no se si preparar notarías o registros

Preparar notarías o registros (ingresos, trabajar mucho, ansiedad, conciliación y otros aspectos)

 

 

Un artículo de hace un tiempo en el El País y una consulta que me hace una posible opositora que se encuentra Indecisa en cuanto a preparar notarías o registros, constituyen el punto de partida de este post que he modificado considerablemente en esta reedición lo que me ha llevado a decidir sacarlo como nuevoEl artículo es este: “Notarios: El mito de la profesión tranquila y bien remunerada se confirma”Y la consulta (con la que vuelvo a la carga con el tema ya tratado en post reeditado el pasado domingo) es esta:

Indecisa: “Buenas, antes que nada, quiero decirle que he leído su blog (especialmente sus experiencias durante las oposiciones) y me ha parecido muy interesante. Le felicito. Me pongo en contacto con usted porque soy estudiante de Derecho, siempre he sabido que mi mundo es el Derecho Civil y quiero ser abogada o Notaria. Últimamente tenía claro al 99% que me decantaría por intentar ser Notaria. Sin embargo, varios profesores y abogados me han desaconsejado estudiar notarías y aconsejado preparar registros porque según ellos los Notarios están cayendo en picado tras la crisis. La verdad es que a mí registros no me llama mucho la atención y creo que mi vocación es ser Notaria pero es inevitable que me dé pánico y vértigo el pensar que después de tanto sacrificio pueda no tener una vida tranquila en ese sentido (incluso me han llegado a decir que hay Notarios en la ruina). Le estaría muy agradecida si me contara su experiencia y su parecer. No tengo a ningún Notario en la familia, ni conozco a ninguno que me pueda aconsejar. Así que ¿es cierto que los Notarios se han visto tan afectados por la crisis? ¿Trabajan muchas horas al día? En otro orden de cosas, una de mis preocupaciones y razón por la que decantaría por notarías y no por la abogacía es por la posibilidad de una mejor conciliación de la vida profesional y familiar. Muchísimas gracias de antemano”.

Reconozco que eso de caer en picado no me gusta en absoluto y lo entenderé como referido exclusivamente al asunto económico, sin entrar en otras consideraciones. Si Indecisa hiciera caso al autor del artículo en El País habría que decirle que esté tranquila, que va a trabajar poco y ganar mucho. Pero, ¿es esto realmente así?, ¿podemos asegurar a Indecisa que va a ganar dinero, a trabajar poco, a conciliar trabajo y familia y a tener un bajo nivel de ansiedad laboral?

Voy a intentar responderle desde mi punto de vista que es estrictamente personal e intransferible. De mi día a día en la notaría saben sobre todo mis empleados, algunos compañeros, mi mujer y algunos familiares. De mi declaración de la renta sabe mi asesor fiscal, mi mujer y mi hermana que también es Notario, además de la AEAT. De mi ansiedad saben mis empleados, mi mujer y algunos familiares y de la conciliación de mi vida profesional y familiar saben, sobre todo, mi mujer y mi hijo. De todo junto casi que solo sé yo y ahora también un poquito todos los que lean esto.

 

Ganar dinero

Ganar poco o mucho tiene dos posibles lecturas.

La lectura objetiva sería la comparativa con el resto de la población y con el resto de profesionales en situación similar o equiparable. Evidentemente si nos sitúan en la pirámide de renta española estaremos entre los de arriba. Si nos sitúan entre otros profesionales (jurídicos o no) similares o equiparables, no creo (no lo sé con seguridad) que destaquemos exageradamente, pienso que probablemente estemos por encima de la media, pero no creo que estemos muy por encima de esa media entre las llamadas profesiones liberales y sí, ya sé que somos funcionarios, pero el debate de hoy no es ese. Esta es al menos mi creencia y oigan, tengo amigos, conocidos y ojos en la cara para ver cómo vive de bien o de mal la gente.

