recuerdos de la oposición

“Opoviajes”: Recuerdos de mis viajes para examinarme

 

Ahora que ha comenzado registros y hay que pensar en el viaje, aunque hayan cambiado muchas las comunicaciones y las convocatorias, ahí van mis recuerdos sobre esta faceta de la oposición: el viaje para examinarse.

Hoy en el coche, que es mi segunda oficina, me he puesto a pensar (creo que a propósito de la canción Ciudadano Cero de Sabina) en los hoteles de Madrid y Barcelona (las dos ciudades en que me examiné, tres veces y una vez, respectivamente) en los que me acomodé a la espera de que me tocara el turno de examinarme en cada una de las cuatro convocatorias a que me presenté. Puede que me haya equivocado en algún detalle pero es lo que he conseguido recordar con la ayuda de mi mujer y de mi madre que fueron mis principales acompañantes (de hecho, mi madre me acompañó la docena de veces en que tuve que viajar para examinarme). Este post de recuerdos es un ejercicio de memoria y una mezcla entre el Opositare y el Manducare.

 

Primera convocatoria, primer ejercicio

 

Hotel Convención, Madrid. Recuerdo una anécdota tonta de aquella estancia en el Convención al que creo que llegamos sin estar yo aún convocado (las cosas eran antes considerablemente distintas). Una vez que había terminado de comer o cenar me entorpecía la bandeja que el room service me había llevado a la habitación, así que a la espera de que vinieran a buscarla, tiré por el váter la macedonia que me había sobrado del postre. La cisterna no tenía mucha fuerza, el váter era antiguo y organicé un lío considerable. Menos mal que mi hermano que hacía de compañero de habitación también hizo las veces de fontanero para que el agua no nos inundara el cuarto. El aprobado de este primer ejercicio, lo celebramos cenando en el Hogar Gallego, un restaurante en la Plaza del Comandante de las Moreras, próximo a la Plaza Mayor, que a mi padre (que no vino) le encantaba y en el que nuestra familia se había reunido y se siguió reuniendo muchas veces durante muchos más años. Lástima que ya no exista. Me acompañaron en aquella ocasión mi madre, mi hermano y mi novia, además de MAC, mi preparador, y su mujer que no se vinieron a la cena que comenzamos con unas nécoras como puede apreciarse en la fotografía que es una de las pocas que tengo (vinculadas con la oposición) de mi larga etapa de opositor.

 

Primera convocatoria, segundo ejercicio

 

Hotel Palace, Madrid. No recuerdo que cable se nos cruzó para hacer este dispendio, pero me recuerdo allí  instalado y vestido con mis viejos zapatos,  aquel jersey con un agujero en el codo que era más grande que el propio codo y con un pantalón de chandal raído, comiendo o cenando en manteles de hilo y con cubiertos de plata (por supuesto en la habitación, que tampoco estaba yo tan loco como para pasearme así por las zonas comunes). En fin, no aprobé aquel examen, pero salimos a cenar tras el suspendo a un sitio probablemente próximo al hotel cuyo nombre no recuerdo por aquello de que Mac (¿y su mujer?), había venido a acompañarme y teníamos que pasar el rato (el mal rato) juntos de algún modo. Los acompañantes fueron los mismos que en el primer ejercicio, con la duda de la mujer de Mac y añadiendo, casi seguro, a la mujer de mi hermano. Fue récord de acompañantes.

Luego vino la convocatoria de Sevilla que firmé pero a la que no me presenté por imposibilidad psiquiátrica … aunque asistí a los exámenes de mi hermana que aprobó en esta convocatoria,  alojándonos hasta cuatro veces (bueno, yo me salté el cuarto … demasiado doloroso para mi) en el Hotel Derby por su cercanía al Colegio Notarial. Alguna celebración cayó entonces en un conocido restaurante a la ribera del Guadalquivir, casi enfrente de la Torre del Oro, al que he vuelto años después y que ya no estaba el nivel que entonces tenía.

 

Segunda convocatoria, primer ejercicio

 

Casa de mi abuela, Madrid …. total si me iba a retirar, para qué hacer gasto. Creo que mi abuela se había muerto a principios de ese año (¿o fue del año siguiente?). Tenía en su casa una larga galería que estaba en una parte abierta y en otra cerrada y por allí me paseaba haciendo mis largos repasos, con mi novia de animadora y tomándome cada tema. No olvidaremos nunca ninguno de los dos aquel, “sigue, sigue” con el que me estimulaba cuando yo me quería parar porque no recordaba alguna parte del tema que estaba cantándole. El examen fue por la mañana (creo que ha sido la única vez que me he examinado por la mañana, aunque no estoy seguro) y nos apañamos después comiendo en un Vip`s. Estábamos tan contentos y alucinados que fue uno de esos escasos días en los que a mi me bastó aquello de “comer cualquier cosa”. En esta ocasión fuimos los tres de siempre: mi Señora Madre, mi novia (que pronto iba a ser mi mujer) y yo.

