Yo creo que no había oído hablar de sistemas de estudio hasta que empecé a relacionarme con otros opositores que no preparaban ni con mi preparador, ni con la Academia a la que estábamos adscritos (es un decir, porque nunca estuve adscrito en realidad, ni me consideré como parte de ella). Yo pensaba que todos estudiábamos más o menos igual. Cuando empecé a tratarme con otros opositores del mundo exterior supe que había gente que utilizaba otros sistemas de estudio. Mi sistema nunca tuvo para mi un nombre, aunque creo que ahora podría referirme a él como sistema mixto. En estos últimos tiempos (desde que empecé con el blog y a volver a hablar de oposiciones casi todos los días y a escribir casi todos los miércoles) incluso he conocido a algunos opositores que se machacan el Código Civil al margen de los temas, cosa que yo también hice pero como medida anti-crisis cuando no conseguía suficiente concentración para abordar los temas y para, al menos, no dejar de seguir estudiando ya que era incapaz de ponerme a hacerlo de ningún otro modo.
Recurro para tratar este tema de hoy a un compañero que prepara, con el fin de recopilar y explicar esos sistemas de estudio y de intentar llegar a algunas conclusiones, aunque lógicamente todo va a depender del “maestrillo y de su librillo” (del librillo de cada preparador) y del encaje en el sistema de cada opositor. Me consta (me consta mucho) que algunos opositores se ven “forzados” a estudiar con sistemas que nos les convencen del todo, con sistemas a los que no adaptan y con los que no conforman ni sienten a gusto, lo que constituye, a mi modo de ver, un error en la preparación porque, y no es la primera vez que lo digo, no somos todos iguales. No todos los cocos funcionan de la misma manera y, en mi opinión, cuando un opositor da muestras de que el sistema que se usa con él no funciona, hay que pasar al plan B, al C o al D. Si hiciéramos una encuesta en el Notariado, estoy seguro de que habría bastante división entre los diferentes sistemas, así que no podría asegurarse que haya uno perfecto para conseguir el propósito final del aprobado.
Veamos lo que me dice ese compañero
“Básicamente hay tres sistemas:
– El primero es el sistema de vueltas, que es el tradicional y que todavía se utiliza por algunos opositores. Consiste en empezar por el Tema 1, luego el 2, luego el 3 y así hasta llegar al final. Cuando se ha acabado el último se comienza la segunda vuelta por el Tema 1. Este sistema tiene el inconveniente de que si ha pasado mucho tiempo hasta dar la primera vuelta al temario cuando vuelves a coger en segunda vuelta al Tema 1 es posible que no te acuerdes de nada.
Imagino que en este sistema, cuando se termina con el Civil, pasas al Fiscal, luego al Mercantil y luego al Hipotecario, porque si esperas a llegar al final para comenzar desde el principio, estoy seguro de que recordarás muy poca cosa.
– El segundo sistema es el acumulativo que consiste en que una semana te estudias unos temas, la siguiente semana vuelves a llevar esos mismos temas más unos temas nuevos; la siguiente todos esos temas más otros nuevos y así sucesivamente. Con este sistema llega un momento en que “te estalla la cabeza” porque es imposible llegar con él hasta al final. Tal vez podría servir para el segundo ejercicio pero probablemente no para el primero.
Por lo que yo sé, es el sistema habitual de alguna Academia y estoy de acuerdo con lo que dice mi compañero, ¿se es capaz de funcionar así con todo un primer o segundo ejercicio?
– El tercer sistema es el mixto o acumulativo parcial o, como me gusta llamarlo a mí, sistema de bloques, que es el que seguía Eduardo Llagaria y el que sigue actualmente la mayoría de los opositores en nuestra Academia. Consiste en estudiar un primer bloque de 24 temas; cuando lo has acabado vuelves a repasar esos 24 temas. Después coges un segundo bloque de 24 temas y lo repasas. Cuando has acabado de estudiar esos 48 temas, de los que ya estarías en su tercera vuelta, vuelves a hacer lo mismo con un tercer bloque de 24 temas y un cuarto bloque de 24 temas, y luego con un quinto bloque de 24 temas y un sexto bloque con el resto de los temas que faltan. El inconveniente que puede tener este sistema es que podrías llevar ya un año de oposición y quedarte temas que aún no te has estudiado nunca”.