Subjetivamente soy conformista y eso que nunca he firmado más de 1.400 escrituras en un año y el número 1.000 de protocolo no lo veo desde el año 2010. Gano suficiente, no necesito (no digo que no quiera hacerlo) ganar más dinero (aunque evidentemente me gustaría). Me doy por satisfecho con el conjunto de mi bagaje personal y profesional y acabo de llegar a los 51. Otra cosa es que considere o no que me merezca que las cosas me vayan mejor de lo que me van, aunque este debate tampoco es el que nos ocupa en este momento.

Si hablamos de crisis, sí, es cierto, nos afectó y mucho. Yo lo cifraría en una disminución del 60% de los ingresos. Los que no se hubieran organizado bien pueden haberlo pasado mal y se oyó hablar de Notarios arruinados, en concurso, con expedientes de regulación de empleo y en situaciones muy delicadas. No creo, sin embargo, que en registros no haya pasado lo mismo, aunque no me suena haber oído hablar de registradores arruinados, pero yo estoy más pendiente de lo mío que de lo de ellos. También es un debate para otro día el de si la crisis se superó en todas partes o en todas partes por igual. Particularmente yo no he vuelto (ni volveré por lo menos mientras que siga donde estoy) a los niveles de mis años buenos, pero la causa no es exclusivamente este nuevo orden de cosas que tenemos desde que terminó, si es que terminó, la crisis. Miedo me da oír hablar de nuevas recesiones cuando a día de hoy ni siquiera estoy superando al que fue mi peor año profesional (2017).

Concluiría que el dinero no debería ser determinante a la hora de decidir entre una y otra profesión, a no ser que la vocación se te decante por el money. En mi caso, la decisión estuvo clara pero también animada por el estímulo económico futuro, no voy a mentir. Sin el premio de unos buenos ingresos, no habría aguantado tantos años de oposición (y fueron casi once y lo digo una vez más aunque hace no mucho alguien que ya no está en este mundo me decía que era un pesado por decirlo tantas veces), pero tampoco puedo decir que a mi vocación la moviese solo ese estímulo económico, puesto que empecé a decir que quería ser Notario, como mi padre, siendo bien pequeño.

 

 

Trabajar poco

No.

Recuerdo cuando me marché de mi primer destino y los amigos y clientes que me apreciaban me decían, como en la canción de Jeanette, “¿por qué te vas?”

Posiblemente cambiar de la primera a la segunda notaría es el cambio más fácil de los que los Notarios hacemos a lo largo de nuestra vida profesional, aunque algunos (unos pocos) se jubilan en la misma notaría en que comenzaron, así que yo contestaba muy resumidamente a la cuestión: “Porque voy a trabajar la mitad y a ganar el doble”. La respuesta no se hacía esperar: “Si es así, entonces tienes que irte”. Y sí, gané el doble, pero trabajé el doble de lo que trabajaba. Actualmente podría decir que trabajo el triple y gano poco más de lo que ganaba en mi primer destino, cuando vine a ganar el doble que en el segundo. ¿Que no he dicho nada? Claro, no os lo voy a poner tan fácil, hay que seguir leyendo que ya veré por donde salgo del lío en el que me estoy metiendo.

En tiempo, en horas, estoy hablando de trabajar lo que trabaja todo el mundo, es decir, unas 35 horas semanales, sin contar mi largo desplazamiento al trabajo, que no es trabajo, pero cansa, ¡vaya si cansa¡ A esas 35 horas de oficina, podría añadir una jornada más de trabajo en casa, entre tardes, noches y fines de semana. A ratos, a poquitos, estudiando, escribiendo, ordenando, clasificando, etc. Hablo entonces de unas 42 horas de trabajo semanales y de unas 10 horas más de viaje para ir y volver del trabajo.

Así que no, de trabajar poco, pues más bien nada. O mejor dicho, yo, de trabajar poco, nada. Además cada minuto que dedico a mi trabajo es especialmente intenso y yo (y mis actuales empleados) no sé nada de lo que es perder el tiempo en la oficina.

