mentir para bajar los ánimos a los compañeros? ¿Tu cuántas horas hacías en modo examen?”

Tengo dos entradas sobre compañerismo que puede que ya hayas leído. Esta y esta.

Yo diría que sobre 14 horas es lo máximo que llegué a estudiar. ¿Efectivas? Bueno, no sé que entiendes por efectivas, pero sí, para mi, sí, completamente efectivas (¡a muerte¡). Estudiando sin parar y a toda pastilla. Máximo rendimiento. Supongo que habrá quien pueda sacar más, pero mi creencia es que puede haber bastante exageración o redondeos muy alza. ¿Bajar los ánimos …? Yo ya me creo cualquier cosa, aunque eso lo digo ahora. Creo que hace 30 años (se cumplirán el año que viene) no hubiera dicho, ni siquiera pensado, lo mismo. Me parece raro que alguien tenga tiempo para hacer ese tipo de cosas, aunque, por supuesto, hay gente muy retorcida.

“Ahora que se retrasan las oposiciones, ¿crees que seguir así hasta Septiembre y luego, si apruebo, hasta Febrero me podría quemar?

Septiembre está muy lejos todavía. Un esfuerzo sostenido tan largo creo no será bueno … sobre todo si no apruebas en esta convocatoria. No quiero ser agorero, pero el sobresfuerzo se puede pagar a la siguiente … No sé, quizá podrías echar un poco el freno …

“Creo que tienes razón y tengo que bajar el ritmo, pero no quiero ser de las que digan: me ha faltado una semana (aunque, según he oído, a todos – o muchos, vaya-,  los opositores que suspenden siempre les falta una semana). Me da un poco de vértigo. Pero supongo que tengo que confiar en el trabajo hecho”.

Sí, es cierto, en la inmensa mayoría de casos un poco más de tiempo viene bien, pero, ojo, a los que aprueban les pasa lo mismo, solo que no lo suelen decirlo. No vas a encontrar a muchos que como yo digan que tuvieron suerte en un examen, aunque después de aquel día de la suerte aún me quedaban cuatro años de oposición. Efectivamente, como decía MAC: LOS TEMAS LOS TIENES EN LA CABEZA.

“No llevo mucho tiempo en la oposición. No llega a los dos años. Estoy muy contenta con mi preparador. Creo que me tiene cogida la medida”.

Ojalá tengas siempre esa impresión. Yo fui crítico con MAC durante años. Ahora veo que sin su comprensión y a pesar de los errores cometidos fue, con su paciencia, fundamental en mi éxito.

“Con esto te quiero decir que voy con el tiempo justo, aunque he crecido muchísimo en este último tiempo. No quiero bajar el ritmo porque a vueltas más cortas, más fresco tienes el temario y menos cuesta. No sé, me parece muy difícil acertar con tanta incertidumbre”. 

Piensa que antes no sabíamos ni cuando saldría la convocatoria. Todo era mucho más improvisado y anárquico. Tal vez te sirva de consuelo pensarlo.

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¿Aprobar pero quedarse fuera de plaza en notarías?

 

Me manda una opositora este vídeo y me pregunta que qué me parece. Le digo que espero que no esté pensando en matar a alguien y la enlazo con esta entrada (inspirada en hecho reales) del blog notaríAbierta.

Lo cierto es que este corto me parece muy bueno. Creo que refleja muy bien la angustia vital, la desesperación, el miedo y el hastío del opositor de larga duración.

Incluso está muy bien reflejado el ambiente. La sala, el tribunal, la enorme puerta, la llamada del bedel, el gesto adusto de los miembros del tribunal, en fin, casi todo salvo la horrible chaqueta del opositor que no suele recurrir a colores llamativos o el hecho de que cante el ejercicio de pie y no sentado o que se guarde el cronómetro en el bolsillo (¿de qué serviría si no lo ves?). Tampoco se corresponde con la realidad el hecho de que se ponga uno a cantar directamente (en notarías de cinco minutillos para pensar). Hasta el cante del tema me parece que suena muy realista, con sus tironcillos para coger algo de aliento. Muy bien de velocidad y muy correcto formalmente (le voy a poner un 5,95).

Ya me habían hablado de este corto en otras ocasiones, pero no lo había visto hasta hoy. Lo mejor que he visto en este mundillo opositil cinematrográfico.

No se dice qué oposiciones prepara el protagonista y no me gusta la imagen que se refleja de los funcionarios que aparecen cuando ya ha conseguido su ansiada plaza que (sin duda alguna) los habrá de esos que descuelguen y cuelguen un teléfono sin contestar o que pongan sellos como única y principal ocupación de su jornada y atribuciones, pero hay un detalle que me ha traído a la mente una cuestión de la que no he hablado nunca en el blog. Como no quiero hacer spoiler, el que quiera saber porqué he pensado en esto, tiene que ver el corto.

Sí que he hablado aquí de las reservas de nota, pero ¿es posible en notarías aprobar y quedarse fuera de plaza? No, no lo es. O apruebas o suspendes. O apruebas, o no eres apto y te quedas fuera y vuelves a la casilla de salida. No hay aprobados sin plaza, ni hay bolsa de empleo ni nada por el estilo. Tampoco sobran plazas. Aprobamos los justos, aunque los más antiguos del lugar recuerdan alguna convocatoria en que no fue así (desde que yo sé de este asunto, es decir, desde 1991 nunca han sobrado plazas).

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¿Canto bien?

“Llevo unos meses opositando a notarías; estudio tres temas cada semana y aunque tengo bastante claro mi objetivo y estoy muy animado, nunca consigo cantar con la seguridad que debería. Mi duda está en que no sé cómo practicar el cante para hacerlo con la naturalidad que lo hago en casa demostrando que verdaderamente me sé el tema. He seguido todos los consejos de mi preparador (cantar delante de un espejo, de mis padres, de mi novia…) y llegados a este punto, tengo la duda de que realmente esto pueda ser para mí”

He hablado del ritmo de estudio en otros posts de esta sección de Oposiciones, así que lo que me interesa de esta consulta es:

¿Qué opinará su preparador?

¿Sus padres o su novia tienen un contacto con el mundillo de las oposiciones que les permita enjuiciarle debidamente?

Evidentemente si uno no se auto convence, parecería que la cosa no va demasiado, pero a veces nos exigimos demasiado a nosotros mismos. ¿O no? ¿Cuántas veces no estuve de acuerdo con la impresión de mi preparador tras cantarle un tema? Muchas.

A mi me parece que no hay mejor entrenamiento que cantar y cantar y que la seguridad la da lo bien que se sepa uno los temas.

¡Vente a verme un día y te doy mi opinión¡

A propósito de esta pequeña entrada me comentaba un compañero lo siguiente:

“Me trae a la memoria este Opo Flash tuyo, el primer día que fui a la academia. Me senté de oyente. Estaba cantando un opositor. Yo nunca antes había oído cantar un tema. Entre las palabras, entre palabra y palabra, aquel introducía una larga inspiración. Me quedé espantado. “Yo esto no voy a saber hacerlo”, me dije. Tardó este compañero, pero, finalmente, aprobó. También recuerdo al que entre palabra y palabra metía un “eme”. También aprobó. No sé si llegaron a superar sus tics o como queramos llamarlos. Otro compañero cantaba muy nervioso. Las sillas del salón del suelo de la academia eran de esas que están unidas. Cuando este compañero cantaba, los demás del mismo bloque de sillas nos agarrábamos, porque este compañero (que era corpulento) se movía mucho al cantar y nos hacía movernos todos. Ya llevaba dos convocatorias fallidas. Un buen día cantó el tema tranquilo. Si me di cuenta fue porque la bancada no se movía. Al cantarlo tranquilo, mi atención se pudo centrar mejor en el contenido del tema, que era muy bueno. Ya no distraía la forma de cantar. Creo que ese es el secreto, que la forma de cantar centre al oyente en el tema. Ya siempre lo hizo así. Nunca he sabido a qué se debió una evolución tan de la noche a la mañana. Aprobó, incluso creo que quedó muy bien situado”.

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¿Cómo se estudia esta oposición?

como preparar notarías

“Hola Justito: Verás, hay una duda que me carcome ya que ningún preparador me lo ha explicado (empiezo la oposición en unos meses) y es, ¿cómo se estudia está oposición? No me refiero al sistema o a las vueltas, sino a la memorización. No sé si hay que memorizarlo todo tal cual está en el papel o si puedes decirlo un poco con “tus palabras”. Además, si la respuesta es la primera opción (memorizar como el padrenuestro) me gustaría saber cómo lo hacéis. Yo he memorizado mucho durante la carrera pero luego lo he explicado más con mis palabras. Supongo que es obvio y que se memoriza a base de repetir y repetir, pero como no conozco a nadie que esté en esta oposición y además la empiezo sola (no tengo compañeros de batalla porque nadie quiere aventurarse) me da un poco de miedo este aspecto. Por supuesto tengo también todos los demás miedos usuales (y si no lo consigo y si me supera la oposición y si no soy lo suficiente y si y si ….). ¡Un saludo!”

Bueno, lo primero que te digo es que tienes que comprarte mi libro si no lo tienes porque hablo largo y tendido de todo lo que te planteas y dedico un capítulo a esa cuestión. Si te animas puedo enviártelo dedicado. Escríbeme a justitonotario@hotmail.com

En cuanto a lo demás, tengo que darte malas noticias. En esta oposición nuestra, no hay tiempo para decir las cosas con tus palabras porque hay que hablar como si fueras una ametralladora. Di los temas con tus palabras pero porque tus palabras sean las de tus temas, adaptados (bien adaptados) a la forma en que te gusta contarlo pero no porque vayas a convertir sobre la marcha lo estudiado en otra cosa cuando te toque cantar un tema o examinarte. En cuanto veas cantar a un compañero entenderás perfectamente lo que te estoy diciendo. Decirlo con tus palabras solo es posible cuando uno sabe mucho y no es generalmente aconsejable porque suele notarse (si no sabes mucho) que estás improvisando lo que suele ser sinónimo de que no te lo sabes lo suficientemente bien cuando hay otros que sí se lo sabrán a la perfección. Espero que consumes tu decisión de preparar. Por cierto, hace unos días se supo que han firmado las oposiciones 804 opositores mejorando por poco la cifra de la anterior convocatoria (793). Parece que seguimos en riesgo de extinción pero que vamos sobreviviendo. Curiosamente para el acceso a la carrera judicial y fiscal han firmado 4.298 opositores (un 434% más que las de notarías). Tenemos, en cualquier caso, a 5.000 valientes a los que deseo que no tengan mala suerte en el proceso selectivo…

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¿Cuándo salen las notas del tercer ejercicio de las oposiciones a notarías?

notas notarias

Pues lo dice el Artículo 18 del Reglamento Notarial:

“Las calificaciones se harán, en los dos primeros ejercicios, al término de cada sesión, y en el tercero y cuarto ejercicios, el mismo día o el siguiente en que concluya la lectura por el último opositor“.

Es costumbre que el último opositor al que corresponda leer, sea el único que lo haga en el día, pues una vez que termina de hacerlo, el Tribunal se encierra a calificar y saca en ese día la lista de aprobados del tercero que es (aunque ha habido excepciones) la lista de aprobados definitivos de la oposición.

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¿Cuántos temas me estudio?

temas de estudio para empezar oposición

No me parece de recibo que en estos tiempos de escasez de vocaciones, comparezca un chaval ante un preparador, se le diga que se estudie de doce o quince temas y que vuelva cuando se los haya estudiado.

Solo me ocurren dos cosas:

  1. Los ponen a prueba.
  2. Los ponen a prueba para que se vayan.

Lo que hay que hacer es cuidar al opositor, especialmente al que a lo mejor no es tan capaz, pero que tiene madera y no solo madera de opositor, que hay que tenerla, sino MADERA DE NOTARIO, con mayúsculas, ¡coño¡, que hacen falta BUENOS NOTARIOS, que las hemos pasado y las seguimos pasando canutas y esta es una profesión honorable, de señores y de señoras, que requiere un plus como decía Vallet de Goytisolo (Vallet en realidad decía otra cosa, pero eso es lo que en el fondo pienso que quería decir).

Así que despachar a uno que empieza de este modo, además tratándole de usted y sacando pecho de lo que uno tardó en aprobar, no me parece de recibo.

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¿Dices “suspendí” o “me suspendieron”?

suspender o que te suspendan

¿Dices suspendí o me suspendieron? (porque si decimos aprobé o me aprobaron, la cosa suena muy distinta, ¿no?).

¿Reconoces tu buena suerte al igual que le echas la culpa de tus suspensos a la mala suerte?

¿Te atreves a decir cuantos años estuviste opositando desde el primer día que cogiste un tema hasta el día que hiciste el dictamen con el que aprobaste la oposición?

Hace unos días en mi entrevista para la serie de podcasts en Tras el Flexo que podéis escuchar siguiendo las instrucciones que explico aquí, me preguntaban que porqué los que siempre salen en la prensa cuando una oposición a notarías (o a otras) termina, son siempre aquellos que han conseguido aprobar más jóvenes. Respondí que creía que sucedía porque lo que vendía es el éxito y no el fracaso, aunque en estos días a propósito de mi libro, he aparecido en diversos medios (¡casi dieciocho años después de aprobar¡) como “un notario que relata en un libro sus 11 duros años como opositor, con final feliz”. Al margen de que lo del final feliz dará lugar a algunos chistecitos (como cuando compartí página con el espárrago de Villena a propósito de la Cruz de San Raimundo de Peñafort), lo cierto es que la noticia en esos términos es todo un éxito porque constituye una excepción y nos reivindica a los que tardamos un porrón de años en aprobar las oposiciones.

Yo no digo nunca que “me suspendieron”. Siempre digo y diré que suspendí y las tres veces con toda justicia, aunque en mi único oral no aprobado, el suspenso fuera “riguroso”.

Tampoco me consuelo con la mala suerte (que puede ser dañina a largo plazo para la recuperación/normalización de quien finalmente no aprueba). Es más, todo el mundo sabe (y si lee mi libro conocerá la historia de principio a fin y por orden cronológico) que reconozco mi buena suerte en el que fue mi tercer examen (de nueve) de unas oposiciones notarías. Ese tercer examen que aprobé, me permitió hacer seis exámenes más y en ese sexto conseguir el anhelado aprobado. Buena suerte relativa, ¿no?

“Puffff, ¿y merece la pena?” me dijo alguien el otro día en Twitter. “Sin duda alguna. Pero es una cuestión subjetiva, of course”, respondí. Añadí un enlace a este post sobre perder la juventud (a veces muy sobrevalorada) opositando (cuando otros tiran a la basura la mediana edad o se ven prejubilados a los 55) y, entrando ya en el terreno de la ciencia ficción, también dije me había planteado en alguna ocasión aquello de que “si pudiera dar marcha atrás y darme un consejo sobre la oposición, ¿qué me diría?”. Esto sería lo que me diría a mi mismo en tal caso.

Por supuesto, no me quito ni un minuto de oposición. Fueron 10 años, 9 meses, 3 días y aproximadamente 8 horas de oposición. Y a mucha honra.

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¿Disfrutar de la oposición?

opositores que disfrutan

¿Disfrutar? 

Yo no disfruté jamás de la oposición y me parece inconcebible que alguien lo haga o lo que es muchísimo peor que desee o recomiende a los demás que disfruten de la oposición.

Se disfruta del resultado, si es que llega (que muchas veces no llega), y (a modo de inversión) de los conocimientos adquiridos (que desgraciadamente en muchos casos pueden acabar infrautilizados) si es que no salen bien las cosas y hay que abandonar (que se abandona más que se aprueba). Pero con la oposición en sí misma es imposible disfrutar y si tienes la percepción de que lo hiciste (la percepción no la certeza) es porque no te costó demasiado aprobarla y te doy la enhorabuena por haberlo conseguido de ese modo, pero a mi jamás se me ocurriría desearle a un opositor que disfrute, a no ser que estuviera de broma o me estuviera riendo de él y, francamente, yo con la oposición siempre he tenido muy poca mecha para las bromas.

A mi decirle un opositor “¡que disfrutes¡” me parece una ligereza, una torpeza y una idiotez que me hace contar otra vez más el chiste del jorobado en el cementerio que en este caso, sin la menor duda, terminaría con un ¡que disfrutes¡

Una mano sale de una tumba y le dice al jorobado:

– ¿Queee llevas en la espaldaaa?

Y dice el jorobado:

– Pues una joroba.

Entonces, la mano que había salido de la tumba, da un chasquido y la joroba desaparece. El jorobado, como loco, vuelve al pueblo y lo cuenta a todos. Ilusionado el manco, sale corriendo hacia el cementerio al encuentro con la misteriosa mano. Tiene suerte y la mano le sale al paso y le pregunta:

– ¿Queee llevas en la espaldaaa?

Y dice el manco:

– Pues nada.

Y entonces la mano que sale de la tumba, da un chasquido y al manco le aparece una joroba en la espalda y la mano le dice: ¡que disfrutes¡ 

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¿El expediente de los opositores puede fomentar algún prejuicio al tribunal?

el expediente del opositor

Ayer publiqué esta entrada como Opo Flash. Su buena aceptación y una nueva idea que he desarrollado durante el día de hoy me llevan a hacer algo inusual en mi blog: publicarlo en versión extended al día siguiente de haber publicado su primera versión como Opo Flash.

“Me he animado a escribirte después de años leyéndote. Soy un veterano. Llevo ya siete años de oposición (me cuesta hasta verbalizarlo). Al principio me costó muchísimo adaptarme al sistema de la literalidad (ahora, los temas con mas artículos son precisamente los que me hacen sentir mas seguro), luego hubo algunos problemas en casa y después he sufrido un importante problema de ansiedad que me ha llevado a retirarme o a no presentarme tres veces en el primer ejercicio. ¿Puede ser una “mancha” en mi historial?, ¿puede perjudicarme en futuras convocatorias? Sé que los tribunales disponen de un pequeño expediente de cada opositor. Actualmente me veo fuerte anímicamente para seguir, veo cerca el aprobado, pero tengo miedo a que “mi pasado” pueda hacer que el tribunal no me valore como un opositor serio. Me siento bien, más fuerte que nunca, para afrontar el proceso, pero no sé si “mis antecedentes” pueden jugar en mi contra o si son totalmente irrelevantes. La teoría, obviamente, es que se ciñen al examen que allí hagas; la práctica, la desconozco. A día de hoy, tengo la ansiedad controlada y mi preparador -que es una eminencia preparando y ha sacado muchísima gente adelante- dice que estoy sobradamente preparado para aprobar. Pero, ¿qué hago?, ¿invierto mas tiempo cuando a lo mejor ya voy a priori sentenciado? Agradecería tu sincera opinión. Tengo miedo a tantas cosas que pueden salir mal; he entregado tantos años y tanto sufrimiento a esto -porque sí, en algunos momentos esa ha sido la palabra justa- que considero que la única forma de cerrar el círculo, y que todo esto haya merecido la pena, es con mi aprobado. Para lo que no me veo con fuerzas es para meterme con treinta años en un despacho a empezar de cero. Si algo quiero en mi vida, es independencia, a nivel personal y profesional. Sin embargo, me da miedo que el tribunal conozca “mi pasado” y que piense que soy un “mal opositor”. Sé que es usual pedir antecedentes pero, ¿para qué crees que los usan? ¿pueden fomentar algún prejuicio?”

Sí, sufrimiento es la palabra apropiada. Me descomponen un poco los que idealizan la oposición y siempre acabo pensando de ellos que si dicen lo que dicen es porque la aprobaron pronto (o muy pronto).

Entrando en materia, diría que los piden (los expedientes) porque a estos niveles hay mucha igualdad entre los candidatos y puede que haya que valorar las circunstancias (antecedentes) de cada uno. Estas circunstancias, estas variables, puede que te permitan pasar un ejercicio “bajo condición” o que te pasen por alto (o no) alguna cosa si ya tienes cierta antigüedad o si simplemente acabas de empezar y se piensa que serás capaz de remontar en la siguiente convocatoria. En cualquier se usan con fines justos.

La competencia entre los opositores es brutal de cara a un último ejercicio pero en los previos la batalla es fundamentalmente individual. Luchas contigo mismo y juegas con tus antecedentes (siempre hasta cierto punto, claro). También compites con tus compañeros de terna (los del día) aunque lo mas importante por encima de todo es tu actuación de ese día D y de esa hora H. Lo demás solo serán criterios accesorios que podrían salvarte el pellejo o llevarte al hoyo. Yo entre un tribunal que no sepa nada del opositor y otro que maneje su historial, prefiero a este último. Además, lo que te haya pasado en esas convocatorias anteriores en ningún caso te podrá perjudicar si sacas adelante un buen ejercicio. Hasta puede que sea un punto a tu favor terminar el ejercicio por primera vez y que con un nivel “justito” puedan dejarte seguir a fin de ver qué demuestras en los siguientes ejercicios.

Comprendería que alguien pudiera pensar todo lo contrario y, por tanto, que no se debería disponer de esa información puesto que cada convocatoria nada tiene que ver con la siguiente ni con las anteriores y el tribunal debe enjuiciar el examen sin ninguna otra clase de consideraciones. Eso, sin embargo, comportaría, a mi juicio, una deshumanización de todo este tinglado ya suficientemente complicado de por sí y que por ello ha de estar presidido por un ideal de justicia de las decisiones que enlazaría un poco las tomadas por los tribunales anteriores y por los tribunales que hayan de venir.

Difícil cuestión, ¿no?

¿Y si hubieran valorado mi expediente? (CLICK AQUÍ)

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¿El Notario es un autónomo y la notaría es una empresa? (y otras cuestiones al hilo)

notario comercial o no comercial

 

 

No se aburran por el camino que el artículo va ganando en intensidad según avanza.

 

No sabía si titular este Opo Flash como lo he titulado o más bien “opositar sin vocación y/o conocimiento de causa”.

Mi hermana que no estaba en principio interesada en ser Notario, como nuestro padre, acabó siendo Notario pues su propuesta de irse a estudiar Periodismo a Navarra no fue demasiado bien recibida en casa. ¡Mira niña -le debieron decir mis padres-, si te da igual ser una cosa que otra y teniendo en cuenta que nunca habías pensado en ser periodista, aprovecha tus cualidades y prepara notarías¡ Las preparó y en cuatro años y medio, contados desde el primer día hasta el último (los cómputos de algunos son muy peculiares) fue Notario.

A pesar de que podría decirse que mi hermana se puso a opositar sin vocación, en casa todos sabíamos a la perfección cuales eran los pecados veniales y mortales de un Notario: no se puede firmar por separado (unidad de acto), se firma con el Notario, hay que pedir el documento de identidad, no se puede firmar fuera de tu pueblo, ni fuera de tu Distrito, y muchas otras cosas más …

Lo demás venía de serie y se reforzó (y se sigue reforzando) con el tiempo. No quiero decir que la vocación naciera después (porque después la vocación ya es otra cosa), pero el verdadero conocimiento de causa, el escrúpulo, la honradez, la integridad, el no lanzarse a la calle a buscar clientes, ni a quitárselos al compañero de enfrente, el no quitar empleados, no vienen exactamente de las sobremesas en el salón de casa. Eso es más bien es inherente a cada uno; es una cuestión de tener valores, ética, educación, rectitud, honestidad, firmeza, criterio … etc …

Me decían hace poco que alguien que acababa de aprobar la oposición se preocupaba porque eso de lanzarse a la calle a buscar clientes, el llamado aspecto comercial de la profesión, no le gustaba. Pero, ¿dónde dice que haya que hacer eso? Yo por cortesía he ido a saludar a los directores de oficinas bancarias a mi llegada a mis dos primeros pueblos (yo creo que aquí ya ni lo hice) pero aquel saludo no conllevaba nada más. No me he abierto una cuenta aquí o allá para ganar clientes. Soy cero comercial de puertas para afuera y me parto el pecho de puertas para adentro a fin de ganarme a cualquier cliente que entre a mi notaría. Comercial en el despacho (con el buen trabajo y trato), pero no en la calle. Eso es lo que hay que hacer.

¿Y se puede llegar a la profesión sin saber prácticamente lo que es un Notario? Pues así nos va, me parece a mi. No, no puede ser, no debería ser. Así lo pienso … y lo digo. Una solución a todo esto sería una parte del programa dedicada a la Deontología y/o la creación de una Escuela de Práctica al estilo de Jueces y Fiscales (cobrando entre tanto, claro). También los preparadores podrían dedicar unos minutillos adicionales después de cada cante no solo a efectos de iniciar al alumno en el dictamen, sino también a efectos de instruirle en la Deontología y en los valores propios de la profesión.

 

Un tiempo después una opositora que lo dejaba al poco de empezar, me decía que lo hacía, entre otras cosas, por la condición de autónomo del Notario y porque la notaría es una empresa.

 

¿El Notario es un autónomo y la notaría es una empresa?

 

Exactamente esto fue lo que me dijo:

“Me echaba para atrás la condición de autónomos de los Notarios y que no iba a tener un sueldo de base. Me siento mal al haberlo dejado pero estoy mejor. Me da pena, mucha, porque me veía en el puesto aunque tenía mis dudas sobre llevar una empresa como es una notaría; estar pendiente y sin tener ingresos fijos sino ingresos variables dependiendo del mes y de la notaría. Creo que he hecho bien, pero tengo muchas dudas”.

Ese estar pendiente que parece una menudencia es una cuestión muy interesante. Así es, los Notarios debemos estar muy pendientes de nuestras oficinas. Unos lo hacemos muy directamente y otros por delegación, pero es un mal sistema, un mal negocio, no estar pendientes al máximo de todo lo que ocurre en nuestras oficinas (públicas).

Efectivamente, como dice la ex-opositora a notarías, el Notario es un trabajado autónomo pero sobre todo es un FUNCIONARIO PÚBLICO y un profesional del Derecho. Sin embargo, me niego a considerar que por nuestra condición de autónomos, la notaría sea una empresa. La notaría es una OFICINA PÚBLICA que, como la mayoría (por no decir que todas), las oficinas públicas o privadas, ha de gestionarse como una buena empresa. A mi nunca me preocuparon los salarios fijos, ni los buenos o los malos meses porque sabía que no iba a tener problemas económicos sin perjuicio de apuros o rachas puntuales. Es mas, no hubiera opositado once años de haber sido de otro modo.

He oído muchas razones para dejarse la oposición pero las de este tipo y las relativas a la movilidad geográfica (siempre voluntaria salvo en el primer concurso) son siempre las que mas me cuesta encajar y las que me parecen mas peregrinas.

Esta cuestión me llevo a pensar en la opinión que le leí a un gran compañero no hace mucho sobre los tipos de Notarios.

 

El primer establecimiento

Hace no mucho en un famoso chat notarial se departía sobre los gastos de establecimiento de la primera notaría. Se suponían importantes y algunos opinantes lo hacían con criterio sobre la base de la información proporcionada por alumnos o familiares recién aprobados. Hasta se hablaba de organizar algún tipo de financiación o ayuda desde nuestros órganos corporativos. No sé, habrá casos y casos pero yo que estoy en las redes veo como se las gastan los nuevos en muchas ocasiones y, particularmente, yo no estoy por la labor de financiar a nadie instalaciones desproporcionadas. Cuando yo llegué a Mondoñedo me compré lo mínimo porque fui a una notaría que estaba en funcionamiento en un piso normal y corriente con mobiliario heredado o abandonado por anteriores titulares y sin ningún tipo de lujos. Seguro que hay un punto intermedio, así que qué lo busquen y a ir mejorando poco a poco que no hay que tener la notaría de tu vida desde el minuto uno. Yo, de hecho, hace veinte años que soy Notario y aun no la tengo.

 

Tipos de Notarios

 

“Los problemas son tantos, los hemos dejado proliferar e ir creciendo, la “pelota” se ha hecho tan grande que han acabado por crear la percepción generalizada de que nuestro actual estatus es el que corresponde a nuestra función, a nuestro valor añadido. En esta situación se puede apreciar la existencia de varios tipos de notario:

  1. Los que conviven con ella gracias a su extraordinaria capacidad, propia y de su equipo, para enfrentarse a todo e ir adaptándose a lo que surja (me temo que son minoría).
  2. Los que van viendo cómo esa capacidad mengua conforme evoluciona la situación, y se ven obligados a sobrevivir aquilatando a aquélla su volumen de trabajo, a fin de intentar cumplir dignamente sus obligaciones, renunciando a conservar la ilusión por lo que debería ser y no es, y –no es cuestión menor- a una retribución acorde a lo que tales obligaciones implican. Son muchos, demasiados.
  3. Finalmente, los que ni conviven ni sobreviven. Viven y disfrutan con las posibilidades que la situación les ofrece para alcanzar sus objetivos vitales, adaptando siempre a estos la forma de ejercer, despreocupados de los efectos colaterales que ello pueda provocar en sus compañeros y en el prestigio de la profesión; en definitiva, ayudando, sin saberlo o sin que les importe, a empujar la misma hacia una fosa cada vez más profunda.

Quien quiera y tenga energías suficientes para analizar qué se puede hacer para “arreglar la situación” no debería pasar de largo de lo que es nuestra propia actitud frente a la misma”.

Me gustó también lo que dijo otro compañero unos días después que el anterior: “Yo de mis viajes por el Notariado he aprendido una cosa: cada Notario tiene su cliente y cada cliente tiene su Notario. Completamente cierto, ¿verdad?

Lo de los tipos de Notarios me llevo a la opinión de otro compañero igual de grande sobre “darnos el bombo” que sería lo mismo que ahora se llama “ponernos en valor”.

Curiosamente en el congresillo notarial para los nuevos Notarios en Alcalá de Henares se ha hablado de ¿qué tipo de Notario quieres ser? Seguro que no era la misma clasificación de este compañero.

 

Darnos el bombo

 

“No es solo un problema de gestión interna (que también lo es).No es solo un problema de que seamos caros , ni baratos (que también).No es un problema de complejidad de nuestro trabajo (que también).Tampoco es un problema de que no recibamos ayuda (pocos la reciben).El origen último de nuestro problema con los honorarios es que nosotros mismos no sabemos trasladar el valor de lo que hacemos: firmamos escrituras en dos minutos. No nos adornamos con cuestiones publicitarias, vamos demasiado al grano, y no explicamos al cliente (nosotros o nuestros empleados) todo lo que hacemos por ellos.

Hay que vestir adecuadamente el servicio prestado.Un ejemplo: Deberíamos prohibirnos preparar escrituras de un día para otro. Lo único que transmitimos con esa práctica es que nuestro trabajo es muy fácil de hacer. Deberíamos envolver las escritura en purpurina y no estregar copias, jamás, en menos de cinco días.Y, por supuesto, darnos todo el bombo posible en cada autorización/intervención”.

De nuevo esta cuestión me llevó a otra mas, planteada por otro eminente compañero sobre el cobro por el asesoramiento.

 

Cobrar por asesorar

 

“La norma que prohíbe el cobro de asesoramiento está contenida en el RD 1426/1989 que regula el arancel notarial. Concretamente, la Norma General Segunda señala: “El Notario no podrá percibir cantidad alguna por asesoramiento o configuración del acto o negocio, cuya documentación autorice.” Esta prohibición tiene como base el servicio público notarial y el carácter fijo del arancel: El notario no puede cobrar más pero tampoco menos. Y es una norma que trata de proteger al ciudadano frente a posibles abusos. Ahora bien, hay que tener en cuenta:

  1. Que en la actualidad el arancel ya no es fijo. Es es de máximos en documentos de cuantía, dado que el nº.2 puede rebajarse en hasta un 10% y con descuento ilimitado en las pólizas.
  2. Que el arancel es libre para bases de más de 6 millones de euros.

En consecuencia, es perfectamente posible cobrar por asesoramiento en los documentos de cuantía de más de 6 millones de euros.

En este contexto, reforzado por la legislación de colegios profesionales que nos somete a la legislación de competencia, carece de sentido que sólo quepa pactar el cobro por asesoramiento en ese tipo de documentos. Y dado que la finalidad de la prohibición no puede ser otra que la de proteger al usuario de posibles abusos, es forzoso admitir:

  1. Que el derecho del usuario es renunciable, dado que no hay ninguna norma que lo prohíba. No entiendo que sea aplicable la legislación de consumo.
  2. Que es perfectamente posible pactar con el cliente el cobro de una cantidad por asesoramiento.

Ahora bien, la NG 2ª del arancel sigue existiendo, de manera que la interpretación correctora de la norma debe ser la siguiente: El notario no podrá percibir cantidad alguna por asesoramiento o configuración del acto o negocio, cuya documentación autorice, salvo que previamente lo haya pactado con el cliente. Y en ningún caso podrá denegar o retrasar la prestación de su función en el caso de que el cliente rechace el cobro de cantidad alguna por asesoramiento.

¿Qué puede haber abusos? Por supuesto. Pero la competencia entre notarios, muy potenciada no tanto por el arancel “flexible” como por la facilidad de las comunicaciones, que permite a la inmensa mayoría de los ciudadanos tener decenas de notarios donde elegir, así como la vigilancia de las autoridades de competencia y de la DG, permitirán corregirlos.

Por otra parte, la eliminación de la interpretación literal redundará en que el esfuerzo en la búsqueda de mejores soluciones tendrá un incentivo y un premio adecuados, lo que redundará en una mejoría del nivel de los documentos notariales y en consecuencia, de la prestación del servicio notarial.

Además es de una enorme importancia estratégica: El Notariado debe aspirar a controlar el documento antes, en el momento y después de la firma. El antes lo tenemos con las actas LCCI. Hay que extenderlo (cobrando) a las contratos de compraventa y a las arras, pero también a las minutas hipotecarias. Y a la post firma, no digamos”.

El hilo de mis pensamientos se había acelerado al máximo pues todas estas ideas me llevaron a pensar en otras dos.

Pero antes de esas otras ideas, un par de resoluciones resumidas por los compañeros de Canarias:

DEBER DE INFORMACIÓN Y ASESORAMIENTO. ASPECTOS DEL DEBER DE ASESORAMIENTO. Resolución 09-06-2020 • Sobre el Notario pesa el deber de informar en todos los documentos sometidos a su autorización, al exigírsele dar fe de que la voluntad de los otorgantes ha sido debidamente informada y de asesorar, como profesional del Derecho, a quienes reclamen su ministerio. • Aspectos del deber notarial de asesoramiento: (i) Información sobre el contenido y efectos del contrato que se va a escriturar. (ii) Asesoramiento en sentido estricto, para que las partes logren los fines lícitos que se propongan alcanzar; en definitiva, «reconducir los hechos hacia fórmulas legales y justas». (iii) Consejo, que va más allá que el mero asesoramiento de índole técnica. (iv) Asistencia, de especial importancia en la contratación en masa.

FUNCIÓN NOTARIAL. ASESORAMIENTO FISCAL. ELABORACIÓN DE DICTAMENES. PROFESIONAL DEL DERECHO. Resolución de 06-02-23 • No es función propia ni exigible del Notario el asesoramiento fiscal más allá de la información expresamente prevista acerca de la obligatoriedad de presentación del documento a la Oficina Liquidadora correspondiente, su plazo, y la afección de los bienes al pago del impuesto. No es exigible del notario como tal un asesoramiento fiscal especializado de los asuntos contenidos en los documentos que autoriza; ni está previsto así en las normas que determinan su competencia y funciones. • Sin ignorar que los Notarios, por su especial cualificación jurídica, tienen el deber de dar la configuración legal más adecuada a las legítimas pretensiones de los ciudadanos (art. 147 RN), es la voluntad jurídica de los ciudadanos (y no la del Notario) la que se plasma en el Instrumento. Y si la configuración de las operaciones documentadas no coincide con la voluntad de los otorgantes, estos han de denegar su consentimiento y firma. 131 26/7/2023 2 • El Notario como profesional del Derecho se le pueden encargar dictámenes jurídicos sobre la materia y, que podrá aceptar elaborar si se juzga capaz de ello y bajo su responsabilidad profesional, y percibiendo, en su caso, los honorarios correspondientes. En estos casos su actuación se desarrolla al margen de su función notarial y se sometería a las normas, también sobre responsabilidad, que rigen las funciones de las profesiones libres.

Este otro resumen es de ENSXXI: “DICTAMEN DE UN NOTARIO QUE SE APORTA EN UN PROCEDIMIENTO JUDICIAL SEGUIDO CONTRA OTRO NOTARIO. Res. DGSJyFP de 28 de agosto de 2023 (expediente 495/22). Sistema Notarial. Queja Una empresa demanda a un notario, ya jubilado, por una actuación relacionada con la aceptación de un acta de depósito. Acompaña a la demanda un dictamen emitido por un notario en activo. El notario demandado solicita de la Junta Directiva la apertura de expediente disciplinario al otro notario, por entender que su actuación es contraria a la deontología notarial. La Dirección General recuerda que los notarios tienen la doble condición de funcionarios públicos y profesionales del Derecho y que es consustancial a la figura del notario la labor de asesoramiento. También la absoluta incompatibilidad entre el ejercicio de la abogacía y la función notarial, pues en el notario el aspecto funcionarial es absolutamente preponderante sobre el profesional y nada es más ajeno a la función notarial que la defensa del interés de parte. Pero el notario es un profesional adecuado para emitir un dictamen jurídico referido a supuestos de hecho planteados en términos generales, y la mera formulación de un dictamen, que no deja de ser una opinión jurídica cualificada, y por esencia no vinculante, no supone en sí misma vulneración de los deberes deontológicos, salvo que fuera manifiestamente malicioso, infundado o tendencioso, lo que, demostrado por los cauces procesales oportunos, podría dar lugar a las acciones legales procedentes entre las partes. Sin perjuicio de que, si cualquiera de las actividades extranotariales o, si se quiere, paranotariales (incluida la que se está analizando) afectara negativamente a otros deberes propios de la función, con infracción tipificada, sí sería objeto del correspondiente expediente sancionador, pero no por la actividad en sí, sino por su eventual incidencia en los deberes propios de la función notarial, lo que no acontece en el caso debatido”.

Las cosas están bastante claras, ¿no?

Voy con esas otras ideas.

 

Pero, ¿realmente sería posible, como algunos insistentemente reclaman, que los Notarios seamos retribuidos por un sistema distinto al arancelario?

 

Seré muy malo pero sí que lo veo perfectamente posible (digamos que mucho mas posible) en el caso de los Registradores cuyo trabajo está basado en la calificación de documentos ya finiquitados, que en el nuestro: ¿cómo se recepcionaría un encargo de trabajo? ¿funcionaríamos en base a modelos estandarizados? ¿rechazaríamos de plano y sin justificación todo encargo que se realice sin toda la documentación precisa? Tengo que desarrollar, y mucho, esta idea pero desde hace un tiempo a cada detractor de nuestro sistema de retribución le diría no solo que cómo considera entonces que se nos debe retribuir, sino de qué manera se organizaría nuestro trabajo que es muy difícil de parametrizar con unos cuantas reglas o estándares. En mi opinión, nueve de cada diez encargos de trabajo que se nos hacen serían en un primer momento inaceptables en un sistema de retribución fija en la que nuestro perfil de profesionales del derecho tendría un imposible encaje.

En todo caso, por el sueldo de un inspector de Hacienda, sus vacaciones y sus horarios de trabajo estoy dispuesto a renunciar al arancel.

Seguiremos hablando otro día de todo esto que tiene mucha miga y me está haciendo meditar muy mucho. Lo he hecho sobre todo a propósito de un ejecutivo extrajudicial que en sus primeros pasos ya me ha supuesto bastantes quebraderos de cabeza, mientras que al profesional contratado por el acreedor hipotecario no le ha ocasionado ninguno puesto que me mandó el (cutre) encargo acompañado, inicialmente, de una nota simple de la finca y poco mas aprovechable.

  • El coste de la seguridad jurídica preventiva no es cuantificable, pero es muy inferior al de un pleito o un arbitraje.
  • La seguridad jurídica es una sensación: la que se tiene al salir de la Notaría que consiste en la previsibilidad de lo obligatorio: la creación de un futuro vinculante que generará una realidad nueva como fruto de lo pactado.
  • El arancel notarial no es óbice para este tipo de transacciones, porque aunque sea un coste, el valor actual neto de los costes de transacción siempre será inferior al valor actual neto de los costes financieros. Pero sobre todo, porque la supresión del arancel provocaría una distorsión en el mercado, que ya se produce en el mercado de la abogacía: se dejaría de escoger notario y se pasaría a escoger precio. El notario pasaría -como sucede a la Abogacía con el pleito- a ser, no un tercero a la transacción, que ejerce una función pública, sino cliente de sí mismo, con interés directo en la formación del precio. Desnaturalizándose del todo su función.

 

La última cuestión que terminé hilando con todo esto me vino a la cabeza a propósito del artículo LA DESVIACIÓN HACIA LO ACCESORIO (valoración de algunas actividades cotidianas por un empleado de Notaría) de César Raña Díez, ex opositor a notario y empleado de notaría.

 

¿Desviados hacia lo accesorio o demasiado ocupados por culpa de lo accesorio?

 

La mayoría de los comentarios que he leído sobre este valiente artículo han sido negativos. Curiosamente a mis dos oficiales les parecía bien y yo estaba mas con ellos que con esa mayoría de compañeros. Particularmente le doy la enhorabuena al autor por atreverse a publicarlo.

Lo accesorio a nosotros, a mis empleados y a mi, no nos hace en absoluto perder el Norte de lo principal. Lo principal es lo principal y lo accesorio es lo accesorio y sabemos distinguirlo y tratarlo, si bien no nos queda otra que seguir procurando la exquisitez en nuestros documentos y, al tiempo, el mejor y mayor grado de cumplimiento, con la máxima rapidez y eficacia, en lo accesorio. Es lo que toca, son los tiempos, y no vale quejarse porque nos va el futuro en ello.

Estoy de acuerdo en que, por razones que no alcanzo a comprender, vivimos una época de mayor carga de trabajo. ¿Excesivo? Yo diría que en mi caso es mas complicado que excesivo. Los asuntos a los que me enfrento casi todos los días no son de los que entran y salen con facilidad de la notaría. En todo caso, mi aumento de trabajo es proporcional al tamaño de mi notaría (como en todas, claro) por lo que los que somos nos vamos arreglando. Si la situación se mantuviera, cosa que dudo (mas que nada por lo que todo el mundo dice, que yo de macroeconomía no sé nada) y hasta creciera un poco, me atrevería a contratar a alguien mas aunque fuera a media jornada. Mientras tanto, siempre cabe la opción de las horas extras (sin puntos suspensivos), aunque en mi notaría la verdad es que el único que hace horas extras es quien les escribe. Satisfacer la necesidades de un público insaciable que quisiera fagocitarnos es completamente imposible, pero se va haciendo lo que se puede para soportar la tiranía y malos modos de cada vez mas usuarios notariales (lo normal por otra parte en la sociedad de estos tiempos).

Pero vayamos a lo importante, al que me parece el asunto central del artículo de Raña. ¿La Administración pone piedras en nuestro camino atribuyéndonos funciones que desvirtúan la esencia de la profesión, merman la seguridad jurídica y la atención al ciudadano y convierten al Notario en un colaborador de la administración en ámbitos para los que ya existen otros funcionarios y otras instituciones que se dedican en esencia a ello, ámbitos que constituyen la base de su trabajo?

