En realidad, celebramos el XVIº Aniversario de la toma de posesión de nuestras primeras notarías (que fue el 19/2/2003). El XVIIº Aniversario del aprobado (29/6/2002) será dentro de unos meses, pero queríamos probar con una celebración en el mes de febrero (y no en el de junio) para ver que resultado de asistencia teníamos con el cambio.
Tras la comida y a la hora de los discursos, “decidimos” (bueno, no nos pusimos completamente de acuerdo) que nos volveremos a encontrar para el XXº Aniversario del aprobado. Eso será allá por el 29/6/2022. Son dos años y medio de espera hasta la siguiente. Tampoco es tanto tiempo … Además, en mi opinión, hay que dejar pasar una temporadilla para que tengamos una asistencia de récord en la siguiente, es decir, cuando cumplamos 20 años de profesión. Para entonces, algunos ya habremos atravesado el ecuador de nuestras carreras profesionales.
Según mis cálculos sobre 70 de los 98 que somos en la promoción 2002, hemos asistido a alguna de nuestras siete reuniones de aniversario (Madrid Palace 1, Madrid Palace 2, Madrid Baby Beef Rubaiyat 1, Madrid Baby Beef Rubaiyat 2, Madrid El Oso, Barcelona Sagardi y Madrid Arzábal). Para 2020 situaremos la media en una reunión cada dos años y medio que creo que es una cifra de la que muy pocas promociones podrán presumir. Particularmente me encuentro entre amigos cuando celebramos estas reuniones nuestras. Aspiro a que batamos nuestro récord y a que seamos (al menos) 71 para 2022.
En cuanto a si es mejor celebrarlo en febrero o en junio, he de decir que ha funcionado igual una fecha que la otra. En junio acaban los colegios, empiezan las vacaciones, nos vamos a la casa de la playa, cae algún viajecito y, en febrero, que si los carnavales o que si la nieve, así que los asistentes hemos sido (en número) más o menos los mismos de siempre.
La Ancha
En este viaje nos hospedamos de nuevo en el Hotel Soho Boutique Congreso. La noche del viernes cenamos en petit comité con otro compañero y su mujer en La Ancha (justo en la mesa que está junto a la ventana) que está en los bajos del hotel y que me pareció un sitio altamente recomendable. El local es muy agradable, el servicio esmerado, la carta de esas en las que no sabes porqué plato decidirte y el precio muy razonable. Que recuerde ahora hubo ortiguillas (no se puede dejar pasar la ocasión de comerlas pues escasean en las cartas), unos espectaculares mejillones al vapor, creo que alguna ensalada, el famoso escalope empanado “Armando” (que tienen en formato normal y en formato baby para los que no pueden con el gigante), steak tartare e hígado encebollado. El vino fue (bueno, cayeron dos botellas) un Petit Hipperia 2014. Es un vino que se etiqueta de manera diferente para cada añada como puede verse aquí. A los postres nos dimos al helado de queso con higos (complicado para compartir) y a otra cosa que ahora mismo tampoco recuerdo. Hay siempre muchas opciones en Madrid pero a este sitio tengo ganas de volver. El finalista en esta ocasión fue un local al que le tengo echado el ojo desde hace años y que está muy cerca de este: el Edelwais. La Ancha tiene otro local en Madrid y al mismo grupo pertenecen el Fismuler (famoso por su schnitzel) y La Gabinoteca. De la cena nos fuimos a la cama.