Estos bloques de temas, bien podrían ser General, Reales, Obligaciones, Contratos, Familia y Sucesiones.
Mi sistema
El sistema de MAC, mi preparador, no era ninguno de estos, aunque al que más se parecía era al sistema de bloques. Yo empecé en el Tema 1 de Civil y cuando terminé la parte general (la mitad de la primera parte), continué avanzando y empecé a repasar por el Tema 1, de manera que cuando terminé la primera vuelta, llevaba así como una tercera parte de la segunda vuelta. En cuanto terminé con el Civil, me pasé al Fiscal, luego al Mercantil, luego me estudié los 42 primeros artículos de la Ley Hipotecario y finalmente me estudié el Hipotecario. Creo que está todo pormenorizado en este post y en los que enlazan con él.
Para los que estén pensando que no me debió de funcionar muy bien si tardé casi once años en aprobar, les diré que con el mismo sistema mi hermana aprobó a la primera en cuatro años y medio. También les diría que en 1994 (tres años y medio después de aprobar) me estaba examinando del segundo ejercicio y completándolo satisfactoriamente para ese tiempo de preparación, aunque no consiguiera aprobar y comenzaran allí todos mis males y problemas posteriores.
Esta misma mañana me decía un compañero que prepara que él prefiere esperar a que el Civil, que es la base de nuestra oposición, esté más consolidado antes de abordar el Mercantil y el Hipotecario.
El sistema de estudio de los Artículos del Código Civil
Le comento al mismo compañero que algunos opositores, como he dicho antes, estudian el Código Civil antes de comenzar con los temas o aparcan los temas y continúan con el Código Civil, cuando el número de artículos de cada tema comienza a crecer allá por los temas de Derechos Reales. Al respecto, me da también su opinión:
“En cuanto a estudiar los artículos del Código Civil por separado de los temas, más que un sistema lo considero una forma de estudio y considero que es más adecuado estudiarse los artículos juntos a los temas. Lo que sí que decía Eduardo Llagaria (y yo no lo hacía) es que los artículos había que estudiarlos físicamente en el Código Civil y no dentro del tema porque algunos salían en varios temas y así siempre estarían físicamente en el mismo sitio (página par o impar, arriba, abajo o en el medio)”.
Estoy completamente de acuerdo con mi compañero, aunque yo sí que me estudiaba los artículos en el propio código. Es cierto que con este sistema puede conseguirse un amplio dominio del Código Civil. En mi caso, fue lo único que fui capaz de utilizar durante muchos meses, aunque cuando me pasó ya me había presentado a una convocatoria y fue una forma de no dejar el estudio completamente y de evitar que se me fuera olvidando casi todo. Aquello me salvó, pero pienso que con las dificultades que tuve con el dictamen, este esfuerzo memorístico de estudiarse los artículos sueltos, no contribuye a empezar a formar una mente jurídica que sea luego capaz de razonar adecuadamente.
Una variante más
“El sistema que se sigue en alguna otra academia es el de darle una vuelta al Civil y cuando la terminas empiezas la segunda, más la primera de Hipotecario, cuando terminas la primera de Hipotecario, empiezas la primera de Mercantil. El problema es cuando estás en la tercera vuelta de Civil llevas dos años de oposición y la vuelta de Civil se te hace larga porque estás repasando Hipotecario y cogiendo aún mercantiles nuevos, cuando, desde mi punto de vista, el Civil aún no lo manejas lo suficiente”.
Considero valiosa esta opinión que me aportaron hace poco, aunque pienso que este sistema que me comentan es muy semejante (o es lo mismo explicado de otra forma) al sistema de vueltas. Estoy de acuerdo en que con este sistema, puede echársete encima tu primera oportunidad y tener el Civil poco trabajado, aunque el quid de la cuestión está en abandonar el segundo cuando el primero se aproxime para centrarte en él y apretar con el Civil y “que Dios reparta suerte” si los meses que te quedan entre el primero y el segundo no son suficientes para abordar este con garantías. Si es así, al menos habrás avanzado mucho para la siguiente convocatoria.