La Administración nos atribuye cada vez mas funciones, mas obligaciones y mas competencias pero no creo que ninguna desvirtúe nuestra profesión (o yo, al menos, no lo veo así). Esas funciones no merman en sí mismas la seguridad jurídica si bien por aquello del que “mucho abarca poco aprieta” (principio fundamental que también cita el autor del artículo que comento) pueden contribuir a mermar nuestra concentración en las cuestiones verdaderamente esenciales. Eso sí, estoy de acuerdo en que existen funcionarios e instituciones que podrían hacer algunas cosas que están mas próximas a su función que a la nuestra, si bien no lo estoy en que esos otros funcionarios o administraciones no lo harían con la misma rapidez, eficacia y garantía que nosotros que somos los que hemos parido el instrumento. Un claro ejemplo estaría en el Catastro. Tanto para las Alteraciones de Titularidad como para las Modificaciones Físicas, el mejor resultado posible a obtener será el que se derive de la actuación realizada en la propia notaría.

La BDTR, el blanqueo de capitales, el Catastro, la consulta de los NIFS revocados, las actas de transparencia o los índices son hoy piedras angulares de nuestro trabajo y de la actuación de nuestra corporación en su conjunto de cara a poder continuar prestando nuestro servicio de seguridad jurídica preventiva con el mayor grado de eficacia.

Odio las actas de transparencia, lo reconozco. Se me hacen muy duras sin excepción, pero salvo deshonrosas excepciones todos mis clientes salen enormemente satisfechos de esa doble visita. Nada tiene que ver el otorgamiento y autorización de estas actas con el que se hacía de las antiguas hipotecas o con el que se hace de las nuevas. Claro que todo depende de cómo se hagan por cada Notario. Lo mismo podría decir del índice. Se hace pesado, no lo niego, y he metido muchos datos y he cotejado mucho, pero una buena escritura, una escritura exquisita y perfecta no tiene nada que ver con la introducción de toda esa serie de datos que los programas de gestión permiten succionar de manera ágil y correcta.

Así que, para terminar, a la pregunta, ¿no nos estamos desviando hacia lo accesorio en detrimento de lo sustantivo? Yo respondo que no. Respondo que tenemos una gran carga de trabajo, que la gente está insoportable, nosotros incluidos, que hay que hacer mil cosas con cada escritura pero que, a pesar de todo, yo/nosotros no nos hemos separado ni un ápice de la forma habitual de trabajar. Reconoceré que hay alguna cosa que cuesta trabajo llevar al día o simplemente hacer (sin dar mas pistas) y que gasto muchas veces la broma de que voy a poner una cama plegable en mi despacho, aunque … de momento no lo hecho ….

 

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¿El Notario solo firma y pone la mano para cobrar?

notario solo firma y cobra

“De repente me di cuenta que no hay ninguna razón de peso, que me haga pensar, “me gustaría ser Notario” y llegué a la conclusión de que es porque no sé muy a fondo en qué consiste realmente la profesión”.

Pues no sé si en mi post “De mayor quiero ser Notario” ofrezco respuesta en todo o parte a esta pregunta, pero me apetecía divagar hoy un poco a propósito de este comentario que hace ya unos meses me hicieron a través de mi cuenta de Twitter desde la que me comprometí a darle una respuesta. Sirva por tanto este Opo Flash de respuesta parcial a aquel comentario.

Firmar y poner la mano

Curiosamente mi madre no sabía que era un Notario cuando conoció a mi padre, que lo era, y mi mujer, tampoco lo tenía claro cuando me conoció a mí y supo que mi padre lo era y que yo quería serlo. Parece que todo el mundo va al Notario en algún momento y que todo el mundo sabe qué hace un Notario, pero cómo se lo preguntes fácilmente te harán dos gestos: El de agarrar un boli y hacer como que escribes y acto seguido el de poner la mano en “modo cobro”.

Ana Virginia Botía González es una de las compañeras de la última promoción que han tomado posesión de sus primeras notarías esta misma semana. Hace unos meses decía en el periódico “La Verdad”: «Me da rabia que se diga que los Notarios solo firman». Sin duda Ana Botía tiene toda la razón en sentirse así y lo va a sufrir en sus carnes durante los cuarenta y cinco años que tiene por delante para ejercer nuestra profesión, pero yo tengo la solución y no es otra que trabajar duro para demostrar a todo el que se pasa por la notaría que eso no es así. Esta misma semana, una tanda de preguntas y respuestas con Alberto, un consultante de mi blog, terminaron con este comentario:

” … incluso ya me está gustando (se refería a la profesión de Notario) y todo. Y yo que pensaba que ser Notario era aburrido…”.

Recientemente he mantenido una conversación con mis amigos de Tottributs sobre qué era lo que más nos gustaba de nuestros respectivos trabajos. Yo les dije que nada en particular, que más bien me gusta todo, me gusta el conjunto de mi trabajo.

A mi no me gusta ser un Notario que espera en el despacho a que le entreguen una escritura para leer y que hasta ese momento no sabe nada del asunto de los clientes que van a otorgarla o que va saltando de sala en sala de firmas en idéntica situación.

A mi lo que me gusta es estar pendiente de todo lo que se mueve por la notaría, de quién viene, de quién vendrá, de qué escrituras están en preparación, de cuáles firmamos mañana o pasado o al otro, de porqué no hemos firmado por fin aquello, de estudiar el asunto de la familia Tal, de leerme aquella sentencia, de si habéis o no avisado a Fulano del presupuesto de su asunto, de porqué no se ha expedido esa copia o porqué Mengano todavía no ha pagado su factura o Zutano de tal Banco no ha venido a firmar la diligencia de adhesión en las pólizas de la entidad.

Alguno pensará que no delego. Puede que tenga razón, aunque tal vez yo pudiera decirle a él que delega demasiado.

Aquí lo dejo, pero prometo volver sobre este asunto en cualquier momento.

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¿El Tribunal te puede decir algo durante los exámenes orales?

tribunal examen notarias

Pues poca cosa.

Solo lo que indica el Artículo 16 del Reglamento Notarial:

“El tribunal no hará advertencia ni pregunta alguna a los opositores sobre las materias del ejercicio. Al presidente corresponde fijar la hora del comienzo y fin del ejercicio y advertirá al opositor, por una sola vez, con diez minutos de antelación, la hora en que debe acabar. Podrá también exigir que los opositores se atengan a la cuestión y eviten divagaciones inoportunas, y dar cumplimiento a las prescripciones de este reglamento relacionadas con la práctica de estos ejercicios”.

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¿Es bonito ser Notario?

es bonito ser notario

 

“Desde la ignorancia del opositor que conoce (un poco) el Derecho pero sólo por los libros, me gustaría saber, ¿es bonito ser Notario?, ¿es estimulante intelectualmente?, ¿permite profundizar en el estudio del Derecho?, ¿se siente uno realizado?”

Pues tendría que decir que … depende, pero que para mi SÍ, SÍ, SÍ y SÍ.

Hay gente que aprueba las oposiciones y se duerme en los laureles el resto de su vida profesional y otros (la mayoría) no.

Yo creo que mi blog pone de manifiesto el reto que representan las pequeñas notarías de pueblo como las tres que yo he tenido. Imagino que en una grande, se multiplicarán los estímulos por razón del volumen y la complejidad de los asuntos a los que uno se enfrenta.

Solo tres años de blog han dado para más de 600 posts y cerca de 500 cuestiones cortas que en su inmensa mayoría surgen del día a día de mi despacho. Mi intelecto está sobre estimulado y profundizo a diario en todo lo que se me pone por delante y en lo que me consultan, si es que me parece interesante. Vamos, ¡que no paro un momento¡

Estoy realizadísmo y pienso que lo mejor está por llegar … me quedan 20 años para jubilarme.

Pero, en confianza, ¿sabes lo que me frustra? … que a pesar de todo esto, no gano clientes: LOS PIERDO. La honradez, la escrupulosidad y el perfeccionismo no venden y vuelvo a decirlo una vez más: luego nos quejamos de la clase política y dirigente, pero la honradez, la ética, la honestidad, empiezan por uno mismo y los que no la practican en su ámbito no creo que tengan demasiado derecho de exigirla a los demás (o al menos a esperarla de los demás …).

Así que te diría que estoy super satisfecho con mi trabajo y triste porque tanto esfuerzo represente que venga menos gente a verme y no más. En mi ámbito profesional reducido y pueblerino, los que manejan el cotarro inmobiliario, bancario y pseudo jurídico, dirigen y condicionan al resto, acceden a la gente en muchos casos antes de que yo lo haga, de manera que muchos no vienen a verme porque reciben una información sesgada, ¡que sesgada¡, ¡una información falsa sobre mi¡, y no vienen, o vienen pervertidos por esos malos profesionales que no piensan en los intereses de sus clientes, sino en los suyos propios.

En fin, no pienso cambiar, no van a poder conmigo ni con mi forma de ser y de trabajar.

Otro día te hablaré de aquello que oigo tantas veces “la notaría de Justito es buena para comprar, pero no para vender”. Parece una frase sin importancia, ¿verdad? Pues no lo es…. Hasta estoy pensando en poner un anuncio tipo banderola en el balcón de mi despacho con ese eslogan. Incluso se me pasa por la cabeza inventarme un fake: La notaría de Pinoso se suprimirá en la próxima demarcación notarial”. Entonces todo serían ays, ays, ays y madresmías … Entonces que no cuenten conmigo.

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¿He perdido la juventud opositando?

sobrevalorar la juventud

Pensé en ello mientras un viejo amigo que anda por los 55 tacos me contaba que se le podrían avecinar problemas laborales por importantes reestructuraciones de su empresa en la que lleva un porrón de años. Este mismo amigo es de los que ya solo pensaba (o así me lo parecía a mi) en prejubilarse en las mejores condiciones, sin embargo ahora parece (con el susto en el cuerpo) que ya no le interesa tanto y que el asunto le causa mucha preocupación. Conste que nunca ha sido de los que han dejado el cuerpo muerto en el trabajo. Ni mucho menos.

Para mis adentros yo pensaba: “Desde luego que yo invertí bien mi juventud”; “ese problema no lo voy a tener yo nunca”.

En su día yo era el infeliz y amargado y ahora soy el del “¡que bien vives¡”. Después continué pensando que, tal vez (y más ahora que se vive tanto), la juventud está sobrevalorada. Pensamos en que perdemos el tiempo empleando muchos años de plenitud en conseguir nuestra ansiada plaza, pero pensamos menos en que a los 30 o a los 35, con la plaza conseguida, quedará aún muchísimo por hacer y por vivir. Incluso llegará el día en que tus colegas estén cansados de trabajar y preocupados por una eventual pérdida de empleo. Mientras tú pensarás en que te queda hasta los setenta años y en lo bien que invertiste aquellos años en los que otros ganaban dinero, se casaban, tenían hijos y te adelantaban en todos los aspectos vitales y profesionales. Pasados los años, resulta que los dos amigos estamos al mismo nivel e incluso puede que yo esté por delante con más y mejores perspectivas profesionales.

Nosotros ya pasamos por aquellas preocupaciones laborales. Ahora les toca a otros sufrir. Nosotros ya hicimos nuestra inversión. Hicimos nuestra apuesta y nos queda mucho por trabajar y por vivir.

No te creas eso de malgastar tu juventud. Otros, probablemente, malgastarán su madurez y su experiencia.

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¿La oposición es dura o es aburrida?

Para mi es clarísimamente las dos cosas, pero me parece que es mucho más dura que aburrida.

Yo no diría que me aburrí opositando, más bien me desesperé opositando y hasta llegué a perder la esperanza de aprobar. Yo diría que estaba desesperado al poco de empezar pensando “en vaya lío me he metido”. La desesperanza no me la generaba el aburrimiento, ni la vida espartana; la desesperanza era una consecuencia de la dureza, del nivel de exigencia, de los años y de los suspensos. No creo que ningún opositor por encima de los siete años que, de media, dura actualmente la oposición diga que le pareciera más aburrida que dura. Por debajo de la media, el sentir pienso que también será mayoritario a favor de la dureza. Solo los elegidos y afortunados aprobados a la primera pueden decantarse por la opción “aburrimiento”. En cualquier caso, valoro mucho más la respuesta a la pregunta que me hago en este Opo Flash por parte de los opositores en activo y ex opositores, que por parte de los que ya hemos aprobado pues solemos tener una visión distorsionada por el éxito de la misión.

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¿Lo importante no es cómo empieza, ni cuánto se tarda, sino cómo termina la oposición?

lo importante es aprobar la oposición

Hacía tiempo que no sacaba un nuevo Opo Flash …

Creo que el debate del que hoy me ocupo me reaparece en un momento muy apropiado …

“Pues no, no exactamente, respondí yo.

En esta convocatoria, que aún está terminando pero de la que se ha celebrado ya el tercer ejercicio que (tradicionalmente y no ha habido excepción en esta ocasión) da las plazas a los aprobados, parece ser que hay un nuevo compañero que peina más canas que yo (dejémoslo en eso) y que, al parecer, no es porque empezara a opositar hace unos pocos años, aunque no tengo datos suficientes para afirmarlo con seguridad, ni tenga porqué hacerlo público si fuera exacta mi información. Envío, antes de continuar, una gigantesca felicitación al nuevo compañero a quien podríamos preguntar si es cierta la afirmación del título de este Opo Flash de hoy.

¿Lo importante no es cómo empieza, ni cuánto se tarda, sino cómo termina?

Tal vez esta afirmación sea propia de quienes tardan poco en aprobar y creo que no tanto de quienes nos cuesta dar por finiquitada (con éxito) la oposición. Imaginen lo que dirá uno que no aprueba y ha invertido un montón de años en no hacerlo. Ya me gustaría a mi haber tardado la mitad de tiempo o que me hubieran asegurado que iba a aprobar. Acabar aprobando compensa casi todo, pero no absolutamente todo (a mi modo de ver).

Para mi, empezar o no empezar es una decisión menor pues solo es el hito del comienzo del camino. Pasado el tiempo, tardar cuatro u once años no me parece, desde ningún punto de vista, que pueda ser lo mismo excepto por aquello de que “bien está lo que bien acaba” y porque tal vez los que estamos en la franja superior de las medias valoremos más el esfuerzo y sacrificios invertidos en el logro. Terminar aprobando es lo más fantástico que te puede suceder, pero si después de once no apruebas, ¿qué? y ¿tampoco importa nada haber tardado más o menos tiempo?

Decía otro que: “Lo importante es el camino, que la vida pasa en esos doce años. Seguir viviendo a tope aunque estés estudiando, pues el futuro es incierto”.

Vivir a tope y opositar son términos para mi absolutamente incompatibles. No creo que haya muchos opositores que vivan a tope.

Me contestaron que: “Por eso muchos no opositan. Vivir, tener experiencias, no estar en una burbuja y disfrutar del presente. Hacer planes a tan largo plazo para ni no es viable, más que nada porque he visto cómo por temas de salud se han truncado vidas en días o meses. Suerte, que saques la plaza“.

Respondí que la saqué hace diecisiete años y entonces me felicitaron. Creo que será la felicitación más tardía que recibiré por causa de mi ya lejano aprobado.

Pocos días después alguien me dijo: “Pienso que la vida no acaba por no llegar a aprobar, ni notarías, ni registros, ni abogacía del Estado, ni cualquier otra oposición”.

De nuevo respondí yo:  “No, la vida no se acaba pero tras años opositando, esa clase de comentarios te aseguro que ayudan muy poco. Es más, yo diría que molestan y, por eso, procuro no usarlos cuando hablo con “mis” opositores o ex opositores veteranos. A mi no se me hubiera acabado la vida, pero se me hubiera jodido bastante, te lo puedo asegurar. Alguno me quería consolar cinco minutos después de mis suspensos en el tercero diciendo gilipolleces como “yo te coloco en la Coca-Cola a descargar cajas” y cosas similares…”.

En fin, mucho ánimo a los treinta opositores que (encima en estos días tan especiales) tienen que tomar decisiones y mentalizarse para continuar o dejar la oposición tras haber suspendido el tercero.

Todo esto me hace pensar en un chiste muy bestia que mi amigo Zetace y yo nos contábamos hace unos años, pero es tan bestia que no se puede contar aquí …

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¿Mejor las burradas que las vaguedades cuándo estamos haciendo dictamen?

 

burradas dictamen

 

Le decía el otro día a un opositor con el que estoy trabajando el dictamen que muchos tienden a resolver los casos prácticos buscando el artículo que encaje en el problema que directamente se les plantea o que creen haber descubierto en el supuesto de hecho y que muchas veces no es el verdadero problema que se quiere plantear al opositor. Con ese artículo, como decía aquel preparador mío, se “segregan juguillos” y se pasa a otra cuestión dejándose muy probablemente la que verdaderamente se busca o el problema que plantea la aplicación o la interpretación del artículo de marras.

No cabe duda de que en mi propuesta de casos prácticos (dos por semana durante dos años), que avanza a buen ritmo, hay casos de articulito o de articulitos, de rudimento, esenciales, pero la cosa no es (ni muchos menos) generalmente así.

Así que en mi serie y en general al hacer dictamen, prefiero oír o leer una burrada y que un asunto quede claro, a que me citen el artículo o a que me estén leyendo vaguedades que no sirven de gran cosa ni aclaran casi nada al dictaminador.

En estos momentos iniciales, con una buena burrada aprenderemos mucho mas que si nos limitamos a buscar ese artículo que creemos resuelve la cuestión o a marear la perdiz sin mojarnos en algo definitivo o definitorio.

Fue lo que me pasó a mí cuando segregué juguillos aplicando el 166.3 Cci incurriendo en una buena burrada de la que me advirtió mi compadre JLN. Desde entonces los quids del 166.3 no se me olvidaron y aquello no volvió a sucederme.

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¿No es necesario entender nada para aprobar notarías o registros?

no es necesario entender nada

Por razón de la mudanza de mi despacho profesional en estos días, mis viejos temas de la oposición han acabado en la librería de mi despacho de casa y fuera de los archivadores en los que llevan los últimos treinta años. Tengo previsto encuadernarlos al igual que hice con mi material de dictamen y creo que lo haré en esta primavera de 2021.

Antes de colocarlos en el lugar más alto de mi librería, los ordené y los puse en una columna que alcanzó los cincuenta centímetros de alto a los que habría que añadir unos dos o tres centímetros más correspondientes a algunos temas de Mercantil que me estudié por unos cuadernillos de la entonces Academia de Notarías de Pamplona.

Paralelamente, en estos días, me ha llegado este comentario (de un abogado) a uno de los posts sobre oposiciones de mi blog:

“Siento lo que voy a decir en relación a los comentarios de “Desesperado” que comentaba que no entendía nada de los temas. En estas oposiciones tan exclusivamente memorísticas, no es necesario entender NADA; sólo hay que tener una memoria de elefante, pero el entendimiento y la comprensión no cuentan. Me lo comentaba así un registrador de la propiedad con casi cuarenta años de experiencia y que me decía que él no entendía nada de Derecho Hipotecario cuando se examinó en 1982 y que lo fue entendiendo con la práctica. Lógicamente y con tanta experiencia, a punto de jubilarse, ahora es un consumado especialista y lo sabe y entiende casi todo”.

Intenté responder sin polemizar al autor del comentario así que esto fue lo que le dije:

“Buenos días XX: Podría no ser necesario (aunque no estoy de acuerdo) pero sí muy conveniente. Probablemente el no entender nada es la causa de que muchos que creen que merecen y que pueden aprobar no lo hagan. Aquí, por ejemplo, tienes a uno que suspendió un solo oral (de los seis que hice) pero que no aprobaba la oposición. Tu ejemplo del registrador es válido (para a mi medias solo porque habría que contextualizarlo y estoy seguro de que hasta ese registrador lo haría) pero yo soy el ejemplo de lo contrario: no aprobé hasta que no entendí y no solo por culpa del dictamen puesto que me pasó lo mismo con el único oral que no aprobé. No creo que yo sea un caso aislado sobre todo si contamos a los que no lo consiguieron que son muchos más que los que sí lo hicimos. Sin mimbres, no hay cestos. Saludos, Justito El Notario“.

Habrá quien memorice con gran facilidad y dictamine bien porque, aunque tu no lo creas, lo ha comprendido y no solo memorizado, y habrá quien, como yo, memorice con menos comprensión y llegue a comprender con el dictamen. El resto, los que memorizan y no comprenden lo que han estudiado, son carne de suspenso aunque, evidentemente, pueda colarse alguno que sea como tu amigo el registrador. Además, ¿quién ha dicho que sea posible memorizar sin comprender nada en absoluto? ¿es posible meterse entre pecho y espalda cincuenta y tres centímetros de temas como lo hace Dustin Hoffman con la guía telefónica en la película “Rainman”? 

Por otra parte, tu ejemplo del registrador está, sin la menor duda, descontextualizado. Estoy seguro de que hasta ese registrador te haría unos cuantos matices a tu forma de contar lo que él te contó a ti y de que probablemente no lo gustaría que lo utilizaras como ejemplo de tu tesis. Además, no sé como podrás justificar los casos de tantísimos opositores con fabulosos recursos memorísticos que no han aprobado las oposiciones o el de otros que sin tanta memoria lo hayamos conseguido. La única respuesta es que tu visión es simplista, despreciativa y equivocada. No tienes razón. La memoria es importante en nuestras oposiciones (no puede negarse), pero decir que no es necesario entender NADA (si hubieras dicho no es necesario ENTENDER TODO, te lo aceptaría pues así es el Derecho), que solo hay que tener memoria de elefante y que el entendimiento y la comprensión no cuentan, es COMPLETAMENTE FALSO y te pondré un ejemplo: coge al más joven de los Notarios de España en este momento y coge al abogado ejerciente colegiado de España que lleve el mismo tiempo dedicado a la profesión que ese compañero mío desde que terminó el grado a ver quien es capaz de resolver un caso sencillo u otro endiabladamente enrevesado antes y más acertadamente.

En otras ocasiones, en otros comentarios a mis posts, reconoces que en la práctica diaria de la oficina notarial tiene mucha mayor importancia para ti la función del oficial de notarías que la del Notario. Afirmas que eliges notaría por los oficiales, no por los Notarios. También te he rebatido esa concepción (que traigo a colación porque redunda en el rechazo a nuestra capacitación), pero esta visión de hoy de nuestras oposiciones, la visión de los papagayos elefantiásicos que comienzan su ejercicio profesional como simples burros que acaban aprendiendo el oficio a base de practicar y de practicar, convierte nuestro talento, nuestra vocación, nuestro estudio, nuestra dedicación, en algo que cualquiera puede hacer con el tiempo y no desde el minuto uno de su ejercicio profesional cuando es evidente que a nosotros no nos hacen falta cuarenta años para hacerlo porque para eso nos hemos preparado, aunque tú no lo creas y por muchos ejemplos que me pongas.

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¿Opositores solteros y sin compromiso?

los opositores mejor solteros

“Pronto comenzaré a opositar para notarías y el que será mi preparador me ha advertido que no es la mejor opción iniciar esta etapa con pareja. Me han surgido miles de dudas con esta afirmación, ya que no me veo capaz de afrontar dicho reto sin ella” – me dijo una futura opositora hace unos días.

Menuda estupidez lo de no tener pareja, como diría mi mujer, ¿de dónde se ha escapado ese (o esa)?

Tal vez conoce a la pareja en cuestión y piense que no le conviene, pero no parece que hable de alguien en concreto sino más bien de tener pareja en general.

Vamos a ver, ¿no será más normal, lógico, coherente, razonable, pensar que unas veces la pareja resultará desastrosa y otras (la mayoría) no?

A mi, por cierto, me vino muy bien casarme en 1999 cuando llevaba ocho años de oposición. Por cierto, que nuestro noviazgo empezó nueve meses antes de empezar yo (y también ella) a opositar. Por cierto que mi novia, que luego fue mi mujer y que lo sigue siendo, fue un pilar fundamental durante toda mi oposición. Ella tuvo dudas cuando comencé (también las tenía yo), pero no eran dudas amorosas eran acerca de la envergadura del proyecto. No se equivocaba, tardé casi once años en aprobar.

¿Al menos – habría que preguntar al futuro preparador – se puede tener sexo esporádica o permanentemente o solo es válido el onanismo?

Cuantas tonterías, por favor. A lo mejor los opositores también deberían mantenerse vírgenes desde que empiecen hasta que terminen …

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¿Por qué algunos elegidos aprueban tan jóvenes?

algunos notarios aprueban muy jóvenes

Hace unos meses a propósito de mi post “El Notario más joven” se desarrolló una algo acalorada conversación en Facebook sobre las posibles razones de que algunos tarden muy poco tiempo en aprobar las oposiciones a notarías.

Algunos de los argumentos aportados fueron estos:

  1. Se trata de gente que ha adelantado años en la Universidad.
  2. Con un coeficiente intelectual superior a la media
  3. A los que los cambios legislativos y de programa les han respetado.
  4. A quienes el momento, la frecuencia o el número de plazas de la convocatoria les ha beneficiado.
  5. Que tienen una capacidad de sacrificio y esfuerzo superior a la media.
  6. Que marcan las diferencias en el día a día, con un poco más de tiempo de estudio, con menos tiempo de descanso, con menos vacaciones, con menos dispersiones y tentaciones, etc … dando lugar a la larga a mucho tiempo extra de estudio acumulado.
  7. Con buena suerte o con ausencia de mala suerte.
  8. Con mejores temas.
  9. Con mejores preparadores de temas y de dictamen.
  10. Que son unos cracks, unos máquinas, unas bestias pardas del estudio.
  11. Que son de esos que les gusta estudiar y que hasta pueden haber vivido la oposición como un especie de paseo militar.

No se trata de restar méritos, se trata de enumerarlos para indagar en las enormes diferencias de tiempo en la preparación que suelen existir. Yo mismo he vivido esto en mi casa con mi padre, que aprueba con veinticuatro y, por tanto, está en el listado de mi post; con mi hermana que aprueba con veintisiete años; con mi hermano que prepara un par de años y se lo deja y conmigo que apruebo con treinta y cuatro años.

Yo no adelanté en la Universidad, no sé mi coeficiente intelectual que presumo más o menos normal, sufrí un cambio de programa y muchos cambios legislativos (como casi todos), también sufrí una primera convocatoria en la que puse toda la carne en el asador y de la que salí perjudicado en parte por sus escasas sesenta plazas, demostrando una capacidad de esfuerzo y sacrificio enorme a largo plazo aunque a corto no me servía para cubrir los macro esfuerzos y las ausencias de descanso.

No considero que tuviera mala suerte, hasta diría que un golpe de buena suerte me rehabilitó para la oposición cuando solo pensaba en dejarla. Creo que simplemente mi coco me jugó muchas malas pasadas aunque no pudo conmigo. Por supuesto que pude haber tenido mejores temas y mejor preparación del dictamen.

¿El resultado de esta combinación da como resultado casi once años? Pues sí, así fue, aunque en mi mano estuvo el evitarlo y no fui capaz de hacerlo.

¡Olé por los que sí pueden y ánimo a los que les cuesta¡

Cada uno es cada uno y compararnos puede no reportarnos nada positivo.

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¿Por qué cuando me retiro o suspendo en notarías no sale mi nombre?

me retiro de notarías

Pues porque lo dice el Reglamento Notarial en su Artículo 18:

“Las calificaciones se expondrán seguidamente al público, expresándose el número de puntos alcanzados por cada opositor, sin hacer mención de los opositores que no hubiesen sido declarados aptos en los ejercicios”.

De ahí que un opositor suspendido, retirado o excluido, deje de ser FULANITO DE TAL Y CUAL, para quedar convertido en un triste número y una letanía a continuación:

SUSPENSO o NO APTO

RETIRADO

EXCLUIDO

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¿Por qué te ponen en notarías una nota de 5,01 y no de 5,00?

5,01 nota notarías

Pues la verdad es que no lo sé.

En mis cinco convocatorias, estoy seguro de que al menos en una dieron cincos (5) y no cincos ceros unos (5,01). Se interpretó, creo recordar, como un aprobado “con condiciones” que te obligaría a pasar algo más holgado el siguiente ejercicio. Posteriormente no sé si se han dado más casos. Lo habitual es que el que aprueba con la mínima lo haga con 5,01.

Recuerdo a un viejo compañero de colegio que se empeñaba en decir que en mi primer oral, había aprobado con la mínima y yo le decía (enfadado): “No he aprobado con la mínima; la mínima es 5,01 y yo he sacado un 5,05”.

Lo de las notas lo regula el Artículo 18 del Reglamento Notarial que dice al respecto:

“En los dos primeros ejercicios, cada uno de los miembros del Tribunal podrá conceder de uno a diez puntos, y de uno a veinte en el tercero y en el cuarto. En ningún caso al opositor que haya obtenido la declaración de aptitud en un ejercicio podrá asignársele una calificación inferior a cinco puntos”.

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¿Qué es un Notario electo?

notario electo nuevo

Pues un Notario nombrado para un plaza determinada que aún no ha tomado posesión de la misma.

¿Son los nuevos aprobados Notarios electos?

En este momento, no. De momento, están a la espera de que se resuelva el concurso en el que van a obtener sus primeras notarías. La DGRN ya dictó la Resolución por la que se publica la relación de aprobados, pero falta ese otro trámite más.

De momento, ya he podido ver cuantos acceden a la lista de “El Notario más joven”.

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¿Qué hubieras hecho si nada más empezar hubieras tenido la sensación de que no aprobarías?

opositor infeliz

Justito, ¿sabes que es lo peor? Que soy infeliz no intentándolo, pero creo que nunca aprobaría. Es algo dificilísimo, algo parecido a que te toque la lotería, sobre todo cuando las circunstancias personales no son adecuadas. Si tú hubieses tenido la sensación de no aprobar nada más empezar, ¿hubieras seguido?”

La verdad es que es todo un dilema. Es un “quiero pero no puedo” en toda regla. Creo que yo no hubiera seguido. Si me hubiera dado cuenta de que no podía con la envergadura del asunto, lo habría dejado, pero en realidad a mi se me dio bien desde el principio. No era rápido estudiando, pero una vez terminé la primera vuelta, cogí ritmo y funcione muy bien hasta que me pegué el batacazo.

Entonces es cuando no debería haber seguido. No sé cómo lo hice (bueno, sí lo sé y lo he contado) y un día remonté. Pero si desde el principio ves que no, sientes que no, tal vez sea que no y debes dejarlo, salvo que no seguir probando te haga aún más infeliz.

Que te toque la lotería es mucho más difícil. Y, aunque sé que no es lo que has dicho, las oposiciones no son una lotería (como muchos piensan o creen). Aunque tal vez sí sea más difícil aprobar notarías a que te toque la lotería. ¿A cuántas personas les toca en un año entero la lotería en España? Supongo que a miles. Las oposiciones a notarías solo las aprueban unas cien personas cada dos años. Lo malo (o lo bueno) es que para que toque la lotería solo hace falta comprar el boleto, esperar y tener suerte. Para aprobar notarías hay que dejarse la piel una media de siete años.

En cuanto a las circunstancias personales (ya lo hemos hablado), las considero fundamentales. Ya lo he dicho muchas veces, para mi hay que disfrutar de los puntos 1 y 2 y llevar a cabo el tercero con la idea de que el punto 4 sea resistir y el 5 un aprobado.

1.= Salud física y psíquica.

2.= Medios económicos suficientes.

3.= A probarse.

4.= Resistir.

5.= Aprobado.

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¿Qué me llevo al dictamen?

qué me llevo al dictamen

No sé si había sucedido en otras ocasiones, pero la Gestoría Calvo ha informado que de cara a la práctica del tercer ejercicio de la última convocatoria de registros (que ha sido estaba semana), “los señores opositores podrán consultar los textos legales sin comentarios ni jurisprudencia que lleven al examen. Las concordancias no se considerarán comentarios. Son suficientes los siguientes textos legales:

  1. Legislación hipotecaria inmobiliaria y mobiliaria.
  2. Código civil.
  3. Leyes de arrendamientos urbanos y rústicos.
  4. Ley del catastro.
  5. Ley de propiedad horizontal.
  6. Normativa urbanística estatal.
  7. Ley y reglamento notarial.
  8. Ley de juicio miento civil.
  9. Normas mercantiles y concursales.
  10. Normativa administrativa general.
  11. Normativa Unión Europea general (conflictos de leyes).
  12. Y legislación foral”.
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¿Se pueden consultar textos legales durante el tercer ejercicio?

consultar libros

Sí y hasta una calculadora.

Lo regula el Artículo 16 del Reglamento Notarial:

“Los opositores estarán totalmente aislados, y no podrán consultar sino los textos legales que el tribunal les permita, y que por sí mismos se proporcionen, sin notas de jurisprudencia ni comentarios. Así mismo podrán utilizar calculadora”.

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¿Si pudieras dar marcha atrás y darte un consejo sobre la oposición que te dirías?

 

“¿Qué fue de Brad?” es una película protagonizada por Ben Stiller que interpreta a un padre que se cree fracasado y piensa, siempre auto-analizándose más de la cuenta (uy, ¿a quién me recuerda esto?) que a él le ha ido muy mal la vida y, en cambio, a sus amigos del instituto les ha muy bien. Quiere a toda costa que eso no le suceda a su hijo. El hijo lidia como puede con el coco atormentado de su padre y en un momento ya avanzando de la película le pregunta: “Si pudieras dar marcha atrás y darte un consejo, ¿qué te dirías?”

Inmediatamente pensé en lo que yo me diría a mi mismo sabiendo lo que luego me pasó. No hablo de lo que yo le diría a otros. No es ese el caso que quiero plantear. Mi caso es que yo pudiera retroceder en el tiempo y que mi yo del futuro le dijera algo a mi yo del pasado. Sería como lo que el viejo Biff hace con el joven Biff en Regreso al Futuro II. Yo lo tengo mega claro.

Yo me diría estas dos cosas:

  1. Vete a segunda vuelta. Sigo pensando que si en primera convocatoria hubiera esperado a segunda vuelta, podría haber aprobado igualmente el primero y hasta con reserva de nota y no hubiera llegado al segundo con posibilidades como lo hice para luego suspender. Aquel suspenso me sentó tan mal que eso, unido al sobre esfuerzo, me sumieron en un larguísimo bache.
  2. Medícate. Cuando me puse malo a los pocos meses de suspender aquel segundo, tenía que haberme tratado a fondo y no lo hice. Fue un gran fallo. Perdí la convocatoria de Sevilla y solo remonté cuando por fin perdí el miedo a medicarme y lo hice.

A propósito de esta entrada (tiempo después de publicarla), mi compañero Ignacio Gomá, me hizo mención a este artículo sobre los Opositores Primerizos: Orientaciones para el opositor primerizo | Transparencia Notarial

 

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¿Te pueden echar de los exámenes orales?

excluido examen notarias

Sí, aunque es inusual que se excluya a nadie con el clásico toque de campana.

Lo regula el Artículo 16 del Reglamento Notarial:

“En el primer ejercicio se podrá excluir al opositor, al concluir su exposición del segundo tema de Derecho Civil, si el tribunal, por unanimidad, acuerda que los ha desarrollado con manifiesta insuficiencia para obtener la aprobación. Igual medida podrá ser aplicada en el segundo ejercicio al término de la exposición del primer tema de Derecho Hipotecario“.

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¿Tengo que ir de traje y corbata al dictamen?

corbata dictamen notarias

La verdad es que no existe un “dress code” para asistir a examinarse ni de los orales, ni de los escritos, ni para la lectura de estos últimos.

Tengo contado aquí que El opositor no viste de luces pero sí tiene una suerte de uniforme, trajes y corbatas de tonos oscuros, con camisas blancas o azules (nada que resalte demasiado) para los hombres y trajes de chaqueta también oscuros con faldas más bien largas para las mujeres”, pero yo ya aprobé hace tiempo y no sé si las cosas siguen siendo exactamente así.

En alguno de mis orales, en Madrid casi con seguridad, había un opositor con traje de color claro y corbata estridente que además hablaba muy alto llamando la atención de todo el mundo. Quizá sea mejor no llamar la atención del tribunal en modo alguno, no vaya a ser que una corbata espantosa pueda despistarles de la atención y llevarles a pensar en el poco gusto que tiene este opositor, aunque, por supuesto, sobre gustos no haya nada escrito.

Centrándonos en el dictamen, puesto que me llega la pregunta de uno de los opositores en capilla, hay quien, como Eduardo Llagaria, aconsejaba ir de traje y corbata pero con un jersey preparado para colocárselo cuando llega el momento de comenzar y así estar y encontrarse más cómodo. A mi no me incomodaba la corbata (que acaba aflojándose) y, por supuesto, te permiten que te quites la chaqueta, pero como quedarse en mangas de camisa puede dejarte algo frío (aunque yo soy de los de camiseta interior de manga carta) creo que el consejo de Eduardo es la mar de bueno.

No sabría que recomendar para las chicas, pero, por favor, ¡que nadie se presente con una sudadera¡ (palabra que, por cierto, nunca ha estado en mi vocabulario y no me gusta nada) no vaya ser que muchos años después, como me pasa a mi con el de la corbata estridente, nadie consiga olvidarte. Creo que si me encontrara por la calle con Mr. Corbata Horrible aún le reconocería. Por cierto, no sé si llegó a aprobar las oposiciones.

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¿Un consejo para el primer día de cante?

primer cante notarias

“Cantaré pronto por primera vez y estoy algo nervioso, ¿tendrías algún consejo para mí que me acompañe en esta nueva vida?”

Si te dijera lo mismo que los veteranos que preparaban con mi preparador me dijeron a mi el primer día, te diría “no vayas, aún estás a tiempo”, pero hablando en serio se me ocurre decirte que lo hagas como si te fueras a examinar; que defiendas el tema con uñas y dientes, procurando no pararte, sin preocuparte demasiado del cronómetro y sin que se te ocurra decir algo así como un “uf, no me acuerdo”, “uf, me está saliendo fatal”, ni otros “ufs” por el estilo (en voz alta, al menos). Si te tienes que saltar algo, te lo saltas, si lo tienes que hilar de mala manera, lo haces, pero tú termina, suelta tu rollo y espera a ver que te dicen. Lo harás mejor o peor pero te quedarás a gusto.

A lo mejor te pasa como a mi y te dicen “muy bien para ser la primera vez”.

En cuanto a la figura del preparador, a quien evidentemente no conozco, banalizala mientras cantas, ya te pegarán el rollo al terminar, pero si dejas que te condicione te saldrá peor de lo que debería salirte.

Si hay interrupciones, llamadas o una bomba, sigue hablando….

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¿Y cuándo se empieza con el Mercantil?

mercantil oposiciones notarías

Cuando se termina una materia hay que empezar con la siguiente, pensé inmediatamente después de que me hicieran esta pregunta. Desde luego, así lo hice yo.

Filosofaba más tarde en un audio que enviaba a una opositora acerca de que, en mi opinión, en esta época de alternancia de notarías a registros y viceversa, tenía yo la sensación de que en muchos opositores esto da lugar a que el segundo ejercicio (con sus materias respectivas) esté permanentemente mal preparado o no suficientemente bien preparado.

Antes eran las reservas de notas las que hacían que mucha gente, premeditadamente o no, estudiara la oposición por etapas. Apruebo el primero con buena nota, suspendo el segundo pero le he dado un buen empujón y a la siguiente no tengo que hacer el primero y consigo aprobar el segundo y plantarme en el dictamen.

No hay estadísticas de resultados de aquello que se hacía antes o de lo que pasa ahora con tanta alternancia, pero detecto mucho bajón en la preparación del segundo y esa podría ser la explicación. No es de recibo que opositores muy veteranos dependan tanto del número de sorteo y les venga fatal un número alto porque llevan flojo el segundo (a estas alturas de su película).

Así que ya sabéis: en mi opinión, terminas Civil a por el Fiscal, terminas el Fiscal a por el Mercantil, terminas el Mercantil a por el Hipotecario y terminas el Hipotecario y a por el Notarial … y, además, siempre llevando un poco (o un mucho) de todo, hasta que la inmediatez del primero obligue a dejar el segundo durante unas semanas o meses y a centrarse en el primero.

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“Anímicamente, no puedo más”

opositor animicamente agotado

“Leo y releo sus posts sobre la oposición. La mía es sin duda mucho más liviana que notarías, pero aún así nado a diario en un mar de incoherencias y desánimo. Intento luchar contra la soledad que supone saberte sola ante un temario y con la gente a tu lado animándote cuando el opozulo se hace el lugar más frío y vacío posible. El saber si estoy haciendo lo correcto, si he tomado el camino adecuado o es momento de dejarlo (porque anímicamente no puedo más) es el dilema que me atormenta a partes iguales. Luego veo que usted, tras sacrificios y sacrificios lo consiguió y eso da aliento. Le aseguro que sí. Simplemente es una reflexión en voz alta, a alguien que por sus posts creo ha pasado por esto. Gracias.

Me pongo perfectamente en tu lugar, me siento completamente identificado contigo. Explicas a la perfección como se siente uno cuando no puede más y lo haces en no más de cuatro líneas.

Sabes que pienso que todas las oposiciones tienen una base común: hay que empezar, acostumbrarse al estilo de vida, estar satisfecho con el resultado y seguir avanzando hasta el final. Suerte tienes si tienes quien te anime (quien te anime de verdad, pues los que pasan por tu lado diciendo las mismas frases hechas de siempre a mi particularmente me molestaban más que me ayudaban). Estoy seguro de que no has hecho lo incorrecto. Has hecho lo que has querido y lo que has podido, pero si anímicamente no puedes más tienes que pasar al plan B (ayuda psicológica), al plan C (tratamiento médico) o al plan D (dejarlo). Yo pase por el plan B y el C y conseguí evitar el D, aunque estuve muy, pero que muy, cerca de no conseguir evitarlo.

Como bien dices, mis sacrificios me llevaron a conseguirlo pero estuve en la cuerda floja, muy en la cuerda floja. Perfectamente pude no haberlo conseguido. Ánimo y piensa que puedes estar más cerca por este camino que comenzando uno completamente distinto.

Muchas gracias por tus palabras que me animan a seguir escribiendo sobre las oposiciones.

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“Consejos para ayudar a mi novia opositora”

animar al novio opositor

“Mi pareja está opositando a notarías y se va a presentar por primera vez en la próxima convocatoria (el año que viene, si no me equivoco) y quería saber, para cuando llegue el momento, qué puedo decirle para animarla, cuando vaya a entrar a hacer el examen o la noche antes de examinarse. ¿Qué palabras crees que pueden venir bien en esos momentos?

“Decirlo difícil es”, que diría el Maestro Yoda ….

De manera general, para toda la oposición, yo valoré mucho que nadie interfiriera en mis decisiones y que todos (todos los que interesa que lo hagan) procuraran ayudarme escuchándome, comprendiéndome, acompañándome, tomándome los temas, callando cuando tocaba o hablando si se terciaba.

Creo muy importante ser sincero en la relación de pareja. El uno con el otro (y el otro con el uno) para evitar las frecuentes rupturas una vez que las oposiciones terminan (ya hablaremos de eso otro día, pero que a fin de cuentas, como dijo aquel, todas se podrían resumir con un “tú lo que quieres es fxllxr distinto, ¿no?” y dando por seguras unas grandes dosis de egoísmo y de comodidad).