 

Segunda convocatoria, segundo ejercicio

 

Hotel Los Linajes (tal vez se llamara Los Condes y no Los Linajes), Calle de los Libreros, Madrid. Una recomendación que mi madre nunca olvidará. Siempre se refiere a este hotel como el zulo y recuerda con cariño al compañero opositor que nos mandó allí diciendo que estaba muy bien. Por lo visto, había estado él unos días o semanas antes porque había ido a Madrid a escuchar exámenes. Nuestros criterios no coincidían y tiene el honor de haber sido el peor hotel en el que estuve durante mi largo periplo de opositor. Solo poner el pie en la calle daba un poco de miedo y el interior estaba casi a la par. Fue la primera vez en que fui solo con mi madre a examinarme y no recuerdo ningún detalle gastronómico.

 

Segunda convocatoria, tercer ejercicio

 

Hotel Tirol, Madrid. Lo elegimos porque la Escuela de Ingenieros Navales (dónde se hizo el dictamen) estaba bastante cerca y nos venía muy cómodo. Recuerdo una habitación con forma de L con dos camas y un enorme radiador. También recuerdo mi caja metálica azul en la que transportaba mis materiales para el dictamen. Mi madre y mi mujer volvieron a ser mis acompañantes y mataron el tiempo como pudieron (haciendo alguna compra) durante las seis largas horas de examen. Tampoco recuerdo detalles de otro tipo, aunque tal vez fue esta la vez en que fuimos en tren al examen, viajando de noche. No pude dormir nada bien en el coche cama por el traqueteo y por las continuas paradas y al llegar al hotel tuve que pegarme una siesta mañanera. También fuimos y volvimos en tren a Barcelona todas las veces en que me examiné allí en la siguiente convocatoria.

 

Segunda convocatoria, tercer ejercicio, lectura

 

No recuerdo absolutamente nada que no sea la lectura del ejercicio de la que hablé aquí. Sí que recuerdo que también fui solamente (por segunda vez) con mi madre.

 

Tercera convocatoria, primer y segundo ejercicio

 

Hotel Ambassador, Barcelona. Guardo pocos recuerdos de este hotel. Casi el único que me viene a la memoria es que conocí allí al padre de mi compañera de promoción (aunque aprobamos los dos en la siguiente), Ángeles García Morlesín con el que estuve hablando de nuestras respectivas trayectorias.

Para celebrar uno de los dos aprobados fuimos al Merendero de la Mari, pero no recuerdo en que ejercicio de los dos fue. Tal vez fuéramos las dos veces y por eso me confundo. Sí me acuerdo de que bebimos Ermita de Espiells y de que era de día y no de noche, lo que me induce a pensar que también pude haberme examinado por la mañana en esta ocasión.

Mi madre y mi mujer volvieron a ser mis acompañantes.

 

Tercera convocatoria, tercer ejercicio (práctica y lectura)

 

El Ambassador estaba lleno, así que nos fuimos a otro que estaba al lado (Hotel Silken Ramblas, actualmente y entonces Hotel Turín). Ocupamos una habitación triple con mi madre y mi mujer. ¡Vaya trío¡ Años después he vuelto para alojarme allí en la noche previa a la salida desde Barcelona (a donde habíamos volado desde Menorca donde estaba destinado) para un viaje a Milán con mi madre, mi mujer y mi hijo. La noche que hicimos el dictamen, muchos de los opositores salimos juntos de juerga. Era San Patricio (17 de Marzo) y recuerdo especialmente de aquella noche a José Pascual (que no paraba de hablar del examen), a Rafa Ferrer, a Michel, a Sandra, a Pepe Orozco y a otro compañero de Jaén que creo que no llegó a aprobar las oposiciones. Estuvimos en locales de la zona del puerto y no me suena haber cenado. También estuvimos por la zona de Las Ramblas.

