Hay que ver las anécdotas lo que tiene uno que aguantar por ser accesible y campechano.
Durante la firma de una escritura que tuvo que afinarse lo suyo y que tenÃa a algunos otorgantes ya bastante desesperados, uno de estos ofreció caramelos a los demás. Entre los que los cogieron estaban una madre y su hija. Cuando terminó el otorgamiento y me dirigà a ambas para despedirme dándoles la mano, la hija me va y me pone el papel del caramelo en la mano. La madre inmediatamente me lo cogió de la palma de la mano y se disculpó. La chica dijo “es una broma”.
No sé si fue el mismo dÃa, pero el otorgamiento al que ahora me refiero fue igualmente complicado. Que si el del Banco no puede/quiere venir a cancelar la hipoteca, que si declararé y pagaré el impuesto de TPO por menos de lo que pago, que si el certificado de deudas de la comunidad está fotocopiado y no tiene las firmas precisas, en fin, que hubo que emplearse a fondo para que todo tuviera un final feliz. Cuando llegó el momento de firmar, señalé a la primera persona que iba a hacerlo, el lugar dónde querÃa que estampara su firma. Como si lo estuviera esperando me espetó “¿y no puedo firmar aquÃ?“. Señalaba un par de centÃmetros más arriba de dónde yo le indica. Me pareció muy feo el gesto de desconfianza hacia mi, después de haber puesto todo de mi parte para que su escritura se firmara a pesar de los diversos inconvenientes surgidos, asà que respondÃ: “Señora ese par de centÃmetros que le pido respetar son para las correcciones de los errores que han surgido durante la firma; serÃa un delincuente si me dedicara a modificar algo que no hubiera sido lo que ustedes habÃan otorgado, ¿no cree?“. Como la gente no se corta un pelo y los sin filtro acechan por doquier, la Señora no se azoró lo más mÃnimo. Yo, sin embargo, me quedé apesadumbrado.
“¿Quién tiene prisa?” – pregunté en un otorgamiento con una cifra récord de otorgantes (al menos en mi notarÃa). Me habÃan dicho que los de la prisa eran tres, pero al preguntarlo levantaron la mano la mitad de los presentes. Asà que volvà a preguntar: “A ver, ¿quién tiene prisa de verdad?” Al instante, los mismos volvieron a levantar la mano. Asà que dije: “Entonces yo también tengo prisa” y levanté también la mano. Cuando me doy la vuelta y vuelvo hacia mi despacho uno me dice: “Entonces, ¿para qué preguntas?”. Simplemente se trataba del otorgamiento de un poder para pleitos por cincuenta personas y de que se fueran despachando antes los que tenÃan prisa (firmo y me voy, firmo y me voy …), pero ya no hay filtros y la gente no tiene compostura, ni educación. ¡Qué razón tiene el tango¡. De todas formas yo ya desde lo del bocadillo me espero cualquier cosa. Hace pocos dÃas no fue un bocadillo, pero un tipejo bebÃa agua en mi despacho de una botella de litro y medio mientras firmaba la herencia de su padre. Lo hacÃa como si antes hubiera corrido una maratón o viniera de pasar una semana en el desierto del Sáhara. Yo leÃa y explicaba y el tipo bebÃa y bebÃa agua sin parar.
La verdad es que más que en Chistes y Anécdotas, todo esto lo hubiera podido recoger en la sección impertinencias.
Anécdotas de correctores
Satán ronda por algunas escrituras en las que una entidad pasa de ser una entidad denominada a ser una entidad demonizada.
“Una vez vino un cliente que en vez de “lindar” … “brindaba”. Asà que todo era brindo por el Norte, brindo por el Sur, brindo por el Este. Me dieron ganas de sacar la botella”.
Profesiones
ComodÃn zapatero. Yo a partir ahora voy a decir que soy Notario comodÃn. Evidentemente no por estar cómodo, que lo estoy, sino por hacer un poco de todo en mi despacho.
Titulares
Tan breve, tan breve, que no se sabe si los Notarios somos los abusadores o los abusados.
Viejos derechos
En las viejas escrituras de la Señora Misteriosa me encuentro con algunas rarezas:
- Dentro de cuyo perÃmetro existe una bodega con prensa y cubo, con sus tablas y una cueva.
- Tiene derecho al abrevadero y paso al camino de XXX, por la finca de XXX, según resulta del tÃtulo.
- Según manifiestan, se halla atravesada de Este a Oeste, por camino.
- Tiene derecho a la balsa y al agua amarga de la rambla.
- En esta finca se halla una pajera y una cueva habitación, que tiene salida por delante a la izquierda, con dirección al pozo, y por detrás a la derecha, por el linde de la propiedad de xxx, al salir al camino de xxxx, cuya servidumbre la tienen que sufrir entre las dos propiedades.
- Esta finca tiene derecho a utilizar las aguas de la balsa y las amargas de la rambla, y a extraer piedra de yeso sin abonar cantidad alguna de una finca perteneciente a xxx, sita en el xxx, llamada de xxx.
Teatro “Cofidis”
Por cierto, ¿por qué la señora del cartel lleva unos calabacines o pepinos en la mano?
La mujer de un Notario
Humor en carpetas notariales
Llega a mis manos el reverso de una carpeta notarial con un toque de humor. No sé si se trataba de una herencia, asà que tampoco sé si el chiste es diferente para cada tipo de acto o negocio jurÃdico. Tal vez sà  que lo sea por las grapas que pueden verse o tal vez se tratara de un caso especial.
Gracias a todos por las aportaciones.
¡Nos vemos en el Episodio XLVI¡Â
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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