La comida principal fue en Arzábal
Antes de reunirnos con los compañeros para la comida nos dimos un homenaje churrero y luego nos pasamos por el Thyssen a ver la exposición de Balthus. Desde el Thyssen nos encaminamos hacia Atocha donde se sitúa el Arzábal que, digamos, es el restaurante del Museo Reina Sofía. Ya actué allí en otra ocasión. Fue con motivo de la reunión de notarios tuiteros que fue comida y que terminó en cena. Que pena que no se haya repetido el encuentro con lo difícil que es hacer enjambre. En aquella cena (que fue en Arzábal) se cenaron (entre otras cosas) unos callos y esos callos me dieron una noche de pesadilla que nunca podré olvidar. Pero volvamos al aniversario de la promoción …
En Arzábal no nos ubicaron en el sitio que yo esperaba que nos ubicaran. Aquella famosa noche de los callos nos ubicaron en un salón con una gran mesa que, no sé muy bien porqué, pensé que sería el mismo sitio que ocuparíamos para esta ocasión, pero teniendo en cuenta que todavía sigue habiendo bastantes fumadores, la opción terraza no resultó mala, aunque con un extraordinario día primaveral en Madrid, tuvimos temperatura de más en esa terraza/invernadero que no era posible ventilar más de lo que ya lo estaba. Para el Welcome Drink opté por las anchoas del Cantábrico, el vasito de salmorejo con ibérico crujiente y huevo hilado que estaba tan espeso que era imposible de beber y por las croquetas de ibérico con leche de oveja. Para la comida, la elección fueron unas lascas de jamón ibérico puro y unas mini croquetas de marisco. No me di cuenta de haber pedido croquetas por duplicado hasta que estaba sentado en la mesa. Después vino la ensalada con brotes tiernos, salmón, espinacas frescas, vinagreta de trufa y miel que estaba simplemente correcta, a continuación el rapito asado con vinagreta de tomate de tomillo que no me volvió loco y, para terminar (y remontar algo el sky line de la comida) los dados de carne roja y el postre que fue un brownie de chocolate que para mi gusto acabó siendo lo mejor de la comida. Welcome más Menú + 1 copa=79 € por cabeza.
Si tuviera que hacer un ranking entre los cinco locales en los que hemos celebrado nuestras reuniones en todos estos años, teniendo en cuenta que algunos ya quedan muy lejanos en la memoria, lo tendría muy difícil pero creo que Arzábal no quedaría bien clasificado.
Tras la comida, la sobremesa, las copas y las prisas para que nos fuéramos, salimos hacia el Club Hemingway situado en los bajos del Hotel Suecia. La excursión resultó frustrada (aún estaba cerrado) así que vagabundeamos un buen rato por la zona. Nos dio tiempo de tomar algunas cervezas y a picar un poquito antes de la cena que teníamos prevista en Viavélez.
Terminamos cenando en Víavelez
En Víavelez con un menú de 59 € disfrutamos de las patatas a la importancia, el salpicón de bogavante, las croquetas de jamón, el huevo con bacon y sardina y el taco de cochinita pibil. Al postre vino el espectacular sorbete de manzana. Estuvo muy bien el vino y muy bien servido el copazo que (casi) remató la jornada. Me reí mucho durante la cena.
Es mi segunda visita a este local si no cuento la de 2003, cuando cumplí los 35 y aún estaban instalados en su Asturias de origen, muy cerca de Mondoñedo. Víavelez tiene una merecida fama, dicen que tiene una de las mejores barras de Madrid (y mira que eso es difícil) y, por mi parte, merecerá muchas más visitas. Si no hemos ido antes en uno de nuestros aniversarios de promoción, es únicamente porque su local no permite más de 35 comensales y nuestra cifra siempre está por encima de ese máximo. Para la cena, en cambio, siempre queda un grupo de irreductibles mucho más pequeño que encaja perfectamente en su acogedor comedor.
Hasta 2020
Al día siguiente andén, carretera y manta para dormir una reparadora siesta pues la noche se acabó haciendo demasiado larga para nuestras respetables edades y terminó entre mojitos para los últimos de Filipinas entre los cuales no faltábamos los mismos de casi siempre.
Si queréis refrescar la memoria o saber más de la promoción repúblicana, aquí encontraréis la crónica de algunas otras reuniones y eventos:
Discurso XIIIº Aniversario de la Promoción Notarial 2002
XV Aniversario de la Promoción Notarial 2002: Barcelona, 10 de Junio de 2017
Recuerdos de la toma de posesión de nuestras primeras notarías (promoción 2002)
Mis Jornadas de “Nuevos Notarios” (Ávila, 2002)
La promoción notarial “republicana”
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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