Aquella noche fue muy larga. Llegué de día al hotel, desayuné (hasta huevos fritos con bacon) y me fui a dormir. Mi mujer se marchó esa mañana y mi madre y yo nos quedamos unos días en Barcelona hasta que me tocara leer. Andábamos perdidos ella y yo por la ciudad, esperando mi turno. Hasta fuimos al zoo a ver a Copito de Nieve. Frecuentábamos el buffet de Le Meridien (en el que coincidí con el tribunal antes de algún examen) y otro local que se llama La Poma, en plenas Ramblas. El dictamen se hizo en el Palacio de Congresos de Cataluña, junto al Hotel Juan Carlos I. Nos convocaron el 17 de Marzo de 2001 a las 15 horas.

Unos días después fue la lectura de la que también hablo aquí y el regreso a casa para esperar la nota. Las notas salieron el día de mi cumpleaños. Cumplí los 33 años (los de Jesús …) con un suspenso en el tercer ejercicio que ya era el segundo de mi largo historial con el dictamen.

 

Cuarta convocatoria, tercer ejercicio

 

Tenía reserva de nota de los dos primeros ejercicios, así que me planté junto con otros ocho compañeros suspensos en el dictamen de Barcelona en el tercer ejercicio sin pasar por los dos primeros. No recuerdo el nombre del hotel en que estuvimo,s pero diría que estaba por la zona de la Calle Orense. Tengo una imagen en mi cabeza de la habitación y del cuarto de baño. Me duché antes del examen y me froté la cara tan fuerte, dándome a mi mismo unas bofetadas, que tuve las cejas irritadas durante unos días. En esta ocasión vino mi hermana María, que ya era Notario desde hacía unos cinco años. El dictamen tuvo lugar en la Facultad de Derecho. Mi madre, mi mujer y mi hermana anduvieron de compras mientras yo pasaba el purgón de mi decisivo examen. Al terminar el examen yo no quería ni hablar, salimos disparados de la Facultad y volvimos al hotel donde yo seguía sin querer decir nada a nadie. Me encerré en el baño y supongo que me relajé tras hablar con algunos de mis compañeros. No recuerdo nada de la cena, si es que la hicimos que imagino que así fue.

 

Cuarta convocatoria, tercer ejercicio, lectura

 

Volví de nuevo a Madrid unos días después con mi madre y tengo escasísimos recuerdos de aquel día. Los que tengo, también están contados aquí.

 

Cuarto ejercicio, práctica y lectura

 

Hotel Convención, Madrid. Sí, todo terminó donde había empezado casi once años después de comenzar la oposición. Entonces ya no hubo macedonia. Lo que hubo fue una cena de los aprobados con los tribunales que se celebró en el Hotel Tryp Reina Victoria en la Plaza de Santa Ana. Comenzó a las 21:30. La jarana terminó bastante horas después. Creo que a la última compañera que vi aquella noche (bueno ya era de día) fue a Susana Garzón a quien dejamos cerca del Congreso continuando mi mujer y yo en el taxi que los tres habíamos compartido camino del Hotel Convención. Mi madre estuvo en este viaje como no podía ser de otro modo y también vinieron con nosotros mi cuñado y su mujer.

Después vinieron muchas celebraciones … que ahora son recuerdos

 

Sin demasiado esfuerzo he encontrado recuerdos y fotografías de la que se hizo en el Casino de Madrid y que organizaba Columela; de la que celebré con todos mis amigos y que terminó en la Isla Perdiguera; de la de José Luis en Valencia; de la de Manu Cánovas (en la que estuvo Zetacé que aprobó un par de convocatorias más tarde) o de las que hice con mis padres.

Pocos días después hicimos el primer viaje tras el aprobado. Unos diez días en Cuba con mi compadre José Luis y nuestras mujeres que, sin duda, representaron el comienzo de una nueva etapa de nuestras vidas.

 

Mi padre

 

No, mi padre nunca vino a mis exámenes. A él le quedó reservado el honor de ser quien me dijera: “Miguel, ya eres Notario”. Fue el 29 de Junio de 2002.

Puede que cuando mi mujer, mi madre y el resto de mis acompañantes y compañeros lean estas líneas, completen mis recuerdos con alguna cosa que me refresque la memoria.

Este post no podía dedicárselo a otra que no fuera mi madre….