En fin, dar ánimos y comprender, y cuando llegue el momento, pues un guiño, un signo de la victoria, un “tu puedes”, algo que te quite el tremendo acojone que te entra cuando es tu turno y te encuentras como el torero arrodillado esperando al toro de los temas a puerta gayola.

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“El que no la sigue, seguro que no la consigue”

el que no resiste, no gana

Me decía una nueva amiga opositora al contarme las vicisitudes de sus años de oposición:

“¿Qué he aprendido de esto? Que de todo se sale y que tendré aún más momentos malos. Pero siempre estudié lo que me dejó el cuerpo, la cabeza y el espíritu. Y no me arrepiento. Siento que ha pasado lo peor y trabajando solo se puede llegar a buen puerto“.

Discrepo, le dije, siendo tal vez un poco duro con ella. Trabajando puede no salirte. Haces bien en no arrepentirte, pues esto es lo que quieres hacer y solo por este camino llegarás a buen puerto, pero no es seguro que llegues (no me gustan los mantras, ni siquiera me gusta el mío del que la sigue la consigue pues solo tiene de verdad lo contrario: si no sigues, no la consigues). Yo también tengo la sensación de que has pasado lo peor porque ya has pasado mucho, así que tienes tu dosis de mala suerte bastante cubierta pero … no está nada hecho aún. Sigue en esta línea y no bajes la guardia.

La placa “El que resiste, gana” que no es más que un “El que la sigue, la consigue” (y tiene su lectura al revés .. “el que no resiste, no gana (o pierde)”) fue un regalo de mi muy mejor amigo cuando aprobé. De todas formas, no me gusta hablar de perdedores … yo estuve a esto de no conseguirlo.

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“Estoy a pocas semanas de examinarme y estoy ennerviado pero no nervioso”

ennerviado

 

Me dice un opositor casi en capilla que está “ennerviado” pero no nervioso.

Le digo que me parece curiosa la diferencia y presupongo que quiere decir que está nervioso pero para bien, no nervioso de angustia o de ansiedad sino de tensión adecuada al momento que estás pasando.

Luego me aclara un poco y creo que vamos en la misma dirección: “Pues para mí la diferencia entre “ennerviado” y “nervioso” es que cuando uno está nervioso normalmente está apabullado y asustado (en pocas palabras, acojonado). Cuando esta ennerviado normalmente esta motivado y con ganas de enfrentarse a lo que le ennervia. En este caso, el examen”.

Algo he encontrado sobre el término (que no está recogido en el diccionario de la RAE) en Internet. Concretamente en esta web sobre el dialecto de Peraleda de la Mata (Cáceres) donde nos explican en cuanto al origen: “Latín. Nos viene del castellano antiguo. Es castellano desaparecido. Se usa en algunas partes de España”. Y en cuanto a su etimología: “Las formas enerviar, ennerviar y nerviar se conservan en diversas partes de España y América. De su participio pasado salen nuestros adjetivos ennerviao y nerviao”. Hasta nos ponen un par de ejemplos y uno de ellos muy relacionado con lo nuestro: “No me pasa na, es que yo cuando via recogel las notas me pongo to ennerviao”.

Que yo sepa este opositor no es cacereño porque si lo fuera me hubiera dicho: “No me pasa na, es cuando via examinalme me pongo to ennerviao”.  Por lo que parece escuchar un tema en dialecto peraleño tendría mucha gracia.

Él y yo nos conocimos de una forma peculiar. En una concentración de Vespas y gracias a su madre. Otro día os lo cuento.

 

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“Estudia como una loca”

estudiar como una loca

“La pobre estudia como una loca. Yo no recuerdo haber estudiado tanto; es más, no lo hubiera aguantado”.

Quien eso escribe era Notario con 25 años, 1 mes y 7 días.

Yo lo conseguí con 34 años y 4 meses. Estudié unos cuatro años y medio como un loco. Luego me atasqué durante unos tres años y luego volví a hacerlo como un loco durante cuatro años mas. Suman 11 y medio y, en realidad, solo fueron casi 11 así que péguenle un recorte a cada etapa y les cuadrarán los números, aunque aproximadamente y sin hacer memoria ya ven que me sale que estudié unos ocho años como un loco.

Está claro que a algunos les es imposible recordar haber estudiado tanto, porque simplemente lo hicieron durante un corto periodo de tiempo y para una sola convocatoria (de uno o dos ejercicios según la época). También es cierto que no debemos descontextualizar una afirmación que se hace respecto de alguien que se encuentra afrontando esta convocatoria en curso y por lo tanto está a tope, con la sexta marcha y a todo lo que da la mata porque se está examinando con lo que podría entenderse que se estaba queriendo decir “yo no recuerdo haber estudiado tanto cuando llegaban los exámenes”, sin dejar de lado tampoco que alguien que aprobó con esa edad hizo un único oral (había un solo ejercicio) mientras que yo hice seis, por lo que pasé seis veces por esa etapa de estudio mucho mas intenso. El caso es que, una vez mas, está claro que todo se olvida (hasta lo mas malo) y que lo que les ocurre a muchos es simplemente que han olvidado lo que fue su oposición y, mas que eso, que la aprobaron tan rápido que no conservan (que no tienen, en realidad) la sensación de terrorífico esfuerzo que sí que tuvimos que hacer otros para conseguirlo y del que conservamos un nítido recuerdo y que fue el mismo esfuerzo que hicieron ellos pero durante mucho menos tiempo. No olvido tampoco, que aprobar tan rápido probablemente supuso para los que lo hicieron un plus de horas, menor descanso y pocas vacaciones pero lo cierto es que mi padre, que aprobó con 24 años, 9 meses y 5 días, ya nos hablaba de sus ocho horas diarias y de seis días a la semana (ambas cosas, en principio, como ahora) aunque seguramente con escasos días de vacaciones. Con los años yo he visto con claridad como mi día y medio de descanso y mi exceso de vacaciones (las que me indicaba el preparador, por otra parte), unidos a mis altibajos pudieron condenarme a mas años de oposición, aunque a fin de cuentas yo me estaba examinando del segundo con tres años y medio con grandes opciones de aprobar, aunque con aquel suspenso me viniera la debacle.

Lo mejor de la frase es lo de “yo no lo hubiera aguantado” viniendo de alguien que aprueba tan joven y a la primera. Imaginen lo que es aguantar durante la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta convocatoria que un servidor firmó.

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“Ha pasado, y a pesar de ello tengo más claro que nunca que voy a seguir”

continuar con la oposicion

 

“Tenía la ilusión después de llevar años leyéndote de escribirte para decirte que había aprobado y darte las gracias, pero he suspendido y me siento en la necesidad de pedirte consuelo. Llevo tres convocatorias y en esta he llegado al dictamen y lo he suspendido. Si soy sincera, no esperaba suspender pero ha pasado y a pesar de ello tengo más claro que nunca que voy a seguir”.

Si has llegado a tu máximo nivel y ha habido un contratiempo inesperado (cosa que le sucede a mucha gente) pero te quedan fuerzas, no queda otra que volver a intentarlo procurando mejorar en aquello que se haya fallado. Lo que haya sucedido no tiene porque volver a repetirse y en el dictamen (no es así con los temas), solo cabe mejorar. No te desanimes (demasiado) que has llegado a lo mas alto hasta ahora y el bacatazo nos lo hemos pegado muchos antes. Hay que resistir y tu determinación a hacerlo parece clara.

Me estoy viendo aquella noche de dictamen (de suspenso para mi). Me recuerdo en pijama sentado en un sillón de la sala de estar de mi casa (la de mi madre) hundido en la miseria, al borde del llanto (lloré luego en la cama) y como mi hermano mayor, que ya no vivía en casa, vino a consolarme diciéndome: “bueno, si uno no puede ser astronauta tendrá que conformarse con ser piloto”. Yo automáticamente le dije: “no, si voy a seguir”. ¿Cómo no iba a hacerlo después de haber pasado una larguísima crisis, de haberla superado milagrosamente y de haber llegado a mi primer dictamen? Como esta opositora de hoy, en situación distinta, yo también lo tuve claro, así que seguí y acabé aprobando (eso sí, tuvieron que pasar otros cuatro años y dos convocatorias mas).

Ánimo y gracias por contármelo y confiar en mi.

Como siempre, toda la historia en mi libro: “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”.

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“Imagínatelo desnudo”

imaginatelo desnudo

“¡Hola Justito! Creo que esta vez voy lanzado hacia el aprobado. Si no es en esta, pues en la siguiente, pero voy a conseguirlo. Pronto tengo mi primer completo. Estoy tranquilo y confío mucho en mi trabajo pero estoy algo nervioso. ¿Podrías darme algún consejo para tranquilizarme y aguantar? Muchas gracias”.

Bueno, está el viejo truco de imaginarse desnudo al preparador o preparadora … pero creo que no será muy conveniente que lo hagas, así que hablemos en serio…

Yo creo que la tranquilidad la da, fundamentalmente, el saberse bien los temas, aunque si no te los sabes tan bien, hay que saber valorar que los completos (como todos los cantes) son un entrenamiento para lo que pueda pasar los días de examen. Hay que aprender a dominar los nervios y a improvisar para sacar adelante un tema que uno no recuerda muy bien o que no lleva muy bien sin que se note demasiado que las estás pasando canutas. Te aseguro que, al final, se aprende a hacerlo.

“En realidad, el preparador me ha hablado de que se iba a poner su socio en bolas detrás de él”.

Y, claro, otra vez nos hemos acabado riendo.

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“Lo seguiré intentando hasta que lo consiga”

seguiré intentando aprobar la oposición

Hoy no voy a hablar yo. Lo va a hacer mi amiga Bancaria de la que he tenido noticias recientemente. Ha aprobado el primero y pronto tiene el segundo. Esto es lo que me contaba hace solo unos días:

“Olvidado tengo a todo el mundo … Estos últimos meses no hago más que estudiar. No tengo vida y he decidido que sea así en las siguientes semanas hasta que me examine del segundo. Llegué al primero mentalizada, controlando los nervios, más o menos tranquila, con muchas ganas y con mucha más seguridad y conocimientos que el año anterior.. Es más, la sensación era “¿cómo podía pensar que el año anterior podría aprobar si no sabía nada…?”. Los días pasan rápido, las horas mucho más y la sensación de agitación mental de conocimientos es la leche … recuerdas un tema perfecto y a los tres días no recuerdas nada. El “reseteo” automático e incontrolable es un fenómeno paranormal al igual que las conversaciones con el resto del mundo que a la vez que te entran por un oído y te salen por el otro … Eso sí, la respuesta “a mi no me has dicho nada” es el comodín del público. Las idas de cabeza, la locura transitoria, la irascibilidad “nivel máximo” y que todo es catastróficamente mundial son los niveles normales en los que me muevo últimamente. Después de dos años y medio (casi), me doy cuenta de que me gusta lo que estudio, me gusta lo que podré hacer, me gusta el trabajo que tendré, me veo allí … Ya es por cabezonería … si no es esta, la siguiente lo será. Influyen más factores que no dependen de mi, por lo que no quiero fustigarme pensando que es culpa mía o que no valgo para esto. Tal vez podría haberlo hecho mejor … Me planteé la oposición con toda la prisa, toda la rapidez, toda el ansia de planificación sobre objetivos fijados a la que había estado acostumbrada en mi trabajo en banca durante los anteriores once años. Estaba acostumbrada a trabajar por objetivos y a que casi todo dependiese de mi… Así me planteé el inicio de la oposición, pero cada semana, cada mes que ha ido pasando, ha desmontado cualquier objetivo a corto plazo. Es más, me quedo con la frase de mi Opocompi, “no todo el planing se debe hacer en boli… sino a lápiz, para poder replanificar…” ya que no todo depende de uno, así que eso es lo que hago. Esa compañera está siendo indispensable para mi. Comprensión absoluta y conexión mental a la recíproca durante los dos últimos años. ¡Qué suerte habernos encontrado en la academia¡ Con su compañía es más fácil el camino. Este último año ha sido duro a todos los niveles .. todo se desmorona cuando necesitas mayor tranquilidad, todo se tambalea cuando solo debes estar centrada en lo tuyo .. en fin.. dejándome la piel estoy. Ya queda poco. Ojalá pueda lograrlo, pero de todos modos, si no fuese así .. lo seguiré intentando hasta que lo consiga“.

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“Los árboles (temas) no te dejan ver el bosque (la oposición)”

arboles no dejan ver bosque

“Es duro no poder estudiar porque tu mente no puede más o porque se pierde la motivación y la confianza en uno mismo tras un primer (o posterior) suspenso a la espalda. He pasado por eso y sigo en ese período de asqueamiento, sin ganas de coger al toro por los cuernos aunque también es cierto que poco a poco se  consigue sacar las fuerzas para ello. Sigo luchando y marcándome un planning de estudio menos ambicioso y me estoy dando otra oportunidad. Gracias por hacer ver la realidad (no siempre maravillosa) que rodea al mundo de las oposiciones y por tratar todos estos problemas como algo más normal y propio en esta carrera de fondo”.

Ya hablé de la maravillosa aventura de la oposición y de lo que pienso de los opositores nostálgicos. Poco puedo añadir a lo dicho. La oposición es, como decíamos cuando yo era niño (no he oído nunca decir eso a mi hijo con lo que supongo que ya no se dice), una mierda pinchada en un palo. Lo siento, se me atragantan un poco los opositores excesivamente optimistas (esos a los que una amiga de Instagram llamó opositers), tanto como los eslóganes de carpeta de instituto para combatir los males de la oposición.

Sí, amiga, ese absurdo querer y no poder es horrible. Alrededor sueles oír “pues, dejatelo” (ese gran consejo, esa gran decisión). Los tuyos no saben ni que decirte. Haces mil plannings, no cumples ninguno, pero yo un día remonté. Ya te conté como fue: me creí (tomé la decisión) de que la siguiente era la última, me mediqué y “de repente” volví a estudiar bien. Fue un “milagro”. Sabes también que me ayudo mucho mi Código Civil. Era lo único que era capaz de estudiarme. Repetía artículos sin cesar y sin hilarlos dentro de un tema. Aquel dominio me salvó. Tienes posibilidades … estoy seguro. Recuerda aquello de Justito, los árboles no te dejan ver el bosque”.

Ya sabes donde estoy.

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“Maravillosa aventura de la oposición”

aventura opositar

Impagables estas reflexiones compartidas de un amigo opositor que aún tiene ánimos, después de un largo recorrido, para calificar a nuestra oposición como “maravillosa aventura”.

Discrepando en esos términos pues para mí la oposición fue una tortura de principio a fin, de la que salvo muy poca cosa (aparte del resultado final, lo aprendido y el valor del sacrificio y el esfuerzo), decía mi amigo además cosas como que:

“Es curioso como el tiempo sitúa las cosas en su sitio”

Y hablaba de que: “Preparadores hay muchos, pero preparados no todos lo están”

No he abandonado gracias a mi preparador, que me ha hecho la oposición una meta alcanzable y que lejos de la falta de entrega y atención que dispensan muchos preparadores, haciendo el camino estéril y poco gratificante, me muestra empuje e ilusión

“El tiempo no puede atesorarse, solo ganarse perderse o ahorrarse y ha sido recientemente mi enemigo, pero también mi amigo en numerosas ocasiones cuando he conseguido obtener el máximo partido de él”.

“Profundo agradecimiento al preparador”. Yo también se lo dispenso al mío al que pronto le dedicaré unas líneas más extensas pues recientemente he pensado que se las estoy debiendo desde hace tiempo.

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“Me han dicho que los preparadores no preparan a los que no se dedican a tiempo completo a la oposición”

opositor 40 años notarías

“Tengo 40 años, soy economista, casado y con dos hijos. Siempre me ha gustado estudiar aunque sé que estudiar una carrera no es lo mismo que estudiar una oposición. Ahora estudio Derecho y, curiosamente, me está resultando más asequible la memorización pura y dura (a raíz de un artículo tuyo estoy memorizando los primeros 42 artículos de la Ley Hipotecaria). Las materias próximas a lo notarial me parecen las más interesantes. Opositar supone alcanzar un nivel de conocimientos altísimo y, como leí no hace mucho, ser Notario sería alcanzar un trabajo independiente de verdad. Me han dicho que los preparadores de notarías no preparan a opositores que no se dediquen a tiempo completo, ¿crees que es posible aprobar notarías preparando a tiempo parcial (creo que podría sacar unas 6 horas de media al día)?“.

Una de las razones por las que yo quería ser Notario es por esa independencia de la que me hablas. No tener jefe es una de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida, así que estoy de acuerdo contigo. Te diría además que a mi nunca me ha gustado estudiar al menos como estudian los estudiantes. Como estudioso la cosa ya cambia bastante. Actualmente me paso la vida estudiando aunque sea de una manera completamente distinta a la que lo hice hasta los 33 años.

En cuanto a que directamente no te preparen si compaginas trabajo y estudio (más veteranía y familia), no creo que sea así aunque sí que es cierto que puede no resultar tan fácil como a un recién graduado. A fin de cuentas parece que uno afronta un doble reto con este perfil de opositor aunque, si lo pensamos bien, no debería de tener ninguna influencia si el opositor es serio y hace lo que puede a un ritmo que haga posible aprobar algún día. Respecto de las horas yo siempre oí a mi padre lo de las 8 horas 6 días a la semana aunque ahora diría que se estudia aún más y desde luego yo lo hice. Con 6 horas al día hubiera tardado un año y medio en terminar el primer ejercicio pero mi consejo es que no te quedes con el gusanillo de intentarlo, consigue preparador y ponte a ello a ver que tal te va. Yo creo que no hubiera sido capaz de hacerlo.

De todas formas te digo lo mismo que le he dicho al consultante de mi penúltimo Opo Flash: “Muchos siguen empeñados en hacerme preguntas sobre la oposición y en no hacer caso a mi consejo de comprarse “Nada antes que opositar: Nihil prius oppositio”, leérselo y después preguntarme las dudas que puedan quedarles. Así se lo digo cuando me consultan (aunque parezca una indirecta es en realidad un sincero consejo) a ver si caen en la cuenta de que no tengo un gabinete psicológico 24H y en que ya me exprimí lo suficiente escribiendo el libro en el que cuento todas mis miserias como opositor”. Algunos, sin embargo, en vuestras consultas aún me planteáis algún tema nuevo o que tengo menos tratado.

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“Me preocupa tener que trabajar demasiado cuando apruebe la oposición y no tener vida”

opositora vacaciones notario

“Buenos días Justito: Antes que nada, quería darte las gracias por tus increíbles blog y libro, habéis sido la principal causa por la que me he animado a emprender está pequeña guerra llama “oposición a notarías”, aunque la verdad es que nunca había tenido tantas dudas como las que tengo ahora. A lo mejor tú me puedes guiar un poco en base a tu experiencia. Dejando a parte que no paro de pensar en qué clase de berenjenal me he metido y que siempre pienso que voy a aprobar la oposición, me preocupa el no tener vida después de ella. Es decir, al sacarte notarías te “prometen” una buena vida, un trabajo que te da buenos ingresos, pero me preocupa si tendré que vivir única y exclusivamente por y para el trabajo, o si no podré viajar, o tener tiempo para la familia y para disfrutar todo lo bueno que me puede brindar tener un buen trabajo. Tal vez te resulten preocupaciones extrañas ya que en tu blog, los opositores solemos abordarte con dudas de otro tipo. Vamos, que me preocupa no tener vida después de pasar el suplicio de la oposición porque deba estar siempre en la notaría para firmar. La verdad es que todo esto no te lo explican los preparadores. Muchas gracias de antemano“.

Cuánto me alegra que haya gente que sepa que los Notarios solemos trabajar mucho. Viene bien que esto se sepa.

Muchas gracias. Lo que me dices es un gran estímulo a mi labor. Los Notarios vamos trabajando mas cuantos mas años de ejercicio llevamos porque vamos teniendo mejores notarías. Por eso muchos tienden a asociarse (convenirse en el argot), es decir, a unir sus despachos con otros compañeros de la misma población. De esa manera tienes mejores opciones pare disponer de algo mas de tiempo libre y, sobre todo, de mejores vacaciones. Al margen, yo concretamente trabajo mucho (aunque firmo bastante poco). Estoy en la notaría unas 10 horas diarias (sin salir ni a comer) y echo muchas horas mas con el blog que no es un divertimento (salvo en cuestiones puntuales) sino una forma de estudio y profundización en el Derecho. Es mas usual que la gente se vaya a comer a casa, aunque sea tarde, y que vuelva después o que no trabaje por la tarde. Tú puedes organizarte como quieras y si no quieres trabajar mucho, pues probablemente no lo harás y, simplemente, la gente se irá a firmar a la notaría de enfrente. Fácil, ¿no? Hay trabajo para aburrir a las ovejas pero depende de cómo seas y de cómo lo quieras hacer. Yo siempre cojo vacaciones a diferencia de muchos compañeros que siempre se quejan de que no las tienen aunque, a mi juicio, en muchos casos no lo hacen (no se las toman) porque no quieren dejar de facturar. Yo sí que las cojo, me marcho y dejo un sustituto (hay quien por diversas razones no tiene fácil que le sustituyan). No se suele facturar ni un céntimo mientras que no estoy. En fin .. que no te preocupes por la pasta, ni por la conciliación, ni por las vacaciones (mira si eso la sección Manducare y verás que bien me lo paso yo), estudia, aprueba y luego disfruta y trabaja y estudia a tope que algunos no lo hacen desde que aprobaron la oposición.

¿Te convenzo?

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“No entiendo los temas y me voy a dejar la oposición”

no comprendo lo que estudio

“Estimado Justito: Con lágrimas en los ojos, siento que no puedo seguir estudiando. Mis circunstancias son buenas, pero no entiendo el 90% de los temas. Me paso mucho tiempo para entenderlos y al final, no estoy seguro de haberlos comprendido. Llevo dos años con la oposición, pero no aguanto más, no tengo fuerzas, sólo me queda ilusión por tener una vida mejor. Muchas gracias por los buenos, e ilusorios, momentos que he disfrutado al leer tu blog. Saludos, Desesperado“.

Hola Desesperado: ¿Qué es exactamente eso de que no entiendes los temas? No sé cuánto tiempo llevas, ni cuáles han sido tus resultados hasta ahora, pero hay muchas cosas que no se entienden en una primera o segunda vuelta. Algunas las entenderás con el tiempo. Aún hoy, de vez en cuando, caigo en el sentido de alguna cosa que estudie hace años o me doy cuenta de que lo estaba entendiendo mal hasta ese momento. No todos los Notarios o Registradores somos igual de listos (o de tontos). Hay listos, muy listos, listísimos, los hay que están en otras dimensiones … Yo suplo con vocación, esfuerzo y muchísimo trabajo, lo que otros tienen innato. Sí, mi cabeza piensa distinto, no estoy imbuido de los conceptos jurídicos como lo están otros, no me salen por los poros, no rezumo Derecho, pero soy muy trabajador y compenso una cosa con la otra y además destaco en cuestiones en que aquellos no lo hacen, aunque rezumen sabiduría jurídica. ¡Créeme!, con la oposición es lo mismo. Te podría poner muchos ejemplos, pero recientemente he aprendido cosas “básicas” sobre la representación, el mandato, los poderes, el nuntius o la asunción de deuda.

No recibí contestación a este e-mail. Si me lees, espero que hayas pasado a tener una vida mejor (no a mejor vida … ) e incluso que te hayas dado un poco más de tiempo. No seas duro contigo mismo. Muchos no dan importancia a lo que podría hacerte dejar la oposición a tí. Suerte.

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“No sé si ha merecido la pena hacer tanto esfuerzo”

hacer esfuerzo oposición

Me comentaba el otro día un compañero (en un arranque de sinceridad que me sorprendió porque no nos tenemos confianza suficiente), que no le compensaba el esfuerzo que había hecho para conseguir aprobar la oposición.

Me dejo un tanto sorprendido y hasta desolado pero unos días después me puse a pensar que, en realidad, esto de ser Notario ha resultado ser mucho más difícil de lo que yo pensaba. Mi padre me contó muchas cosas de la profesión y una de dos: o no me lo contó todo o esto ha cambiado mucho.

Me inclino por esto último aunque, y que lo sepan los lectores, a mí sí que me ha compensado el esfuerzo. Trabajé como un mulo para aprobar y trabajo como un mulo ahora y encima comparto desde hace años todo lo que creo que puede resultar útil con todo el mundo, en abierto y través de mi blog con el fin para contribuir a un mundo notarial, a un mundo jurídico y a un mundo en general mucho mejor de los que tenemos. Lo decía Suzy Maiers (de “Maiers y asociados”), la representante de la Maravillosa Señora Maisel en uno de los últimos episodios de la serie: “Todos somos horribles”. Para mí, desgraciadamente, esto es completamente cierto, pero unos lo son mucho más que otros y, además, era ya sabido desde hace siglos o como mínimo desde que lo cantó Carlos Gardel (lo que, por lo menos a mí, me sirve de bastante consuelo).

Así que, compañero, haciendo las cosas como sé que las haces, te aseguro que te ha compensado el esfuerzo, aunque también es cierto que no sé exactamente que es lo que tú esperabas de todo esto.

Yo concretamente, y lo digo sin temor, esperaba que esto sería de ganar más pasta y de dedicarme al concepto clásico de firmar pero este trabajo es muy duro, genera una altísima dosis de responsabilidad y de preocupaciones y exige seguir estudiando mucho para hacer las cosas bien si eres de los que les gusta pasearse por las salas haciendo el chascarrillo y poca cosa más.

Espero que “mis opositores” no vayan a sumirse en una crisis aun mas grande de la que por estado natural ya tienen cuando vean que algunos que estamos aun en la mitad del camino ya andamos algo heridos.

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“No tengo excelentes calificaciones ni la edad usual para empezar notarías”

 

quedarse cerca de casa

 

 

Me he leído su libro sobre la oposición y me gustaría en un futuro opositar a notarías, pero me da miedo o cierto respeto que por no tener excelentes calificaciones o por no tener la típica edad de recién graduado (22 años) cuando acabe la carrera y sean varios años más, que no haya preparadores que quieran prepararme o que la academia no confíe en mi. El sueño lo tengo claro, pero veo que es fundamental encontrar un buen preparador o alguien que crea en ti (obviamente se lo tendrás que demostrar) y por esos prejuicios tengo temor a iniciar la etapa cuando acabe la carrera porque he oído casos muy malos. No sé si podría darme algún consejo a la hora de querer iniciar esta etapa, si conoce algún caso en el que aún habiendo cambiado de preparador o sufriendo otra clase de vicisitudes la cosa haya ha ido bien.  ¿Existe algún prejuicio sobre la edad a la que empiezas a preparar la oposición entre los preparadores? Gracias por el trabajo que hace”.

 

Yo tampoco tenía excelentes calificaciones y aquí estoy. Además, la causa de mi tardanza no fue la falta de “nivel” puesto que (y ya lo he dicho mil veces) yo aprobé cinco orales de seis que hice. Mi problema fue el dictamen y eso es otra cosa. No debería ser un impedimento la edad para que te preparen pero tampoco puedo asegurar que, según con quien topes, a alguno pueda no parecerle la situación mas óptima.

Sí, hay casos malos. Probablemente tantos como buenos. El preparador suele resultar fundamental aunque tal vez para algunos no lo es tanto.

Cambios de preparador hay muchos. Diría que son minoría los que siempre han tenido el mismo preparador.

Hablar de prejuicio me parece demasiado y el consejo que te doy es que pruebes. No te quedes con el gusanillo.

 

“Muchas gracias Justito. Hay otra cuestión que me preocupa. Soy de Talsitio y soy consciente de que cuando apruebe la oposición seguramente tenga que irme a vivir fuera pero, ¿hay alguna posibilidad de que vuelva a Talsitio? Y si es así ¿durante cuanto tiempo estaré fuera hasta volver?“.

Fíjate yo estaba deseando irme y no te digo que para no volver, porque sabía que volvería, pero no tenía ninguna prisa por volver y hasta los cinco años que estuve en Galicia y Menorca me supieron a poco. No obstante, yo estaba ya algo desarraigado. Viví 22 años en una ciudad en la que no había nacido. Antes de aprobar me fui a otra donde estuve cuatro años. Aprobé y me marche cinco años. Ahora llevo quince años en la misma ciudad y en la misma notaría a 110 km de mi casa y no te digo que esté encantado haciendo esa kilometrada diaria pero estoy completo y tranquilo que diría aquel. Ya llegará el momento de llegar a donde quiero.

A otros, sin embargo, os importa mucho mas no iros lejos o no estar demasiado tiempo fuera de casa. Dependiendo de la zona puede llevar un tiempo sobre todo si quieres ir a Talsitio Capital. Situarse mas o menos cerca no es tan complicado. Oye, tal vez te toque en Canarias y no vuelves nunca. Conozco un caso. Se fue casi llorando y allí sigue mas de veinte años después (y en la misma notaría).

No creo que eso pueda ser el condicionante principal para enfrentarse a una oposición como la nuestra.

 

Bueno, anímate que nos hace falta gente.

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“No tengo la sensación de felicidad extrema que imaginaba”

 

felicidad aprobado oposición

 

Decía un opositor a judicaturas hace pocos días en Twitter que “van dos semanas desde que aprobé y la verdad es que son días muy raros. No es una sensación de felicidad extrema como me imaginé. Siento que tengo que ponerme a estudiar, o irme ya a casa porque voy apurado, y me cuesta recoger todo de la mesa. Mi cabeza aún no lo ha asimilado”.

Cuando le leí, me vino a la cabeza lo que cuento en la contraportada de mi libro “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”

 

«Todo acabó la tarde del 29 de junio de 2002. Mi padre estaba en Madrid. Fue al Colegio Notarial a esperar la salida de las notas y me llamó a media tarde para darme la noticia: “Miguel, eres notario”, me dijo».

Cuando después de casi once años Miguel Prieto Escudero, Justito El Notario, aprobó las oposiciones al título de notario todos los que le felicitaban le decían «estarás muy contento» o «no te lo creerás» o «estarás en una nube». Y sí, lo estaba, aunque él lo sintió y lo cuenta de otra manera bien distinta:

«Después me instalé en una nube, en una nube de alivio, en una inmensa nube de alivio en la que aún vivo, aunque mi nube tiene dos agujeros por los que saco las piernas para así poder mantener los pies en el suelo».

Como dijo en su primer número de protocolo, hilo conductor de esta historia, «para terminar, quiero manifestar que espero no olvidar nunca el esfuerzo y sufrimiento que me ha supuesto conseguir lo que siempre había anhelado: ser notario, y también que si lo he conseguido ha sido, desde un punto vista estrictamente personal, gracias a la que modestamente considero que ha sido mi fundamental virtud: la fuerza de voluntad».

 

Así que comprendo perfectamente al recién aprobado aunque desconozco si ha opositado mucho tiempo o no tanto o mas bien poco. A mi modo de ver, la sensación de felicidad es inversamente proporcional a la de alivio si se trata de opositores con mas años de oposición. Tal vez pudiera hacerse una fórmula matemática.

Por supuesto, habrá opiniones para todos los gustos pero en mi caso fue alivio (de la que me he librado) lo que sentí y alivio lo que sigo sintiendo aun. Puede que la auténtica felicidad me llegará cuando puse el pie en Mondoñedo y comencé a disfrutar de lo conseguido. Los meses que transcurrieron entre el aprobado y la toma de posesión (lo que mi padre llamó “El estado mas feliz del hombre”) fueron también de tranquilidad y disfrute pero mas que nada de ALIVIO.

El resto de la historia está disponible en el libro que también está a la venta en Amazon. Si alguien lo quiere dedicado que me escriba a justitonotario@hotmail.es

 

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“Novia de opositor no es mujer de Notario”

novia de opositor mujer de notario

Hagan las combinaciones que quieran que todas valen. Masculinas, femeninas, heterosexuales y homosexuales. Pero el dicho de toda la vida es el del título: “Novia de opositor no es mujer de Notario”. Hace un tiempo en Twitter alguien me decía que:

“Corría el rumor años atrás de que las novias de los opositores/luego Notarios aguantaban estoicamente la oposición y una vez aprobada ellos se casaban con otras. Coincidí en un curso de verano con un grupo de Notarios recién aprobados y surgió el tema. Uno de ellos se indignó mucho no, muchísimo. Él iba a casarse con su novia de “toda la vida/oposición”. Se hicieron apuestas. Fue con uno de los que más congenié, así que acabó el curso e intercambiamos los teléfonos. Un tiempo después hablamos y poniéndonos al día me dijo que se había casado. Con convencimiento le dije “con tu novia de toda la oposición, claro”. Me respondió “¡noooo, con ….!” La conoció en su primer destino. Al final, había acabado contribuyendo a la famosa estadística”.

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“Nunca suspendió un examen oral”

opositor demente notarías

“Era uno de esos opositores destinados a flotar sobre la nube sin agujeros. Jamás suspendió un oral y jamás aprobó el dictamen lo que no cuadraba con la brillantez con que los hacía. Su desazón por no ser Notario se fue instalando en su espíritu. No consiguió expulsar la rabia. Pasaron los años. Una década firmando las convocatorias y sin presentarse a ninguna y tuvo la ocurrencia de firmar registros. El tema del domicilio, el segundo de usufructo, el tema de la prueba y el de las sociedades colectivas y comanditarias. Eso fue lo que le tocó. Jamás suspendió un oral. Este lo aprobó incluso con reserva. El inconformismo vital se fue adentrando en su corazón, en sus entrañas. Acabó envenenándole. El médico que le diagnosticó la demencia era incapaz de entender lo que le contaba sobre esos dictámenes que no aprobó. Mientras incineraban a Francis la semana pasada, me acordé de ti, Justito. Del bien que le hubiera hecho leer tu libro, escuchar tus experiencias, tus propias heridas. Ha sido mi bálsamo, mi medicina alternativa, pero él llevaba cinco años atado a un sillón mirando a un punto fijo de la pared. Creo que finalmente ya está encima de las nubes. Seguiré mirando al cielo”.

Gracias por contárnoslo. Descanse en paz.

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“O soy Notario o soy una cosa radicalmente distinta”

notario u oficial

 

“Si no aprobaba el tercero, tenía claro que no  iba a tomar “en caliente” la decisión de dejármelo. Cuando vi que no estaba en la lista, primero llamé a mi novio, luego a mi preparadora y luego a una compañera que también había suspendido y que me dijo que iba a buscar trabajo en alguna notaría. A fin de cuentas, me dijo, es un trabajo “haciendo lo que nos gusta”.  Pero yo no puedo hacerlo y pienso que o soy Notario o soy una cosa radicalmente distinta. Ni me veo, ni quiero. Si al final no puede ser, pues qué le voy a hacer, pero ahora mismo, lo pienso y creo que me desesperaría”.

 

Bueno, de todas formas, aunque uno tenga el calentón de dejárselo o de continuar, luego (al día siguiente, al otro o un mes después) hay que dejárselo o hay que continuar “de verdad” y ambas cosas son difíciles cuando uno se ha plantado en un dictamen y  no lo ha conseguido. Yo no me lo dejé tras mi primer suspenso pero inicié una cuesta abajo que a los siete meses me llevó a un largo parón tras el que, milagrosamente, fui capaz de recuperarme. Y aquí estoy …

“Lo que nos gusta”. Bueno, trabajando en una notaría se pueden hacer cosas diferentes e incluso puedes hacer de todo si eres un “oficial integral” o si las características de la oficina lo requieren o exigen, pero ese “lo que no gusta” no termina de convencerme.  Yo me considero un Notario-oficial porque  sé hacer de casi todo y no se me caen los anillos al hacerlo; es mas me gusta saberlo casi todo y me gusta hacer, o haberlo hecho en algún momento, casi de todo. Sin embargo, a mi lo que me gusta es ser el que organiza, el que supervisa, el que controla, el que decide, el que autoriza y el que responde. Las novedades son cosa mía, yo estudio, yo explico y yo delego cuando toca y si es que toca en algún momento. Estoy muy alejado de esos “Notarios instrumentales” dedicados a la conversión de timbres en instrumentos públicos, esos que son casi chamanes, hechiceros o magos (como recientemente ha dicho Juan José Millás en “A vivir que son dos días”).

Lo que tal vez olvida Millás es que el Notario es un trabajador del Estado, aunque no le paga el estado sino sus clientes puesto que está retribuido por arancel (nuestro pecado original al parecer) que es el encargado de decir que son ciertos y están bien hechos los contratos, los negocios que se celebran en su presencia y que también es el encargado de decir que son ciertas las cosas que ve por sus ojos, oye por sus oídos o percibe por sus sentido, aunque, por supuesto, no somos adivinos, ni brujos, ni chamanes (por mucho que diga Sánchez Ferlosio), ni especialistas en nada más que en lo que nos corresponde (que es mucho, muchísimo, en realidad). Para todo lo demás están los técnicos y peritos que complementan nuestras actuaciones, o al revés, porque muchas veces somos nosotros los que complementamos las suyas. Millás acierta en cierto sentido con su calificativo pero, en realidad, solo ha tenido un poco de intuición y acierto porque esas cualidades mágicas que nos atribuye no son nuestras sino que son del Estado cuya potestad delegada ejercemos. Es el Estado el que le da valor con su respaldo a lo que hacemos. En cuanto a lo mío, a lo de la conversión, les diré que va mucho mas allá de lo que Millás huele o intuye y sí que constituye un verdadero problema del que no es la primera vez que hago apuntes y doy pistas. Ya volverá a salir el tema …

 

Por cierto, un candidato a opositor me decía el otro día que:  “Tengo entendido que para llegar a Notario además de aprobar la oposición se necesita trabajar X años de oficial de notaría (corrígeme si me equivoco)”. Pues sí, te equivocas. De eso, no hay nada. Lo que nos faltaba…

 

ICADE y la Fundación Notariado desarrollan un programa académico para exopositores al título de Notario

Aquí va un extracto de la información:

Los estudiantes que aprueben este programa obtendrán un título que reconocerá tanto sus conocimientos en Derecho privado, obtenidos en los años de estudio de la oposición a notario, como los complementarios que recibirán en Derecho administrativo, tributario y laboral, así como en sistemas alternativos de resolución de conflictos. También reconocerá sus habilidades profesionales y su capacidad de trabajo en equipo. En la presentación, la Directora General de Seguridad Jurídica y Fe Pública valoró muy positivamente la iniciativa: “El Notariado y la Universidad Pontificia Comillas, una de las más prestigiosas del país, habéis elaborado un extraordinario programa de formación; un programa que va a atenuar y mitigar la incertidumbre de estas personas, porque estoy convencida de que quienes asistan a estos cursos van a tener un futuro profesional muy prometedor“. El presidente de la Fundación Notariado subrayó: “Solo accederán personas que han demostrado su excelencia”. Para el director general de la Fundación este programa disminuirá la incertidumbre de las personas que decidan opositar a notario, que temen no encontrar una salida profesional adecuada si no aprueban la oposición o deciden dejarla. Finalmente, el director del CID-ICADE detalló los distintos aspectos que conforman el curso.

1.= Perfil de los alumnos: Son candidatos a participar en este programa los licenciados, graduados o doctores en Derecho que hayan preparado oposiciones al título de notario durante un largo periodo y cuenten con un certificado de idoneidad expedido por sus academias o preparadores a la oposición. El acceso al curso será directo para aquellos opositores que hayan aprobado algún ejercicio de la oposición a título de notario. En el caso de los opositores que no hayan aprobado ningún ejercicio, deberán superar un examen.

2.= Programa y salidas laborales: El programa está orientado a adquirir conocimientos jurídicos en las materias que no han sido tratadas en la oposición con objeto de completar su formación jurídica, desarrollando así dos de las ocho competencias transversales que forman parte de la formación y el aprendizaje permanente (lifelong learning): la capacidad de usar diferentes medios, tecnologías o lenguajes en el ámbito de cada estudio en cuestión (literacy) y el emprendimiento. Al mismo tiempo, el curso trabajará habilidades profesionales y personales que favorezcan el cambio de dinámica seguida por el alumno en la preparación de la oposición, más solitaria, y aprender a trabajar en equipo. La suma de los conocimientos jurídicos de alumnos que obtengan el Diploma y las habilidades profesionales desarrolladas en el curso permitirán a los exopositores diversificar sus posibilidades laborales, como asesores de empresas, consultores o profesores universitarios. También podrán encaminarse al ejercicio de la abogacía. Por esta razón, ICADE ha establecido un cuadro de reconocimiento de asignaturas impartidas en el Diploma en el caso de que los alumnos decidieran optar en algún momento por su Máster de Acceso a la Abogacía, según lo establecido en el artículo 10, apartado 5 del Real Decreto 822/2021, de 28 de septiembre. Los alumnos que obtengan el Diploma podrán acceder a la bolsa de trabajo de ICADE.

El coste del Diploma de Experto en Formación Jurídica Complementaria a la Oposición a Notario es de 5.000 euros. Los estudiantes inscritos solo tendrán que aportar 1.000 euros en el momento de la inscripción, y la Fundación Notariado aportará los 4.000 restantes: 2.000 euros de beca de la Fundación Notariado y otros 2.000 euros en calidad de préstamo sin intereses ni límites temporales, que no tendrán que devolver hasta que sus condiciones laborales lo permitan.

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“Oppositor ad tabellionem”: Especie en peligro de extinción

notarius discipulus

Me dicen hoy mis amigos opositores que ayer salió la lista de admitidos de la convocatoria a notarías en curso y que en el turno general, no hay nada más que 776 opositores.

Estamos en peligro de extinción y no por lo que nuestros detractores equivocadamente pensarán, si no por falta de cantera. Supongo que hay muy poca gente dispuesta a encerrarse durante un periodo de tiempo que puede estar, de media, en los seis o siete años.

Lo que los buenos estudiantes con vocación, ánimo, espíritu, curiosidad o interés en el Notariado deberían saber es que el ratio para esta oposición se sitúa en 1 plaza por 9 opositores. Es una proporción muy “ventajosa”.

Ayer leía en Twitter a Gaspar Llamazares “que el sistema de acceso memorístico, a lo largo de años de oposición, añade un perfil clasista que explica también la orientación y sensibilidad mayoritariamente conservadora”. 

No sé si estaba refiriendo a la judicatura y nos daba una clave interpretativa de la reciente actuación del Supremo en el tema del AJD, pero asociar opositar con un orientación y sensibilidad conservadora en un país con algo más de 3 millones de funcionarios públicos y una tasa de desempleo juvenil de en torno al 35% es una solemne estupidez que viniendo de alguien que ha vivido de la política buena parte de su vida y que ha ejercido más bien poco su profesión de médico (encima como profesor con las particularidades que tiene el acceso a la docencia universitaria en este país) y que lleva en política (¡con sueldo público¡) desde 1991, causa verdadero estupor.

Por otra parte, si hay tanto paro juvenil, los jóvenes no tienen ingresos y viven en casa de sus padres a costa de sus familias, así que no tendría nada de malo que prepararan unas oposiciones, ¿no? ¡Ah¡ no, se me olvidaba que eso es de conservadores y que encima se nos pueden traumatizar y no hay nada peor que perder la auto-estima …

Ánimo a los “Oppositor ad tabellenionem” (la palabra opositor en su actual sentido no existía en latín), actuales o futuros, diga lo que diga Gaspar Llamazares. El término pueden atribuirlo a MAC.

