Domingo 5
Comimos en una gasolinera a la salida de Sevilla en dirección Badajoz. Tras un dÃa de calor extraordinario llegamos al Hotel Badajoz Center. Nos instalamos y pasamos el resto de la tarde en la piscina. Luego salimos a dar una vuelta. La temperatura era extraordinaria, extraordinariamente alta quiero decir. Llegamos a ver un termómetro marcando los 47º. Anduvimos por el Paseo de San Francisco, la Plaza de la Catedral y el Ayuntamiento, la Calle de San Juan, la Plaza Alta y llegamos a La Alcazaba al lado de cuyas murallas cenamos en una taberna. Se me antojó el cochifrito y lo pagué caro al dÃa siguiente. Además hubo un buen queso y algo de jamón y unas croquetas de boletus que no nos gustaron demasiado.
Lunes 6
Nos despistamos con el horario del desayuno y el hotel tuvo a bien dejarnos desayunar en cafeterÃa a cuenta del buffet que ya habÃamos pagado. Tomamos el camino de Portugal bajo el mismo calor asfixiante del dÃa anterior. Pasamos por Elvas y llegamos a comer a Évora. Allà nos encontramos con Casa Gonçalvez que nos atendió estupendamente aunque yo estaba en baja forma tras el cochifrito de la noche anterior (y demás excesos veraniegos …). Tras la comida continuamos camino hacia Montemor-o-Novo. Nos alojábamos en un fantástico hotel en el que disfrutamos del resto de la tarde, con merienda cortesÃa de la casa y bañándonos en la bonita y apacible piscina. Cenamos al ladito del hotel en su sitio que se llama A Adega. Menos mal que en el hotel nos advirtieron de que el propietario tenÃa muy carácter porque su recibimiento fue completamente insólito. Por si alguien se acerca que sepa que se lo podrÃa aplicar aquello de “perro ladrador, poco mordedor”. Primer encuentro veraniego con el bacalao. Lástima que no me encontrara aún en plena forma. ¡Maldito cochifrito¡
Martes 7
Nada importante que contar, excepto que llegamos a la Quinta da Várzea do Farelo, destino final de nuestro viaje.
Miércoles 8
Comenzamos la exploración de la costa portuguesa allá donde la dejamos en 2017, esto es, en los lÃmites del Alentejo y el Algarve. El dÃa estaba ventoso y tras un rato corto en la playa de Carrapateira nos situamos en el “Micro Bar” de esta pequeña pero animada población. Tras la comida volvimos a casa, sin prisa, haciendo paradas, a fin de disfrutar de la Quinta y hacer una buena cena en casa.
Jueves 9
El destino del dÃa era la Vila do Bispo. Esta pequeña población tiene buenas y variadas opciones para comer. Nuestra elección fue la Ribeira do Poço. Primer encuentro veraniego con los percebes. Por la noche nos encontramos con el Algarve en estado puro (es decir, todo a reventar …). Las céntricas y aborrotadÃsimas calles de Alvar Praia eran un auténtico hervidero de gente (especialmente británicos). Nuestra elección fue A Lota, donde nos acompañó un magnÃfico bogavante que perfectamente podÃa haber pasado por gallego.
Viernes 10
Otra vez hacia el cabo, aunque en esta ocasión llegamos hasta él. La elección para comer fue “Nortada” en la también ventosa y gélida Praia do Martinhal que dispone de un magnÃfico y blanquÃsimo arenal. A pie de playa hay un hotel que debe tenerse en cuenta por los viajeros que lleguen hasta este finis terrae de nuestra vecina Portugal. Para la cena aún nos quedaron fuerzas para echar algunas viandas a la barbacoa.
Sábado 11
Tras pasar el dÃa tranquilamente en la Quinta, nos acercamos a cenar a Lagos. Hubo que complacer los caprichos de Justito Junior y nos ubicamos en un buffet libre japonés. Lagos tiene una fantástica animación y hay mil sitios en los que sentarse. Eso sÃ, sin reserva hay que olvidar los más reconocidos y, por supuesto, hay que contar con los horarios de comida y cena de nuestros vecinos.