Por cierto, este opositor no dice nada sobre cómo y cuándo estudiar el Fiscal y el Notarial. Dejárselos para las últimas semanas puede ocasionar un disgusto en forma de suspenso. Además son dos materias tremendamente importantes, pues un opositor y luego Notario que no sepa Notarial y Fiscal es una auténtica bomba de relojería andante.
Recientemente una opositora me ha explicado el sistema que le ha propuesto su preparador para afrontar el segundo ejercicio cuando uno lo tiene poco (o nada trabajado) y dispone de pocos meses para afrontar esta machada.
Este otro es el “sistema de frecuencias”
“Este método se encuentra pensado fundamentalmente para el estudio del segundo ejercicio y, especialmente, para cuando se dispone de poco tiempo para prepararlo sin haberlo estudiado nada (o casi nada) anteriormente. Se basa en meter un tema nuevo de cada uno de los bloques (Mercantil, Hipotecario y Notarial) cada día, para así haberse estudiado todos los temas en dos meses y medio, aproximadamente, pero añadiendo un repaso basado en un sistema de frecuencias de 1 día, 3 días, 5 días, 7 días, 12 días y 15 días, que pueden variarse según el tiempo de que se disponga (y según los temas que se hayan visto antes de encarar la específica preparación del segundo una vez que se ha aprobado el primero). Si tomamos como ejemplo el tema 1 de cada uno los tres bloques, esos temas se estudian el día 1, se vuelven a repasar al día siguiente, se vuelven a repasar tres días más tarde (a contar desde el día en que se repasaron), se vuelven a repasar cinco días más tarde (ídem), siete días más tarde, doce días más tarde, quince días más tarde … y esto hay que hacerlo con todos los temas de cada bloque y con todo el ejercicio. El problema de este sistema es que puede ser agotador como mínimo durante los dos primeros meses y más aún si nunca te has estudiado todos los temas”.
¡Uf¡... agotador y peligroso por el sobre esfuerzo que puede implicar para el opositor que puede, si no aprueba, pagarlo caro (o muy caro) en la preparación de la siguiente convocatoria a la que tiene muchas posibilidades de llegar dada su escasa preparación del segundo ejercicio hasta este momento. La simple planificación sobre el papel de lo que cada día le toca estudiar o repasar a uno, me da la sensación de que ya debe ocupar un cierto tiempo. La sensación de batiburrillo, empanada o ensalada mental tampoco debe ser pequeña, cuando sabemos bien que el tribunal valora nuestras formas que reflejan el dominio (o no) del programa.
Creo que si uno es consciente de que la convocatoria en curso no es la suya (aunque siempre podría serlo …) y se esfuerza sin romperse, este sistema de las frecuencias le puede venir muy bien para dar un fantástico empujón al programa que nos sitúe con todas las probabilidades a la siguiente ocasión. Ojo, por supuesto, con estudiar los temas con palicos y cañicas (con alfileres) porque también puede pasar factura el día en que nos digan que nos han suspendido porque nuestro (o nuestros) temas no han gustado al tribunal.
Esta misma mañana el mismo compañero que he citado al comentar mi sistema, me dice el sistema de frecuencias puede ocasionar una importante descompensación entre los temas del principio, los del medio y los del final. Creo que tiene razón.
Conclusión sobre los sistemas de estudio
Creo que, después de todo, mi sistema (el de MAC) es un sistema muy efectivo, al alcance de cualquier opositor medio y que en un tiempo razonable, te permite tener dominado el temario en condiciones de aprobar. Yo podría haberlo hecho en menos de cuatro años pero un tema malo y un error funesto me llevaron al hoyo en el segundo ejercicio, aunque … siendo realista hubiera necesitado un milagro para aprobar aquel dictamen.