Pido mis disculpas al autor del montaje que ilustra el post que me llegó por un chat de Telegram. Lo borraré si es preciso, pero es fantástico y sirva de homenaje al padre de la criatura que ha fallecido recientemente.

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“Se gasta demasiada energía con la negatividad”

negatividad en las oposiciones

A esta chica la ficho para mi bufete de psicología para opositores en el mismo momento en que apruebe. ¡Qué razón tiene¡

“He vuelto a estudiar, tengo momentos en que mataría a alguien y momentos en que estudio tranquilamente. Volver a adaptarse es cuestión de tiempo. El tiempo que yo dedico a quejarme, otro está estudiando y “robándome la plaza”. Se gasta demasiada energía con la negatividad”

Poco más se puede decir, porque es verdad desde la primera palabra a la última.

Los que no tienen altibajos, las apisonadoras del estudio, los que no se quejan, los que tienen menos negatividad, nos adelantan a los que sufrimos caídas y recaídas, estudiamos a trompicones, nos pasamos la vida lamentándonos y nos vence la negatividad.

Por si alguno no lo recuerda, me salen genial las pruebas de la manta. Creo que a mi amiga también se le van a dar muy bien cuando apruebe. Cuando lo haga le regalaré un kit básico “prueba de la manta”.

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“Tengo miedo a ir al psicólogo”, “tengo miedo a medicarme”

tengo miedo oposiciones

“Me encuentro en un dilema entre acudir o no por primera vez a un psicólogo teniendo el siguiente examen de la oposición a mes y medio vista. No sé si aguantar hasta el examen o si acudir ya a terapia con las implicaciones emocionales que pudiera conllevar. Me da miedo que las sesiones con el psicólogo me retrasen en mi estudio. No sé qué hacer“.

Vete al psicólogo si crees que te puede ayudar y que lo necesitas y no se lo cuentes a nadie fuera de tu círculo de total confianza. Las sesiones no te interferirán pues no creo que te ocupen más de una hora a la semana. Claro que una hora para ir, otra para estar y otra para volver, ahora que no te sobra el tiempo puede no venirte bien. Aguanta si eres capaz y vete en cuanto pase el examen. Para mi no hubo ninguna implicación emocional en negativo, pero creo que es mejor que no lo cuentes. La gente no tiene porqué saber ciertas cosas de tu vida. Puede que no te comprendan y que su incomprensión te haga daño.

“Tengo cuarenta y siete años y estoy preparando oposiciones a la Administración de Justicia. No son de la envergadura de notarías pero hay que estudiarlas y se presenta mucha gente. Soy algo obsesivo, muy perfeccionista y tengo miedo de no aprobar la oposición por la edad, los hijos, la última oportunidad… Siento miedo y angustia y últimamente estoy más nervioso. Me siento muy identificado con las emociones de las que hablas en tu entrada Doping, química y oposiciones. Creo que como tú dices en ese post tengo algo de depresión y por eso me estoy medicando bajo supervisión médica. Llevo varios meses en los que sólo puedo estudiar al aire libre, en el campo y siento ansiedad y angustia en determinados momentos del día que dificultan un estudio a conciencia de los temas. Me da la sensación de que a veces me engaño a mi mismo por creer que aprovecho el tiempo cuando la realidad es que estoy estudiando con dificultad. También duermo mal. Sé que puedo desengancharme de todo esto, pero me da mucho miedo. También me preocupa que la medicación afecte a mi rendimiento, a mi concentración o a mi capacidad de asimilación. Supongo que a ti no te interfirieron si fuiste capaz de superar las oposiciones a notarías, pero me gustaría me dijeras que piensas de ello. Creo que ya comienzo a tomar demasiadas cosas y tengo miedo. La paroxetina la tengo en el horizonte, por si fuera necesaria. Muchas gracias por tu valentía y sinceridad. Para mi ha sido un alivio encontrarte”.

Si es la oposición la que te ha llevado a la química, pienso que saldrás de ella cuando termines la oposición. A mi no me afectó en el rendimiento, ni en la concentración, ni en la capacidad de asimilación. Más bien ocurrió todo lo contrario: no rendía, no estaba concentrado, no asimilaba. Sin “pastillas” era un guiñapo incapaz de estudiar normalmente. Con la química estaba normal. No tenía ningún efecto secundario. Tras unos cuatro años de empastillarme a tope me considero un tío muy normal y mucho más feliz, contento y satisfecho que la media nacional. ¿Quién no toma alguna pastilla hoy en día? La vida nos va haciendo y tenemos heridas que cada uno cura como puede. La química es una de ellas. Antes y ahora, ¿no?

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“Tu entrada sobre doping, química y oposiciones me ha llevado a tu blog”

 

una opositora apatica

 

Pues directamente y a lo bruto: con lo que me cuentas, ese post debería llevarte a mi libro que contiene mi historia y la “””””””fórmula”””””””” (sí. entre muchas comillas) que me salvó de estar ahora trabajando en la notaría de mi hermana o en la del que hubiera sucedido a mi padre a su jubilación. Aquí tienes el enlace de compra en Amazon.

Dicho esto, tú me decías que llevas … “cinco años opositando y en la convocatoria anterior aprobé el primer oral y suspendí el segundo. Estuve bastante de bajón, pero al final decidí seguir. Este año volví a aprobar el primer oral y estoy a la espera del segundo, pero me está costando un montón seguir el ritmo y coger marcha. Siempre he sido súper disciplinada y muy centrada, fui premio extraordinario y nunca me costó mucho esfuerzo renunciar a cosas o pasar mucho tiempo seguido estudiando. Sin embargo, ahora siento que estoy agotada, apática, no puedo cumplir objetivos de número de temas, y siento que no me esfuerzo lo suficiente y que que la cabeza no me funciona. Hago todo lo que se supone que es debido, como bien, hago mucho deporte en mi día de descanso y también cada día al terminar de estudiar Siempre he sido una persona super alegre y optimista y últimamente me siento super apagada, y sin ganas de nada. No me concentro casi nada y aunque pongo de mi parte siento que no mejoro. Se que es una cuestión psicológica, he ido algunas sesiones al psicólogo pero no siento que me haya ayudado. Estoy pensando en ir al médico y he descubierto tu entrada sobre el asunto en tu blog que me llevado a decidirme a escribirte”.

La verdad es que no creo que pueda decirte nada que no haya dicho ya a otros. Echa un ojo en esta sección. Sin que te haya pasado nada malo (parece que tu evolución es correcta), te estás atascando o te has atascado ya y tu cabeza no te responde. No hablas de nervios, ni de ansiedad, ni de depresión, solo hablas de que estas apagada y de que no te concentras y de que el psicólogo no te sirve. No sé si estás para pasar a la química, pero tal vez sí puedes dar el salto de la psicología a la psiquiatría por si presenta alguna alternativa no química o de química menor que te pueda servir para recuperar esa concentración que ya no tienes.

Lo tengo contado en ese post. Cuando tome mi primer antidepresivo (Deanxit) todos se daban cuenta de que yo estaba mejor. Lo malo es que no fue suficiente mas que una pequeña temporada. Luego tuve que meterme mas caña.

Insisto, puede que mi libro te ayude. Es completamente sincero y tal vez mis errores puedan ayudarte a plantearte soluciones antes de lo que yo hice alargando mi oposición innecesariamente hasta casi once años.

Ánimo.

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“Veo muy lejos las próximas de notarías”

veo muy lejos las próximas

Venga, voy a hacer spoiler para que nadie sufra más de la cuenta, que ya lo estamos pasando muy mal estos días. Quien me escribió esto hace unos tres años, acabó aprobando las oposiciones.

He descubierto su mensaje perdido en una red social y al disculparme por no haberlo visto y disponerme a contestar, me ha dicho que había aprobado ya. Que distinto me sonó luego su mensaje. Me decía que había suspendido notarías cuando llevaba menos de dos años preparando, que se había plantado en el segundo, que completó el ejercicio y que no aprobó. Bastante más tarde le vino el batacazo. No fue inminente. Aquel suspenso lo digirió bien, pero llegó una nueva convocatoria en la que, teóricamente estando mucho más preparado, suspendió en el primero. Me decía que no le faltaba motivación, pero que los meses siguientes a ese suspenso habían sido los peores de su vida. Se planteaba ir a registros, sobre todo por motivación y porque veía lejos la siguiente de notarías. No sé si fue a registros, pero yo me alegro de que este tipo sea Notario. Fíjense, podría haber sido Notario en poco más de dos años y, sin darse cuenta (es un decir …) se acabó chupando dos convocatorias más. El filo de la navaja de las oposiciones es muy, pero que muy estrecho…

A cambio, otra opositora me anunciaba hace poco que se lo dejaba. No ha sido capaz de soportar el ritmo de ir a notarías y pasar luego a registros. La cosa me huele a un fracaso de los preparadores. Tras dejarlo, desapareció del mapa unas cuatro semanas. Me escribía que estaba desconectada de todo y de todos: “No ha sido fácil digerir todo esto”.

Ojalá lo hayas digerido, pensé para mis adentros, pero no se lo dije.

Toda mi experiencia .. esta aquí:

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“Tener tu libro es de primero de batacazo”

batacazo oposiciones

Le dije a una opositora hace poco que si tenía previsto empezar notarías para este otoño que debía hacerse con un ejemplar de “Nada antes que opositar “. Entonces ella me respondió que “el libro lo voy a pedir por mi cumpleaños. Ya lo sabe mi familia. Tener su libro es de primero de opositora a notarías. Al leerlo otra opositora con la que me trato habitualmente me dijo que mi libro era también de “primero de batacazo” pues ella ya se lo había pegado (en su descargo diré que era un batacazo esperable y que no debía desanimarse aunque lo haya hecho un poquito y luego haya remontado). Continuando con la broma, yo le dije a ella que también servía para segundo y tercero de batacazo, para primero de me estoy pensando opositar a notarías, para primero de estoy pensando en dejarlo, para primero de me lo he dejado y para primero de no consigo superar el fracaso. Mi libro cuenta una experiencia completa sin paños calientes de lo que es una oposición a notarías de largo recorrido desde que uno piensa en que quiere intentarlo hasta que sale por la puerta grande del aprobado más o menos años después. Ya lo he dicho otras veces, pero me siento especialmente orgulloso y feliz de haber ayudado a los de primero de yo podía haber aprobado porque este sector de ya ex opositores son los que más sufren y los más necesitados de consuelo y de rehabilitación a fin de iniciar camino hacia la normalización de sus vidas aprovechando las horas de vuelo que les convertirán, si se sobreponen, en magníficos profesionales de otras cosas que también les harán felices. Yo pude estar allí y, si lo hubiera estado, me hubiera gustado encontrar a alguien que me vendiera su historia real y reconociera que él también anduvo muy cerca de quedarse en el otro lado.

La misma opositora me decía que lo que más le fastidiaba, ahora que encaraba su segundo intento (primero con todo a su favor), es que haya gente que va mucho peor que ella y que, sin embargo, aprobará la oposición. Yo inmediatamente tuve mi réplica preparada: “Sí, eso cierto y también lo es que hay gente que va mucho mejor que tú y que suspenderá. Hasta incluso puede que no apruebe nunca y que tú si lo hagas. Ojalá que lo hagas”. No pienses en esas cosas y céntrate en lo tuyo porque ya tendrás tu dosis de sufrimiento si eso que dices (y que en realidad nunca sabrás y solo sospecharás) llegara a producirse.

En estos días han surgido también algunas consultas y comentarios sobre otros temas como el de la opositora en ciernes que está preocupada porque sufre de ansiedad aunque considera que su constancia y cabezonería pueden compensar los desequilibrios que la ansiedad nos genera. Ya hablé aquí y aquí sobre la ansiedad sobre el minuto cero. También teme que su pareja se canse o que la oposición afecte a su relación porque de hecho (dice) hay preparadores que aconsejan que es mejor no tenerla (menuda tontería, la verdad). De este otro tema de las novias y novios hablé aquí hace tiempo.

Otros me han preguntado sobre si tal o cual libro de dictámenes es mejor a peor que otro pero no estoy capacitado para hacer un comentario crítico de los diferentes manuales y solo me atrevo a decir que no se compre nadie el Dictámenes Jurídicos de Diez Picazo (como todo mi respeto al gran maestro) porque no va en la línea que podemos necesitar como opositores a notarías. Aparte de este, tengo también el de Eduardo Llagaria (posterior a mi aprobado) quien a mí me enseñó definitivamente a dictaminar y que me parece tremendamente útil y práctico. Estoy intentando resumirlo  en la Sección “Dictamina que algo queda” pero en este momento me encuentro parado.  El mensaje de la última opositora que me preguntó por este asunto de los dictámenes terminaba con un “alabado sea tu blog” que también me hizo mucha gracia.

Toda la historia de mi oposición contada cronológicamente puede leerse en  mi libro. Si alguien se anima a recibirlo dedicado que me escriba a justitonotario@hotmail.com y le explico cómo proceder.

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A lo mejor no apruebas …

y si no apruebas oposición

Se lo dije a una candidata a opositora que vino a verme hace tiempo. Tenía casi tomada la decisión de dejarse el trabajo para dedicarse de lleno a preparar una oposición “aprobable” (a priori) en un par de años.

La aprobó. Lo hizo en un poco más de tiempo del que pensaba y a la segunda convocatoria que se presentó. Un éxito en toda regla a mi modo de ver.

Cuando volvió a visitarme después del aprobado me confesó que le molestó aquello que le dije y que pensó en que porqué le tenía yo que decir eso de que “a lo mejor no apruebas”.

Ahora mismo no recuerdo que le dije exactamente pero me guardé la idea en el back office de mi blog y ahora que la desarrollo por medio de este Opo Flash pienso que le diría lo siguiente:

“Pues te lo he dicho, pura y simplemente, porque es la verdad, porque a lo mejor no apruebas y te viene bien oírlo, tener en mente esa hipótesis y estar preparada para ello. Esfuerzo al máximo y pies en el suelo. Yo no creo que cuando empezara a preparar la oposición en 1991 estuviera seguro de que fuera aprobar. Creo que en realidad solo lo estuve en la época final de los casi once años que estuve opositando. Fue cuando encaré mi quinta convocatoria con reserva de nota de los dos primeros ejercicios. Entonces ya pensé que a la siguiente iba a conseguir ser Notario”.

Su respuesta fue que ella siempre había sabido que iba a aprobar y que no concebía otra cosa. Bueno a toro pasado es fácil afirmarlo. También conviene no ir de sobrado. El batacazo puede ser luego superlativo.

Otro colectivo interesante en sus afirmaciones lo conforman los que te dicen que siempre supieron que aprobarías: “Sabíamos que lo conseguirías, porque eres tenaz, voluntarioso, constante y perseverante, cualidades que son necesarias para enfrentar una oposición tan dura. Tu sueño se hizo realidad. Curiosamente hay amigos, compañeros, conocidos y familiares que se sorprenden al leer mi libro de lo mal que lo pasé durante tantos años. “No sabía que había sufrido tanto”, “no sabía que lo había pasado tan mal”. Pronto escribiré sobre las sensaciones que mis lectores están experimentando al leer “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”.

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A veces llegan cartas

cartas

Estimado amigo:

Puesto que en breve me marcho de vacaciones y no quiero que pasen demasiados días sin que tenga una respuesta a su carta, le escribo estas líneas para darle las gracias y para decirle que recibirla ha sido una de las mejores cosas que me ha sucedido desde que, primero, me lance a las redes sociales y, segundo, abrí el blog.

Tengo muchas satisfacciones gracias al blog y casi a diario obtengo algún reconocimiento (grande o pequeño) por mi labor (también tengo sinsabores y disgustos, créame) pero, sin duda, las mayores me las dan los opositores y los ex opositores.

Encontrar tantas coincidencias entre los dos (fuimos coetáneos varios años y debimos presentarnos los dos a alguna convocatoria) es realmente curioso y me demuestra una vez más que el aprobado y el suspenso están separados por estrechos márgenes. Creo y confío en el sistema que tiene sus fallos (como todos) y que por eso mismo no asegura que todos los que aprueban sean los mejores, ni que no se quede fuera gente que merecería ingresar y (lo que es más) que lo haría mucho mejor que muchos de los que están dentro.

Lo dicho, solo quería contestar con estas breves líneas antes de mi marcha a las vacaciones y no dejar pasar la invitación a contestarle que representa el haber recibido junto con su carta el sello para franquear la mía.

Muchas gracias. Seguiremos en contacto y creo que podríamos tutearnos.

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A vueltas con el sistema de acceso al Notariado

acceso al notariado

En otro blog en el que participa mi alter ego, se publicó en la sección Firmas Invitadas este post de Eduardo Llagaria. Algún comentario insistía en lo “deficiente” de nuestro sistema de selección y acceso a la profesión. Debatimos y como lo que escribe mi alter ego es también de mi propiedad intelectual y no me apetece que se me pierda, sin recoger la opinión de la otra parte que es suya, lo voy a dejar guardadito en este Opo Flash por si me hace falta volver a utilizar argumentos similares.

Yo dije: 

“Desconozco como funciona el examen MIR y no sé si usted tiene el conocimiento suficiente para opinar de este modo sobre nuestras oposiciones. Según su postura los exámenes orales no podrían existir y no veo razón alguna para que desaparezcan (además de que nuestro tercer ejercicio es escrito y no oral). ¿Porqué se va iba a tener que globalizarse (generalizar hubiera sido más apropiado) un sistema u otro? Son sistemas, ninguno es infalible, ni perfecto. ¿O es que el del MIR si es perfecto? La confianza o desconfianza en los sistemas es cosa de cada uno”.

Y luego añadí:

“Es un sistema con pros y contras que tiene un acierto en la selección más que aceptable y que deja gente buena fuera, como se quedan buenos candidatos fuera del MIR o de unas oposiciones a bombero, accediendo médicos incompetentes (o bomberos) al sistema. La función pública es pródiga en ejemplos y no iba a estar exenta la medicina, ni el Notariado.
Noruega tiene un sistema diferente en tema notarial y por tanto no me sirve como ejemplo. El post de Eduardo Llagaria está dirigido al consuelo de los suspensos en una noche muy complicada y especial, no puede extrapolarse. Lo siento, no veo que proponga nada que mejore lo actual, lo único que veo que propone es un examen tipo test y, francamente, no me cuadra por ninguna parte. Tal vez no interesa cambiar lo que funciona“.

Y hoy añado, ¿desearíamos un sistema exigente para los políticos y desechamos un sistema exigente para los Notarios o, en general, el sistema de oposiciones para el acceso a cualquier puesto público?

Para terminar: tengo material para alguna entrada más sobre este tema, así que cualquier día vuelvo al ataque …

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Ahorrar para opositar tranquilamente y marcarse un plazo

ahorrar para opositar

“¿Cómo verías trabajar unos meses en lo que sea al acabar el Grado para ahorrar y ya poder opositar “tranquilamente” sin urgencias económicas? ¿Y opositar con un límite máximo de años? (por ejemplo, hasta un máximo de ocho)”.

Muchos siguen empeñados en hacerme preguntas sobre la oposición y en no hacer caso a mi consejo de comprarse “Nada antes que opositar: Nihil prius oppositio”, leérselo y después preguntarme las dudas que puedan quedarles. Así se lo digo cuando me consultan (aunque parezca una indirecta es en realidad un sincero consejo) a ver si caen en la cuenta de que no tengo un gabinete psicológico 24H y en que ya me exprimí lo suficiente escribiendo el libro en el que cuento todas mis miserias como opositor. Por supuesto, mi libro es también una lectura altamente recomendable (a pesar de los que piensan que solo soy un triste consuelo) para los que hace unas semanas se quedaron en el segundo de registros y aún más para los veinte que se acaban de quedar en el dictamen, más que nada para no caer en el error de desmoronarse con el suspenso como lo hice yo. Terminada la parte publicitaria de este Opo Flash vamos con alguna respuesta a las preguntas del principio que he entresacado de una consulta más extensa en la que me hablaban de asuntos ya tratados en mi libro o en el blog y sobre los que no quiero repetirme (más que nada para no aburrir al personal).

Lo de trabajar un tiempo para ahorrar lo veo bien cómo también veo bien fijarse un plazo pero que no sea inamovible. Yo nunca me fijé un plazo en años. Sí que me lo fijé en convocatorias aunque solo lo hice cuando llegué a la cuarta que debía haber sido la última de no haber llegado a plantarme otra vez en el dictamen y conseguir más tarde la doble reserva de nota de los dos primeros ejercicios. En mi opinión, esto de fijarse un límite es muy relativo porque dependerá de cómo te vayan las cosas.

Volviendo a lo del ahorro, si yo hubiera tenido que ahorrar un poco para hacer frente a once años de estudio podría haberme plantado en los cuarenta para aprobar, pero fuera bromas, si no queda más remedio me parece una buena idea sobre todo si uno tiene claro lo que quiere conseguir. Eso sí, ten en cuenta que cuando antes empieces … antes terminas.

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Aquellos meses en la Residencia León XIII

No me acuerdo cuando me instalé en la León XIII, pero diría que llegaríamos los tres allí al comienzo del año 2002.

Hace tiempo que la residencia no tiene nada que ver con lo que era cuando estuvimos José Luis, Sergio y yo.

Al final solo te acuerdas de algunas cosas sueltas como los sustos que me daban mis compañeros en el comedor cuando lo cruzábamos de madrugada algunos días, de los desayunos en solitario y de las comidas y cenas en compañía, de uno al que bautizamos como el “Puertas” porque siempre se quejaba de los portazos que dábamos los demás (“la pueertaaaaaa”, decía), de otro al que llamábamos Ngué porque era de Guinea Ecuatorial, de algún cura que andaba por allí y que hasta veía algunos partidos con nosotros, de las noches en las que me entraba el hambre y asaltaba el cajón de la mesita de noche en la que tenía mis provisiones, de dormir vestido algún día porque tenía que madrugar para coger un tren para volver a casa el fin de semana, de lo bien que salía el agua de la ducha y de cómo se te pegaba la cortina al culo por ese extraño efecto que no sé muy bien porqué se produce con los cortinajes, del saco de la ropa sucia, del número 10 de mi habitación, de la señora de la limpieza a la que quise dar una propina que nunca le di, del compañero que me recibió en mi primer día y me acompañó para instalarme ….

Fueron unos siete meses los que estuvimos allí y no recuerdo mucho más que no haya contado ya en este blog o en mi libro “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”, como es el caso de los ensayos que hacíamos para los dictámenes, fumando y sin fumar, de Operación Triunfo que celebraba su primera edición, de las bromas con la traditioooo, del taco de folios del alféizar de la ventana que tenía pendiente de repasar, de mi ordenador siempre en marcha, de Shakira que tenía alguna canción muy de moda, de Celia Blanco que salía en la portada de alguna revista, de que me enfadaba con mis compañeros porque ellos no tenían provisiones y se venían a fumar a mi habitación en vez de hacerlo en la suya o de que Sergio no quería que le dejáramos solo los fines de semana ya que él no volvía a casa y nosotros sí o de los frenadoles preventivos que yo me endiñaba al menor síntoma de cualquier cosa que oliera a catarro, resfriado, enfriamiento o gripe ….

Seguro que algún recuerdo se ha distorsionado con los años.

En fin …. todo esto me ha salido de golpe y si me acuerdo de algo más, lo traeré a colación aquí. Qué mal y qué bien lo pasamos en aquella temporada.

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Artículos literales

artículos código civil de memoria

“¿Es indispensable estudiar todos los artículos del Código Civil del 1 al 1.976 de forma literal? En el temario con el que estudio hay algunos artículos que no salen”

Yo creo que hay estudiarlos todos y completos, salvo que tu preparador te haga alguna excepción. Yo en mi viejo Cci, que sigo teniendo sobre la mesa, tengo todos señalados y subrayados con excepción de unos poquitos (aguas, registro de la propiedad y poco más) lo que demuestra que todos estaban en algún tema (o los metí yo). Creo que ahora los censos y los legados se tratan más escuetamente y no sé cómo andan los testamentos especiales.

¿Y literales?

Mi preparador (y creo que todos) me daba muchísimo la lata con la literalidad. Puedes verlo aquí. Pienso que si desde la primera vuelta, desde el primer día, uno procura ser literal, evitará problemas y tendrá mucho ganado.

Si la pregunta fuera, ¿suspenderé si no los digo todos literales? Pues hombre, yo diría que no, pero ¿de que sirve no estudiarlos perfectos y correr riesgos?

Indudablemente hay que sabérselos lo mejor que puedas desde el principio, pero la excelencia requiere tiempo. Habrá quién se sepa perfecto el Código Civil desde la primera vez que estudia sus artículos, pero lo general es ir mejorando, sabiéndotelo y entendiéndolo (lo que resulta fundamental) poco a poco. Se necesita tiempo para “digerirlo”. Por eso unos aprueban antes, otros después y otros no lo hacen nunca …

Podríamos decir que los artículos no se exigen literales, pero que la mejor forma de enunciarlos es decirlos literalmente… ¿no? Seguramente. En cualquier caso, los opositores que van llegando de Sevilla y de Granada vienen con noticias de que “hay que saberse los artículos como el padrenuestro”.

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Autoexigencia, autopresión y autodestrucción del opositor

opositor

Tengo una amiga opositora con la que me suelo encontrar en el backoffice de Instagram donde filosofamos de vez en cuando sobre la oposición.

Hablábamos el otro día sobre la autoexigencia, la autopresión y la autodestrucción del opositor. Decía mi amiga que cuanto más víctima del ego sea el opositor, más vulnerable. A lo mejor, seguía diciendo, la solución es dejar de ser víctimas del ego para encajar mejor los fracasos. Es complicado, pero eso evitaría mucho sufrimiento al opositor, sufrimiento que nace del miedo al fracaso.

El miedo al fracaso lo tiene todo el mundo, pero en el caso del opositor a notarías, nos encontramos ante un estudiante que por lo general no ha tenido dificultad con los estudios y comienza a estrellarse con ellos cuando llega a la Champions League, al Mundial de los estudiantes. Yo no fui un estudiante de los mejores en la época de la Facultad. Fui mejorando curso a curso y cuando aprobé todas las asignaturas en quinto, tome la decisión de intentar aquello que siempre había querido ser. Mis fracasos, mis suspensos, que fueron horrorosos, no lo fueron por mi ego, sino porque suponían nuevas prórrogas a la normalización de mi vida. Fui muy autodestructivo y me metí mucha presión. Mi principal autoexigencia, bastante destructiva y agotadora, era la de imponerme siempre un perfecto cante de cada tema, resultando en ocasiones esa exigencia verdaderamente agotadora. Por lo demás mi autoexigencia era la que me fue permitiendo la marcha de las cosas, puesto que durante un temporada no fui más que un opositor zombie.

Yo le decía a mi amiga que lo cierto es que mi ego estuvo bajo mínimos durante muchos años. Fui consciente de la dificultad de la empresa desde el minuto uno. Me sentí siempre muy incomprendido, excepto por mi preparador, mi familia y mi novia/luego mujer. El resto del mundo no me aportaba nada y yo para ellos era el eterno opositor. A menudo tengo la sensación, en esta época de mi vida, de que la gente que hace más tiempo que me conoce, es la que realmente menos me conoce, porque se acostumbraron a aquel Justito fracasado, aspirante a lo más alto y estrellado permanentemente.

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Ayuda psicológica desde el minuto 2 de la oposición

psicologia para opositores ayuda psicológica

“Llevo solo dos meses preparando y ya me he planteado seriamente dejarlo (a pesar de tener claro lo que quiero y que no me gusta otra cosa). Estoy muy desanimado y he pensado que tal vez podría ayudarme un psicólogo. Creo que usted acudió al psicólogo cuando ya llevaba muchos años  opositando y lo que me gustaría preguntarle es si cree que es normal mi situación o si está claro que debería dejarlo. Me preocupa estar tan mal llevando solo dos meses y temo enfermarme”.

Si te soy sincero, me preocuparía si a los dos meses de empezar estuviera ya pensando en ir al psicólogo. Yo no llevaba “muchos años” cuando fui al psicólogo. Fui cuando llevaba unos 3 o 4 años (que no me parecen muchos teniendo en cuenta que tardé casi 11). Pero, insisto, a los dos meses, parece que estamos ante un mal comienzo.

No obstante, yo a los quince días estaba llorando porque vi la magnitud del proyecto en el que me había embarcado. Años oyendo a mi padre hablar de la oposición y cuando me tuve que encerrar, se me hizo un nudo en todo el cuerpo viendo lo que me tenía que meter entre pecho y espalda.

Luego vino la valeriana y todo lo demás que cuento aquí …

No obstante, pienso que al igual que vamos al nutricionista o al personal trainer, ¿por qué no ir a un terapeuta, psicoanalista o psicólogo que te ayude a canalizar tus emociones?

Si tienes vocación e ilusión y no se te está dando mal, puedes probar a ver si te sirve, aunque volviendo al principio quizá la cosa no pinte demasiado bien para ti.

Mucho ánimo.

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Azaña, Presidente (de Tribunal de Oposiciones a notarías…)

Manuel araña oposiciones a notarias

Fue mi compañero y medio paisano (medio porque él sí que es de Lugo y yo solo lo soy “por mitad”Rafael Díaz Vieito, el que me hizo mención hace un tiempo a la figura de Manuel Azaña como miembro de varios tribunales de oposiciones a notarías.

Rafa me recomendó la lectura del libro “Azaña, jurista” obra de Antonio Pau Pedrón y recordé que lo tenía en mi pequeña biblioteca notarial a donde había llegado procedente de la de mi padre.

Reconozco que no he leído más que la parte que me interesaba y de ella con especial interés el capitulo “Engendrando Notarios”. Azaña formaba parte del Cuerpo de Letrados de la Dirección General de los Registros y del Notariado y en tal condición participó, nos cuenta Pau Pedrón, en cuatro tribunales de oposiciones a notarías (La Coruña, 1924 y 1927; Burgos, 1926 y Valladolid, 1929). En su correspondencia y en sus diarios, dejó numerosas referencias a aquellas tediosas horas de exámenes.

“Estar en un Tribunal de oposiciones deprime el ánimo, como visitar un hospital”.

“Los más de estos opositores son enfermos de la inteligencia. ¡Qué horrendo espectáculo¡ Torpes; no saben ni expresar sus cortas nociones; amanerados por los malos libres, vomitan la bazofia universitaria, sin darse bien cuenta de lo que dicen”.

Y unas cuantas lindezas (más bien bajezas) más. Por cierto que ni siquiera sus compañeros de tribunal quedaban a salvo de su exagerada pluma.

En las oposiciones en que escribió esas amables líneas aprobó (cuenta Paugente como Ramón Faus, José Luis Díez Pastor, Rafael Núñez Lagos o José González Palomino.

Tras la publicación de una nueva convocatoria de las oposiciones al título de Notario hace pocos días, uno de los siguientes trámites será el nombramiento de los miembros de los tribunales. Esperemos que no se cuele ningún “Azaña”.

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Cantar los temas …. en bañador

cantar temas en bañador

Charlaba con un opositor sobre doping y sobre miedo escénico. Él me decía …

“Mil gracias por su respuesta y por ayudarnos tanto a los opositores. Le honra mucho. Esas dosis suyas de las que habla, ¿incluían la ingesta de algun ansiolítico el dia del examen? Por cercionarme, aunque se deja entrever en lo que dice y en su post. En cuanto a lo de superar el miedo cantando en las situaciones más adversas, ¿a qué se refiere?

Sí. Tomaba media docena de pastillas a lo largo del día: Orfidales, lexatines, rohipnoles y seroxats. Y lo hice todos los días durante varios años en diferentes cantidades y periodos para cada medicamento. Todos juntos solo en la etapa final. Incluyo días de examen. Pero cada uno es cada uno. Si otro se toma todo eso, seguramente caerá grogui y será incapaz de hacer nada de nada.

En cuanto a “entrenar”. Pues me refiero a cantar a un preparador o a otro, a tu padre, a tu primo o a mí. Con la ventana abierta y cerrada, con unas obras justo debajo debajo de tu casa o en la habitación contigua, con un perro que ladra o que te muerde los pies, sin aire acondicionado, con la calefacción a toda pastilla, con un tío feo que te despista, con una tía buenísima que te encandila, con cuatro Notarios que reúnas al efecto, en bañador y chanclas o sentado en una taza de vater vestido de astronauta. ¿Comprendes? A eso me refiero. Hay que estar preparado para cualquier contingencia y perder el miedo, el pudor y todo lo que haya que perder. Cualquier cosa antes que quedarte paralizado cuando llegue la hora de la verdad.

Me acabas de sacar otro OPO FLASH.

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Cartas de amor durante la oposición

cartas de amor

Las cartas de mi mujer mientras opositaba eran geniales. Tengo una aquí y otra aquí. Casualmente me he encontrado hoy en un archivo de word en el ordenador de la notaría con esta otra:

“Parece que me estoy animando al escribirte y se me está pasando el muermo de hace unos momentos, si sigo así creo que voy a coger las llaves del coche y me voy a pasar a por un amigo que me gusta mucho y hace un par de días que no le he visto y esto es mucho si tenemos en cuenta que las ganas de verle me están devorando. Le invitaré a unas copas. Ojala que terminemos haciendo manitas. No estoy segura de su dirección porque a veces le he llevado a un sitio y a veces me hace dirigirme a otro, todo depende de la hora. Si es por la noche, le dejo junto a una tienda muy moderna de la Gran Vía, pero si como con él, me hace que le lleve junto al Teatro. Dice que va a estudiar, lo cual no me lo creo porque suelen ser las 15:45 de la tarde y eso no se lo cree ni el más tonto. Creo que tiene novia y que no me quiere decir la verdad, no creo que yo le guste mucho, aunque siempre me invita a comer. Dice que cuando gane pasta le gustaría comprarse un “Jaguar”. Me parece que deberá esperar una “miaja”.

M.

 

Postdata: Aún no me he comprado el Jaguar.

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Consolar y consolarse de un suspenso

tristeza cuando suspendes oposición

Al primero que suspendió le dije:

“Que difícil es decirte algo en estos momentos. Cuando sale la nota, lo normal es que uno se venga abajo. Las primeras horas, los primeros días son muy, muy duros. Solo tienes el apoyo de unos pocos. En mi caso tenía el de mis padres, mi novia/mujer, mis hermanos y el de mi preparador. El resto suele aportar muy poca cosa y hasta puede hacerte daño con sus comentarios. Refúgiate y pasa estos momentos tan durísimos amparado por ellos, con los que sabes que seguro que te van a entender y proteger. Cuando el dolor del suspenso comience a menguar ya tomarás decisiones. Yo recuerdo los instantes y días posteriores a mis tres suspensos como los más tristes de mi vida (exceptuando el divorcio de mis padres y la muerte de mi padre). Luego remontas. Estoy seguro de que lo harás de un modo u otro. No te digo más. Ya hablaremos si te apetece. Ánimo y tranquilidad, un abrazo.”

A la segunda solo me salió decirle esto:

“Ya vi el suspenso de ayer. Cuesta trabajo hasta escribirlo. Encajarlo es muchísimo peor. Ahora hay que ampararse en los más próximos y recuperarse poco a poco. Ánimo”.

También puede que al pobre opositor le aparezca ese que no sabe consolar, el del nunca pasa nada, el de la fábrica de Coca-Cola, el que cuando está todo el mundo con el corazón partido (opositor, pareja, familia cabal y los escasos amigos que comprenden la situación) viendo como se le han ido por la borda 3, 5, 7 o 9 años de estudio, parece que es incapaz (incapaz congénito y recalcitrante) de entender que uno tenga encima una gigantesca tristeza, una superlativa desesperación, una precoz e incurable frustración y un miedo atroz a lo que va a hacer a partir de ese momento. Lo normal es estar destrozado, lo anormal es el “no pasa nada”.

“Bueno, – dijo aquel – yo me voy que esto parece un funeral. A la tercera vez que tuve que esperar la nota de un dictamen, ya no quise público en el salón de mi casa. Estuvimos mi mujer y yo los dos solitos. Si hubiera ocurrido la difícil (a priori) desgracia de un suspenso no hubiera podido aguantar más estupideces sobre la Coca-Cola y los funerales.

También es cierto que hay gente que no tiene la palabra apropiada en ninguna circunstancia de la vida que te pueda suceder, pero eso ya es otra historia …

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Controlar los nervios

nervios oposición notarias

“A ver si escribes algo sobre cómo controlar los nervios en el examen”

El asunto de los nervios no tiene mucha vuelta que darle en mi opinión. Uno está tranquilo si domina el programa. En cuanto se sacan las bolas y ves que te sabes los temas, la tensión disminuye muchísimo. Si no es así, aumentará exponencialmente.

Los nervios se dominan entrenando, es decir, cantando con el preparador, con distintos preparadores si uno ve que los nervios le pueden, haciendo completos y si hace falta sufriendo interrupciones, llamadas de teléfono o entradas de gente en el despacho del preparador mientras uno canta. No hay otra, si pasa el tiempo, si llegan los exámenes y uno no es capaz de dominarse, diría que la cosa no pinta demasiado bien.

Mis problemas nerviosos eran de otra índole y los he comentado aquí. A efectos de examen no tenía especiales dificultades. Mi problema era el día a día.

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Cosas que se dicen al poco de aprobar las oposiciones a notarías

mensajes motivacionales oposicion

 

Se dicen cosas sustanciosas cuando llega la explosión de alegría de los aprobados y la tristeza de los suspensos.

Los que no aprueban simplemente callan, querrían desaparecer del mapa durante una temporada y que les dejemos todos en paz.

Los que aprueban y los vinculados a los que aprueban, manifiestan su alegría de formas diferentes.

Un ejemplo es esto que he leído a un nuevo compañero con el que me trato hace años y que creo que me conoce bien y entenderá que esto lo escribo con la mejor intención.

“Aunque te sea difícil, merece la pena luchar por lo que se quiere”.

Merece la pena si sale bien. Si no sale bien pues ya veremos si ha merecido o no la pena. Yo hubiera dicho: “Hay que luchar por lo que se quiere”. Sin mas.

“Al final, tanto esfuerzo nunca puede caer en saco roto”.

En desacuerdo. Sí que cae en saco roto. El gigantesco esfuerzo, la inversión en años, constituyen en buena parte un desperdicio si la cosa no sale bien. Sí, vale, podremos reaprovechar pero aunque lo hagamos sí que cae en saco roto porque el reaprovechamiento generalmente no hubiera exigido tanto esfuerzo como el empleado en la oposición. Hay bastantes muñecos rotos por la oposición que para nada han rentabilizado tantísimo esfuerzo (a otros, a muchos, les irá mejor haciendo cosas diferentes, por supuesto). De hecho, una salida habitual es trabajar en una notaría o en un registro, ¿eso es que el esfuerzo caiga un poco en saco roto? Pues para mí sí que lo es. Para mi eso es un plan B que se asume cuando no hay otro remedio. Si yo hubiera acabado en la notaría de mi padre o en la de mi hermana después de once años opositando, sin duda habría acabado siendo un gran oficial de notarías y mi saco no estaría roto aunque sí habría tenido considerables filtraciones. Otra cosa es que uno se conforme, olvide y siga adelante pero el asunto no es tan sencillo y la teoría del saco “hace aguas” a mi modo de ver.

Por supuesto, no es lo mismo un plan B al año de opositar (por ejemplo, me cambio a otra oposición mas fácil), que tras un primer suspenso, que tras un segundo o que tras un quinto cate.

Cabe la posibilidad de que, como dice mi nuevo compañero, el fracaso te forje y que eso no caiga nunca en saco roto. Sí, estoy de acuerdo en términos generales y hablé de ello en este otro OpoFlash.

También cabe que haya gente que supere el asunto del suspenso con mucha mas facilidad de lo que pienso que lo hubiera superado yo.

“Hay que confiar en Dios y en uno mismo”.

Dejando a Dios al margen (digamos que Él y yo hicimos poco equipo), estoy de acuerdo: la auto confianza es fundamental.

 

Un tiempo después unos animan a otra que se examina de registros

 

Bromea una opositora al decir si alguien le podría decir las bolas que le saldrán en su próximo examen.

Otros que ya han aprobado le lanzan sus arengas:

“Confía en ti”.

Buena respuesta.

“Vas mejor de lo que crees”.

Buena respuesta.

“Lo harás muy bien, salga la que salga, ya verás”.

Una chorrada, en mi opinión.

“Las que te toquen, serán las mejores, porque serán tus temas, defiende cada uno como si fuera tu preferido”.

Empieza con una chorrada pero luego termina bien.

Yo no dije nada pero le diría que confiara en si misma; que es habitual ir mejor de lo que se cree y que las que te toquen serán las que tengas que defender de la mejor manera posible.

“¡Ánimo! Y toda la suerte del mundo”.

La suerte. Ay, la suerte a la que tanto niegan los que han gozado de su fortuna. Pobres infelices.

Sigo pensando que algunos olvidan rápido, aunque también hay quien expresa sentimientos mas realistas

 

Rencor y dolor, un cierto resentimiento

 

El cierto resentimiento (el cierto dolor o un simple realismo con cero rencor) contra aquellos (o a causa de aquellos) que no nos apoyaban durante la oposición (aunque probablemente no tenían porqué hacerlo bastando con que cerraran el pico en ciertos momentos) es probablemente un tema del que he escrito poco.

Hubiera dado un buen puñetazo en las narices al que a los pocos minutos de mi segundo suspenso en un dictamen en el tercer ejercicio me dijo que me podría encontrar fácilmente trabajo descargando cajas en la Coca-Cola y le hubiera recochineado mi aprobado a los que me dijeron aquello de “tu, ¿notarías?” o que me llamaron mantenido cuando me case por hacernos la cosa mas llevadera a mi y a mi novia aunque me contuve en todos los casos y me contengo aun sin olvidar el dolor de entonces y teniendo presente la humildad que procede ahora (cuando llega el aprobado y … durante el resto de tu vida).

Un recién aprobado lo expresa de este modo: “Los eventos de celebración del aprobado, en cierto modo, reflejan la liberación del peso que muchos, en mayor o menor medida, cargamos a nuestras espaldas durante años. Esta canción me recordaba siempre las personas que yo notaba que no confiaban en mí, aunque no me lo dijeran. Pero bueno, la vida sigue, con humildad, y más nos vale tener las espaldas fuertes para lo que vendrá”.  El compañero además ponía letra a su sentir de hace muy poco en forma de una canción que entonces (antes del aprobado) parecía consolarle. No me resistí a preguntarle y me confirmó que no había ningún rencor: “Simplemente estás tu solo y solo tienes tu esfuerzo y tu sacrificio, da igual que confíen en ti o no aunque alguno se te pueda acercar luego con un cierto interés. La nuestra es una situación solitaria y nadie te acaba de comprender del todo, aunque lo digo y lo siento sin ningún tipo de rencor”.

Esta es la canción:

Aquí está la letra de Cuando no era nada, ni nadie

 

Y temblaba cada poro de mi piel sin nadie que me abrazara y me dijera

Tranquilo todo irá bien

Tú no estuviste allí no viste, mi mitad triste, ni mis despistes

No fuiste muro contra los embistes

Del desprecio del cansancio del prejuicio

Hoy tan solo me ampara mi sacrificio …

 

Este compañero es un gran tipo. Yo, en cambio, veinte años después aun reconozco ciertos sentimientos de resentimiento en mi … especialmente con el de la Coca-Cola.