 

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

5 comentarios

  1. Paz Crespo del Campo

    Que Trágicamente bonito todo..d verdad.Las oposiciones son tan tan duras q sólo los que las hemos vivido creo podemos entenderlas.
    La mía(quería ser Fiscal),q al final,en el momento final no pude sacar por el exceso de deseo,ansiedad,terror y todo lo q se puede denominar como Miedo Insuperable,no era tan dura pero tb curte.
    Mi Padre,luchador incansable y hombre trabajador cmo nadie,tb opositó a Notarías para seguir la estela d mi abuelo,injustamente no las sacó,a Eĺ le ha pesado siempre,pese a q por su enorme capacidad d trabajo,sacrificio y tesón le ha ido Bien,con sus 88 años tdavía lleva esos recuerdos,vivencias e ilusiones dentro,amaba ser Notario y hbiera sido Fabuloso,a su saber se une su deseo de ayudar a la gente,su capacidad para las relciones sociales,su generosidad,su honestidad..todo lo que un Buen Notario h d tener.
    Nada más,un recuerdo a mi Padre, Enhorabuena Justito por ser eso q amas,Notario y Gracias por compartir estas vivencias.
    Buenas noches,

    Paz

  2. Juan Pedro Lamana Pedrero

    Estimado Justito, el otro día me dice mi hermana María José: estoy intercambiando en Facebook unos «posts» muy interesantes con un compañero tuyo con el que “coincidiste” (de forma genérica, como opositor) en la tuya: Justito El Notario.
    Me dije: “Justito el Notario, qué raro, voy a investigar”… Y me encuentro con estas entradas tan jugosas y esta historia vital tan ejemplar.
    Para mí, Barcelona 2001 fue la primera y, a Dios gracias, la única, porque la experiencia del dictamen es una que me complace no haber tenido que repetir. Según recuerdo, el Ambassador y el Le Meridien estaban casi enfrente, entre la Rambla de los Estudiantes y la Calle del Notariat, donde nos examinábamos (sede del Colegio Notarial). La antesala del salón de exámenes de mi tribunal era contigua a la biblioteca. Allí, junto a la estatua de San Juan Evangelista, la tensión podía cortarse con un cuchillo. Yo solía bajar a la planta de abajo para esperar en la zona de la secretaría, pues era mucho más tranquila. En aquellos pasillos conocí a varios de los que serían compañeros de Colegio (Cáceres, Albacete y Murcia) en los años venideros: Arsenio Sánchez Puerta, Pepe Pérez Ballesta, Sergio Mocholí Crespo…
    Los mejores recuerdos son los del congreso posterior en junio, en Sitges: la fotito con Vallet de Goytisolo y aquellas noches veraniegas en donde nos juntábamos los de Jaén (Elena, José Pascual, Luis Sánchez, Manolo Cañas y yo) con otros compañeros de Levante: (entre otros) Michel, Antonio Ripoll, y el propio Sergio Mocholí, con quien compartí habitación de hotel aquellos días, y que más tarde sería mi compañero de la Notaría “de al lado” durante varios años, él en Calasparra y yo en Moratalla.
    No me extraña lo de José Pascual, genio y figura, aunque la consigna de los preparadores era: del dictamen no se habla. Él me ayudó mucho en mis primeros días como opositor, compartiendo sus temas conmigo. Pepe Orozco, todoterreno e infatigable, creo que aprobó un par de oposiciones después.
    Desde aquí, un recuerdo y un abrazo para todos.
    El compañero de Cehegín, Juan Pedro.

    • Buenas tardes Juan Pedro:
      Efectivamente he intercambiado un par de mensajes en Facebook con tu hermana (sin saber que lo era) y de hecho he añadido a este artículo de mi blog un enlace que me proporcionó ella:
      https://www.justitonotario.es/enlaces-interes-practica-diaria-notarial/

      Me alegro de que hayas encontrado mi blog en el que prima la Fide sobre el Manducare y la sección Presente Notarial con 258 entradas de un total de unas 1.800. La sección dedicada a las oposiciones anda por las 85 entradas pero ha acabado convirtiéndose en una sección muy conocida, según me cuentan muchos opositores (a lo nuestro y a otras cosas).

      Por lo demás, tus recuerdos ayudan a completar los míos. Mencionas muchos nombres bien conocidos para mi. Arsenio, Pepe (que fue compañero de Facultad), Sergio (con el que actualmente hablo casi a diario compartiendo algunas labores corporativas), Manolo (con el que compartí algunas comidas y cenas estando ambos en Galicia), Michel (compañero de Maristas de mi hermana y amigo desde hace tiempo), José Pascual (que estuvo en Ribadeo cuando yo estaba en Mondoñedo y con el compartí buenos momentos), Antonio (con el que también trato a menudo vía Twitter) y Pepe (con el que también compartí muy buenos ratos en Galicia y que ahora vive en Cartagena como yo). Pepe, por cierto, aprobó como yo en la siguiente convocatoria en el año 2002.

      Gracias por tu participación y tus recuerdos. Un abrazo, Justito El Notario.

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