 

Conciliación de la vida laboral y familiar

Conciliar, creo que te será más fácil siendo registradora. En una notaría no suele haber un horario fijo, existen las prisas, las urgencias, el lo quiero para ayer, el en la otra notaría sí que me lo hacen y todo ese tipo de cosas que en un registro no existen. Es fácil comer a las tantas, comer cualquier cosa y continuar trabajando, así como trabajar a puerta cerrada cuando los clientes ya se han ido, o luego ya en casa o en el fin de semana. Así que si se trata de conciliar, conciliarás mejor en registros que en notarías. No creo que nadie se atreva a negar o poner esto en duda.

 

Nivel de ansiedad

¿Y si les digo que el estudio enlazado al principio patina estrepitosamente en esto?

Partiendo de que hablamos de una ansiedad no enfermiza pero negativa, partiendo de que hablemos de nervios, de estrés, yo diría que el nivel de ansiedad en mi caso es notable. Estoy muy implicado en el día a día de mi notaría, sé todo lo que se cuece en ella, quien entra, quien sale, quien espera, quien espera más de la cuenta, quien ha pagado o quien no, quien se va enfadado o contento, lo sé todo, o casi todo y eso genera ansiedad. Además tengo muchos proyectos profesionales como escribir y rentabilizar todo esto un poco de algún modo y llevó muchas pequeñas, o no tan pequeñas, cosas corporativas o pseudo-corporativas. Todo esto, lógicamente, también agobia, aunque por supuesto este agobio procuro tenerlo completamente controlado.

¿Cómo lo hacen los que firman 2.000, 3.000, 4.000, 5.000, 6.000 o muchas mil más escrituras? No lo sé, para empezar con grandes equipos humanos detrás y no digo que el mío no lo sea, pero sin equipo no hay posibilidad de firmar muchas escrituras. Hay muchas formas de ejercer la profesión y la mía es la mía, no pienso cambiarla, me hace feliz y me comporta un grado importante de responsabilidad porque pienso que los Notarios la tenemos, ya que los intereses que la gente pone en juego en nuestros despachos son muy importantes y en razón de esa importancia me los tomo yo. Hay muchas profesiones con responsabilidad y profesionales más o menos responsables. No obstante, también es muy frustrante que el trabajo bien hecho sea premiado con menos trabajo en vez de con más. De nuevo, tengo que decir que este no el debate que nos ocupa en este post.

¿Preparar merece la pena?

Me intriga bastante la idea de que a los Registradores no les afectara la crisis. ¿Cómo que no? ¿quién es capaz de sostener esa argumentación? La crisis nos afectó a todos. Los peores fueron los que perdieron su trabajo o no consiguieron el primero, pero ¿no se redujeron los pleitos para los abogados?, ¿no tuvieron (y tienen) los mayores que atender a sus familiares con necesidades?, ¿no nos ayudamos unos a otros en las familias?, ¿no perdimos en Bolsa todos los que teníamos alguna pequeña o gran inversión o simplemente un fondo de inversión o un plan de pensiones?, ¿no se depreciaron los inmuebles de todos? Todos salimos perdiendo, aunque la situación que se vivió era de locos e insostenible. De locos era lo que se firmaba en las notarías e iba los registros, y lo que la gente pagaba por sus casas, y los préstamos que se pedían y las cuotas hipotecarias que se pagaban, y los buenos salarios y los extras y las comodidades. No somos excepción, caímos unos y otros. Caímos todos. No me atrevería a decir quien lo hizo más. Por supuesto, algunos son los únicos culpables de su caída por su mala organización y por los riesgos asumidos. Su caída no fue debida ni a la crisis, ni al sistema.

No obstante, siempre quedarán los concursos para salir pitando de una situación irreconducible. En notarías pronto tendremos otro.