Domingo 12
Fuimos de nuevo a Alvor Praia. Allà contratamos una excursión a las cuevas de Carvoeiro para el dÃa siguiente y luego nos fuimos a la playa. Comimos en el restaurante playero del Hotel Penina, dónde nos encontramos con un ingeniero de Badajoz casado con un portuguesa que hablaba por los codos, pero que tenÃa una interesante y amena conversación. Por la noche, en la Quinta, repetimos con la barbacoa.
Lunes 13
Tras la magnÃfica excursión a las cuevas de Carvoeiro, nos vinimos a la Quinta y tras un buen rato de piscina nos fuimos a pasar la tarde a Silves donde nos encontramos con una magnÃfica feria medieval (la tercera más importante de Portugal según nos dijeron). Cenamos en el Café Inglés donde nos podÃan haber avisado de que abajo tenÃan una carta más extensa y no solo las pizzas (muy buenas, desde luego) que tenÃan en la terraza. Luego disfrutamos del ambiente de la feria y de la música y el baile durante un buen rato. Un imprescindible si anda uno por esas fechas del ferragosto, por estas tierras portuguesas.
Martes 14
De nuevo nos quedamos en casa a disfrutar de la piscina y a descansar. Después de la comida nos fuimos a una excursión de pesca. Embarcamos en Alvor y nos llevaron a escasa distancia. Éramos nueve personas más el capitán y un marinero. Pescamos los tres, aunque yo, con mi congénita falta de destreza, solo pesqué un pescadito. Todo fueron caballas que constituyeron la cena del dÃa siguiente. Este martes cenamos en el precioso pueblo de Ferragudo que ha sido de lo más auténtico que hemos visto por aquÃ. El sitio era Marisqueria Mare Mari o algo por el estilo. Segundo encuentro con los percebes. Tras un breve paseo por el pueblo con las habituales quejas de Junior, regresamos a casa.
Miércoles 15
Carvoeiro, Benagil y Lagoa, todo de pasada. Gran impresión de Carvoeiro y floja de Lagoa, una más de ciudades desiertas en el verano portugués, aunque esto sea insólito en el Algarve. La Praia da Marinha que dicen que es una de las mejores del mundo, fue para nosotros absolutamente decepcionante. MuchÃsima gente, muchÃsimos coches, muchas algas, unos buenos tramos de escaleras y … encima … marea alta. Hay que intentar visitarla con otras condiciones. A la vuelta y mientras disfrutábamos de la piscina y pasábamos otro magnÃfico momento en familia, un accidente con final feliz. Justito Junior impactó, al tirarse a la piscina, su mandÃbula sobre mi cabeza. El golpe le dejó un diente bailando y tres o cuatro más también afectados por el golpazo. Todo se solucionó en un par de horas angustiosas, gracias a la ayuda de José y Luisa, los dueños de la Quinta. A la vuelta de la clÃnica dental Smile-on cenamos en casa las caballas de la pesca del dÃa anterior y algunas otras cosillas. Bueno, Justito Junior tuvo que conformarse con cenar gazpacho y helado debido a su lesión.