Me quedo para terminar con lo dicho al principio: cada preparador (o Academia) tendrá su sistema, cada opositor su ritmo y su mejor o peor adaptación al sistema. Luego hay que tomar decisiones y apechugar con lo que se decida hacer.
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Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Conocí a un compañero de mi promoción, que empezó a estudiar cada día un artículo del Código Civil desde 2º de Carrera. Cuando la acabó, se sabía prácticamente el Código. Obvio es decir que sacó la oposición de Judicaturas en muy poco tiempo (19 meses).
Un saludo.
Estimado Carlos:
Pues me parece una gran idea. En cualquier caso, el saber no ocupa lugar si finalmente no te decides¡
Gracias por tu aportación, saludos, Justito El Notario.
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Me ha parecido interesantesimo, muchísimas gracias, me ha ayudado mucho
Buenas tardes Marta:
Muchas gracias, me alegro de que sea útil.
A ver si puedo hacer luego un matiz con un par de comentarios que me han hecho luego.
Ánimo si opositas, saludos, Justito El Notario.
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Sí, oposito, precisamente te comenté que mi preparador me había hecho llevar durante meses solamente el código civil, vía instagram, margaraam7. Mil gracias
Hola Marta:
No te había identificado …. Marta …. Marga …. Ahora ya sí. Ánimo y me alegra que te sea útil.
Por cierto, que ayer hablaba con un opositor con problemas de literalidad en los artículos al que le comenté la opción de hacer algo en la línea de lo que habías hecho tu.
Un abrazo, Justito El Notario.
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Muchas gracias
Mi experiencia no es perfectamente adaptable al sistema actual, porque me presenté a la oposición del 83, en que todavía iba el temario entero a un solo ejercicio. No obstante, mi preparador (que, por cierto, no era ni notario ni registrador aunque conocía perfectamente la oposición porque él mismo la había intentado) sugería un sistema que daba excelentes resultados.
Se trataba de un sistema “acumulativo relativo”. Me explico: los primeros meses llevabas solo temas nuevos. Cuando ya habías cogido hábito de estudio, añadías algunos de repaso, lo que pudieras. Y así ibas dando vueltas.
Pero tenía una originalidad que me parece muy inteligente: Dado que el opositor da una importancia trascendental al Dcho Civil y que cuando acaba la primera vuelta es consciente de que le queda mucho para dominarlo, suele tratar con menor dedicación al Dcho Mercantil y al Hipotecario. Para evitarlo, comenzábamos la preparación precisamente por estos últimos.
El sistema funcionó muy bien conmigo (dos años y 9 meses de preparación y tuve la tercera mejor nota en el oral) y con otros opositores (alguno obtuvo el nº1!!).
Y a pesar de que hoy hay dos ejercicios, creo que sigue siendo un buen sistema, pues evita que se vaya al segundo con el mercantil casi cogido con alfileres dado que no suele haber mucho tiempo para machacarlo bien entre el primer ejercicio y el segundo y así vemos tantos opositores que fracasan en el segundo por haber descuidado el mercantil – que para mí es más difícil que el civil-.
No he experimentado este sistema en los escasos opositores que durante una época preparé porque venían de otros preparadores que habían seguido el sistema tradicional, pero creo que lo haría si volviera a preparar (cosa muy poco probable porque lo pasaba peor que los alumnos).
Un abrazo y enhorabuena por tu blog.
Estimado compañero:
Gracias por compartir tu experiencia y por tus palabras.
La verdad es que lo de comenzar por el Mercantil “no lo veo”, pienso que puede generar un desánimo en el opositor que ha de invertir un tiempo considerable en preparar un ejercicio al que tal vez nunca llegue. El opositor también quiere resultados y alargarle el plazo en el que puede ver que domina una materia y el examen se acerca para ponerle a prueba, no sé si podría ser contraproducente, al menos para aquellos que somos más débiles de espíritu. Es un placer hablar contigo; me han hablado en varias ocasiones de ti y creo que es la primera vez que conversamos. Un abrazo y gracias de nuevo, Justito El Notario.
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