Feliz y realizado

“Durante toda la oposición me sentí siempre muy realizado y fui muy feliz con la profundización en el ordenamiento jurídico y sintiendo que cada vez tenía mayor control”.

Lo dice alguien que ha aprobado con casi 30 años y que es, sin duda, un fuera de serie teniendo en cuenta que además de haber conseguido ser Notario antes de los 30, también es médico.

Aun así, me cuesta creer que uno esté realizado salvo en momentos puntuales y luego al aprobar y que sea feliz y no solo feliz, sino muy feliz gracias a esa profundización y mayor control paulatinos. Para mi, desde luego y sin la menor duda, todo fue un martirio chino desde el 26 de Septiembre de 1991 al 29 de Junio de 20o2.

Padre, marido, abogado, opositor reenganchado y aprobado a los 38

“Animar a todo el mundo que haya pasado por un bache a que continúe intentándolo porque siempre hay una segunda oportunidad y pueden conseguirlo”.

Siempre hay otra oportunidad. Como suele decirse ahora, “en mi equipo” y con muchísimo mas mérito.

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Dictamen sí, dictamen no: Círculo vicioso

dictamen notarias preparacion

Los opositores que tienen el programa más o menos en la cabeza, los que tienen una cierta veteranía y no se encuentran pasando una mala racha, suelen encontrarse con un gran dilema:

“Si preparo dictamen, no puedo estudiar los temas y si no preparo el dictamen, cuando apruebe los orales, me voy a ver apurado para hacerlo. ¿Qué hago?”

Pues como siempre, hay que tomar una decisión, dosificar el tiempo y hacer lo que uno, y sus preparadores (y su momento personal), consideren oportuno.

Me decía uno de los nuevos flamantes Notarios aprobados hace pocos días que:

“Con los temas parece imposible sacar un solo minuto para dedicárselo al dictamen, pero es cierto que los que hicieron alguno de vez en cuando, iban mucho más tranquilos y se les veía más sueltos que otros que, como yo, no habíamos hecho ninguno. Para mí han sido, sin duda, de los peores meses de toda la oposición y creo que merece la pena hacer el esfuerzo e ir poniendo en práctica los conocimientos que tenemos porque luego se hace mucha bola y cuesta entender e hilar todo”.

Yo no lo hubiera explicado mejor. Gracias por el comentario.

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Divorcio de los padres del opositor

divorcio padres opositor

En la oposición casi todo depende de uno, pero hay algunas cosas, como podría ser el divorcio de tus padres, que quedan en el terreno de lo que no depende de uno pero que, sin lugar a dudas, te afecta.

Además un divorcio no se cuece en cuatro días, tiene sus alternativas que sí, que no, que puede, que vuelvo, que me voy, que me marché y que ya no vuelvo. Evidentemente esto puede desestabilizar mucho al pobre opositor y con malas consecuencias si es veterano y ya no puede permitirse que nada (sea lo que sea) le afecte.

¿Es uno capaz de abstraerse? ¿Debe contarlo al preparador?

Si le preguntan a mi madre, pues mis padres se divorciaron cuando yo llevaba unos tres años opositando y estaba al borde de mi primer primero, dirá que yo me desequilibré mucho por culpa del divorcio. En cambio yo nunca he pensado lo mismo. Nunca lo he visto como lo veía mi madre.

Cuando el matrimonio de mis padres estalló definitivamente (ya había habido varios conatos) yo tenía mi primer ejercicio de mi primera convocatoria a pocas semanas vista. Primero optaron por no decírmelo pero luego me lo tuvieron que decir (no recuerdo a qué fue debido el cambio … tal vez yo estuviera con la mosca detrás de la oreja).

El efecto en mi fue de rabia, algo así como “ahora por mis eggs que voy a aprobar”. Aguanté el tirón, aprobé y planté cara al segundo que suspendí (en opinión propia y del preparador) de manera rigurosa (ya lo he contado veinte veces …).

Unos meses después me hundí en la miseria más absoluta y así estuve dos años largos, pero, la verdad, no creo que fuera por el divorcio. Nunca lo he pensado y nunca lo pensaré por mucho que diga mi madre.

El divorcio fue una tribulación más de mi vida que creo no tuvo influencia en lo que me pasó. Quizá lo de mis padres se veía venir, pero cuando es por sorpresa y la cosa se precipita rápido, puede ser un verdadero batacazo, aunque hay que procurar que no le afecte a uno más de lo indispensable.

Uno se juega su vida. Los padres viven la suya y no puedes perder tus oportunidades. Si pasa, hay que conseguir que no afecte a tu salud y que, con suerte, no lo haga a tu tranquilidad económica.

No es fácil contarlo al preparador, pero yo se lo contaría (bueno yo se lo conté), pero sin entrar en detalles. Que sepa la noticia y punto.

Hasta conozco a quien preparando la oposición casado, se ha divorciado. Eso ya es el “rien ne va plus”.

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El acceso a los temas de la oposición y a los mejores recursos humanos y materiales y el “do it yourself”

hacerse los temas de la oposición

Dijo una: “Mis temas no eran muy buenos”.

Y dijo otro: “Los temas de la academia no me convencían y me hice todos (civil, fiscal, mercantil, hipotecario y notarial)”.

Ambas afirmaciones me pusieron otra vez a escarbar en mi memoria.

Por una parte, pensé en que mis temas eran buenos aunque tuviera algunos churros. De hecho, (enésima vez que lo digo) aprobé cinco orales y aguanté el sexto que hice. Con temas malos no parece que eso hubiera sido viable. Es mas, en mi tercera convocatoria y tras un cambio de programa, tuve que sustituir muchos temas optando por un temario muy breve que a muchos no gustaba nada pero que ya era bastante duro para mi delicada situación y que compensaba con un mayor bagaje de conocimientos.

Luego me puse a pensar en eso que cuentan muchos opositores sobre hacerse los temas. Francamente, no me lo creo. O sea, que cogieron papel en blanco y bolígrafo o máquina de escribir u ordenador y se pusieron a manufacturar todos y cada uno de los temas del programa. ¡Anda ya! ¿No será que partiendo de lo que te proporcionaron, de lo que sacaste de aquí y de allá, te rehiciste (que no es lo mismo que te hiciste) los temas a tu gusto? Eso es creíble y viable. Lo cierto es que yo hacerme hacerme, no me hice ninguno, rehacerme después de casi once años, de cinco convocatorias y de un cambio de programa, fueron muchos. Esa labor era la habitual los sábados por la mañana en los que andaba siempre liado con tijeras, pegamento y celo. Así que, ¿hablamos de “hacer” o de “rehacer” (o de simplemente mejorar)?

Por último, esas dos frases sueltas formaban parte de una corta conversación en la que alguno se lamentaba de no haber gozado de la mejor preparación. Esas afirmaciones me llevaron a mi tercer pensamiento: efectivamente, no todos disponemos de los mejores recursos humanos y materiales para afrontar la oposición. A algunos les fallan los temas (que deberían estar revisados a conciencia para evitar pérdidas gravísimas de tiempo), a otros les fallan los preparadores de los temas (con escasos recursos psicológicos o con pocas ganas) y a otros nos falla la preparación del dictamen, en primer lugar (hay que reconocerlo) porque somos duros de mollera, en segundo lugar porque no nos lo prepararon bien o mas exactamente de una manera ajustada a nuestras aptitudes. En tercer lugar, y por lo expuesto, creo que en manos de quién hubiera sido capaz de despertarnos y de darnos las pautas adecuadas “otro gallo podría habernos cantado”.

En definitiva, en una carrera de fondo tan dura y exigente, hay que procurar a cada opositor los mejores recursos para que haga valer sus opciones y cualidades.

Evidentemente algunos (y tiene su lógica) parten de la casilla de salida con mejores opciones que otros que tienen las mismas cualidades al disponer de mejores recursos humanos y materiales.

“La vida es así, no la he inventado yo … “ que dice la canción.

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El Espíritu de las Oposiciones Futuras

espíritu oposiciones futuros

“Hola soy el Espíritu de las Oposiciones Futuras y te traigo dos noticias. Una buena y otra mala. ¿Cuál quieres primero?”

“Pues normalmente – le dijo el opositor al espírituyo soy más de elegir primero las malas noticias y de recibir luego las buenas, pero como mi amigo Javi López me contó tantas veces en los largos veranos de antes de comenzar con la oposición el chiste de las galeras romanas en el que los pobres remeros salían siempre escaldados cuando elegían primero la mala noticia, voy a escogerte primero la buena y ya luego me cuentas la mala, querido Espíritu de las Oposiciones Futuras“.

“Pues la buena noticia es que vas a aprobar las oposiciones“.

La emoción embargó al pobre opositor que lloró lo indecible bajo la atenta mirada del espíritu que había venido a visitarle.

El llanto terminó de golpe cuando el pobre opositor, acostumbrado a los malos tragos, recordó que aún tenía que recibir la mala noticia, así que recomponiéndose como pudo le pidió al espíritu que le contara la mala noticia que también había venido a comunicarle:

“Cuéntame la mala noticia, querido Espíritu de las Oposiciones Futuras“.

“La mala noticia, querido Justito, es que vas a tardar once años en hacerlo”.

Aún resonaba la última sílaba en sus oídos cuándo el espíritu se desvaneció. Justito volvió en si sin saber si lo vivido había sido sueño o realidad.

En los días y semanas siguientes el pobre opositor continuó su ritmo habitual de estudio pero luego pensó que, a fin de cuentas, si iba acabar aprobando con absoluta seguridad, sería mucho mejor pegarse la vida padre y volver a estudiar dos o tres convocatorias más tarde que son las que calculaba que se sucederían en el tiempo que le faltaba para que se cumpliesen los once años de la condena del espíritu. Con eso sería más que suficiente gracias al bagaje acumulado hasta la visita de unos días antes.

Dicho y hecho. Desde ese momento, se dedicó a no dar ni golpe de lunes a domingo y retomó la oposición unos cuatro años después, fresco como una rosa, ligero como una pluma y fuerte como un toro, aprobando en aquella convocatoria al cumplirse los once años justos que el espíritu le había presagiado.

Moraleja: De libre elección para el lector.

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El Espíritu de las Oposiciones Pasadas

el espíritu de las oposiciones pasadas

“Estoy preparando notarías. Mi calidad de vida es mala. Estoy tomando paroxetina y, aunque me ha ayudado bastante, creo que me costará dejarla cuando esto acabe. También estoy tomando otras cosas. Cuando los exámenes se acercan, la medicación ya no me hace nada y me sobreviene de nuevo la depresión y la angustia. Tengo problemas de memoria. Los temas son un muro. No consigo retener y me cuesta horrores cantar.  Estudiar el programa es un “eterno retorno” que me lleva, una y otra vez, a “re-estudiar” lo que se supone ya sabido y me quedo atascado cuando voy por la mitad del programa. Es la maldición de Sísifo“. 

Pues, la verdad es que lo primero que se me ocurre decirte es que no sé si tienes mi libro pero si no lo tienes deberías comprarlo porque cuenta mi historia cronológicamente y da una verdadera idea de mi travesía de casi once años. Si quieres, puedo enviártelo yo mismo dedicado y ya arreglarnos con el pago.

Dicho esto…. me estás contando mi propia vida. Eres como el Espíritu de las Oposiciones Pasadas que se me reaparece para contarme lo mal que yo estaba entonces y que ahora me importuna porque yo, que tenía una nube con agujeros, no estoy valorando ya lo difícil que me fue conseguirlo ni siendo fiel a mis esencias….. (cosas que no son ciertas porque sigo en la nube de los dos agujeros para sacar las piernas) …

Ya me visitó el otro día el Espíritu de las Oposiciones Futuras, así que ya no me queda más que una visita, aunque creo que esta visita no vendrá, porque no sé que podría decirme un Espíritu de las Oposiciones Presentes porque si quisiera que volviera a opositar otra vez, lo lleva claro.

Dicho esto, si estás en tratamiento y no consigues mantenerte, no sé qué más podría decirte porque a mi la química me funcionó aunque a base de altas dosis y no sé si tú puedes subir las tuyas. Creo que lo que no cuento en el libro (bueno ya no me acuerdo si lo cuento o no) es que yo desayunaba y almorzaba con lexatin, dormía la siesta con otra capsulita y me iba a la cama con el Sr. Orfidal y el Sr. Rohipnol en el estómago para conseguir dormir … más la paroxetina, claro, que creo que la tomaba por la mañana….. Seis pastillas al día para conseguir llegar “vivo” a la meta. Aquello ya no es más que un relativamente triste y borroso recuerdo. Yo ahora solo me acuerdo de mi Raimunda (conseguida a los 50), de mis dos libros  (publicados los dos este año con 52 años) y de los 3.000 artículos de mi blog.

¿Mereció la pena? Pues a mí, claramente, sí.

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El fracaso como forjador de la personalidad de un opositor

forjador de la personalidad

Me hacen comentarios en algunos posts que merecen tener mayor visibilidad y no quedar perdidos entre los cerca de 3.000 que me han hecho en estos años de blog.

Este comentario es fantástico y merece un Opo Flash porque es verdad de la buena. Me siento identificado al 100% con el viejo profesor de Historia que lo escribió.

Dice así:

“He sido Profesor Titular de Universidad de Historia después de haber fracasado estrepitosamente en primero de Derecho. Ahora estoy jubilado. Ni siquiera intenté opositar a Catedrático. Me costó siete oposiciones llegar a Profesor Titular de Universidad. Por supuesto admiro y envidio a los Notarios, registradores de la propiedad, catedráticos, letrados del Consejo de Estado y jueces entre los que me honro en tener grandes amigos pues han hecho lo que un servidor no fue capaz de hacer (ni siquiera aprobar primero de Derecho).

Sin embargo no hay mejor forjador de la personalidad que el fracaso.

El fracaso te hace mejor persona y cuando tienes algún éxito, es un antídoto contra la vanidad.

El fracaso forja la personalidad como se funde una campana a base de hierro, fuego y martillazos.

En mis seis oposiciones frustradas a Profesor Titular de Historia siempre pensaba que una prospección petrolífera no se abandonaba hasta que no se daban 243 pinchazos en la tierra que resultasen baldíos. Pensaba que “hasta la oposición número 244 fracasada no empezaré a preocuparme”.

Éste es el consejo que se permite dar a los brillantes estudiantes de Derecho que inician una oposición un modesto y humilde antiguo Profesor de Historia que ni siquiera fue capaz ni de aprobar el primero de Derecho ni de llegar a Catedrático en la carrera de Historia”.

Gracias.

Espero disfrutar en otras ocasiones de sus comentarios y que sirvan a aquellos que como usted y como yo tuvimos nuestras dificultades a la hora de superar el obstáculo de una oposición.

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El Notario mas joven de España ¿sin la carrera de Derecho?

notario graduado en derecho

Curiosa búsqueda la que ha llevado a alguien hasta mi blog. Supongo que habrá llegado a este post pero no estoy seguro. Aunque tal vez haya sido este otro (mucho más célebre y visitado) el que le haya llevado hasta mí intentando saciar su necesidad de conocimiento.

En este último post explico que: “En relación con la edad para ser notario, hay que tener en cuenta los artículos 10 de la Ley del Notariado y 6 y 21 del Reglamento Notarial. Los dos primeros se refieren a la mayoría de edad. Desde 1944 fueron necesarios los 23 años cumplidos para ser notario (y, claro está, ser Doctor o Licenciado en Derecho) …”.

Es decir, no puede haber un Notario que no tenga la carrera de Derecho (hoy Grado) salvo que se trate de algún Notario procedente de los antiguos cuerpos de Agentes de Cambio y Bolsa o Corredores de Comercio que podían ser Licenciados en Económicas, Matemáticas, Ciencias Exactas, Profesores Mercantiles (esto último hasta 1981) o Licenciados en Ciencias Actuariales (desde 1981) y no sé si también Licenciados en Empresariales. Según mis cálculos en nuestro escalafón hay unos 250 compañeros procedentes de aquellos cuerpos fusionados a los que hay que añadir a otros 86 compañeros que aprobaron las oposiciones de Corredor de Comercio pero ya ingresaron como Notarios en el escalafón único. De entre ellos no puedo precisar cuantos no habían estudiado Derecho ni, entre los que no lo hicieron, cual fue el que ingresó mas joven en el cuerpo para el que habían opositado.

Una última curiosidad: ¿Cuántos Corredores de Comercio había cuando se produjo la fusión? Unos 600. Después entraron 85 más. Al tiempo de la fusión eso representó un 20-21%. Actualmente representan (contando a los 85 que ya ingresaron como Notarios) un 11-12% del escalafón. No me pregunten cuántos antiguos Agentes de Cambio y Bolsa, luego Corredores de Comercio, ahora Notarios quedan pues no lo sé … pero teniendo en cuenta que se integraron con los Corredores en 1989 (hace unos 32 años) pues no puede haber ya muchos.

Dicho esto y, por lo expuesto, no estoy en disposición de contestar a la pregunta porque aunque todos los fusionados somos hoy Notarios y algunos no tienen la carrera de Derecho no dispongo del dato que interesa a este consultante quien, por otra parte, no tengo por seguro que buscara la respuesta que le estoy dando.

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El opositor sobrado

sobrado en las oposiciones

Ir sobrado no es lo mismo que ir de sobrado, pero considero que hay que tener cuidado con ambas actitudes cuando uno se encuentra opositando: no se puede pensar que uno va sobrado porque el exceso de confianza puede ser fatídico, ni, por supuesto, ir de sobrado (estándolo o sin estarlo), pues es una actitud que molesta al prójimo y debe evitarse para no caer en la toxicidad. Don Sobradito sería un buen personaje para el post de mi amiga opositora “Compañeros Tóxicos”. Cualquier buen preparador deberá bajar los humos a Don Sobradito … que siempre correrá el riesgo de quedarse solo si persiste en su actitud.

Alguno puede considerar que como iba sobrado en la Universidad, ahora seguirá yéndolo, pero la oposición es otra competición y tienes que adaptarte a sus reglas. No es lo mismo la Copa del Rey, que la Champions, que la Liga y en el ámbito de los estudios la oposición es como una Liga, es el torneo de la regularidad, pero al tiempo es una Champions por su enorme nivel de exigencia y un torneo del K.O. como la Copa del Rey y la propia Champions, que te pueden dejar fuera de combate en cualquier momento cuando llega la hora de examinarse (o sin llegar a hacerlo). Para preparar la oposición es necesario trabajar con otro chip y el modelo universitario no sirve demasiado.

Hace años nos examinábamos de golpe de la mayoría de las asignaturas de la carrera y eso hacía que todo el año pudieras andar asalvajado, sin dar ni golpe, ni tener apuntes y luego enfrentarte a unas semanas duras saliendo airoso. Eso en la oposición ya no sirve. Tampoco sirve de mucho el nuevo modelo con asignaturas trimestrales o cuatrimestrales que te quitas de encima en poco tiempo. En la oposición, aunque no hay presión porque el examen está lejos, hay que sustituir la presión del examen por la presión semanal del cante con el preparador (una de las razones por las que no conviene preparar por libre). Cada semana tenemos una prueba para la que hay ser regular y en la que hay procurar machacar. Un buen resultado nos animará la tarde y, mejor aún, la siguiente semana.

Algunos piensan en el puesto que ocuparán cuando aprueben. No conciben no aprobar, ni tampoco no conseguir un buen puesto. Otros piensan en los compañeros que aprobaron y que ellos siguen aún en el camino. Es bueno estar seguro de tus propias fuerzas, pero tampoco conviene excederse y hay que mantener siempre los pies en el suelo. Primero aprobar y luego ya vendrá el “¿en qué puesto me he quedado?”. Los que conocías y ya aprobaron te pueden servir, si ellos quieren (y suelen querer hacerlo) para apoyarte, ayudarte y animarte, pero no pueden ser la causa que te genere sentimientos y sensaciones tóxicas para ti mismo.

Hay muchos que tienen talento para estudiar, pero hay que ser constante y estar motivado. La motivación es la visita al preparador y el buen resultado de tu cante. La motivación es el aprobado final, pero antes está la convocatoria que se acerca, el avanzar hacia ella lo más rápido que se pueda, el ir quemando etapas y dando vueltas. Ver que cada vez llevas más temas, los dominas mejor y reduces el tiempo de duración de cada repaso.

Cada día es una nueva oportunidad de hacerlo mejor o igual de bien y de no mandar todo a freír puñetas. La motivación es terminar la oposición y aprobarla, estando seguro de que lo conseguirás, pero hasta donde uno puede estar seguro de que así sucederá. Yo jamás estuve realmente seguro de conseguirlo, pero con todas mis dudas, vacilaciones, obstáculos, caídas, llantos y trompicones … aquí estoy.

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El oyente trajeado (a propósito de un comunicado del tribunal de oposiciones de esta semana)

oyentes exámenes

“El tribunal recuerda a los opositores que los ejercicios de las oposiciones son públicos, tal y como indica el artículo 16 del reglamento de la organización y régimen del notariado. Se prohíbe cualquier conducta de opositores y/o acompañantes que impida, directa o indirectamente, el acceso al tribunal de los oyentes”.

A propósito de este comunicado de los tribunales de las oposiciones a notarías que se están celebrando actualmente en Madrid, me contaba un compañero que en una de sus actuaciones en orales (hace ya veinte años) su padre, que siempre vestía de impecable traje, decidió entrar de oyente (para mitigar el aburrimiento y los nervios de la espera) al examen de otro opositor, situándose (para no molestarle) al final de la sala de examen. Yo que me he examinado en las dos antiguas salas de examen (ahora creo que hay otra mas) del Colegio Notarial de Madrid (y he aprobado en ambas algún examen) tengo claro que la visual del público que tiene el opositor es escasa con lo que es realmente difícil molestar, lo que no impide que uno, a pesar de todo, intente situarse donde menos se le vea como hizo el padre de mi amigo. Lo sé porque yo también fui oyente en 1991 en la convocatoria de Valencia de aquel año, y actué de la misma manera.

El opositor al que escuchó el padre de mi amigo hizo su ejercicio completo y al terminar, supongo que tras rendir cuentas a sus acompañantes, se dirigió al padre de mi amigo para preguntarle, “¿qué tal lo he hecho?”El padre de mi amigo que como mucho se sabría la música pero no la letra de los temas, lacónicamente le respondió: “yo le he visto bien”.

Por la noche, cuando se anunciaron los resultados de la sesión, aquel opositor había suspendido.

Tal vez  ese opositor aun esté pensando que no se explica cómo pudo suspender aquel examen teniendo en cuenta que un tipo trajeado, serio,  “con pinta de Notario”, le había dicho lo que le había dicho.

Por cierto, salvo en mi primer examen en el que me escuchó mi hermano mayor y Mac, mi preparador, no recuerdo si alguien mas estuvo presente en mis otros cinco exámenes. Mis eternas acompañantes (mi madre que no falló ni una vez y mi mujer que no pudo estar en una ocasión) nunca entraron a mis actuaciones.

Se lo dedico a mi amigo del alma que las pasó putas para aprobar y a pesar de eso, aun no se hace caracolillos en el pelo.

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El punto de no retorno

punto de no retorno

He comido hoy con un compañero recién aprobado. Ese compañero es de los galgos. Sí, de esos de los que cabría decir que “de casta le viene al galgo”. Además, menuda casta la de este galgo …

Me ha gustado que le gustara charlar sin prisas mientras comíamos y bebíamos. Diría que hemos congeniado, que somos afines y que, salvando mis heridas de dieciséis años de ejercicio en el “poblao” como diría el gran Fernando P. Rubio, estamos en la misma onda. Además creo que lo vamos a seguir estando.

Paco Gandía nos ha deleitado con su batería de platos clásicos a los que les hemos añadido algo de quisquilla. Nos lo ha aderezado con una fantástica botella de vino de estas tierras que se me ha olvidado apuntar cómo se llamaba. Mañana se lo preguntaré.

Cuando estábamos ambos en los cafés y yo me simultaneaba con el gin tonic, ha sido cuando SPR me ha mencionado la teoría del “punto de no retorno”. Me hubiera gustado que la escribiera él, pero soy yo el que, entre los efluvios del alcohol en los que me encuentro, lo está haciendo en estos momentos.

La teoría del punto de no retorno es “la teoría de las teorías” acerca del mundo de las oposiciones. Cerca de setenta posts sobre oposiciones, otros tantos opoflashes y alguien me viene a contar algo en lo que yo antes no había pensado o tal vez algo en lo que sí que había pensado pero a lo que no le había puesto nombre.

No me cabe la más mínima duda. ¡Qué gran verdad¡

Hay un momento de la vida del opositor en el que ya no hay marcha atrás. Es un punto en el que ya no te planteas hacer otra cosa; un punto donde si te marchas te arrolla el tren de la vida; un punto en el que ya solo cabe seguir adelante … es lo único que se puede hacer.

Yo estuve allí y no solo pasé por allí. Me paré y no me arranqué de aquel punto durante largo tiempo. No fui capaz de seguir adelante. El punto de no retorno no es una ficción, no es una entelequia, no es una distopía, es la puñetera realidad. Yo pasé por él, pero en realidad no sabía dónde estaba, dónde  había llegado, cuándo  me había estancado, por eso estaba como estaba: había llegado al punto de no retorno. Mi cabeza se revelaba. Ni tan siquiera mi corazón quería seguir adelante. Sin embargo, lo hice.

Es una zona que no volveré a recorrer, que no desearía a nadie, pero de la que un día me desenganché hasta llegar a salir por el otro lado. No diría que salí tan campante, pero sí que salí con mil cuerpos de ventaja respecto de aquellos de los que me bifurqué cuando solo tenía veintitrés años.

Había sobrevivido. Lo había conseguido.

Desengancharse

Con buen criterio mi amigo FerFer, me decía después de leer este Flash, que tal vez algunos puedan necesitar de ayuda psicológica para abandonar la oposición y para iniciar una nueva vida más allá del punto de no retorno. No me parece ninguna tontería …

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El que no sepa cómo ayudar al opositor, mejor que se calle

calla si no sabes hablar de la oposicion

Aún no sabía lo que era el surmenage o síndrome de fatiga crónica, pero lo estaba padeciendo, mis padres se estaban divorciando y toda la familia atravesaba unos días complicados, estudiaba cerca de catorce horas al día, llegaba el momento de la verdad pues mi primer examen estaba a pocos días vista y mientras estaba comentando con mi novia todo esto y lo agotado que me encontraba, el miedo que tenía a coger un resfriado o a pagar un reventón y lo difíciles que se me estaban poniendo las cosas, me doy la vuelta y veo que alguien próximo (afín…), que está presenciando la conversación, me está haciendo burla, poniendo cara de llorar mientras simula que se frota los ojos haciendo algo así como los pucheritos de los niños pequeños. Era su particular forma de expresar que qué pena le estaba dando lo que yo contaba y de significar que lo mío no era para tanto, a fin de cuentas estaba ridiculizándome.

Pensé … ¡este tío es imbécil¡

Estarán de acuerdo todos los opositores: el que no sepa como ayudar, ¡mejor que se calle y no diga nada¡, porque recurriendo a este tipo de cosas, se produce el efecto justamente contrario al que se persigue. En vez de animar lo que haces es cabrear y en vez de quitar hierro lo que consigues es que uno se sienta completamente incomprendido.

Por cierto, lo del surmenage lo tengo contado en este otro post.

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El triste consuelo de Justito (El Opositor)

soy un triste consuelo de opositores

Como consecuencia del último capítulo de mi serie de las agendas de la oposición alguien me dijo en Twitter:

En suma, lo contrario a lo que yo entiendo como un planteamiento mentalmente sano de la oposición. Descubrí hace mucho que las historias opositoras carecen de vocación universal y que el consuelo que producen relatos como los tuyos son “cold comfort”, que dirían los ingleses”.

No lo contesté, pero lo voy a hacer por esta vía.

Para empezar mi historia es bastante extraordinaria y siempre la reivindico frente a los del “todos hemos pasado lo nuestro”, porque sí, vale, es cierto, pero “yo más …”.

Pero además, ¿he dicho yo que mi planteamiento (en realidad no hubo ningún planteamiento, todo fue improvisado por mucho que durase) de la oposición fuera mentalmente sano? ¿He recomendado yo a alguien que haga lo mismo que hice yo? ¿Hice mal a alguien (pero mal, mal, de verdad) por empeñarme en sacar la oposición a costa de lo que a mí me parecería oportuno (teniendo en cuenta en realidad que, además, he hecho muy felices a los que me quieren)?

Obviamente a cada uno le va como le va pero está claro (aunque este no lo crea) que lo mío ayuda y se sigue y se lee mucho y consuela. Consuela mucho yendo más allá de lo que sería ese “triste consuelo”.

Venga hombre (o mujer), léame más, compre mi libro, conózcame, vea el resultado de mi apuesta (vital) y luego ya dirá si mi planteamiento “mentalmente insano” ha podido o no merecer la pena y hable con muchos a los que he proporcionado ese triste consuelo o con los que hasta (incluso) dicen que les he rehabilitado de una vida llena de lamentos por no haberlo conseguido.

A veces he pensado en si, tal vez, yo soy un mal ejemplo para los opositores pero, sin embargo, a considerarme un triste consuelo no había llegado. Hombre, sería triste si no hubiera llegado a aprobar, pero aprobando (aunque tardara) y viendo lo que posteriormente me ha venido, creo que empleé muy bien empleados los cuatro años que eché por encima de la media y los tres terribles años que pasé atascado (un 5,66% de mi vida). Sin duda alguna, lo mío fue una inversión exitosa.

El caso de los opositores que tardamos en aprobar o que no lo hacen, aunque invirtamos mucho tiempo, es comparable al de otros muchos colectivos (deportistas, por poner ejemplo) que luchan por una meta al alcance de solo unos pocos e incluso, si hablamos de arriesgar el físico o el psíquico, al de otros colectivos (deportistas profesionales, de nuevo, por ejemplo) que también se machacan para conseguir lo que desean y una vez conseguido para mantenerse en todo lo alto (a nosotros eso ya no nos haría falta …). La vida es así y somos muchos los que nos la hemos jugado y hemos ganado o hemos perdido. Que no me haga este el balance, ni se lo haga a los demás. Se ve que a él/ella le ha salido todo bien o que vive aislado del mundo real que es mundo lleno de problemas, de historias de superación y de riesgos.

Aquí hay un caso (de hoy mismo) en el que parece que he proporcionado algo mas que ese triste consuelo…

Unos meses mas tarde el tipo vuelve a la carga

“Qué pereza, Dios Santo. Absténganse de leerlo opositores con vocación de éxito y los que estén pasando momentos -inevitables, hablamos de Notarías- de agobio. Spoiler: coloca en un plano moralmente superior al que tarda cuatro horas en la maratón que al etíope que la hace en dos. Esto es, vuelve a hablar de sí mismo y su inenarrable proeza, sin salir del laberinto y sin ganas de hacerlo. Opositores, a lo vuestro: estudiar duro, buenos afectos, ejercicio físico, lecturas salubres, juerga cuando se pueda. Jasón y los argonautas, para él. Opositar a notarías es un privilegio: 1. Hay que poder permitírselo. 2. Es una elección libre. 3. A nadie das cuentas, salvo a tu conciencia. Hay muchas cosas infinitamente peores que suspender notarías. Dramatizar, verlo cómo algo desolador es un mal enfoque para el opositor que explica en buena parte la alarmante falta de vocaciones. Él es muy dado a este planteamiento psicodrama, sin duda a causa de una crudelísima experiencia personal opositora y a que le gusta rascarse la herida. No me interesa, a los opositores menos. Es realmente heroico que después de un post tan insondablemente deprimente alguien quiera opositar, no digo ya a notarías, sino a bedel de instituto. Ruego a la Junta Directiva del lugar donde sirva este buen hombre que le llame a capítulo para centrarse en la fe pública, y ya. Es un matraca que no sabe de qué habla; y no lo sabe porque su historia acaba bien. Podrá pontificar sobre la dureza del camino, pero no conoce más que de oídas el palo del final definitivo e infeliz”.

Es curioso (y enfermizo) que un tipo (o tipa) que lleva año y medio en Twitter y que ha escrito en ese tiempo solamente 16 tuits, dedique 6 de ellos a hablar de mí de una manera tan desagradable. Ya le silencié en su momento pero ahora paso a bloquearle. Si quiere leerme y horrorizarse tanto con mi visión de la oposición y con mi experiencia personal que al menos se tome la molestia de entrar en mi blog. No tengo muchos, pero parece que tengo otro (desquiciado) hater y no lo sabía.

No obstante, ¿por qué recojo una opinión expresada de manera tan desagradable? Pues porque comprendo (y admito) la discrepancia. Comprendo que alguien se pueda desanimar si conoce mi experiencia y opinión (aunque lo que debe es sacar la enseñanza positiva y no incurrir en mis errores); comprendo que alguien crea que el sacrificio del que tarda poco es igual o hasta superior al del que tarda mucho o muchísimo; comprendo que crea que lo mío no fue una proeza (lo fue sin la menor duda aunque muchos mas la hacen) y que estoy todavía encerrado en un laberinto y rascándome la herida (crasos errores que resolvería si conociera mi evolución personal y la de mi blog); comprendo que desaconseje que me lean y que me sigan y que proporcione sus propios consejos (que son los míos para cuando todo va bien); estoy de acuerdo en que esto es una elección personal y también en que es un privilegio permitírselo y tener cualidades para opositar a notarías. También comprendo que dramatizar (si es que lo estuviera haciendo) no es lo mas conveniente y hasta que alguno crea que, como al final lo conseguí (tal vez él no), ya no tengo ni puñetera idea de todo este asunto.

Lo admito todo, sí, pero lo que no comprendo ni admito es que lo tenga que expresar de una manera tan sumamente (tan asquerosamente) desagradable llegando a decir la solemne estupidez de que mi Junta Directiva me llame a capítulo. Es muy fácil (y muy cobarde) ocultarse bajo una cuenta anónima para ofender e insultar a los demás.

Por cierto, en este momento mi blog tiene 3.397 entradas. De ellas solo 259 se refieren a la oposición lo que representa un 7,62% de lo que escribo. Otra cifra similar es Manducare y Off Topic. El resto es eso en lo que este sujeto quiere que me centren.

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El viejo Código Civil

El mío no está tan viejo a pesar de que la ex opositora propietaria de este Código Civil (y amiga) y yo creo que somos casi de la misma edad. También es cierto que el mío pasó por una nueva encuadernación hace años que me hizo Antonio de Encuadernaciones Castell que se ocupa del protocolo de mi notaría y de dejar fetén mi propio protocolo personal y otras cositas que me gustaría conservar para la posteridad.

Mi hijo me pregunta a menudo qué cosa salvaría de todas mis posesiones en caso de una catástrofe. Dando por salvado (por su carácter) el contenido de mi blog, siempre le digo que yo salvaría mis álbumes fotográficos y de recuerdos y mis 50.000 fotografías digitales que albergan un par de discos duros, pero, lo cierto, es que si la catástrofe fuera en mi notaría, en Pinoso, tendría que salvar a mi viejo Código Civil. Le tengo un enorme cariño y, mientras trabajo, lo tengo a menos de cincuenta centímetros de distancia.

Aquí pueden verse los de tres compañeros:

Y este es el mío (por fuera y por dentro):

 

Le quiero aunque el pobre hasta me ha causado algún disgusto por causa de alguna reforma que ya no contempla, aunque yo al Código Civil se lo perdono todo.

Va por ti, amiga. Gracias por tu apoyo.

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Empezar notarías con treinta y tantos, pareja, hijo y una discapacidad

notarias y discapacidad

“Tengo treinta y tantos años y un niño pequeño. Pronto me presentaré a unas oposiciones de nivel medio. Tengo también una discapacidad que me permite presentarme por el cupo de plazas reservadas a la diversidad funcional en una especialidad que casi nadie la tiene salvo que sea sobrevenida. Creo que puedo aprobar, pero no me veo en ese trabajo para toda la vida. Ahora que estoy estudiando de nuevo me he dado cuenta de que yo estudié Derecho con la vocación de opositar a notarías y no lo hice en su momento porque mi situación familiar se complicó mientras estudiaba en la facultad y pensé que no podría permitirme un preparador ni que mi familia se hipotecara por una oposición realmente complicada y que habitualmente conlleva varios años. ¿Crees que es descabellado empezar a estudiar notarías en mi situación? Te ruego que me contestes con total sinceridad.”

Debo decir antes de empezar que en su inmensa mayoría (por no decir que en su totalidad) los preparadores a notarías no cobran, aunque sí que pueden hacerlo las Academias de preparación de los Colegios Notariales para sufragar gastos. Al tiempo esas Academias tienen becas para facilitar el acceso a aquellos opositores que puedan necesitar una ayuda.

Supongo que este post ya lo tienes leído. Me cuesta animarte a que lo hagas porque lo veo taaan difícil estando casado y con un hijo … peero si me lees sabrás que siempre hablo de:

1.- Salud física y psíquica.

2.- Tranquilidad económica.

3.- Y de probar y de que si no te adaptas en un plazo razonable pues que hay que dejarlo.

No vas a salir de la duda si no lo intentas.

Procuro siempre ser sincero en mis contestaciones y consejos. No siempre es fácil. También procuro también ser sutil y no hacer daño. Cada uno ha de tomar sus propias decisiones. A algunos opositores veteranos les aconsejaría que no sigan pero no es sencillo decírselo. Cada uno tiene que encontrar sus fuerzas y medir sus ganas. Tu situación no es ni mucho menos la ideal, aunque tal vez seas un máquina y puedas con esto y con mucho más. Me gusta la gente con ilusión y sobre todo con tu vocación, así que puedes darte un tiempo y ver cómo te desenvuelves. Mi hermano mayor con diez años menos que tú, pero también casado y con una niña lo intentó. No lo hizo mal y llevaba un ritmo aceptable, pero trabajar 8 horas y estudiar 6 con pareja e hijo no es nada sencillo.

No te quedes con el gusanillo. Pruébate para ver que tal, tanto tú como tu familia, pues ellos también tendrán que encajar tu nuevo estilo de vida.

Finalmente, no me específicas nada sobre esa discapacidad salvo que la padeces, así que no sé si implica o no alguna dificultad añadida. No eres el primero que me comenta su situación de discapacidad y que pretende (o que le gustaría o se plantea) preparar notarías o registros, pero lo cierto es que poco sé sobre el turno de discapacitados en las oposiciones a notarías:

Por una parte, tenemos este apartado del artículo 5 del Reglamento Notarial:

“g) El número de plazas que se reservan para personas que tengan la condición legal de personas con discapacidad con arreglo a lo dispuesto en la Ley 53/2003, de 10 de diciembre, sobre Empleo Público de Discapacitados y según el Real Decreto 1557/1995, de 21 de septiembre, sobre Acceso de Minusválidos a las oposiciones al título de Notario”.

Y además este otro del artículo 7 del Reglamento Notarial:

“Carecen de aptitud para ingresar en el Notariado:

1.º Los impedidos física o psíquicamente para desempeñar el cargo”.

Entiendo que hay unas plazas reservadas, que la discapacidad no ha de suponer un impedimento físico (un invidente no creo que pueda ser Notario) o psíquico (¿?) para desempeñar el cargo y que, por lo demás, hay que demostrar las mismas aptitudes con el temario y los prácticos que cualquier otro candidato, con lo que en el fondo no acabo de entender para qué sirve en realidad esta reserva de plazas.

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En crisis a pocos meses del examen

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“Te escribo porque estoy en crisis a pocos meses del examen. Aunque sería más sincero si te dijera que he estado en crisis desde las primeras semanas de la oposición. Estoy necesitado de alguna ayuda milagrosa que me conduzca al éxito. Desde el primer dia de oposición no he tenido ningún problema para aprenderme los temas, tengo muy buena memoria y me gusta y se me da bien estudiármelos y cantarlos. El problema es que mi concentración es lamentable: estudiar una hora seguida es una auténtica proeza para mi. Me cuesta aprovechar el tiempo. Sinceramente, estudiar cuatro horas limpias al día es complicado, y pocas veces he llegado a las ocho horas … eso sí, de ocho de la mañana a ocho de la tarde o más, horario de estudio oficial y estricto, jamás me lo he saltado, pero no aprovecho ni de lejos esas doce horas. Y claro, estoy por la tercera vuelta del Civil a menos de medio año del examen, habiéndome mirado una cuarta parte del segundo. “Cantando así aprobarás, pero si no me traes más temas vas a tardar mucho tiempo”, me dice mi preparador. Tengo muchísima motivación; quiero ser Notario sí o sí y siempre lo he querido. Jamás se me ha pasado por la cabeza dejarlo y tengo mucha ilusión en solventar con éxito esta complicada época de la vida, pero metiéndole cuatro horas limpias al día, podría tardar una eternidad. Quiero aprovechar a fondo el tiempo y estudiar como un loco, pero no lo logro. Me agobio y necesito salir de la habitación o me pongo a mirar el móvil o a fumar. Me gustaría saber tu opinión y que me aconsejaras. Cualquier cosa con tal de conseguir el objetivo”.

Una cosa es no tener puntualmente concentración y otra no tenerla casi nunca. Llega un momento en que hay echar muchas horas y el día no da de si lo suficiente para sacarlas. Cuatro horas es muy poco. El mínimo de ocho es fundamental respetarlo. De ahí hasta trece, catorce y catorce y pico que he llegado a estudiar. Seguro que alguno hasta estudia o habrá estudiado más horas.

Me pones difícil decirte algo que te aproveche. Quizá te serviría ponerte metas a corto plazo y alcanzables. Cronómetrate las paradas. Estudia 45 minutos y descansa 15. Reparte en mañana y tarde o estudia todo de golpe si te va mejor y representa un estímulo tener algo de tiempo libre por la tarde. Levántate antes y la mañana se hará larguísima. En fin, haz pruebas, pero rompe la tendencia. No pasa nada por ir más despacio. Muchos que van rápido se estrellan. Los lentos les acabamos adelantando e incluso puede que acabemos siendo mejores Notarios que ellos …

Ponte algo fácil para mañana y empieza a romper con esa tendencia que no te aprovecha. No eches a perder tu vocación y cualidades; no te dejes desanimar y déjate de frases de cartera de instituto que no son ciertas. Ya dije hace poco que lo de que “el que resiste, gana” no es cierto. La única verdad es que “el que no resiste, no gana ….”

Ten en cuenta que aunque esta no parece ser tu oposición, pero podría serlo; además, y por otra parte, seguro que el arreón que le darás al temario oliendo los examenes cerca te será muy provechoso para la siguiente convocatoria que sí que tiene que ser la tuya. No pierdas el tiempo. Si yo hubiera ahorrado tiempo, tal vez hubiera aprobado varios años antes, aunque tus problemas y los míos no son los mismos.