Jueves 16
Por la mañana nos fuimos de nuevo a la playa de Alvor, pero a una zona mucho más interesante. Agua (congelada) y arena perfectas y, además, poca gente. Regresamos tarde a comer en casa. Lo de los horarios aquà es de traca: no reservan, no aceptan tarjetas, cenan y comen pronto, cierran las cocinas a horas ridÃculas, vas a sentarte y no puedes sin reserva, pero luego ves como se sienta otro sin ella o que empieza a cenar a las diez cuando a ti te han dicho que no. A mà me parece anárquico …. Tras una tarde de piscina nos fuimos a Monchique. Observamos un valle muy afectado por el reciente incendio y pasamos algo de miedo por la tortuosa y estrecha carretera. No pusimos el pie en tierra al llegar a Monchique pues estaba casi desierto y solo habÃa algo de ambiente en tres o cuatro restaurantes que vimos abiertos pero que no nos convencieron. Tomamos rumbo a Portimao donde encontramos, cerca de A Rocha, una zona muy ambientada en la que era imposible aparcar por lo que nos fuimos hacia la zona ribeirinha en la que habÃa algunos sitios que tampoco nos convencieron. Llegamos a sentarnos en uno y nos levantamos porque no le hacÃan una simple tortilla al niño a pesar de que estaba en la carta y habiendo dicho que estaba lesionado y no podÃa masticar. Al final regresamos a casa a cenar. En los viajes largos, en las vacaciones modo veraneante estas cosas pasan. No siempre se acierta en todo. No me he levantado de muchos sitios sin comer pero este era uno de los que lo merecÃa. Intentamos cenar en A Oficina, un sitio interesante, de la aldea próxima a la Quinta (Mexilhoeira Grande) pero cerraban cocina a las diez. También lo intentamos en el Solar do Farelo que la cerraba un jueves, 16 de agosto ¡a las 9:20!
Viernes 17
Decidimos regresar a Ferragudo a la zona de la Playa del Castillo. Allà estuvimos tomando el sol, dando un paseo por la playa, cogiendo cangrejos y preparando el clásico Justito Was Here. Estábamos en la idea de comer en la playa, pero al final descubrimos un fantástico restaurante (chiringuito se queda muy corto) y allà comimos. Una de las mejores comidas y ratos de las vacaciones. Vuelta a casa. Piscinita y a cenar en Albufeira (el mini Las Vegas de Portugal). Alfufeira es fascinante, horripilante, apabullante, bulliciosa y divertida, todo a partes iguales. ¡Quien hubiera estado por allà con 25 años menos¡ Esta vez el sitio que elegimos para cenar fue de los peores del viaje.Â
Sábado 18
Dejamos la Quinta y nos encaminamos a Beja. Por el camino paramos en Castro Verde que tenÃa un movimiento inusitado para ser un pueblo alentejano de interior en agosto y a mediodÃa. Rescaté varios libros de la basura (los de la foto) y llegamos a comer a la Pousada de Beja. El colchón de la cama era durÃsimo y descansaba sobre un canapé más duro aún que me hicieron muy difÃcil dormir y descansar. La cama supletoria podrÃa sustituirse por algún tipo de lecho más moderno. Nos dieron una habitación superior pero sin vistas. Ya que habÃa reservado en enero para agosto podÃan haberse marcado algún detalle. No me parece correcto un checking a partir de las 15 horas (o adelantado pero pagando 40 euros) sin considerar a cambio que puedas llegar más tarde y pagar menos en ese caso. Hay que modernizar este tipo de cosas urgentemente. Lo peor, sin duda, el colchón. La cena, tras un paseo por la desangelada city que merecerÃa más cuidados, respaldo y promoción, fue en Dom DinÃs. Estábamos de buen humor y nos pareció que estaba “tudo bem”. No sabÃa la noche que me esperaba. Maldito colchón que hizo desmerecer mi primera estancia en una Pousada portuguesa.
El domingo 19 dormimos en Córdoba
Lo cuento aquÃ. La fase de preparación del viaje la tengo contada aquà y los detalles de la magnÃfica Quinta da Várzea do Farelo están aquÃ. No os la perdáis o casi mejor … que no vaya nadie….
¡Atá sempre Portugal¡ Pienso que en 2020 podrÃamos volver por allÃ, puesto que nos quedarÃa por recorrer el tramo de Albufeira a Vila Real de Santo Antonio, aunque pienso que el gentÃo puede ser excesivo en pleno agosto. De momento, este verano el turno es para Croacia, Eslovenia y algo de Italia.
Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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