“Es la primera vez que me dicen que esta no es mi oposición, y aunque me ha asustado y dado que pensar a primera vista, me alegro de que me hayas dado ese toque de atención. A veces es necesario sentir ese miedo, puesto que no lograr el éxito no sería el fin del mundo, pero sí una decepción brutal que quiero evitar y creo que de momento está en mis manos hacerlo. Siempre he sido muy confiado y aunque hasta ahora siempre me he salido con la mía, sé que juego con fuego. Que tenga un exceso de confianza en mi mismo  puede ser peligroso, aunque en términos generales canto, memorizo y entiendo todo bien, me gusta el temario, no tengo problemas, y mis preparadores creen que tengo bastantes posibilidades de aprobar, pero avanzar tan lento a estas alturas empieza a ser peligroso y puede cambiar su parecer y hasta el mío propio“.

Espero que me escribas más adelante y que adquieras conciencia de que necesitas redirigirte y que habrás de hacerlo poco a poco y que el exceso de confianza puede dar lugar a grandes batacazos y a resentimientos futuros. Déjate de pensar en que siempre lo consigues todo… porque ahora no lo estás consiguiendo y evita regalarte muchos más años de oposición. Por cierto, no me refería a que la oposición a notarías no fuera la tuya, sino a que la próxima convocatoria podría no serlo.

Hay que llevar cuidado en no caer en la condición del opositor sobrado.

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Entorno favorable y trabajo ocasional

entorno opositor

“Llevo año y medio preparando una oposición de nivel A2. Me he presentado una vez, pero no estaba preparado y caí en el primer examen. Mi familia es más bien humilde y me apoyan, aunque les cuesta. Este año voy mejor y tengo las esperanzas depositadas en las próximas convocatorias. Hace poco me han llamado para un trabajo. Solo será para un corto periodo de tiempo. Aceptar este empleo me supondría ir más despacio en el estudio, pero sería algo más independiente de cara a hacer lo que quiero hasta que yo quiera, sin explicaciones, ni angustias. A cambio, me preocupa el perder opciones de aprobar en breve”.  

El entorno favorable es importante. Es más, aunque creo que se me olvida mencionarlo en muchas ocasiones, pienso que la salud, la posición económica y el entorno favorable son los cimientos de una oposición con probabilidades de éxito. El entorno te ha de comprender y no estar dándote la paliza y minando permanentemente tu moral.

En cuanto al trabajo, pienso que estudiar y trabajar es bastante complicado. También es cierto que lo hace mucha gente. No es usual en notarías, pero sí en otras muchas oposiciones digamos que “más asequibles”. Creo que en tu caso aceptaría ese trabajo. Tal vez te despeje, te ayude a tener una perspectiva diferente de la oposición y te refuerce las ganas de opositar y de conseguir tu meta. Otra cosa es que me dijeras que fuera un trabajo permanente. Si lo fuera, dependiendo del trabajo y de tus capacidades, tal vez te dijera que lo olvides y resistas la “presión de tu entorno”. Ten en cuenta que si apruebas, habrás empleado bien tu tiempo y si no podrás consolarte con la formación adquirida.

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Estar “turbio” como opositor

opositores turbios

Me hizo gracia un opositor con el que charlaba el otro día cuando me dijo que “estaba un poco turbio” y que si yo había podido aprobar y también “estuviste turbio”, él “algún día dejaría de estar turbio y aprobaría”.

Pero, ¿cómo se sale de la turbidez? Esa es la gran cuestión.

No sé cómo lo conseguirá mi amigo, aunque me consta que está poniendo toda la carne en el asador, que está poniendo todo de su parte para salir de esa turbidez que creo es consecuencia de su reciente suspenso y del temor y ansiedad que de los suspensos siempre suele derivarse.

Ya lo he contado muchas veces, yo salí cuando pensé que me presentaría solo una vez más y la tenía a la vuelta de la esquina. Aquel convencimiento me liberó y aunque tuve muchos altibajos, aprobé cuatro años después de salir de mi turbidez (bueno, muy diáfano, muy diáfano no volví a estarlo nunca).

Lo que me sirvió a mi, puede que no le sirva a mi amigo, pero al final estas situaciones son bastante parecidas. Todos hemos sido buenos, muy buenos estudiantes, de los que no suspendían, de los mejores de la clase, de los de sobresaliente o matrícula. Somos conscientes de la dificultad (a lo mejor no tanto) de nuestro nuevo proyecto y cuando suspendemos nos quedamos desnortados, nos entra el canguelo, perdemos la paciencia y directamente nos vamos al extremo contrario a lo que siempre habíamos sido.

¡Error¡, pues seguimos siendo los mismos y hay que conservar la calma para salir de la turbidez ya que puede quedarnos mucho tiempo por delante para aprobar. Tal vez la siguiente no sea la nuestra, pero si la otra, o notarías o registros otra vez, pero turbios difícilmente podremos aprobar…

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Estás nominado para dejar “la Academia”

academia nominado oposiciones

Lo siento, pero no veo bien que se señale precipitadamente (salvo casos excepcionales) la puerta de salida de la Academia a los opositores.

Si yo estuviera tan convencido de que alguien no va a aprobar la oposición, probablemente le diría que no quiero seguir preparándole por tal razón y que llame a otra puerta, que yo lo tengo claro y que no quiero perder el tiempo con él, AUNQUE PUEDA ESTAR EQUIVOCÁNDOME, pero decirle a alguien que no vale, que se lo deje, que se dedique a otra cosa, no me parece lo correcto.

Escasean las vocaciones y una vez más diré que no somos todos iguales

Hay opositores de diferente desarrollo y recorrido a los que habría que ir catando, como los vinos, para ver como evolucionan, pasando de los lagares a las cubas y luego a las barricas y a las botellas, de mosto a joven, de joven a crianza y luego a reserva (mejor no llegar a ser un gran reserva en esto de las oposiciones).

¿Quién diría que yo acabaría aprobando? Los de William Hill me deberían situar en un 100 a 1. Nadie apostaba por mi. Nadie daba un duro por mi. ¿Y ahora qué? Supongo que habré demostrado algo, ¿no? ¿Qué no somos todos iguales? ¿Qué podemos equivocarnos en nuestras apreciaciones sobre alguien?

Dejemos a la gente decidir por sí misma

Digamósles la verdad, si nos parece oportuno, pero la verdad absoluta es únicamente que “no te quiero seguir preparando, porque YO no confío en tus posibilidades”. Nada de eso “de núnca vas a aprobar” o “tú no vales para esto”. ¿Y tú que sabes? ¿Eres adivino? Seguro que te habrás equivocado con alguno que siguió y siguió y no aprobó, pero nunca sabrás si hubiera aprobado aquel que se lo dejó por tu culpa.

La gente tiene que caer sola del guindo. No hace falta mover el árbol para que caigan. Sí, ya se que algunos huelen que apestan a “no aprobarás nunca”, y ¿qué? ¿hemos venido al mundo para determinar (o salvar) el destino de los demás?

Así que a algunos, les falta decir como en la tele: “Estás nominado. Lo malo es que aquí casi nunca no se sabe quien va a ser “The winner.

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Estudiar cuando estás enfermo

estudiar enfermo

“Empecé a opositar hace un año largo. Mi preparador dice que aunque estés enfermo tienes que seguir estudiando e ir a cantar”

Estudiar si uno está enfermo me parece una estupidez, aunque habría que matizar: ¿estudiar enfermo cuando el examen está lejos o cuando está cerca? ¿estudiar enfermo cuando uno está a menudo enfermo o cuando no lo está nunca?

Si el examen está cerca hay que hacer un esfuerzo; si uno enferma con facilidad, tal vez también, pero si uno esporádicamente está malo y no puede estudiar, pues no lo hace. Si tienes que estudiar porque el examen está cerca o porque enfermas con asiduidad y no puedes permitirte tantos parones, pues haces el esfuerzo y no cantas los temas o los cantas hablando bajito o arreglas aquel tema que tienes pendiente de adaptar o haces otra cosa que implique algo de estudio (¿que tal algo de dictamen?) y que, precisamente, se puede uno reservar para estos momentos en que uno no está para ponerse a estudiar (momento resaca, por ejemplo). Particularmente yo no era capaz de estudiar sin hablar, pero si que podía bajar un poco el tono.

Bueno, recupérate y procura capear con ese tipo de consejos que me parecen un poco absurdos.

Tal vez el secreto de los que aprueban pronto es que también estudian cuando están enfermos. A mi en cambio me daba por el surmenage y con surmenage, sí que continuaba estudiando. En el punto XII de este post hablo de ello.

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Fortasec y otras medidas precautorias cuando el opositor se va a examinar

diarrea opositor fortasec

“Pues yo con los nervios iba mucho al baño”, le decía a una opositora hace unos días hablando de la influencia de los nervios cuando llega la hora del examen.

Cuando entraba el opositor anterior a mi, yo iba al baño. Los minutos más cruciales (en los que yo diría que más gente se retira) son los primeros y por eso tomaba mis medidas preventivas. Pasado el rato inicial volvía a ir varias veces en previsión de que el compañero pudiera retirarse. Al aproximarse la hora (o los tres cuartos) si había aguantado, volvía otra vez para exprimir la vejiga por última vez. Además procuraba no beber mucha agua (o casi no beberla) mientras esperaba, para que no me fueran a dar unas inesperadas ganas de miccionar.

Al contarlo, esta opositora me decía que ella llevaba Fortasec el famoso anti diarréico. No pude evitar reírme (y mucho). ¡Fortasec preventivo¡ Yo era mucho de paracetamol preventivo. A la mínima manifestación de dolor o resfriado, Frenadol que te crió. Los nervios pueden afectar a la tripa y un punto flojo puede tenerlo cualquiera, ¿no? Así que ¡venga¡ todos a comprar Fortasec, aunque luego te estriñas si has sido demasiado previsor.

Otro buen medicamento para los exámenes es el Tosidrín. Fulmina la tos, la irritativa y la nerviosa. Lo malo es que también estriñe, aunque visto de otro modo, así os podéis ahorrar el Fortasec …

¿Alguien da más?

Pues sí, alguien da más…

Tras la publicación de este opoflash, me cuentan esta increíble (y desternillante) historia:

“Yo conocí a un opositor que tenía problemas porque necesitaba ir al baño frecuentemente por los nervios. Resulta que al examen de dictamen, que es una prueba de cuatro horas, te permiten ir al baño (aunque, evidentemente, te acompaña hasta la puerta uno de los que se encuentran vigilando el aula). Pues este opositor me comentó que tenía miedo de necesitar ir varias veces al baño y que pensaran que estaba, de algún modo, copiando o haciendo trampas en el examen. Así que me dijo que tenía la idea de llevar puestos pañales de adulto. No sé si lo hizo o no; no me atreví a preguntar. Lo que sí es cierto es que aprobó“.

No me hubiera gustado ser el que estuviera haciendo el dictamen al lado del “incontinente”.

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He dejado la oposición

adios a la oposición

He tenido respuesta recientemente a esa pregunta tan tremendamente difícil que siempre me estuve planteando cuando opositaba (y casi que aún ahora). ¿Cómo se deja uno la oposición? Mi vieja amiga Lina decía: “Te lo dejas porque te lo pide el cuerpo”. Bueno pues esta opositora se lo ha pedido el cuerpo y ha dicho que “hasta aquí hemos llegado”. Así me lo iba anunciando:

“Me siento en el fondo de un pozo. No me atrevo a salir. Me costó mucho retomar el estudio después del anterior suspenso. Pensaba que no pasaba nada por intentar ir a registros pero voy lenta. Me cuesta memorizar. Me canso. Estoy desesperada. Mañana será otro día, pero al final siempre es igual. Me dicen que mi problema es estudiar diez horas y concentrada. Me ronda la idea de dejarlo, pero me da vértigo tomar la decisión. Creo que no llevo suficientes temas. Tal vez me exigen mucho. Comprendo que tiene que haber un ritmo y con el que llevo no voy a aprobar”.

Y así se consumó pocos días después:

“He dejado la oposición. Ha sido muy difícil, pero me he dado cuenta de que no soy feliz, ni tengo ilusion ni motivación. No veo luz para esta convocatoria. Tendría que empezar de cero, como hiciste tu y al final nada ni nadie asegura un aprobado. Han sido xxxx años de mucho esfuerzo,  pero esta etapa ha llegado a su fin. Necesito vivir y ser feliz. Te agradezco enormemente tus consejos, tu tiempo y tu esfuerzo.  Eres una gran persona, poca gente, pocos Notarios entienden tan bien a los opositores como tu. Espero que te vaya todo genial y que ayudes a otros muchos. Yo por mi parte me abro al mundo laboral, con respeto pero sin miedo.

En fin, me ha dado mucha tristeza y te comprendo perfectamente. Ánimo y si necesitas algo, me lo dices.

Mi historia fue mucho más larga que la de esta opositora. Solo que la mía tuvo final feliz. La tengo contada en mi libro.

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Huevos fritos en la notaría

opositora sueña

No es habitual que sueñe en una siesta, es más pensaba que aquel día la había dormido poco y más bien ligera. Por primera vez había soñado con aquella opositora.

Era un sueño sin pies ni cabeza. Ella aparecía hacía el final. Mi oficiala, que era mi oficiala, me avisaba algo enfadada (y mira que no es de enfadarse) de que fuera a ver lo que “ella” estaba haciendo en uno de los despachos de la notaria. Fue entonces cuando salí de una especie de claustro en el que estábamos hablando con un tipo que se parecía a un ministro (del que ahora no recuerdo el nombre) a través de una puerta que me llevó al pasillo de lo que, más o menos, es mi actual notaría. Allí, y ya casi desde la puerta, distinguí, altísima, a la opositora con una falda larga que le hacía parecer aún más alta de lo que creo que podría serlo. Estaba friendo huevos encima del contenedor de papel para reciclar.

Poco más o menos que entonces, me desperté.

El tipo que se parecía al ministro venía a firmar una escritura de Bankia que se había demorado mucho y que aún no estaba hecha. Parece que era un marronazo que no había por donde coger y que por eso comprendía que no le hubiéramos metido mano hasta el momento de su llegada. Era alguien que yo conocía de alguna de mis anteriores notarías.

En el claustro estábamos alrededor de una mesa con mantel, algunas bebidas y comida, como si estuviéramos merendando.

Parecía por la tarde por la forma de la caída del sol sobre el claustro.

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Idealizar las oposiciones

idealizar las oposiciones

Dijo alguien en Twitter hace poco: “Cuando apruebes la oposición, aunque no te lo creas ahora, echarás de menos esta etapa. Porque opositar es mucho más que estudiar y entrenar. Opositar es sentir, compartir, sufrir, disfrutar, respetar, madurar. Opositar es crecer para ser”.

Y, claro (claro para mi), le cayó un chorreo de los buenos.

Días antes algunos queridos compañeros decían que los comienzos de la oposición son bonitos y que la oposición es muy periodo muy bueno.

Por supuesto yo no estoy de acuerdo en absoluto y creo que los que así opinan lo hacen porque aprobaron rápido y puede que hace ya un cierto tiempo por lo que han olvidado el suplicio  que puede ser opositar, sobre todo si le echas un porrón de años como fue mi caso. También puede que simplemente no les diera tiempo a llegar a sufrir a lo bestia como algunos lo hacemos.

Opositar es un asco y solo tiene una cosa buena, que finalmente apruebes o un consuelo que no es menor: la formación que adquieres y que sin duda te servirá para abordar un plan B aunque esto habría que contrastarlo con tantos opositores que no aprueban, ni remontan y que quedan hechos una piltrafa sin conseguir alcanzar una meta que les haga felices y les compense los años invertidos con lo que la formación les acaba sirviendo de muy poco. Serán una excepción, pero haberlos haylos …

Como en tantas cosas de la vida, la cuestión es completamente opinable y no hay una demostración empírica de lo que digo o … ¿o tal vez sí?

Sí, definitivamente sí y si no es así, ¿por qué yo tengo una sonrisa de oreja a oreja que resulta hasta desproporcionada en la foto de entrega de mi título de Notario y en cambio mi padre que únicamente opositó tres años tiene un gesto serio pareciendo que está mas sonriente el compañero que la hacía imposición de su medalla de Notario? ¡Pues está claro! … porque mi padre estaba fresco como una rosa y yo estaba hecho una braga cuando me llegó el momento con lo que con esa macro sonrisa le estaba diciendo al Secretario de Estado: “macho, no sabes bien de lo que me he librado y lo feliz que me siento en este momento”. Ese momento pudo ser la demostración pública y duradera de una felicidad que tuvo su culmen el día 29 de junio de 2002 cuando mi padre me dijo por teléfono: Miguel, eres Notario”. Habían pasado diez años, nueve meses y tres días desde que empezara a opositar el 26 de septiembre de 1991.

Vean, vean … y convénzanse.

foto entrega título

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Inadmitidos y excluidos de la oposición a notarías

excluido de la oposición

Uno de los primeros trámites que el opositor espera después de que se convoquen las oposiciones y tras haberlas firmado, es el de que se publiquen las listas provisional y definitiva de admitidos y excluidos.

Hace no mucho supe que había habido en tiempos recientes tres exclusiones en las oposiciones restringidas o “entre Notarios” porque los que las firmaban no eran Notarios. Estoy seguro de que las causas de exclusión en las libres son variadas, pero seguro que no son tan originales con la de carecer del título de Notario para presentarse a unas oposiciones que se llaman entre Notarios. Por cierto, a ellas pueden presentarse los compañeros procedentes del antiguo cuerpo de Corredores de Comercio, ¿siempre que sean Licenciados en Derecho o incluso sin serlo?

El Artículo 102 del Reglamento Notarial habla de Notarios en activo:

“Podrán tomar parte en estas oposiciones los Notarios en activo que cuenten con más de un año de servicios efectivos, debiendo solicitarlo a la Dirección General mediante instancia presentada dentro del plazo de treinta días hábiles, contados desde el siguiente al de la publicación de la convocatoria en el Boletín Oficial del Estado“.

Pero el Artículo 107 dice lo que dice y para las oposiciones libres hace falta ser Licenciado en Derecho:

“Serán aplicables a las oposiciones entre Notarios, en todo lo que no esté previsto para las mismas, lo dispuesto en este Reglamento para la oposición libre”.

Por cierto, que sé de un excluido tras haber aprobado las oposiciones libres por no ser Licenciado en Derecho. Tremendo. Por lo visto, le faltaba alguna asignatura, la aprobó y consiguió volver a aprobar la oposición de nuevo en la siguiente convocatoria. Por lo que sé no es una leyenda urbana.

Distintas de estas exclusiones son aquellas que van precedidas de un toque de campana

“A Fulanito le tocaron la campana”. Es raro que echen a alguien de la sala de examen pero ha habido tribunales examinadores más “campaneros” que otros.

Parece que aquello de que te toquen la campana es lo peor de lo peor, pero es que los preparadores nos confunden cuando nos hablan de la inercia o fuerza expulsiva de las sillas que es indispensable dominar, resultando que algunos opositores no se dan por aludidos hasta que les animan a marcharse con el angelical sonido.

En mi primera ocasión ante un Tribunal (siendo ya opositor y habiendo acudido a ver exámenes) en Valencia 1991, tocaban la campana con fruición. Aquello me dejó ciertamente acongojado. El número escaso de plazas obligaba a ser duro, pero tampoco creo que se deba utilizar la medida de manera excesiva para evitar traumas mayores. El suspenso ya puede ser un suficiente golpe de realidad para el opositor.

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La antioposición

anti opositar a notarías

“Quiero aportar lo que yo pienso sobre nuestra oposición, que preparo pero no he aprobado, y a la que ni siquiera me he presentado aún a ningún examen yendo con opciones. Sí, llevo unos cuantos años peleándome con ella y no precisamente estudiando, sino queriendo estudiar. Desde que empecé pasaron varios años; estudiar lo que se dice estudiar habré estudiado dos o tres a lo sumo. Recientemente ya me he puesto seria. Soy un “caso extraordinario” cuyo ejemplo no se debe seguir. Me metí en este ajo sin saber donde me metía. Lo descubrí en el primer año de antioposición. Tardé en aprender como se tiene que estudiar para poder recitar los temas con sus artículos literales, mencionando a autores de los que no sabía ni de su existencia – me costaba recordar los apellidos, Roca Sastre, Puig Brutau, Puig Peña, De Castro, Castán… ¿esto lo decía De Castro o era Castán?, ¿De Diego o Díez Picazo? ¡qué follón! -, mencionando leyes y fechas y todo en un tiempo cronometrado. Sin duda, nada tiene que ver con la forma de memorizar que se utiliza para aprobar un examen de la carrera. Creo que si cualquier opositor a notarias, registros o similar volviera a empezar en la facultad después de haber estudiado una oposición con este método memorístico tan duro la sacaríamos “con la gorra” y con “matrícula de honor”. Ejercitar la memoria de esta forma hace que retengas muchísima más información que estudiando “por ideas” que luego desarrollas. Es indudable aunque supone un esfuerzo titánico. Para mí , hay dos formas de memorizar los temas:

  1. Memorizar literales solo los artículos y el resto del contenido del tema, historia, doctrina, explicaciones, etc … retenerlos y ubicarlos fotográficamente en el folio pero explicándolos con tus palabras, haciendo que prevalezca la comprensión y que lo que te permita ir rápido sea lo bien que “controlas” lo que estás diciendo.
  2. Memorizar literal, o lo más literal posible, todo el tema sin excepción. Tardarás muchísimo más la primera vez, pues lo que no son artículos te llevará el mismo tiempo, pero notarás que las siguientes vueltas vas más rápido y que lo que te permitirá ir rápido al recitar el tema será, no lo bien que controlas lo que dices, sino el ejercicio memorístico efectuado; podrás simplemente “darle al play’” de modo que tu mente vaya a una velocidad que la boca no alcance. Yo intento combinar ambos sistemas. En todo caso, memorizar es un aburrimiento y un suplicio, pero la memoria es una forma de inteligencia”.

Voy a empezar a contestarte por el final pues me encanta lo de que “la memoria es una forma de inteligencia”. ¡Claro que sí y hay que hacerla valer, que no es un demérito¡

El perfeccionismo excesivo, tampoco es bueno. Nuestro objetivo es examinarnos y aunque los temas tienen que ser buenos y hay que estudiarlos bien, hay que buscar el justo equilibrio entre querer tener y decir el tema perfecto y querer entenderlo todo y, a la vez, no demorar las opciones de presentarse en tiempo y forma a una convocatoria. Es decir, que a veces también  hay que darse prisa y probarse para ver como responde uno en un examen con tos, nervios, fiebre, un hueso roto, con un disgusto familiar o con un tribunal cansado y a cara de perro, o con los temas con “palicos y cañicas”. A lo mejor no llega la oportunidad perfecta y por eso hay que buscar un equilibrio y apretarse, probarse o tener que dejarse algunas cosas. Lo digo porque con tres años es perfectamente viable presentarse y con cuatro también se ha de poder aprobar.

Todo esto hablando de los temas, pues el dictamen es otra cosa y de un tiempo a esta parte estoy pensando de una manera algo diferente que cualquier día explicaré en un post. Es una cierta renovación de mis cimientos opositoriles más profundos, pero mi trato con opositores, me hace ver que los que no somos tan capaces ante el tercer ejercicio, dejamos perder (o que nos pierdan) el tiempo, que pasen los años y que nos plantemos con un porrón de ellos ante un dictamen que no hemos aprendido siquiera a hacer, para el que no nos hemos puesto a prueba, ni nos han probado, pegándonos un batacazo demoledor pero que en la mayoría de las veces está completamente justificado.

Por lo demás, estoy de acuerdísimo en lo de la gorra. Lo he dicho un montón de veces, pero cada cosa tiene su momento, claro está.

También creo que no todo se puede/debe estudiar de memoria. Eso es malo. Hay que comprender en la medida de lo posible.

Creo, finalmente, que muchos como tú, llegan a este ajo sin conocimiento de causa, aunque tal vez lo normal sea tardar menos que tú en cogerle el aire a la oposición.

Espero que una vez centrada y estudiando a tu manera y a tu gusto, cojas ritmo de crucero con el fin de que esta etapa (la ANTI OPOSICIÓN) no sea excesivamente larga, sobre todo si en alguna o algunas convocatorias se tuerce y el tiempo acaba por poner a prueba tu resistencia y tu fuerza de voluntad.

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La elección de los temas de la oposición

eleccion temas oposición

Me lo decía todo un compañero hace un tiempo:

“Los temas de Liberquintus no los he leído. Todo el que me habla o escribe sobre ellos me dice que son buenos y cortos. Sospecho que a mi me hubieran gustado mucho, porque aspiro a escribir así, bueno y corto. El riesgo como preparador es que algún día te digan “tú me dijiste que estos temas sí y el tribunal me ha dicho que ese tema que les he contado, que no”. Ese es un riesgo inherente a la oposición y nadie te puede dar garantías. Liberquintus no deja de ser un anónimo, que dice que ha aprobado con esos temas. “En Internet nadie sabe que eres un perro”, suelen decir. ¿Puede una editorial (¿Carperi?) garantizarte que con sus temas apruebas? En registros, quizás. En notarías, creo que no. Por eso el opositor que es un adulto, licenciado en Derecho, que debe tener suficiente juicio y que suele ir a cantar los temas a su preparador periódicamente, debe decidir. Yo estudié el Hipotecario por los temas de Lino Rodríguez Otero, publicados por Dijusa, y mi preparadora, cada 15 días, me insistía en lo flojos que eran de contenido y me enviaba los suyos”.

A mi me pasaba lo mismo con los temas de Mercantil de Francisco Rodríguez Boix. Me decían que eran cortos y flojos, pero a mi me sirvieron para sobrevivir a una crisis muy larga y para encajar un complicado cambio de programa. No todos mis mercantiles eran de Rodríguez Boix, pero uno de ellos me salió en un ejercicio que aprobé con nota suficiente para conseguir reserva. Eso sí, tuve que alargarlos y mejorarlos un poco, aunque en aquel momento yo ya tenía una experiencia considerable como opositor y sabía bien lo que hacía.

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La encuadernación de los temas de mi oposición (un viejo deseo)

temas justito encuadernados

Tras publicar algunas fotografías de mis temas encuadernados en mi cuenta de Instagram una opositora (bueno, creo que lo es) me preguntó: “¿Tus temas estaban escritos a mano?”

Le dije que hay un pequeño porcentaje de temas o mas bien de partes de temas que están escritas a mano (mi mano o la de mi hermana María que me ayudó con los temas una vez que ella ya había aprobado). Hay temas con añadidos en las partes traseras de los folios que estaban siempre en blanco, en los márgenes, con añadidos pegados con papel celo o con pegamento y hasta grapados en trozos de otros folios. En fin, que rehice muchos temas de todas las maneras posibles teniendo en cuenta los medios de la época y que prácticamente no existían los ordenadores. Le he dicho también a esta opositora que tuviera en cuenta que estuve casi once años opositando, que comencé en 1991 y que sufrí unos cuantos cambios por culpa de una sustitución del programa de la oposición y por novedades legislativas (pocas como pude contar aquí). Diría que al menos en un 85% estaban escritos a máquina y fotocopiados de otros opositores y en menor proporción que eran de ordenador o de imprenta.

Poco después me ha llegado otro comentario de una opositora amiga que me ha dicho: “¡Qué maravilla. Estará el folio llorado, el que sufrió el codazo a la taza de café, el que tiene notas de desahogo, el subrayado sobre subrayado porque tela hasta que se entendió. Es un gran legado!”. Me ha encantado su comentario.

Un compañero, por su parte, me ha apuntado luego que su procesal/administrativo no era tan amplio y yo he pensado que hasta es posible que muchos ni lo tuvieran porque yo fui un raro y hasta estudié algo de Procesal y Administrativo y me estudié muy a fondo el Fiscal y el Notarial.

Tenía muchas ganas de encuadernar mis temas. Llevaba años queriéndolo hacer y por fin lo he hecho este año cuando estaba a punto de dejar pasar una nueva oportunidad con la visita de Antonio de Encuadernaciones Castell. Ahora están preparados para soportar el paso de las décadas hasta que mi único hijo supongo que ya no sepa dónde meter tantos papeles que voy juntando. Esa es una de las razones por las que dice que soy raro y extravagante.

Aquí va un reportaje fotográfico para terminar.

 

En una de las fotos pueden verse mis temas de Civil (tres tomos tipo protocolo notarial) y encima dos carpetas azules (los temas de Civil de mi padre). Es cierto que mi padre también estudiaba el Castán, que los folios eran mas finos y que estaban mas condensados y hasta escritos por las dos caras pero la comparación de dificultad entre épocas (visto ese volumen de papel en una y otra) no admite comparación alguna a mi juicio. Digan lo que digan …

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La fábrica de la Coca-Cola

fabrica coca cola y el notario

Le voy a dedicar este Opo Flash a una amiga opositora que me contaba un “encontronazo” con un conocido que le hizo una gracieta sin gracia cuando le comentó, con retintín, que estaba descansando por unas horas del estudio:

“¡Ay¡ y has podido salir una hora de casa”

Le comenté que yo llevaba fatal esa clase de impertinencias.

Al poco de terminar nuestra conversación, recordé una de ellas que tuvo lugar instantes después de suspender por primera vez en el tercer ejercicio. Yo estaba acariciando el aprobado, tenía el título de Notario casi en la mano, solo sobrábamos seis en aquel maldito examen y llegó un “más que conocido” (un afín….) y me suelta:

“No te preocupes que yo te puedo poner a descargar cajas en la Coca-Cola

No sé cómo no me convertí en Hulk y le dí un par de derechazos en la napia. Sorprendentemente, a pesar de estar pasando uno de los peores instantes de mi vida, me contuve y arrastro desde entonces la mala uva (en realidad quería decir otra cosa…) que me produjo aquella circunstancia.

En fin, amiga, paciencia porque el día que llega “el qué bien vives”, verás las cosas de manera completamente distinta.

Ánimo. Ojalá lo consigas.

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La isla de la fantasía del opositor

isla fantasía del opositor

En la película “La isla de la fantasía” basada en una serie del mismo título, al estilo de la visita previa a la apertura que se organiza en “Parque Jurásico”, cada uno de los influencers que visita la isla antes abrirla para darle luego darle publicidad en sus redes sociales, tiene derecho a recrear la fantasía que mejor le parezca. Esa fantasía se llevará hasta sus últimas consecuencias naturales, cosa que claramente advierte (nada de letra pequeña) el gerente de la isla (el Sr. Roarke) antes de abrir la puerta que conducirá a cada uno de los influencers a la suya propia, diciéndoles:

“Tras esa puerta está tu fantasía: la oportunidad de cambiar el momento del que más te arrepientes”

En mi caso, más que pensar en un fantasía vital (que creo que no tengo) o en una fantasía como opositor, me interesó especialmente la segunda parte del asunto: cambiar el momento de mi vida del que más me arrepiento.

Ese momento me vino instantáneamente a la cabeza ese momento aunque en el siguiente instante ya me sonreía por dentro mientras pensaba que, en realidad, después de todo, preferiría no cambiar nada de mi vida, salvo que no tuviera más remedio que hacerlo por imposibilidad de revocar el contrato que me hubiera llevado a aquella isla.

En tal caso, sin la menor duda, elegiría el momento en el que, con Mac mi preparador, tomamos la decisión de que me presentara en primera vuelta a la que fue mi primera convocatoria de las oposiciones a notarías.

Lo he contado mil veces en el blog y también está contando en “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”. Cuando llegó aquel primer llamamiento de aquella mi primera convocatoria, aprobé el examen pero unos meses después de suspender el segundo entré en una crisis superlativa que estuvo a punto de mandarlo todo al traste pero, y por eso mi sonrisa interior, si todo no hubiera sucedido exactamente igual que sucedió, la continuación de mi vida, mi aprobado unos seis años más tarde, mi matrimonio tres años después, mi hijo en el año 2006, mis destinos en 2003 y 2005, mi Justito, mi Raimunda, mis libros y todo lo que me tenga que venir en el futuro (bueno o malo) ya no sería lo mismo o simplemente podría no haberse producido nunca. Es más, hasta puede que mi fantasía de aprobar luego en Sevilla, en la siguiente convocatoria, no hubiera sido la última consecuencia natural de mi repetición de la jugada.

Así que si existiera esa isla de la fantasía, creo que elegiría una al estilo de los dos hermanos del elenco protagonista, que lo que eligen es disfrutar de un casoplón con piscina y de un fiestorro descomunal cuya única consecuencia, conociéndome como me conozco, sería una inmensa resaca que terminaría unas horas más tarde sin ningún otro efecto secundario más en nuestras vidas.

Toda mi historia, cronológicamente, está contada en mi libro. Que puede comprarse aquí. También lo envío dedicado a quien lo prefiera de este modo. Los pedidos en este caso, aquí: justitonotario@hotmail.com

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La niebla que acecha al opositor

niebla suspender oposición

He leído el post sobre los once años y no sé qué puedo contestarte. Me parece que no sería justo ni conveniente para los que se encuentran inmersos en esta oposición o piensan iniciarla, que alguien les contase que si no logras aprobar la oposición quizá ésta no dure once años y que no es seguro que un día lo dejes y desaparezca la niebla. Estoy ilusionado con recibir tu libro con la dedicatoria. Mi mujer dice que hay un trozo de tu alma en él y que cada vez que lo ojeo estoy en el fondo intentando reencontrar la paz que yo perdí”.

Creo que lo que dices sobre esa niebla es cierto. Conviene saber al opositor que puede haber una nebulosa, a veces un largo purgatorio que no siempre tiene un cielo como final; muchas veces dejar la oposición comporta un considerable sufrimiento. Mi experiencia acabó en nube y no en niebla. Mi libro está por ello incompleto en esa parte aunque yo creo que la niebla se dejó entrever y me acechó de forma muy considerable.

La verdad es que me tocas siempre la fibra sensible. “Alma en mi libro” … pues probablemente hay algo de eso y son muchos los que lo percibís, aunque a algunos os cala mucho más hondo que a otros porque estuvisteis muy próximos a mi vivencia (y yo a la vuestra) aunque acabarais en el lado de la niebla y yo.

Tristitia fue, como Dandanovic, una de los que acaban en el lado oscuro de la niebla.

“Veo que ayudas a muchos opositores a que el camino tan duro de la oposición les sea más llevadero y siempre consigues sacarles un hilo de esperanza …. enhorabuena. Mi caso es el contrario … hace unos años que dejé las oposiciones, tras una década con ellas, porque ya no podía más. Cuando lo dejé estaba sumida en una depresión. El problema es que no lo he superado todavía. Estoy enfadada conmigo misma, frustrada por no haber aprobado después de tanto tiempo, con una gran sensación de tiempo perdido, porque no he conseguido nada después del suspenso y no termino de ser feliz. Estoy con otras oposiciones, pero yo creo que no he superado mi abandono.”

Toda mi historia está recogida en “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” y quedan 55 ejemplares nada más.

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La Notario tatuada

la notario tatuada

Hola Justito: Quería proponerte una posible idea para tu blog: “Notarios y tatuajes”. Yo tengo un tatuaje de una tabla de surf en la parte interior del brazo. Es un tatuaje fino con una motivación muy especial para mí, pero no sé eso cara al ejercicio profesional como me puede afectar. Muchas gracias por todo lo que haces”.

A riesgo de meterme en una polémica diré que no me gustan los tatuajes y que no me haría uno estando en mi sano juicio aunque reconoceré que los hay muy bonitos y que no puedo evitar mirarlos sobre todo cuando los llevan las del sexo opuesto. Supongo que los llevan los tatuajes no se sentirán molestos con mi (siempre discreta) observación porqué exhibirlos debe formar parte del asunto, ¿o no? Por supuesto, no comprendo cuál es la gracia de hacerse un tatuaje en un sitio donde no te lo ves ni tú pero supongo que debe ser algo similar a llevar una camiseta con el dibujo por la espalda. En mi oficina, por ejemplo, el 50% de los que trabajamos llevan algún tatuaje en partes visibles al menos en algunas épocas del año, aunque (of course) desconozco cómo andan por el resto de su superficie corporal. Creo que sus tatuajes deben ser del estilo de los mi consultante de hoy (digamos que discretos) pero si no lo fueran o fuera yo, el Notario, el tatuado ¿pasaría algo?¿generará rechazo mi consultante con su tatuaje en su futura notaría? ¿o irán a su notaría todos los tatuados de la comarca o de la provincia? ¿ganará clientes? ¿los perderá? ¿y si se hace tres o cuatro mas y no fueran tan discretos?

Pues … creo que casi espero a que apruebes y nos lo cuentes tú (“La Notario tatuada” sería un estupendo título hasta para una novela) porque yo solo puedo decirte que en estos tiempos no creo que la cuestión tenga la menor importancia porque estamos todos (nos gusten o no, los llevemos o no los llevemos) completamente acostumbrados a verlos y, según gustos, hasta a contemplarlos (aunque sea de soslayo) y a disfrutarlos.

¿Y qué me dicen de los Notarios guapos/as?”

“La vis atractiva de algunos hace que otros “corpóreamente” no podamos competir”. Pero, ¿y si la gente está encantada con la amabilidad, gentileza y mas que agradable presencia de alguien a quien elige con independencia, o a pesar de, sus cualidades profesionales)? Pues habría que decirles que cometen un error pero al menos habrán pasado un rato fantástico durante el acto (del otorgamiento).

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La promoción notarial “republicana”

promocion notarios 2002 rey

Me ha hecho gracia esta denominación que nos ha otorgado mi compadre y compañero de promoción, José Luis Navarro, esta mañana en Twitter.

Y es que somos la única promoción de Notarios del siglo XXI y del tercer milenio que no ha sido recibida, tras su aprobado, por el Rey de España.

¿Por qué? Pues para mí es bien fácil.

La promoción anterior a la nuestra “la de Barcelona”, fue la primera promoción del siglo y del milenio y se consideró oportuno que fuera recibida en audiencia real. Luego llegamos nosotros y se hizo lo mismo que siempre, es decir, no ser recibidos por el Rey, pero tras aprobar nosotros, se estableció como “costumbre” esa audiencia y todas las promociones han sido recibidas hasta la fecha.

Los últimos (“los de Madrid”) supongo que lo serán en breve.

A ver si como ha dicho Salvador Alborch, otro compañero de promoción, el Rey nos recibe a los 25.

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La teoría del sufrimiento permanente del opositor

Me lo decía el otro día una opositora que ya ve muy cerca el horizonte de los seis años de oposición.

“Esto se hace súper largo y no dejas de sufrir en ningún momento. Al principio porque no sabes si vas a poder con todo lo que tienes que hacer. Cuando empiezas a dominar un poco los artículos del Código Civil, porque empiezas a pensar si vas a llegar a tiempo a la convocatoria. Cuando no apruebas en esa convocatoria, sufres porque tienes que volver a empezar, después porque te han cambiado los temas, después porque te entra la ansiedad al ver que están pasando los años. Más adelante porque crees que algunos temas no están bien y deberías cambiarlos. Después porque la incertidumbre te reconcome. Así que, en esto, no se deja de sufrir nunca, ni siquiera en vacaciones, ni el día de descanso, porque siempre tienes la mente pensando ¿llegaré o no llegaré a tiempo? ¿lo conseguiré o no lo conseguiré algún día? Al final esto con los años se convierte en una auténtica tortura”.

Al terminar de escuchar su audio le dije: “Me has dado una idea para un próximo opoflash“.

Y este es ese opoflash, el opoflash de la teoría del permanente sufrimiento del opositor.

Ya lo digo en “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”: la oposición fue para mi un puñetero infierno del que no me explico cómo pude sobrevivir saliendo por la puerta grande y quedando razonablemente cuerdo. Eran muy pocos los momentos de felicidad: un buen cante, un buen dictamen, las vacaciones o días libres aunque con el sobresalto permanente del que sucederá, y, realmente, pocos momentos más. Efectivamente, esto de opositar es (era en mi caso) un sufrimiento permanente del gran intensidad.

Algunos que todavía no se han comprado el libro deberían tenerlo en la mesita de noche y aprender de una auténtica historia de terror que duró casi once años y cinco convocatorias.

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La vocación, la formación, la profesión y la devoción

vocación de notario

Un viejo amigo me escribió el otro día. Quería hacerme una propuesta o solicitud:

¿Aceptarías escribirme un texto autobiográfico sobre vocación, formación, profesión…? La cosa gira en torno al rol de jurista, pero, por supuesto, cuenta además todo aquello que complete tu vocación personal, sea la literatura divulgativa vía redes en que con tanta pasión te mueves o cualquier otra afición y dedicación. En fin, se trataría de un texto introspectivo sobre la vocación, la universidad, la preparación para el oficio, su consecución, todo eso, pero siempre la vocación (en ti tan clara desde un principio) informando el intento. En las peculiaridades individuales de cada rastro vital radica el mayor interés, atendidas en esta ocasión con el aglutinante delimitador del ejercicio jurídico. Sin duda, en tu caso tiene un peso extraordinario esa cicatriz que te atraviesa y es la oposición, digo cicatriz porque su huella se muestra indeleble y (gozosamente) permanece en tu día a día como fase cardinal, sin arrumbarse en los desvanes de la memoria. Pues esas cuestiones son las que deberías contar y sopesar. Por el momento, todos aquellos a quienes he ido a reclutar para esta iniciativa me han dado el sí, aunque te confieso que esa impronta que en ti exhibe la oposición me convierte tu incorporación en la más deseada, amistad aparte. Por otro lado, creo que bastante material utilizable lo puedes tener ya hecho en tu blog… Desde hace varios años colaboro en la publicación de un cuadernillo poético, fanzine le llaman ahora, y ando dándole vueltas a hacer otro precisamente sobre reflexiones autobiográficas de juristas, que es un tema que me interesa mucho. En fin, una ilusión romántica, modesta, pero, bueno, al cabo de cuatro o cinco años sería posible reunir el conjunto, todas las aportaciones a esos cuatro o cinco números de la revista, en un libro muy interesante. Podrías darme algún capítulo o hacerme una síntesis. Ten en cuenta que este proyecto mío no tendrá de entrada más difusión, al menos en formato de revista, que el mano a mano de la amistad. Anímate con lo que te pido, anda, ya ves que no te escondo que se trata de un empeño modesto y romántico, no soy buen vendedor, pero a lo mejor tengo suerte y estás conmigo en que las cosas tienen valor por sí mismas, no por su repercusión o relumbre… Sin límites de espacio. Sin excesivas prisas. ¿Qué me dices?, ¿te animas? Gracias, respondas lo que respondas, y un abrazo. Julián“.

Le respondí que sí … Ya le he puesto título y he comenzado por señalarme diez puntos sobre los que me ha parecido interesante hablar teniendo en cuenta la propuesta de MI VIEJO AMIGO. Veremos que consigo hacer.

Introspección sobre la vocación personal, la formación, la profesión y la devoción

  1. La universidad
  2. La preparación del oficio
  3. La consecución del oficio
  4. Cicatrices
  5. El ejercicio jurídico
  6. El rol de jurista
  7. Las redes sociales
  8. La literatura divulgativa
  9. Pasión
  10. Otras aficiones/dedicaciones

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Llevarse los temas al examen

caja para llevar los temas al examen

Tengo una amiga opositora que es una fantástica suministradora de opo flashes.

El otro día me hablaba de llevarse o no los temas al examen haciendo que regresara a mi memoria mi vieja (no está vieja, en realidad) caja metálica comprada en Continente en la que transportaba los temas cuando me tocaba examinarme. Aún la tengo llena de enredos varios, ninguno relacionado con la oposición. Creo que me sería difícil desprenderme de ella.

Antes no había convocatorias por sesiones de manera que era conveniente ir en cuanto estuvieras convocado y eso te podría hacer pasar varios días en el lugar de celebración de los exámenes. Siendo así, era evidente que no te ibas a ir sin los temas. No obstante, no estoy seguro de que me los llevara todos. Tal vez solo me iba con los que me daban miedo, los menos recientes, los negros, los que peor me sabía. No sé. No lo recuerdo demasiado bien, pero con temas me iba, seguro. Yo diría que hasta la bestia de mi hermana se los llevaba y diría que la mayoría de la gente en todo o parte se los lleva.

En fin, mi amiga se veía rarita con sus temas a cuestas, pero diría que eso lo hacemos todos los opositores, ¿o no? ¿Y si te entra una duda existencial estando ya en el lugar del examen y no puedes consultarla?

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Los opositores “menos fuertes” mentalmente

opositores con menos fuerza mental

Mi compañero Juan Pedro que me acompaña desde hace ya un tiempo en la distancia del correo electrónico y de los comentarios en el el blog me decía hoy a propósito de mi post reeditado de hoy que …..

“Buenos días. Sobre esta chica, “Incipentium”, lo preocupante para mí no es el número de temas que pueda o no llevar en primera vuelta, sino que tan pronto salgan a relucir elementos que veo en sus palabras: miedos, dudas, inseguridades… Un opositor que empieza una oposición de este calibre debe hacerlo bien armado psicológicamente, debe realizar un buen exorcismo (en la medida de las posibilidades de cada uno) de miedos, dudas y ansiedades, y empezar “como una moto” en ese sentido, con seguridad en lo que está haciendo. Si aparecen tan pronto los miedos por cuestiones iniciales o los “qué pensarán”, ¿qué sucederá cuando venga el primer suspenso (que puede venirle al más pintado)? Yo, en primera vuelta, me hacía los temas por las tardes (manuscritos) y estudiaba por las mañanas, luego más de 3-4 temas a la semana jamás llevé en primera vuelta. De hecho, tardé un año largo en completarla. Me consta que algún preparador de mi academia no estaba muy contento con el ritmo. Otro, sin embargo, me dijo: “prefiero tres bien estudiados y comprendidos en primera vuelta que cinco o seis marraneados y medio escupidos al cantarlos”. El segundo año metí el turbo y ya está, pero jamás me entraron dudas sobre lo que estaba haciendo. En resumen, hay que hacer un esfuerzo por desterrar los pequeños miedos. Los miedos y las inseguridades se alimentan unos a otros y acaban propagándose. Si uno está convencido de que ha encontrado su ritmo, de que, aunque con más lentitud, está asimilando los temas y tiene la sensación de que avanza y de que su esfuerzo es productivo, y, aunque con menos temas, llega la hora de cantarlos y se defienden de forma adecuada en su vuelta, entonces no hay un verdadero problema ni razones para alimentar temores. Algunos de mis compañeros llevaban más temas que yo, pero yo nunca me “sentí” inferior ni superior a nadie en los años que preparé; esa forma de pensar me parece poco productiva y peligrosa. Otra cosa es que no “pueda evitarse” o no se conozcan mecanismos para evitar esos temores; en ese caso, a la postre, esas tendencias a nivel de pensamiento pueden ser más nocivas y determinantes que el número de temas que se lleven en primera vuelta. Un saludo a todos. PD: Cualquier día, Justito, recibo un correo tuyo en que digas: “¿Sabes qué, Juan Pedro? He empezado a preparar a un opositor“.

Querido Juan Pedro: Si no viviera donde vivo y trabajara donde trabajo y, sobre todo, si me sobrara un minuto a lo largo de la semana, estaría sin duda preparando y preparando el dictamen que es lo que me gusta aunque a un nivel básico. Yo lo que quiero, porque fue lo que me pasó a mi, es que los menos capaces para el dictamen se desbrocen un poco hablando de derecho y con casos de rudimento antes de ponerse en manos de los auténticos preparadores. Fíjate que el otro día una opositora con unos tres años de preparación se quedó sorprendidísima de que “los suyos” del 1.006 fueron “sus herederos” y no “sus descendientes” como siempre había pensado entendido. ¿Cómo va a llegar tal vez en un año y poco a un dictamen si tiene el coco tan mal amueblado a estas alturas? Por lo demás, estoy de acuerdo en todo lo que dices. Yo también tarde un año y luego metí el turbo y en dieciocho meses mas había aprobado el primero y unos meses después aguantado el segundo entero y a un nivel de casi aprobarLuego me hundí pero no estaba hecho un flan en el minuto uno. No obstante, no todos somos iguales y hay que ayudar a los que pueden ser mas débiles mentalmente porque podrían ser estupendos notarios con un poco de cariño y dedicación por parte de los preparadores.

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Los opositores (demasiado) perfeccionistas

perfeccionismo excesivo

 

“Buenas Justito, mi nombre es Cessaria. Gracias por todo el trabajo que haces con tu blog (tanto con los posts para opositores como con la información de carácter notarial) y por tu libro, es un gran salvavidas en esta ardua carrera. Vengo a pedirte un poco de consejo, así que te pongo en situación. Estoy en mi primer año de oposición. Hace un mes y medio que empecé la segunda vuelta de civil. Me quedan unos pocos temas para terminar la primera. He podido llevar bien (sin problemas) cuatro temas nuevos por semana y me sentía muy contenta por ello, pero ahora me cuesta mucho llevar tres nuevos y tres de segunda vuelta.  Los últimos cantes no me han salido todo lo bien que me gustaría y me he venido un poco abajo. Me siento inútil, porque soy muy exigente conmigo misma y aunque intento cambiarlo, me resuelta difícil; siento que lo estoy haciendo todo mal y que no aprobaré nunca. Sé que lo peor está por venir y por eso me asusto aún más. Si ahora con esto, que es poco, me ahogo, ¿qué pasará cuando tenga que subir mas el número de temas? Siempre me he obsesionado mucho con el ritmo, con la literalidad y con el perfeccionismo en general y por eso me siento así. No sé qué hacer para sentirme algo mejor conmigo misma. Seguro que lo hago bien pero yo no lo veo o no lo siento. Tal vez sea que llega el verano, pero me frustró mucho y acabo castigándome. Si me pudieras dar algún consejo te lo agradecería. Muchas gracias por todo“.

¿Habíamos hablado antes?

Si tienes mi libro y lo has leído (aunque he hablado también mucho de este tema en el blog), sabrás que yo era lento y que a pesar de eso en dos años y diez meses aprobé por primera vez el primero, así que, para empezar, creo que tu ritmo ha sido y sigue siendo bueno (muy bueno, en realidad). Hay que estar satisfecho y ser exigente, pero la oposición (esta oposición) es otra cosa diferente a todo lo que hayas hecho hasta ahora por lo que no conviene macharcase a uno mismo mas de la cuenta. Si con esa segunda vuelta vas algo mas lenta pues no pasa nada. Verás cuando termines la primera y ya estés solo con temas solo de la segunda vuelta, como lo notas. Cuanto tengas que subir mas temas, lo normal es que sufras mas porque llevarás mas materia y, al tiempo, que sufras menos porque ya te los habrás estudiado todos. Al final te acabarás estudiando los 166 en quince días o en una semana (cada uno con su capacidad) y te sorprenderá llegar a hacerlo. Lo malo es que esa curva de la máxima sabiduría desaparece cuándo pasa el examen y si no apruebas hay que empezar a trabajar una nueva curva. En fin, que no veo nada “grave” en lo que me cuentas y no debes desanimarte porque no parece haber razón para ello. Si me dijeras que los preparadores te presionan mas de la cuenta habría un problema, pero en estos términos no me lo parece. Por supuesto, dicho sea todo esto mas allá del problemón que en cierto sentido es la oposición.

“No, no habíamos hablado antes, pero la verdad es que me alegro de haberte escrito. Mi problema principal es la autoexigencia. Nunca estoy satisfecha si no llego al ritmo que me piden. También he de decir que mis preparadores son exigentes, pero por ahora con el ritmo que llevo me dicen que voy bien, aunque yo solo pienso “vas floja, deberías hacer más…”. Últimamente me cuesta muchísimo concentrarme y rendir con lo que acabo sintiéndome fatal y llorando por las esquinas. Me da miedo porque sé que esta es la “etapa bonita de la oposición”, por lo que ya veremos cuando llegue la fea de verdad. Intentaré tomármelo con más filosofía, estar más tranquila, aunque no es fácil. Gracias otra vez”.

Etapa bonita de la oposición. La etapa bonita de la oposición dura unos veinte días que son los que van desde que salen las notas del tercero y se celebra el cuarto y el quinto con los que la oposición ya termina. Para mi fue el resto fue el purgatorio desde el minuto uno y el infierno en el año y pico que estuve sin dar pie con bola.

Al margen de eso, procura no ser tan perfeccionista y auto exigente porque estás teniendo señales de que esa actitud o estrategia podría no funcionarte y perjudicarte. Te conviene tomártelo con algo mas de calma. El camino puede ser largo y tienes que estar equilibrada.

Por los que se resisten a comprar mi libro (yo también tengo mi corazoncito como le decía ayer a una recién aprobada), aquí tienen el enlace a Basconfer.

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Me examiné y he suspendido

 

me examine y he suspendido

 

Hola Justito: Me examiné esta mañana y he suspendido. La verdad es que el examen no estuvo tan mal. Me salió el tema X y lo he defendido bastante regular; el tema Y del que he dicho todos los artículos; el tema Z y, por último, un tema muy básico de parte general. Sinceramente, yo tan mal como para suspender no me vi pero el Tribunal parece especialmente duro. Me ha sido imposible apretar mas de lo que lo he hecho para esta convocatoria. Aunque sea justo, no deja de doler. Estoy bastante desubicado y no sé si seguir. Tengo que descansar y pensar mucho. De todos los exámenes que me he presentado, este ha sido en el que de largo lo he pasado peor. Gracias por estar al lado de los que suspendemos y necesitamos consuelo. Creo que es muy importante la labor que haces, porque todos necesitamos alguien que nos escuche con tacto y comprensión y eso aunque parezca muy sencillo es muy, muy difícil. Gracias, muchas gracias. Eres un Santo. Un abrazo: Tactus“.

 

Hola Tactus: Bueno, intento ayudar. Hace falta una empatía real mas allá de los que olvidan que un día estuvieron donde tú y lo mal que lo pasaron y que ahora ven la solución a tus problemas como lo más sencillo del mundo. Algunos te tratan con displicencia y te hacen ver que realmente no creen que seas capaz de aprobar. Deberías hacer esto o lo otro; lo importante es llegar animados, lo importante es ser feliz, tienes que descansar, etc … Pareciera que lo han olvidado todo. Para decir según que cosas, igual es mejor no decir nada. Quédate con la gente que en esta etapa te ayude o conecte con el tipo de ayuda que tú necesitas. Descansa quince o veinte días y a ver cómo te encuentras después para recomenzar a intentarlo. Ánimo y gracias.

 

Mas tarde seguíamos comentando que: “Cuando uno suspende no tiene tantos elementos en que apoyarse. La mayoría de las reflexiones que se hacen vienen desde el éxito. La reflexión del fracaso, desde el pozo de la oscuridad y las tinieblas, es mucho mas íntima, pero cuando se hace, se observa que los sentimientos son comunes para muchos de los que estamos allí”.

 

Mis suspensos (y mis aprobados, inclusive el definitivo), están contados en “Nada antes que opositar: Nihil prius oppositio”. Estamos a punto de llegar a 1.000 ejemplares. También lo tenemos en Amazon.

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Opodrama total

 

opodrama total

“Querido Justito: Te escribo después de mis vacaciones y con la vuelta a la rutina, ya que durante las vacaciones necesitaba urgentemente desconectar y no me apetecía hablar demasiado de la oposición, para tratar de que fuera una ¡desconexión auténtica! Pensé en escribirte justo antes de irme, pero no iba a ser demasiado objetiva estando en plan opodrama total y prefería hacerlo en frío a la vuelta … “

Opozulo, oposicidio, opositers y ahora opodrama. Me encantan estos “palabros” de los opositores del siglo XXI.

Desde luego que antes éramos mucho menos originales, aunque los dramas fueran exactamente los mismos. Eso sí, tenías (pienso yo) mucha menos gente con quien compartirlos. A mi me parece, por la presencia en redes que observo a diario desde hace tiempo, que hay una legión de opositores a mil cosas, aunque los de notarías y registros quepan en un campo de fútbol de segunda regional, así que toda esta jerga de opositores es de lo más común en estos tiempos.

El opodrama sería el docudrama de las oposiciones. Si el opodrama es total conlleva una buena dosis de angustia, miedo, exageración, tremendismo, ansiedad, estrés, incertidumbre, soledad e indiferencia.

Curiosamente mi amiga se ve más propensa al opodrama total antes de las vacaciones que después. A mi me ocurría totalmente lo contrario. Mis peores opodramas totales, sin contar los de los tres suspensos, sucedían al volver de cada vacación que me tomé. A veces pienso que me tomé demasiadas. Otras pienso que de no haberlas cogido, no estaría ahora escribiendo desde donde lo estoy haciendo ahora.

Ánimo amiga.

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Oposición y matrimonio

matrimonio de oposición

Yo me casé cuatro meses después de mi primer suspenso en un dictamen y estuve opositando tres años más ya casado. Fue una buenísima elección, aunque reconozco que aquel paso me resultaba “doloroso” y no disfruté el momento como debí hacerlo (no podía hacerlo en realidad, estaba incapacitado para hacerlo). Nos fuimos de Luna de Miel a Canarias (a Tenerife primero y a Lanzarote después) porque no tenía ganas de mucho lío y ahora me arrepiento un poco (no de casarme, claro, sino de no haberme ido al quinto pino) pero como salió todo bien (es decir, aprobé) no tiene la menor importancia pues aquello formó parte de nuestro “camino” de pareja (¡y ya llevamos 27 años juntos¡) y de nuestro itinerario como opositores (ambos lo éramos).

Después de todo Canarias no estuvo nada mal (antes de aprobar volví dos veces más, una a La Palma y otra a Fuerteventura) porque en la despedida de soltero me rompí (más bien me rompieron) una costilla (prohibido preguntar qué estaba haciendo) y me fui de viaje de novios como si fuera uno del IMSERSO (y no un joven de 31 años) sin poder coger maletas, ni conducir, ni reírme a carcajadas…entre otras cosas…

Por su parte, mi mujer comenzó el viaje con las secuelas de una grave infección bucal ocasionada por una antigua endodoncia en la que se habían dejado algún resto de la pieza extraída.

Fue por eso que el cura en el sermón llegó a decir “esto parece una boda al borde de un ataque de nervios y recordad que Justito tiene una costilla rota y que a la novia la han operado de la boca hace unos días, así que cuidado con los besos y los abrazos”.

El cachondo de mi hermano quiso que el cura cambiara alguna de las lecturas por la de La Costilla de Adán, pero el cura que a esas alturas estaba para pocas bromas (después de haber pasado también en los últimos días por un cambio de iglesia que hubo que avisar a todos los invitados por razón de las obras de la parroquia que habían convertido el exterior en algo similar a Bosnia-Herzegovina), le puso cara de pocos amigos.

En fin, todo un poema…

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Oposiciones “ADE”: STARTING 4/9/2023: La historia de María Inopi

maria inopi

María Inopi siempre ha dicho que quería ser ADE. Por fin le ha llegado el momento.

4/9/2023

Justito: ¿Qué tal el primer día de estudio?

María Inopi: Por la mañana bien. Por la tarde me he agobiado porque he empezado a cantar y no me salía nada bien. Luego me he ido a dar un paseo para despejarme. Los temas hay que cantarlos en 13 minutos y yo he tardado 15 en cada epígrafe, es decir, 1 hora entera. Antes de dormir lo volveré a leer.

Yo no volvería a leerlo después. Mañana será otro día. Seguramente cuando lo cantes hoy de nuevo tendrás que mirar y apuntalar cosas y tardarás unos cuantos minutos menos y el viernes estarás mas cerca de los 13 minutos.

6/9/2023

Justito: Podrías echarle un vistazo a este artículo. Por cierto, ya sabes que yo estaba llorando a los tres días de empezar la oposición. Eso sí, luego ya no lloré mucho, la verdad. Espero que no superes mi récord.

María Inopi: Lo de los temas y el tiempo me pone nerviosa y es lo que mas me esta costando la verdad. A ver qué me dicen mañana que canto por primera vez. En cuanto a lo del récord …. Lloré el primer día (jajajaja), pero yo soy muy llorona y me lo esperaba.

7/9/2023 El primer cante.

María Inopi: Llevaba dos temas de Civil. Tardé 15 minutos en medio tema (solo canté medio tema). El preparador me dijo que no estaba tan mal como yo pudiera pensar. Que era lenta y que me veía capaz, pero que soy lenta. No sé, voy a intentarlo y veremos cómo se suceden los meses. Estoy nerviosa. Me estoy estudiando un tema que me está costando horrores (y se supone que es de los fáciles). Me quería repasar los dos primeros temas y me ha dicho que sí, que lo haga. Estoy viéndolo muy negro, pero, bueno, me han dicho que los tres primeros meses son los peores. A ver si puedo acostumbrarme.

Justito: Supongo que habría que llevar mas temas. Yo la primera semana me estudié cuatro temas, aunque en realidad fueron ocho días de estudio en vez de seis (por el día de la semana en que empecé y el primer cante previsto por el preparador). A la semana siguiente lleve 3 temas. La mayoría de los del principio en Civil de Notarías son fáciles. Es normal pensar que uno lo hace peor de lo que cree, pero también sucede que crees que lo has hecho bien y que el preparador crea que no. Lo correcto es decirte que de momento eres lenta. No es lo mismo ser muy fea que es algo que, en principio, sería para siempre que ser lenta en algo porque siempre se puede aprender y entrenar. Ya sabes que siempre digo que lo primero es aguantar el encierro; luego te tiene que gustar lo que estas estudiando (estar encerrado estudiando no creo que le guste a casi nadie) y, por último, se te tiene que dar bien. Los nervios tienes que dominarlos. Se admite un nervio para el cante, pero estudiando hay que estar tranquilo. El nivel que exigen estas oposiciones hace que cueste horrores saberse las cosas como corresponde. Yo creo que nunca repasé temas de semanas anteriores salvo algún caso excepcional. Tema estudiado, tema aparcado para la siguiente vuelta, aunque cada preparador tendrá su sistema. Efectivamente, los primeros tiempos son complicados pero, en general, la primera vuelta de cada tema lo es y, por tanto, hasta completar el temario no empiezas a disfrutar (entre comillas) de los frutos de tu trabajo (hasta entonces hay que conformarse con tener una buena semana, con que el cante salga bien y con ir a buen ritmo). Desde luego cuando uno se pone en tu papel con la experiencia que tiene piensa en que sería incapaz de volverlo a hacer. Aunque hay gente que prepara notarías y luego registros, o viceversa, yo diría que es gente que ha tenido una primera oposición corta y puede afrontar otra después (que, como son unos máquinas, también suele ser corta).

Por si quieres escuchar a una opositora de registros cantando un tema, aquí tienes un audio: Opositora registros cantando Tema 51 de Civil. Si tienes oportunidad de escuchar a compañeros con mas experiencia, te vendrá bien y si se puede ir a ver exámenes, también.

Por cierto, este es el programa vigente de ADE  y el Tema 1 trata de esto: El concepto de Derecho. Las divisiones del Derecho: Derecho natural y Derecho positivo; Derecho público y Derecho privado; otras clasificaciones. La norma jurídica: su naturaleza. Caracteres, estructura y principales clasificaciones de las normas jurídicas. Aplicación e interpretación de las normas. ¿Fácil? Pues sí, pero un peñazo …

Para que te hagas también una idea, yo el tema 1 de Civil me lo estudié en tres horas y media y el tema 2 en cuatro horas y media. En el tema 3 y el 4 empleé once horas y cuarto. Eso fue lo que hice en los cuatro primeros días de estudio (uno de ellos media jornada por corresponderme mi primer descanso semanal y otros con no demasiadas horas de estudio). Como me quedaban cuatro días para el cante, empleé el primero en repasarme los tres primeros temas en siete horas y cuarto; otro en repasarme el tema 4 (estudiando solo cuatro horas y media) y parte del tema 1 (que entraba en su tercer repaso de la semana); otro en repasarme el resto del tema 1 y los temas 2, 3 y 4 (siete horas) y el último día (en el que fui a cantar) me volví a repasar todos otra vez (no tengo anotado en mi libreta lo que tardé). Es decir, que en esos ocho días de estudio que te decía le di cuatro vueltas a cada tema (y estudié unas cuarenta y ocho horas y media que para mis antecedentes era muchísimo tiempo). Resultado: Muy bien para ser la primera vez. ¿Habías cantado antes?, me dijo MAC mi preparador. No, nunca lo había hecho, pero tener un padre Notario ayuda a saber de qué va el rollo antes de ponerte con la oposición.

A la semana siguiente (ya de seis días) estudié tres temas pero ya eché cuarenta y seis horas y cuarto de estudio (de seis horas de media pasé a siete horas y media). Los temas eran mas largos. Los de la primera semana tenían cincuenta y cuatro folios y los de esta tenían cuarenta y nueve folios. Esa diferencia, evidentemente se nota. El mecanismo fue similar y empleé casi tres días en los tres temas; luego un día y pico y finalmente un día y un día en el tercer y cuarto repaso de cada tema. Naturalmente con un estudio y un repaso intenso te los sabes estupendamente y corres al cantar que la pelas. Sin embargo, MAC ya me dijo (y solo era la segunda semana) que tenía que ir mas rápido y estar tranquilo.

En el programa vigente cuando yo empecé (el aprobado por Resolución de la Dirección General de los Registros y del Notariado de 15 de Abril de 1988), los siete primeros temas eran estos:

  1. DERECHO CIVIL: CONCEPTO HISTORICO Y ACTUAL. CONTENIDO. EL DERECHO CIVIL ESPAÑOL; SUS RASGOS DISTINTIVOS. ELEMENTOS DE SU FORMACION HISTORICA. LA CODIFICACION CIVIL EN ESPAÑA.
  2. EL CODIGO CIVIL ESPAÑOL: ESTRUCTURA Y CRITICA. EL ARTICULO 1.976. LEYES POSTERIORES MODIFICATIVAS. EXAMEN DE LAS MAS IMPORTANTES.
  3. EL DERECHO FORAL. BREVE RESEÑA HISTORICA. COMPETENCIA DEL ESTADO Y DE LAS COMUNIDADES AUTONOMAS EN MATERIA CIVIL. SISTEMA DE FUENTES Y AMBITO TERRITORIAL DE LAS COMPILACIONES. APLICACION DEL DERECHO COMUN.
  4. LAS FUENTES DEL ORDENAMIENTO JURIDICO ESPAÑOL CONFORME A LA CONSTITUCION Y AL ARTICULO 1. DEL CODIGO CIVIL. LA LEY: CNCEPTO, CARACTERES Y CLASES. SISTEMA DE FUENTES DE LA COMUNIDAD ECONOMICA EUROPEA Y SU INCIDENCIA EN EL DERECHO ESPAÑOL.
  5. LA COSTUMBRE Y LOS USOS JURIDICOS. LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL DERECHO. LA JURISPRUDENCIA. INTERPRETACION Y APLICACION DE LAS NORMAS. LA EQUIDAD. LA ANALOGIA.
  6. EFICACIA GENERAL DE LAS NORMAS. LA IGNORANCIA DE LA LEY Y EL ERROR DEL DERECHO. EXCLUSION DE LEY Y RENUNCIA DE DERECHOS. LA NULIDAD COMO SANCION GENERAL. EL FRAUDE A LA LEY. ENTRADA EN VIGOR Y CESACION DE LAS NORMAS. DERECHO INTERTEMPORAL O TRANSITORIO. RETROACTIVIDAD E IRRETROACTIVIDAD DE LAS LEYES. SISTEMA DE NUESTRO CODIGO.
  7. EL DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO: NATURALEZA Y FUENTES. CRITERIOS FUNDAMENTALES SEGUIDOS POR EL CODIGO CIVIL. LAS NOCIONES DE CALIFICACION, RECIPROCIDAD, REENVIO, ORDEN PUBLICO Y FRAUDE DE LEY. EL DERECHO INTERREGIONAL: CRITERIOS FUNDAMENTALES SEGUIDOS POR EL CODIGO CIVIL.

18/9/2023 Segundo cante

Justito: ¿Qué tal? ¿Cómo va la cosa?

María Inopi: Pues, ahí voy. Un día bastante malo. El segundo cante me salió horrible y luego me costó dormirme y he dormido mal. El preparador me dice que no me preocupe que es normal y que llevar cuatro temas estaba bien. Que ya los iré aumentando. Estoy un poco nerviosa y me está costando “hacerme”. Supongo que será cuestión de tiempo. Gracias por preocuparte y la verdad es que prefiero que no me preguntéis mucho porque es complicado. Poco a poco. No sé. Iremos viendo.

Justito: Francamente no creo que se pueda aumentar mucho el número de temas. Eso se consigue cuando se termina vuelta y se empieza otra. Yo la primera vuelta la di a la misma velocidad. Unos 3 temas de media. No di para mas. Eso sí, también llevaba arrastrados unos 50 temas y me había estudiado el Fiscal.

1/10/2023 Primeras dudas importantes

En conversación telefónica María Inopi me cuenta que está durmiendo mal. Le cuesta conciliar el sueño y cuando lo consigue no duerme como lo había hecho hasta que comenzó la oposición. No descansa bien y está casi permanentemente nerviosa. Cree va cantando mejor y en menos tiempo, pero no lleva los temas que le piden y unos preparadores se muestran comprensivos con la situación pero otros … no tanto. Los menos comprensivos quieren mas temas y ella solo puede estudiarse la mitad de los que le piden. Le parecen difíciles y eso que sabe que los habrá mucho mas difíciles. Le costaba no echarse a llorar mientras que hablábamos.

Le hice hincapié en que, a pesar de ser hasta ahora una gran estudiante, estudiar a larguísimo plazo no es sencillo y en que se había metido en la Champions League del estudio. Le dije que seguro que mejoraba la calidad de los temas pero (tengo que ser sincero) también que aumentar el número no es tarea fácil. Le conté lo mío (que tardé un año en terminar el primero) y lo de mi hermana (que tardó nueve meses), pero todo eso ya lo sabe. En realidad, lo único que no sabía es que, aunque lleva toda la vida diciendo que quería preparar ADE, esto era mucho mas difícil de lo que esperaba.

Suele decirse que las primeras semanas (yo diría que los primeros meses hasta superar tus primeras Navidades) son las peores. Puede que sí, aunque yo creo que toda la oposición desde el primer día al último es una prueba de extraordinaria dureza aunque si pasas la primera etapa, te acostumbras al encierro, no se te da mal el cante, mantienes un cierto ritmo y los preparadores no te derrumban con sus exigencias, puedes adaptarte y llegar a conseguirlo.

Veremos a ver qué pasa, pero cómo esto no lo estará leyendo nadie os diré que yo siempre le dije (medio en serio, medio en broma) que preparara notarías. Creo que en nuestra oposición somos mas normalitos y no hay obsesión alguna por aprobar en un tiempo prefijado. Cada uno tarda lo menos que puede y la media la tenemos en torno a los siete años. 

6/10/2023 La llamada de la madre

La madre de María Inopi me escribe para decirme que llame a María porque está “depre” y a ti te escucha. Yo prefiero escribirle para decirle que su madre me había dicho que estaba regular y que la llamara pero que no quiero darle el follón y que si quiere la llamo. Acto seguido le mando un audio de 410 minutos. Ella me escucha un par de horas y media mas tarde y contraataca con otro audio de 4´35 minutos. Al día siguiente yo cierro el tema con otro audio de 1`20 y ella me da las gracias.

La conversación no tiene demasiado interés y ahonda en lo que ya hablamos cinco días antes.

26/10/2023 (día 53) Buenas noticias

Y son casi las primeras. Han tenido que pasar 53 días para que María Inopi me cuente que está mucho mejor y que está llevando dos temas a cada cante. Parece que duerme mejor y está mas tranquila.

30/10/2023 (día 57)

Me escribe María Inopi en respuesta a un audio que le mando tras no poder atender una llamada suya. Me dice: “Exacto es un camino arduo pero efectivamente es cuestión de tiempo y poco a poco irá mejor. Llevaba ya un tiempo mejor. El cante me fue bastante bien. Estoy pasando mejor momento. Igual que te cuento lo malo, te cuento lo bueno. A principio de mes lo pasé un poco y ahora llevo unas semanas mejor. Los dos últimos cantes bastante mejor. Puede que otros vayan peor, pero de momento de ánimos estoy bastante mejor”.

Bueno, han sido dos meses de adaptación pero María se está metiendo la oposición en cintura.

26/12/2023 (día 114)

Han pasado muchos días sin noticias de María Inopi pero coincidimos en Navidad y hablamos un poco. Le va mejor. Mucho mejor, en realidad.

Me dice que lleva 66 Civiles y entonces echo yo mano de mis libretas y le digo que cuando llegó mi primera Navidad yo llevaba 43 Civiles en primera vuelta y 7 mas en segunda pero yo empecé 22 días mas tarde, así que si me voy tres semanas mas adelante yo llevaba 53 Civiles en primera vuelta y 12 en segunda vuelta. Yo llevaría 65 (relativos).

Pienso que estaría yo por delante y ademas, creo que ella, sobre todo las primeras semanas, llevaba los temas regularcillos y le salían muy largos, mientras que yo canté bien y casi en tiempo desde el primer cante. Además nuestros civiles son mas largos e imagino que llevarán mas articulado (casi todo el Código Civil).

La conversación me lleva a pensar que siempre he pensado que era lento pero si los rápidos lo consiguen (habrá casos y casos) a base de estudiarse mal los temas, la segunda vuelta no será todo lo rápida (y efectiva) que pudo ser la mía.

Estos fueron los datos de aquellas vueltas:

Primera vuelta de Civil: 44 semanas (semana 1 a semana 44), durante las cuales me repasé (segunda vuelta) 41 de los 130 temas.

Segunda vuelta de Civil: 25 semanas (semana 45 a semana 69). Reduje el plazo en 19 semanas.

Tercera vuelta de Civil: 33 semanas (semana 70 a semana 102). En esta vuelta, el plazo se aumentó y tiene su lógica que lo hiciera puesto que cerca de la tercera parte de la segunda vuelta fue simultánea a la primera.

Cuarta vuelta de Civil: 16 semanas (semana 103 a semana 119). Reduje el plazo a la mitad respecto de la vuelta anterior y 9 semanas respecto de la segunda vuelta.

Quinta vuelta de Civil: 8 semanas (semana 120 a semana 128). Reduje de nuevo el plazo a la mitad. Fui capaz de dar una vuelta al Civil en menos de dos meses cantando algún tema que llevaba en la cabeza desde la primera semana de esos dos meses con una calidad aceptable (en concreto, fue el Tema 84 sobre la responsabilidad civil extra contractual).

Sexta vuelta de Civil: 2 semanas (semana 129 y semana 130). Para decir verdad hubo 14 temas que no me dio tiempo a repasar (hubiera necesitado solo un día más para hacerlo lo que resulta paradójico cuando uno lleva preparando un examen tanto tiempo, aunque así son las oposiciones). Al menos a los dos temas de urbanismo, que me daban mucho miedo, me dio tiempo a echarles un vistazo. Los otros 12 temas los llevé sin repasar desde la quinta vuelta (aunque supongo que me organicé para no llevar ninguno demasiado lejano). No me salió ninguno de esos 14. Es una pasada ver llegar el momento de tener todo el ejercicio en la cabeza y en condiciones de aprobar. Curiosamente tardé 130 semanas, tantas como temas hay de Civil.

Vamos con el Fiscal al que también le di seis vueltas, en este caso completas.

Primera vuelta de Fiscal: 10 semanas (semana 45 a semana 54).

Segunda vuelta de Fiscal: 15 semanas (semana 55 a semana 69). Más lenta que la primera.

Tercera vuelta de Fiscal: 24 semanas (semana 70 a semana 93). Aún más lenta que la segunda.

Cuarta vuelta de Fiscal: 25 semanas (semana 94 a semana 118). Una semana más que en la vuelta anterior.

Quinta vuelta de Fiscal: 10 semanas (semana 119 a semana 128). Igualo récord de la primera vuelta.

Sexta vuelta de Fiscal: 2 semanas (semana 129 y semana 130). Como ocurrió en la sexta de Civil, la bajada fue extraordinaria.

Me examiné el día 14 de Julio de 1994, 2 años, 9 meses y 19 días después de haber comenzado a estudiar. Aprobé con un 5,05. Los temas que me salieron fueron el 46 (servidumbres), el 78 (depósito), el 122 (uno de derechos forales) y el 24 de fiscal (que creo que era el del AJD).

 

Otro asunto del que hablamos fue el de saber o no saber por donde van tus compañeros y el de escuchar o no como cantan. Yo lo segundo lo tengo claro: hay que escuchar a otros. Lo primero … pues depende: si va a generarse una competencia malsana mejor no saberlo; si hay una rivalidad sana puede venir bien saber cómo les va a los que empezaron contigo.

Ánimo María que parece que has cogido las riendas.

04/1/2024 (día 123)

Unos días mas tarde María me comenta que ha vuelto al cante tras sus primeras vacaciones y que le ha salido bien y en tiempo. Esto marcha.

03/02/2024 (día 154)

Llegan nuevas noticias. Al parecer en un cante reciente María no se ajustó al tiempo exigido por el preparador en un tema y recibió una regañina excesiva que le afectó un par de días. A veces el preparador también ha tenido un mal día y no mide ni sus reacciones, ni sus palabras.

Me comentaba también que no había cantado una semana (por agenda del preparador se supone) y que eso le suponía llevar doble ración para la siguiente semana. Cuando eso me pasaba a mi, los de la semana sin cante no se acumulaban a la siguiente. Sin embargo, no lo veo mal porque es una forma de entrenamiento y de probar la capacidad de tu memoria.

Por último, me consultaba sobre la actualización de los temas de hipotecario a la ley de digitalización. Le dije que revisaría su adaptación pero me falto decirle que mejor que lo hagan otros y que luego ella pula lo que considere. Para no perder tiempo mas que nada. ¿Aprovecharse de los compañeros? No, aprovecharse de los preparadores que para eso les pagan.

 

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Opositar sin ingresos para vivir

vivir sin ingresos opositar

“La razón que me frena para decidirme a preparar notarías (a pesar de que tendría preparador y eso es ya es una gran oportunidad) es el dinero. Me pregunto cómo lo hacen esas personas que se preparan esta oposición en la que la compatibilidad con un trabajo es más bien nula. Si la media tirando por lo bajo son cuatro años, ¿cómo logran vivir sin ingresos? Imagino que muchas personas se lo podrán permitir por tener una buena economía familiar pero para los que no tengan esa ventaja ¿sería muy descabellado el plan de sacar primero otra oposición mucho más asequible y luego con la tranquilidad de un sueldo fijo ya opositar a notarías con lo que quede de tiempo una vez cumplida la jornada diaria de trabajo?”.

Bueno, lo primero que te diría es que has tirado por lo muy bajo. Actualmente la oposición se aprueba en una media de seis o siete años. Con cuatro solo aprueban unos pocos.

Por lo demás, compatibilizar trabajo, tal vez familia, y estudio es posible pero no está al alcance de cualquiera y no asegura estar más tranquilo. Tal vez ambas cosas sean el cóctel perfecto para no aprobarlas nunca.

En cuanto al dinero, el asunto no me parece que sea para tanto. Yo diría que en la mayoría de los casos es posible vivir en casa de tus padres, tener cama y comida unos años y que ello no represente un obstáculo insalvable a no ser que la oposición se alargue excesivamente. Otra cosa bien distinta es que uno no esté dispuesto a apechugar siete años en casa de sus padres a cambio de cama, comida y la paga de los domingos teniendo por delante un futuro completamente incierto.

A fin de cuentas, siendo como somos el país de la OCDE (ojo que son 36 países nada menos) con tasa de paro juvenil más alto, me da la sensación de que hay muchos que perfectamente podrían estar preparando unas oposiciones mientras son mantenidos por su familia. Además, dependiendo de en dónde lo mires, los españoles nos emancipamos entre los 29 y los 32 años. Son muchos años por delante para poder sacar notarías desde que se termina el Grado en Derecho, ¿no?

Por cierto, ya lo he contado en el blog y en mi libro (que te recomiendo) “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)“: mi padre era Notario e hijo de un ama de casa y de un funcionario de Correos que se pasó más de veinte años depurado por el franquismo, así que tenía cama, comida y una más bien escasa paga de los domingos. Eso sí, aprobó en tres años porque mi padre (y también sale en mi libro) es uno de los más jóvenes Notarios de la historia (el número 48 para ser exacto).

El libro también lo envío dedicado a quien lo quiera. Solo tiene que escribirme a justitonotario@hotmail.com

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Opositora reciclada a notarías

opositor reciclado de oposición

“Te sigo desde hace mucho tiempo, me encanta tu blog y cómo transmites tus vivencias. Siempre he sentido gran respeto y admiración por ti hasta el punto de llegar a pensar recientemente que has sido el causante de mi curiosidad por la función notarial. Durante años he estado preparando otra oposición sin éxito y en los últimos tiempos sin motivación alguna. Sin embargo, cuando pensaba en notarías todo cambiaba en mí, me sentía feliz y con ilusión, por ello empecé a plantearme que debía dar un giro a mi vida aunque tuviese miedo. Sé que son oposiciones muy duras y que se necesitan unos años para sacarlas, pero las que yo preparaba también lo eran. Considero que actualmente tendría una ventaja de partida respecto de un novato y es que yo ya sé cantar temas en tiempo y prácticamente me he estudiado literal todo el Código Civil y tengo amplios conocimientos de otras materias adquiridos en mi anterior oposición. Estoy perdida y me gustaría consultar mi caso con algún preparador pero no conozco a nadie que prepare esta oposición por mi zona y no sé a quién recurrir. Agradecería que me arrojases algo de luz sobre la oposición y si conoces a algún preparador con el que hablar y que pueda echarme una mano te lo agradecería”.

Claro que sí, eso no es problema. Seguro que encontramos a alguien que te prepare.

Gracias lo primero de todo por tus palabras tan elogiosas y que me recargan las pilas para continuar en esta labor.

Conozco a unos cuantos opositores reciclados de otras oposiciones (incluso a opositores que han aprobado varias oposiciones, aunque esos son otra historia …) que han conseguido el aprobado de esas nuevas oposiciones que se ponen a preparar después más o menos años con las otras y con más o menos éxitos (o fracasos) acumulados en las oposiciones que abandonan. Generalmente se opta por oposiciones más sencillas que las que uno preparaba. El reciclado hacia otras más duras es menos usual pero también se dan casos.

Quizá el handicap pueda ser la edad, y no sé la que tienes, pero con esa ilusión, con ese descubrimiento tardío de la vocación y con esa base de Derecho Civil tan importante, pienso que el tiempo transcurrido hasta ahora constituye un bagaje muy interesante que en la mitad de tiempo que invierte uno que empieza desde cero te podría situar en condiciones de intentar el aprobado.

Con salud, dinero y amor, yo tiraba para adelante. La costumbre del encierro ya la tienes y una temporada más de opositora no te a suponer nada si finalmente te das cuenta que ya no resistes, que no te aprovecha lo estudiado como pensabas o que te resulta demasiado dificultoso (cosa que no creo por alguna cosa más que me has contado).

Sin duda pienso que tenemos que cuidar todas las vocaciones y aquí parece que tenemos una muy clara, tardía, pero intensa.

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Opositores con anteojeras

opositores con anteojos

“Pertenezco al grupo de ex-opositores “en busca y captura” que mencionas. Lo fui en tu misma época y durante cinco años. La conclusión de las mismas me llevó al ejercicio de la abogacía en una firma hoy multinacional. Curiosamente los temas que más disfruto en el ejercicio son los que me llevan a la esencia del Derecho Civil que tan bien queda asentada en esa etapa que marca – sin duda – un antes y un después. En todo caso, prefiero hablar de conclusión de oposiciones más que de éxito o fracaso en las mismas pues en todo caso terminan de igual forma: con una puerta que se abre, caso de aprobarlas hacia el ansiado ejercicio de la fe pública, y con muchas puertas más que en caso de no aprobarlas y aunque resulte paradójico, presentan un sinfín de posibilidades”.

Yo siempre dije que como opositor me veía como los caballos de los picadores en los toros, solo veía hacia delante, no hacía atrás, ni mucho menos para los lados (no contemplándome otras alternativas), pero dudaba y dudaba mucho sobre si continuar o dejarme la oposición. Las anteojeras me tenían completamente cerrada la visión de otras puertas de salida.

Sin duda es muy importante saber “retirarse” a tiempo con el fin de que el abandono de la oposición no le deje a uno demasiado marcado. Desgraciadamente, yo había sobrepasado cualquier límite o umbral razonable y pienso que, de no haber aprobado, me hubiera quedado bastante tocado. O … ¿tal vez no? … ¿y si siempre he estado equivocado pensando que me hubiera quedado hundido de por vida? ¿Quién me iba a decir a mi que me iba a pasar todo lo que me ha pasado desde 2008 y más especialmente desde 2013 cuando abrí la cuenta en Twitter? Tal vez otra puerta (la de dejar la oposición en 1996 o 1997) me hubiera dado otra interesante salida, aunque creyese (y aún hoy siga creyendo) que era imposible. Nunca lo había pensado. Solo había pensado, hasta ahora, en que mi retirada daría lugar al fracaso del resto de mi existencia. Gracias por la participación y el comentario. Toda mi historia está contada aquí:

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Opositores nostálgicos

opositores tontos

Definición de nostalgia según la RAE:

Pena de verse ausente de la patria o de los deudos o amigos.

Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

¿Se puede tener nostalgia de la oposición? o lo que es lo mismo, ¿es la oposición una dicha?

Y es que pasadas 48 horas desde el aprobado, alguno ya dijo en redes que le daba pena que terminara esta etapa con sus cosas buenas y sus cosas malas. Eso debería dar lugar a que uno se convirtiera en rana, directamente. Que pasará a ser de nuevo opositor y despertara del sueño, apareciendo en Pesadilla en Elm Strett o en Opositaotraveztehancargadoeneldictamen Street. ¡Por Dios bendito que hay gente aguántandose las lagrimas para hacer frente a una nueva etapa o teniendo que decidir si le da o no un golpe de timón a sus vidas después de haber invertido 3, 5, 7, 9, 11 o hasta más años y no lograr aprobar para que cualquiera venga ahora a hablarles de lo bueno y de lo malo¡ A este tarjeta amarilla y que se calle una temporada. Por favor … Reza ochocientos padrenuestros y una avemaría, lávate la boca con jabón y pide perdón a tus compañeros por las estupideces que se te pasan por la cabeza.

Leo o escucho estos comentarios y me recuerdan el chiste del jorobado que va a un cementerio.

Una mano sale de una tumba y le dice:

– ¿Queee llevas en la espaldaaa?

Y dice el jorobado:

– Pues una joroba.

Entonces, la mano que había salido de la tumba, da un chasquido y la joroba desaparece.

El jorobado, como loco, vuelve al pueblo y lo cuenta a todos. Ilusionado el manco, sale corriendo hacia el cementerio al encuentro con la misteriosa mano. Tiene suerte y la mano le sale al paso y le pregunta:

– ¿Queee llevas en la espaldaaa?

Y dice el manco:

– Pues nada.

Y entonces la mano que sale de la tumba, da un chasquido y al manco le aparece una joroba en la espalda.

En este caso, el opositor aprobado no va a ver desaparecido su título de Notario, pero tampoco hace falta restregarlo, aunque no se pretenda, a los que siguen con su joroba a cuestas (y sufriendo, en muchos casos, lo indecible, “lo que no está escrito“). Si encima lo acompañas de comentarios como “disfrutar de la etapa o de la oportunidad”, tal vez se pueda llegar al convencimiento de que este opositor, sin duda, ha sufrido poco.

La oposición es un asco sin parangón

La oposición no da momentos mágicos y especiales. No tengo recuerdos buenos de la oposición, excepto los de los exámenes aprobados y los de las juergas de la fase final de mi preparación del dictamen en Madrid que fue muy larga y dio hasta para eso. La compañía de Sergio y José Luis en aquellos meses hizo “el rato” más llevadero que en los diez años anteriores. Siempre especulábamos con que ocurriría con nuestra amistad si no aprobábamos los tres, pero lo hicimos, así que se nos solucionó el problema.

Yo a la oposición no le hago la más mínima concesión: es una gigantesca caca sorpresa. Si apruebas será maravilloso, pero si no lo haces será el principio de un nuevo camino y no precisamente de rosas.

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Opositores que llevan bien la Olimpiada pero fracasan en los JJOO

Juegos Olímpicos

Le decía a una sobrina que encara su tercer año del Grado en Derecho que creía que tenía cualidades para ser una buena opositora . Ella está deshojando varias margaritas. Una es la de quiero opositar/no quiero opositar y la otra es oposito a aquello/a lo otro/o lo de mas allá.

Hace unos días le decía que si se acomodaba al estilo de vida, a estudiar  a largo plazo y era capaz de dominar los nervios y no morirse de miedo cuando llegue el momento de examinarse, pensaba que tenía grandes posibilidades de conseguir aprobar casi cualquier oposición que se propusiera.

Estábamos en plenos JJOO de Tokio y le  hice un paralelismo entre los opositores y esos deportistas que desarrollan una gran Olimpiada (ahora estamos ya en las Olimpiadas de París 2024),  un gran ciclo olímpico, ofreciendo grandes resultados en los campeonatos intermedios y luego fracasan en los JJOO, porque el deporte es así (las oposiciones son así) pero también, a veces, porque no han sabido hacer correctamente el sprint final o no han calentado bien o no han dormido bien la noche antes o porque han tenido un resfriado o porque les ha vencido el miedo escénico o la enorme responsabilidad ante un eventual fracaso y sin salir al estadio o nada más entrar en él.

La única forma de que el miedo no te venza cuando llegan los JJOO (los examenes) es entrenar (cantar) y hacerlo decenas de veces en los escenarios mas diversos. Hasta si hace falta se monta un falso tribunal como le hacía su padre, también Notario, a mi querido MAC.

No tengo ganas de  meter a nadie en estos líos de opositar pero creo fundamental que el que lo haga (el que se meta solo), lo haga con el mayor conocimiento de causa.

Ánimo a los que están ahora con la Olimpiada Opositora de Madrid cuyos JJOOOO comienzan pronto a celebrarse.

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Opositores y burbujas

opositores burbuja

Contándome sus desventuras de la oposición terminaba mi nueva amiga opositora (misteriosa amiga pues no me ha dicho ni su nombre) diciéndome:

“Otra cosa. Todas estas historias sólo demuestran que opositando o no, el mundo sigue girando y la vida sigue su curso. He oído decir a algunos preparadores que el opositor debe meterse en una burbuja y no tener en cuenta más que a su oposición y a él mismo. A mí esto no me ha sido posible como ves. Desearía haberlo tenido más fácil. Siento que cuando no es una cosa es otra pero como decían aquellos … no nos moverán. A mí…. al menos…”

Para mi, el mundo para el opositor gira más bien poco … Aquellos cumpleaños en los que a la gente ya le daba apuro brindar contigo siempre con la misma buena intención, aquellas Nocheviejas con las uvas en el galillo y la lágrima a flor de ojo, soñando con que fuera el último de tu ya larga condena. La cara de pena de los demás …

Yo creo que estás en los años de la marmota, pero te aseguro que cuando apruebes te vas a DESCOJONAR por dentro cuando te digan el famoso: “¡que bien vives¡”….

Mantente y sé fuerte. No estás perdiéndote nada.

“Gracias otra vez. Justito. No se si esto será util …”

Bueno, ya veremos. Es muy probable que sí, le dije.

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Oposity Kid (“dar cera, pulir cera”)

Los papagayistas deberían volver a ver la vieja “Karate Kid” (o la nueva que está inspirada en la misma filosofía) para darse cuenta de que la técnica del “dar cera, pulir cera” es exactamente la misma que la que emplea el opositor en su proceso de estudio y aprendizaje para la obtención de su aprobado y, posteriormente, para el ejercicio de su función.

Un día, más al principio, hacia la mitad o, incluso, cuando se está al final del camino, te revelas contra la idea de que sea necesario saberlo todo de memoria y repetirlo tantas veces. Es entonces cuando el preparador responde a tu cansancio de “dar y pulir tanta cera”, y te suelta: Fulanito, es el heredero de Menganito y falleció después de que lo hiciera Menganito sin aceptar su herencia”. Entonces tú, como si de dar un golpe de kárate se tratara, respondes automáticamente a la cuestión planteada y enérgicamente dices “por la muerte del heredero sin aceptar ni repudiar …”. El preparador ha visto el fruto de su trabajo y tu, Oposity Kid, ya sabes para qué dabas tanta cera y pulías tanta cera.

Al opositor le volverá a pasar muchas más veces antes de aprobar y también cuando apruebe y atienda las mil y una consultas en su despacho. Al Señor Miyagi también se le producirá la repetición de la jugada cuando vuelva a tener a un nuevo Daniel San a quién comenzar a preparar desde un principio y a quién tenga que convertir en un jurista dispuesto para repartir estopa (estopa jurídica) a diestro y siniestro en unos años.

Los políticos españoles hubieran necesitado de muchos Señores Miyagi que les pusiera a dar cera y pulir cera antes de dedicarse a decidir sobre la vida, la salud o el trabajo de los demás. A toda esa jauría de incompetentes que no saben hacer la “o” con un canuto y que, sin embargo, rigen nuestros destinos, les ponía yo unos cuantos años a dar cera y pulir cera …. sin cobrar un puto duro, por supuesto.

Recuerda el trato del Sr. Miyagi: “No preguntas”.

Por cierto que algunos llegan (llegamos) a dar más cera y a pulir más cera de la estrictamente necesaria. A esos que les pasa como a mi, no les vendrían mal algunos consejillos como los de “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”. Acepto pedidos para dedicatorias en justitonotario@hotmail.com

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Preparadores no preparados para preparar a los que se preparan para estar preparados

PREPARADOR NO PREPARADO

 

 

“Me ha tocado un preparador con el que literalmente lo AGONIZO. Salgo con ganas de llorar. No me sale perfecto, pero me dice que no voy aprobar, que no me lo tomo en serio (y me esfuerzo un montón), que si sigo así tardaré un montón, que la gente que tarda tanto saca las oposiciones porque es de cajón hacerlo (o no las sacan porque no valen para esto) y que los temas hay que llevarlos perfectos. El caso es que me mina la moral“.

Pues, que tipo o tipa tan guay, ¿verdad?

Lo primero que tengo que decirte es que me ha sorprendido y agradado el uso de la expresión “lo agonizo”. “Sufrir angustiosamente”, dice la RAE que significa “agonizar”. Este opositor nos está diciendo que sufre angustiosamente a su preparador. ¿Hay verdadera necesidad de llegar a esto?

Mira, te entiendo tanto que hasta me doy por aludido y, por supuesto, no estoy en absoluto de acuerdo en nada. Siempre digo que el que lo intenta e intenta, lo tiene mas fácil por esta vía que dejándolo y empezando a hacer otra cosa, pero lo de la regla del cajón ya te digo que hasta personalmente me molesta. Si los que tardamos en aprobar no valiéramos, habría que tirar a la calle a medio escalafón notarial.

Algunos preparadores creen que con ese proceder hacen lo correcto y, sí, lo harán en algunos casos PERO EN OTROS NO, malogrando a estupendos opositores (estupendas personas) y puede que hasta mejores Notarios.

Los temas se llevan mejor en cada vuelta porque se van dominando poco a poco. Se intentan estudiar lo mejor posible pero unos quedan geniales y otros no tanto en una primera vuelta ….

Ya lo he dicho antes y lo digo hoy: es una pena que algunos buenos opositores sean fastidiados, desperdiciados, por preparadores que no les saben llevar.

Si la cosa siguiera igual yo que tu intentaría un cambio.

Poco mas te puedo decir. Si acaso, que te leas el capítulo de los preparadores impertinentes de mi libro. Ánimo y ya me contarás.

La verdad es que yo tengo que dar gracias a menudo por haberme topado con MAC y no con un preparador  que me hubiera mandado a freír puñetas en cuanto entré en crisis. Gracias MAC, sin ti no lo hubiera conseguido.

 

En Twitter, alguien me decía tras publicar este Opo Flash

“Es una pena que algún preparador se comporte así. Además de una carencia total de empatía y sensibilidad, demuestra que ignora la situación actual del cuerpo de opositores, con una mas que notable merma, entre otras cosas porque el plan Bolonia no favorece el sistema de estudio. Les cuesta muchísimo memorizar, hay que darles tiempo y oportunidades para integrarse en la oposición. Por contra, se defienden mejor en el dictamen. Mucho ánimo a todo/as”.

 

Mucho tiempo después un opositor me hablaba de la labor pedagógica del preparador

“Hay preparadores que te ponen el sistema que les funcionó a ellos y ya está. Luego están los que olvidan (y rápido a veces) que también fueron opositores. Hay que hacer una cierta labor pedagógica para que la persona coja confianza en sí misma y vea su progreso y quiera más, porque si no se te hace todo una bola, aunque claro, por supuesto, el opositor tiene que poner de su parte, porque si tú no estudias o simplemente, aunque estudies, no tienes suficiente capacidad ya estamos hablando de otra cosa. Hay gente que no sirve para preparar, serían muy buenos opositores y muy buenos notario, serán el número uno de su promoción con oposición restringida, pero al final la labor de preparación es una labor muy difícil que requiere un gran compromiso, una gran pedagogía, una gran paciencia y sobre todo, una capacidad de adaptación a las necesidades del opositor para sacar de ese opositor el máximo provecho, con un sistema de vuelta o de acumulación o como sea. Algunos parece que no se dan cuenta de que tienen entre sus manos el futuro de otra persona. Si tienes un sistema y no sirve, hay que cambiarlo o decirle, “mira yo creo que esto no es para ti, yo creo que no puedo hacer más contigo y necesitas otro preparador, a otra persona que creo que sí que te va ayudar”. Con eso también estará ayudando al opositor”.

 

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Preparando el dictamen con tiempo: El modo “¡ah, coño¡”

dictamen notarias

Ya hablaba de la pescadilla que se muerde la cola el otro día y es normal que estando con los temas, los opositores se agobien pensando en el dictamen, pero cuando uno lleva años de estudio y varias convocatorias a la chepa, no puede dejar demasiadas cosas a la improvisación y hay que procurar hacer algo “de dictamen” sin agobiarse, en plan tranquilo, aprovechando huecos, crisis, bloqueos o tomando un café con unos compañeros opositores y haciendo un poco de tormenta de ideas.

Haced lo que podáis, pero procurad sacar todas las semanas algunas cosas en claro. Lo agradeceréis cuando llegue el momento de aprobar el segundo.

Pienso, por ejemplo, que os puede hacer falta a muchos manejar más las instituciones sucesorias, relacionar unos artículos con otros. Hay que conseguir que os salten a la cabeza los artículos más importantes y que los apliquéis con fundamento y propiedad. Hay mucha faena, hay que trabajar mucho para despertar las cabezas y conseguir alcanzar el modo ¡ah, coño¡“eso ya no se me olvida”, “en eso no vuelvo a meter la pata”, o lo que es lo mismo ahora lo entiendo.

¿Vale?

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Progresión en el expediente del opositor

progresión de un opositor a notarías

“La primera vez que me examiné canté los dos primeros civiles. A la vez siguiente, canté el ejercicio completo pero no aprobé. Luego aprobé el primero, pero como el Hipotecario y el Mercantil los tenía más que verdes, pues saqué las bolas y me retiré. Mis preparadores me dicen, sin duda alguna, debo seguir. Tal vez ellos no saben lo que es pasarlo tan mal en la oposición. Me ahoga pensar en la edad que tengo y en no haber podido aún aprobar”.

Algunos de mis compañeros (auténticos cracks que luego han preparado a mucha gente que ha aprobado) en la época de la doble reserva en Valencia y Madrid, no estuvieron nada finos en las varias convocatorias previas a la de nuestro aprobado. Alguno, de hecho, no aprobó más que un par de orales después de cuatro convocatorias.

Creo que con eso te lo digo todo … aunque también pienso en que según pasan las convocatorias hay que ir mejorando y llegando más lejos. Eso no quita, que haya también quien haya aprobado la oposición yendo a mejor y luego a peor en alguna de sus convocatorias.

Estoy de acuerdo en la falta de comprensión de los preparadores que no tuvieron las dificultades que nosotros sí tenemos.

Ya sabrás que con salud física y psíquica y sin apuros económicos, aconsejo a la gente que lo intente, pero indudablemente los fracasos hacen temer no conseguirlo nunca. Yo aprobé con 34. No veo descabellado que lo sigas intentando, aunque, eso sí, más allá de 34, no me atrevo a aconsejar a nadie que siga.

Tus preparadores te conocen, pero tú tienes que tomar las decisiones.

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Química y sexo durante la oposición

química sexo oposiciones

“Me gustaría preguntarte una última cuestión si lo tienes a bien sobre el tema de la paroxetina. Me sería de gran ayuda tu respuesta. Cuando la tomaste en su día, ¿notaste algún efecto secundario muy a tener en cuenta? Sé que los antidepresivos tienen algunos posibles efectos secundarios como el aumento de peso o un poco en la esfera sexual en hombres ya sabes lo cual como es lógico me preocupa (y también a mi pareja). Simplemente me gustaría saber de manera afirmativa o negativa (sin entrar en ningun tipo de detalle) si tuviste algunos problemas colaterales además de los positivos en tu estado de ánimo, o, en su caso, si aunque los hubiese no tuvieron la menor importancia. Sé que es una pregunta un poco extraña pero me ayudaría tu opinión”.

Pues recuerdo que uno de los primeros somníferos (no me me viene el nombre a la memoria) que tomé me dejaba la boca con sabor a hierro y algo pastosa, pero no recuerdo ningún otro efecto adverso. Comencé la oposición con unos 100 kilos y terminé con 110 kilos, pero lo achaco más a la vida sedentaria que a los antidepresivos. Eso sí, después ya no me los he podido quitar de enciman (los kilos). En cuanto a la esfera sexual, la respuesta es NO. Estate tranquilo. Creo que podrás mantener “erguido” el pabellón.

“Una conversación muy poco ortodoxa, pero agradezco tú sinceridad. Me conformo con no quedar por los suelos. ¡A ver si va a ser peor el remedio que la enfermedad! Agradezco mucho tu experiencia y sinceridad”.

Nos hemos acabado partiendo de risa…

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Repasar sin cantar y la curva de la máxima sabiduría

Justito … ¿Te cantabas temas sin leerlos? Es una buena manera de acelerar. Estoy terminando una vuelta bastante rápida y estaba pensando en probar a hacerlo para la siguiente. Es que en algunos momentos parece que me sale el primer ejercicio por las orejillas (aunque me da miedo decirlo y hasta pensarlo). Me han dicho que la última vuelta antes de examinarse es una vuelta psicológica“.

Sí, lo hice en alguno de mis seis orales cuando iba más sobrado de tiempo y pude dar más vueltas que en otras ocasiones para que se hiciera menos aburrido y menos agotador. Si los veía flojos, los repasaba en el papel y si los veía bien, pues me iba a por el siguiente. ¿Vuelta psicológica? Uf, yo no diría eso. La última vuelta es la puntilla, es la última curva antes de llegar a la cumbre de la máxima sabiduría de la que ahora hablaremos. Si la puedes dar es que la cosa va bien, si no la das te faltará el último piso del andamiaje y probablamente te sientas inseguro.

De todas formas si vas bien y parece que te sobra algo de tiempo, machaca también el Fiscal y plantéate adelantar algo con el segundo o, mejor aún, haz algo de dictamen que te vendrá muy bien. La idea es aprovechar el tiempo a tope sin pasarte de la raya en cuanto a horas y aprovechar los excedentes de tiempo para hacer otras cosas.

La verdad es que estar en esta circunstancia hace que las cosas te pinten bien y son la demostración del esfuerzo que has hecho en estos años hasta alcanzar “la cumbre de la máxima sabiduría” que decía Ignacio Gomá en este interesante vídeo en el que opina sobre las oposiciones. Esa cumbre es el estado ideal del opositor para presentarse y aprobar. Es el estado de mejor forma, como el de los deportistas que van a unos Juegos Olímpicos. Se preparan durante cuatro años, se organizan para estar al máximo nivel en tal fecha. Llegan, compiten, consiguen una buena posición y luego decaen durante una temporada hasta que llega el próximo campeonato. El opositor tiene una situación similar: se prepara, intenta llegar en la mejor forma posible para el examen, se examina y después perderá esa mejor forma si no ha aprobado y tiene que esperar a la siguiente convocatoria en la que tendrá de nuevo que alcanzar “la cumbre de la máxima sabiduría”.

Me parece que mi amiga está llegando a todo lo alto de esa curva que dice Gomá, quien dice además muchas más cosas interesantes por lo que aconsejo ver el video enlazado a los opositores a notarías.

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Ritmo de crucero y vueltas al temario

vueltas al temario y velocidad de crucero

“Hola Justito. Me gustaría darte las gracias por estos posts. Me has sacado de más una mala situación al verme identificado con todo lo que cuentas o al comprobar que una mala temporada no determina un suspenso. También veo que el no llevar el ritmo vertiginoso de estudio de unos pocos no determina la inaptitud para aprobar. En mi caso, llevo dos años y medio opositando a xxx y estoy preocupado porque no veo cuando daré el salto desde los quince temas que llevo actualmente a la semana al preparador  hasta conseguir llevar el ejercicio entero en la cabeza (son dos ejercicios orales de xxx temas cada uno). Solo quería saber si te ocurría lo mismo cuando llevabas un número de temas similar. Muchísimas gracias y un abrazo fuerte. Tub“.

Pues mira, yo creo que hay un momento en el que “de repente” uno cambia de una vuelta a otra, el examen se acerca y se produce la explosión. No hay más.

“Hola Justito. Lo cierto es que siempre me había imaginado que sería cómo lo cuentas. Cuando empecé la oposición pensaba que a la altura en la que me encuentro ahora, tendría un buen dominio del temario y me encontraría seguro para aprobar, pero no es del todo así. Es verdad que en cada vuelta noto mejoría, pero es muy gradual. Siempre tengo la esperanza de que a la siguiente vuelta me encuentre con que tengo los temas en la cabeza, sin embargo tengo que volver a invertir tiempo en ellos aunque sea algo menos que la vez anterior.  Algo que siempre me anima es fijarme en tus libretas, Ahí veo que cuando llevabas un número de temas similar al que llevo yo ahora estabas cerca de dar ese “salto” y de alcanzar ese punto clave para poder presentarte seguro al examen y no olvidarte de los temas.  Una cosa que también me sorprende mucho de tus libretas es el ritmo de temas que conseguiste llevar de cara al segundo examen después de tu reflotamiento y aprobado del primero. Ahí explicas que esos temas no los tocabas desde hace dos años, no obstante podías llevar un ritmo de hasta diez y conseguiste otra vez llegar al punto álgido de sabiduría en pocos meses. De nuevo, gracias por todo y un abrazo. Tub“.

Efectivamente, pero ten en cuenta que esos dos años (o más) estuve empollando el Código Civil y redondear los temas (bueno, no todos claro) cuando uno se sabe el Cci tan bien es “relativamente” fácil. Además había que ponerse a prueba y yo lo hacía continuamente intentando cantar temas cada vez más lejanos y sorprendiéndome de lo que era capaz de recordar aunque no fuese con el nivel suficiente para aprobar.

Avísame cuando pases a la velocidad de la luz.

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Sufrimiento, humildad, sacrificio y resultados: una reflexión “gratuita” de un opositor

reflexión sufrimiento oposiciones

“Muchas gracias por tu blog, a mi me anima mucho, y te hace sentirte menos “solo” en esta batalla. Yo llevo xx años estudiando, y se hace cuesta arriba y más sin convocatoria… Me gusta la gente humilde y que no es prepotente y soberbia. Siempre va a haber alguien más guapo, más alto, y más inteligente, y eso uno tiene que aceptarlo. Pero no me gustan las personas altivas, y que cuando consiguen algo, se crecen y en cierto modo menosprecian a los demás. Por eso me gusta tanto tu blog. Mi preparador tiene casi tu misma edad y tardó un poco menos que tú. Me aprieta como nadie pero tiene los pies en la tierra y el haber sufrido tanto creo que le hace a uno ser más humilde y no olvidar el sacrificio que conlleva conseguir las cosas. En fin, después de esta reflexión gratuita, te deseo un feliz día. Gracias nuevamente”.

Yo simplemente le dije: “Reflexión gratuita porque me la das gratis, pero completamente certera. Procura abstraerte y centrarte en lo tuyo. Si yo no me hubiera hecho caso a mí mismo no estaría ni aquí ni así como estoy”.

Su ejemplar de “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” está en camino. La venta de la segunda tirada va muy bien, apuesto a que este año la campaña navideña (que por poco no pudimos hacer en 2019) va a ser estupenda. La venta es cosa de Basconfer, pero quien lo quiera dedicado que me escriba justitonotario@hotmail.com

Y gracias a ti. Estás en un momento óptimo para conseguirlo en la siguiente así que mantente firme y saluda a tu preparador de mi parte ya que parece que tenemos varias cosas en común.

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Tener muchas ganas de ser Notario

 

vocación notarial

Me lo decía un opositor hablándome de otro opositor que se había dejado la oposición.

“A Fulano esto tampoco le apasionaba en extremo. Y como dice mi preparador, cuando llevas ciertos años opositando tienes que tener muchas ganas de ser Notario para continuar afrontando el reto tras un nuevo suspenso”.

Yo me atrevería decir que esto es bastante cierto, pero igualmente me atrevo a decir que hay gente (y tal vez no poca) que lleva muchos años opositando y tiene poca idea de lo que es ser Notario con lo estoy poniendo “sus ganas” en tela de juicio.

Tal vez la conclusión sea que debe ser muy difícil continuar cuando no se tienen las suficientes ganas, aunque las ganas de cada uno no estén fundadas en las mismas motivaciones o lo que es lo mismo que hay distintos tipos de ganas de conseguirlo. Entre ellas el ¿cuánto ganas? del que hablaremos dentro de muy poco.

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Tú, ¿notarías?

tu notarias

Es imborrable para mi el recuerdo de un amigo que allá por el verano de 1991 se interesó por lo que tenía intención de hacer una vez terminada mi carrera de Derecho.

“Notarías”, – le dije.

Su respuesta fue:

“Tú, ¿notarías?”.

Le faltó reírse señalándome con el dedo como Nelsón Muntz, el chaval malote de la clase de Burt Simpson.

La verdad es que su extrañeza me extrañó pues yo siempre había querido ser Notario (bueno, salvo una temporada que quise ser Alcaide). Después de todo, su duda no debió de extrañarme tanto pues casi no lo consigo…

No diré como me dijo Alfonso Ventoso en la entrevista que le hice, “que no es para tanto”, porque para mí sí que lo es, pero lo cierto es que siempre he tenido la visión de que (como en toda oposición), lo primero es acostumbrarse al estilo de vida, lo segundo ver cómo te van saliendo los temas y qué ritmo llevas y lo tercero es tener paciencia y estudiar mucho. Si lo primero y lo segundo van bien, puedes olvidar aquello de “tú, ¿notarías?” y responderte: “¿y por qué no?

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Una (pre)Notario desquiciada

opositora desquiciada

“Hola Justito: Bueno, mas o menos, ya he empezado la oposición. Llevo dos días y estoy que me tiro por la ventana del desquiciamiento. Digo más o menos porque aún no he empezado a estudiarme los temas y hasta dentro de un par de semanas no empezamos oficialmente. Sin embargo, el preparador nos ha indicado que vayamos memorizando artículos del CCi para ir adelantando. Yo, de verdad, no sé cómo voy a hacer esto. Tengo claro que es el principio, pero es que no aguanto más de una hora seguida estudiando, me cuesta muchísimo concentrarme y entender lo que estoy leyendo. Así que en estos dos días ya me he pegado la llorera pensando en lo “inútil” que soy y en que a ver cómo narices afronto yo esto. Supongo que es normal al principio, pero me siento muy inútil. Suelo ser muy exigente conmigo misma y nunca he estado tan acojonada por lo que se me viene encima. No sé como afrontarlo, de verdad. No sé si lo hago bien o mal, si es normal o si es que soy un poco cenutria. En fin, algún día te cansarás de escuchar tanto drama de opositor y “Justito se jubilará”, pero muchas gracias por todo. Seguiré intentando memorizar lo mejor que pueda sin desquiciarme mucho”.

Bueno, hay una cosa positiva y está en el título de tu e-mail: te atreves a calificarte de pre (Notario). Eso es bueno. Tienes moral.

Ya sabes que yo a los quince días estaba llorando y eso que empecé de maravilla y que me fue bien tres años hasta que me atasqué. El primer artículo que yo me estudié fue el último (el 1.976) y por la falta de costumbre en esa clase de memorización, lo repetía todo el rato sin parar y se lo recitaba a la gente (les hacía gracia ver lo rápido que lo decía). Mi primer desquiciamiento me vino pronto con el Título Preliminar. Entonces vi en el follón que me había metido. Mas adelante te vendrán temas con hasta cincuenta o algún artículo mas (ya no acuerdo) para ya estarás mas rodada y se te hará mas llevadero. Los primeros días y semanas, hasta las primeras vacaciones de Navidad son duros porque hay que habituarse. Luego es duro terminar el Civil. Después, si todo va bien, uno está ya en buen camino y se ha ido acostumbrado. Es normal lo que te pasa. Espero que lo resistas y llegues a acostumbrarte. Ya sabes que todo está en mi libro y que actualmente está agotado en papel aunque tenemos la versión digital. Pronto esperamos tener una nueva tirada.

Bueno, es posible que algún día me canse, la verdad o todo lo contrario y que acabe sacando un segundo libro recopilatorio de los “Opo Flashes”.

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Una vez apruebas la oposición de notario, ¿puedes trabajar en la notaría de otro notario ? 

notarios tienen jefe

“¿Cómo funciona el asunto después de aprobar?, ¿qué hay que hacer para empezar a trabajar?”

Resumidamente podríamos decir que una vez que apruebas la oposición y tienes el título de Notario, tienes que concursar y obtener una plaza de entre las que haya vacantes en ese momento en toda España. En el concurso (lo normal es que haya unos tres cada año) participan los Notarios en activo y los nuevos. Los nuevos van a las plazas que los antiguos no quieren y entre los nuevos tiene preferencia el primero de la promoción, después del primero la tiene el segundo y así sucesivamente hasta llegar al último que va a donde no ha querido ir ningún activo, ni ningún compañero de promoción. Si no hubiera suficientes notarías hay que esperar al siguiente concurso. Las notarías existentes en España las determina el Ministerio de Justicia a través de la Demarcación Notarial. En cada sitio habrá las notarías que designe el Ministerio y en cada una un solo Notario. Puede que haya varios Notarios asociados o convenidos (digamos que, en este caso, los Notarios juntan, con ciertas normas y exigencias, sus notarías), pero cada uno tiene su propia plaza. Nadie trabaja en la notaría de nadie. Es más, el Reglamento Notarial prohíbe que un Notario esté a sueldo de otro Notario.

No sé si con esta información, aclaro tus dudas lo suficiente. De ahí que en el post de referencia dijera que los Notarios no tenemos jefe. Y es que no lo tenemos. Bajo ningún concepto.

Tienes tú plaza y en ella tienes la potestad de organizarte libremente.

De la cuestión de las prácticas tras aprobar ya hablaremos otro día.

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Vida social, preparadores exigentes y sobresfuerzo

vida social y oposiciones

Vida social

Me hablaba hace unas semanas una opositora de su vida social y yo le decía que vida social y oposición me parecían completamente incompatibles. Yo me tomaba un día y medio de descanso porque no era capaz de descansar menos y salí con cierta normalidad durante bastante tiempo. Luego vi que no podía hacer lo mismo que los demás y fui desapareciendo del mapa poco a poco, hasta estar bastante  aislado y solitario cuando terminé la oposición (en parte porque la incomprensión de la gente me resultaba difícil de sobrellevar).

La vida social nos llevó luego por otros derroteros …

Cambiar de preparador

Si ves que la cosa no te funciona o lo hablas con el preparador y se lo explicas o tendrás que cambiar de preparador. Si su sistema no te va, si el ritmo que te pide no puedes alcanzarlo tendrás que hacer algo al respecto …. Los preparadores que exigen tanto muchas veces se equivocan. ¿De qué les habrá servido a los que sí que cumplieron  y llevaron aquellas cantidades de temas que les exigían cuando se pegaron el batacazo y tuvieron que volver a empezar a preparar una nueva convocatoria? Sí, claro, aquellos atracones les sirvieron para ir mejor a la siguiente convocatorio o para dejarse las oposiciones también. Hay que reconocer que hay opositores con ritmos diferentes, que maduran distinto y que también aprueban. Además si me dices que tiene treinta opositores en el grupo (¿que hará en el IRPF …?), pues pienso que no puede estar demasiado pendiente de los asuntos y cuitas de cada uno.

Me sorprende la cantidad de gente que sufre por un preparador al que no se adapta. Así que te insisto: o hablas con él y se da cuenta de que tu coco es diferente y de que tiene que tratarte distinto o tienes que dejarle … en mi opinión. Debes cambiar si tienes claro tu objetivo y buscas soluciones.

¡Y no te compares con tus compañeros de grupo¡ Tienes que sustraerte a todos y a todo.

Sobresfuerzo sin estar cerca el examen

Procura no darle tantas vueltas a todo y descansar un poco más. Te pasará factura si no lo haces. Un día la goma se rompe y recomponerla es muy difícil … si es que puedes hacerlo… El camino es largo … tienes que frenar un poco; así pegarás el reventón. Estudiando tanto y yendo despacio pienso que no aguantarás el tiempo que necesitas y si eso supone que vas aún más despacio, pues tendrás que asumirlo. Seguro que en la siguiente vuelta la cosa te irá mucho mejor.

Yo también fui exigente, hasta que me pegué el gran batacazo y me puse en modo “survivor”. Entonces fue cuando me hicieron “La prueba de la manta”.

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Volver a estudiar después de vacaciones

ponerse a estudiar tras las vacaciones

Una opositora me preguntaba el otro día por este asunto de las vacaciones y esto, más o menos, es lo que le comenté:

Te diría que tuve demasiadas vacaciones al principio …. o eso me parece a mí ahora. Dos semanas en Navidad, la Semana Santa y Agosto entero me parecen demasiados días. Creo que el verano debe ser más corto. Por ejemplo, este año Agosto empieza un jueves y termina un sábado … Pues a estudiar hasta el 2 y de vuelta a estudiar el 26 (así ya hemos ahorrado una semanita). Eso el primer año, luego hay que ir recortando un poco y lo mismo habría que hacer con la Navidad y la Semana Santa.

En cuanto a la vuelta en sí, pues realmente puede ser muy difícil volver a encerrarte y a recuperar el ritmo, al menos para muchos de los que opositáis o que hemos opositado.

Ten en cuenta que si vas ahorrando tiempo por aquí y por allá y tienes regularidad, puedes terminar mucho antes la oposición .. pero sin forzarte. Hay que encontrar el equilibrio que le vaya bien a cada uno.

Así que si estás floja estos días, date un poco de tiempo y ten paciencia, arregla algún tema, ponte temas fáciles, acaba un poco antes, madruga un poco más y date un rato más largo por la tarde …. y no te agobies por lo que te digan los preparadores que están ahí para eso.

Los que ya aprobamos ya pasamos por eso y ahora hay que exigir y dar ánimos, ayudando a la gente a que supere el bache, no machacando y hundiendo más al que no puede.

Esto es una carrera muy larga, pero un día se acaba y te parecerá mentira que hayas pasado por ese .. INFIERNO.

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Wanted: Se buscan “ex-opositores” ….

ex opositores salidas laborales

Andaba yo haciendo propaganda de mi libro y al entregar un folletico con todas las explicaciones sobre “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” a un gestor de los habituales de mi notaría, me contó que en su gestoría cuando se busca personal se valora muy especialmente el perfil de los opositores. Es más, me dijo que prefería a un ex-opositor que a un graduado reciente con buenas notas, que valoraba el curtimiento que te proporciona la oposición tanto a nivel humano como a nivel de preparación.

A mi me alegró mucho oírlo puesto que hace bien poco que me contaba una ex opositora a notarías que en sus primeras entrevistas de trabajo había que tenido que escuchar después de un lustro opositando que lo que había hecho no servía para nada.

Yo si el opositor se sobrepone y no se ha quedado hecho una piltrafilla (que desgraciadamente los hay) estoy más en la primera postura que en la segunda. Aunque no se apruebe, la preparación es extraordinaria y se nota. Decía un compañero hace unos días que: “Ningún ex opositor de los que conozco está en el paro ni cobrando poco”. Hablábamos de opositores a registros y notarías.

Unos días después me llegó este comentario:

“Hola Justito: Buscando sobre información sobre poderes preventivos me topé con tu blog y tu referencia al libro que has escrito y despertaste en mi muchos recuerdos. Yo preparé tres años y medio las oposiciones a notarías y las dejé. Nada que ver con tu gesta. Para mí ambas fueron las mejores decisiones que he tomado en mi vida profesional. La primera, estudiar las oposiciones, porque conseguí los conocimientos que la carrera no supo proveerme, conocimientos que me permitieron entender verdaderamente el derecho y como está articulado, anticiparme a los problemas y encontrar fácilmente las soluciones. La segunda porque supe reconocer mi verdadera vocación, el ejercicio de la abogacía. El ejercicio nunca habría sido igual de no haber estudiado las oposiciones. Ahora, pasados ya los 50 años con un pequeño despacho en el que sólo contrato gente que haya estudiado oposiciones y una clientela fiel, me doy cuenta que las oposiciones fueron, para mí, el motor de mi vida profesional. Es cierto que suponen una dedicación extrema pero si aprovechas el tiempo te otorgan un nivel de conocimiento y de entendimiento muy por encima de la media en esta profesión. Sólo quería agradecerte la dedicación y tiempo que, al igual que hiciste con las oposiciones, veo que dedicas a este blog y que seguro que será de mucha ayuda no sólo para los opositores sino para los profesionales de este mundo del derecho. Mucha suerte con la venta del libro que imagino que será un éxito habiendo ayudado y ayudando a tanta gente como lo haces“.

Yo le respondí: 

Muchas gracias por tus palabras. Tengo en preparación un post sobre la experiencia profesional (al final ha sido este Opo Flash) y las opciones de los opositores de más o menos recorrido en el caso de terminar la oposición sin aprobarla y tu comentario me viene de perlas porque es estimulante y muy positivo, así que con tu permiso lo utilizaré. Es muy desalentador que los opositores escuchen cosas como que lo que han hecho no sirve para nada cuando se lanzan al mercado de trabajo. Es como si la única salida a opositar fuera aprobar y que sin hacerlo solo hubiera un enorme abismo. Hay que desdramatizar el dejarse la oposición y tu comentario contribuye mucho a ello. Gracias. En cuanto al libro, la verdad es que creo que aporta algo que el blog no tiene: cuenta de manera ordenada mi oposición desde el principio al final con lo que se aprecia mucho mejor lo durísimo y largo que fue el camino.

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Termino con este reciente artículo que confirma la idea: Opositores fallidos, caballos ganadores en los bufetes

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11 comentarios

  1. EL HIDALGO OPOSITOR

    Sir Francis de Luna y Lago,
    el hidalgo opositor,
    fortuna y honor perdidos,
    se entregó a una oposición.
    Lejos están esos días,
    de amores, lances y risas;
    sólo ya vagos fantasmas,
    en sus noches de vigilia.
    ¡Recuperar honra anhela,
    vuelva a lucir su blasón!
    Toda su esperanza puesta,
    en la “puta” oposición.
    Nobles y gentiles damas,
    que en su día despachó,
    con otros yacen ahora,
    de más baja condición.
    ¡Es la Ley Hipotecaria
    quien reclama su atención,
    ni miradas ni requiebros
    de hembra alguna, insinuación!
    Y requerido en amores,
    a todas responde igual:
    “Con vos no puedo casar,
    ni pasar por vicaría,
    no sin antes aprobar,
    registros o notarías”.

    • Hola Frank:
      Me encanta y no me sorprende que atesores muchas virtudes aunque seas “hidalgo venido a menos” por las circunstancias.
      No sé si es nueva o ya la habías escrito, pero gracias por compartirla por aquí.
      Un abrazo y ánimo, Justito El Notario.

      • ¡Ay…! Son de esos momentos que, entre legados y reservas, la Musa me posee, me da la risa, y tengo que escribir…

        Gracias por disponer de este rincón, y un muy fuerte abrazo.

        Sir Francis.

  2. DE EX-OPOSITORA DE NOTARIAS A OFICIAL DE NOTARIAS

    Estuve opositando durante 8 años, y al final lo deje, como decías en un post “el cuerpo me lo pedía”, llego un momento que no podía más. Fueron momentos duros porque al principio piensas que has malgastado 8 años de tu vida, la gente de tu alrededor ya tiene trabajo, casa, coche, hijos y tu nada.

    Así que me tome en un par de meses de relax para pensar que hacer con mi vida. No quería ejercer la abogacía, nunca me ha llamado la atención; tampoco quería volver a opositar a otra cosa, aunque mucha gente, entre ellos mis padre, te suelen decir que oposites a otra cosa mas facilita, y casi caigo en la tentación empece a estudiar para secretario de juzgado, a las dos semanas pensé… si es que estoy peor que antes, estudiando y encima algo que no me gusta. Así que cogí el ordenar escribí mi curriculum de medio folio y me fui a todas las notarias de la zona.

    A los 10 días me llamaron de una Notaría para un entrevista, eramos varios candidatos pero el notario me cogió a mi por haber estado opositando. A lo largo de los años me han llamado de otras notarias que todavía tenían mi curriculum de opositor para que fuera a trabajar.

    Con todo ello, quiero animar a las personas que no se han decidido a opositar a Notarias o Registros, para que lo hagan y para que no tengan miedo de que si no lo sacan que sepan que de ninguna manera han perdido el tiempo. Han estado formándose. Y eso les ayudará a encontrar un buen trabajo en el futuro.

    Ahora que conozco más el mundo de las notarias, muchas de mis compañeros de profesión, han sido también ex-opositores. Creo que no hay notaria, o casi no hay una notaria donde no esté algún trabajador que sea ex-opositor.

    Mucho ánimo a todos, sobretodo en estos momentos tan duros y gracias a ti por este Blog y por todos los consejos que das.

    • Buenas tardes Alejandra.
      Gracias por tu testimonio que creo importante pues muchos que piensan dejarlo o lo han hecho y encuentran consuelo, seguro que se animarán.
      Supongo que habrás leído este post:
      https://www.justitonotario.es/lo-mismo-un-burro-que-un-gran-profesor/
      Reconoceré, no obstante, que a mi me horrorizaba pensar en dejarlo, en no conseguirlo. No veía otra salida salvo trabajar en la notaría de mi padre y esto era un consuelo pero bastante relativo para mi. Tal vez ese horror me hizo aguantar todo el tiempo que aguanté pasándolo tan mal como lo pasaba. No sé …
      Desde luego ahora tengo claro que mi formación era importante aunque no hubiera aprobado y que me hubiera manejado muy bien al otro lado de la mesa trabajando con mi padre.
      Lo dicho, gracias, saludos y hasta otra. Justito El Notario.

      • Buenas, Justito.

        Me llamo Jaime y acabo de encontrar tu post.

        Me encanta! La verdad es que das una visión de la oposición que es realmente buena.

        Te comento mi caso brevemente y te hago una pregunta que no sé a quién más hacérsela.

        Oposito a registros y no he firmado está oposición. Llevo aproximadamente año y cuatro meses.
        Mi preparador me anima a presentarme a Notarias con todo (para ver si hay suerte, o como dice él, “meter la patita”) porque cree que serán en Marzo de 2024 y no en Septiembre de 2023.

        ¿Tú como notario has oído algo? ¿Sabes si va a ser así o, por el contrario, van a ser en Septiembre? Imagino que la decisión ya estará más o menos encarrilada. De ser en septiembre tendría que publicarse la convocatoria en el BOE a finales de enero o principios de febrero (?).

        Gracias por responder y muchas gracias por ser un apoyo en la sombra.

        • Buenas tardes Jaime:
          Gracias por tus palabras.
          He escrito mucho sobre lo que me preguntas (salvo rumores) en el blog en mi libro (“Nada antes que opositar”) que te aconsejo te compres si es que no lo tienes.
          ¿En resumen? Que antes lo hacían unos pocos y ahora muchos mas y que hay gente a la que alternar le va de maravilla y gente a la que alternar les viene fatal. Yo no iría a por “todo”, mas bien iría a probar y en modo “experiencia” y si consigues todo, pues magnífico. No es un disparate conseguirlo pero con el tiempo que llevarás sí que te digo que no es fácil conseguirlo.
          De rumores te diré que manejo tres: oposiciones en Barcelona, convocadas antes de lo previsto y con la intención de conseguir reducir el tiempo entre una y otra convocatoria.
          Ánimo y saludos afectuosos, Justito El Notario.

  3. Me extraña como un post tan crudo y revelador, apenas tenga comentarios
    Me ha encantado, y me siento representado en ese % que dejó a su compañía al comienzo o durante la dura e incierta travesía del opositor.

    Al final, todo pasa, antes o después, incitado por una u otra parte, argumentado en falta de de variedad o de cantidad, principalmente de : cm, o de ceros en la cuenta corriente o de ambos

    Abrazo

    Blakky

  4. Buenas tardes,
    he estado viendo tu blog y la verdad es que ayuda muchísimo. Yo empece a estudiar con Mercantil y ahora estoy con civil, llevo desde noviembre estudiando y voy a 4 temas por semana de civil, no se si eso esta bien o esta mal… cuanto es lo normal por semana?
    Muchas gracias

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