Hablaba el otro día con un compañero que lleva desde que aprobamos en 2002 con la preparación de opositores, de que los opositores se acercaban en muchos casos a nuestro mundo con absoluto desconocimiento de nuestros ingresos y de nuestro día a día. Los que tenemos un vínculo con la profesión tenemos una cierta idea. Yo sé cómo vivíamos en casa y sé las horas que trabajaba mi padre, pero otros, muchos por cierto, no tienen la más remota idea y nadie se lo aclara o explica porque … es de mala educación y niño eso no se pregunta, eres un pesetero …. Encima viven influenciados por los dos grandes tópicos de lo que se gana y de lo poco que se trabaja. Hoy mismo, de broma, un gran amigo me decía “de mayor quiero ser Notario, pero sin opositar”. Yo sí que sabía (más bien me imaginaba) lo que ganaba un Notario, pero creo que muchos jóvenes interesados en opositar no lo saben y deberían saberlo, sería una buena forma de animarles a opositar, fuera de tópicos y exageraciones. Una forma de aumentar el número de opositores. Los opositores que vienen a verme se van tranquilos en ese sentido después de hablar conmigo. Ya no les asusta tanto un esfuerzo tan enorme. Yo oposité para trabajar y para trabajar duro, y, por supuesto, sabiendo que iba a ser compensado por ello. Lo reconozco, si el sistema no fuera como es, no hubiera aguantado lo que aguanté y hubiera mandado la oposición a freír puñetas. Así de claro.

Estamos en una época en que escasean las vocaciones, en una época de contratos de prácticas que a mí me parecen mal concebidos y orientados, de voluntariados esclavistas, obligatorios y excesivos, que llevan a los jóvenes a trabajar de becarios casi de gratis porque es lo único que hay y no queda otra que hacerlo¿Tan malas son las oposiciones? Cada vez tengo más claro que hice muy bien encerrándome casi once años a estudiar. Ahora me sonrío cuando oigo eso de “qué bien vives” y me río por dentro de aquellos que me llamaban amargado. Claro que vivo bien, pero no lo hice tanto mientras estuve once años encerrado, años en que otros que podían haber hecho lo mismo que yo, optaron por otras cosas. Digo de mi mismo que “vivo como un Marqués, pero trabajo como un burro. O que pensaban, ¿que no hay seguir estudiando (huyan del Notario que no lo haga), que no hay que lidiar con impertinentes, que no te salen toros a puerta gayola, que no tienes problemas, ni prisas, ni líos, ni gente que te quiere engañar todos y cada uno de los días que vas a trabajar? Además, conviene no olvidar o saber si no se sabe, que tenemos los Notarios una responsabilidad patrimonial universal que afecta a nuestro patrimonio presente y futuro que por supuesto se concilia con un seguro de responsabilidad civil que tiene carácter obligatorio y que puede adaptarse un poco a la necesidad de cada uno, aunque esa responsabilidad  que tenemos siempre está ahí y no hay nadie que nos la quite, ni falta que hace. La Administración no responde subsidiariamente de nuestros errores.

 

A algunos les sorprenderá mucho lo que plantea Indecisa, les sorprenderá que lo primero en lo que piense un opositor sea en el tema económico. A mí no. No creo que la motivación económica deba ser la primera o la única y miedo me dan los que lleguen a este oficio pensando en ganar dinero por encima de todo, o lo que ya están dentro y tienen esa exclusiva preocupación, pero sí que doy tranquilidad o los que teman aquello de “a ver si no me merece la pena” y advierto a los que tengan ganas de trabajar, de que hay mucho trabajo y que según el tipo de persona y de profesional que seas, el trabajo estará en directa proporción con tu forma de ser, de vivir y de pensar.

 

¿Hoy lo corriente sería preparar ambas oposiciones?

Veamos lo que me decía Opositor Rookie:

“Acabo de comenzar a preparar notarías y registros. Siempre tuve claro que quería preparar solamente registros, pero me aconsejan estudiar ambas. Yo no me encuentro cómodo preparando las dos a la vez y creo que es momento de decantarme por una al 100% y sin que quepan dudas. El hecho de que ahora mismo se oferten en notarías casi el doble de plazas que en registros y que suene con fuerza que puedan avecinarse cambios en la figura registral me hacen dudar significativamente. También quería saber si opinas que el dictamen de registros es mas asequible que el de notarías, pues así lo he oído comentar en alguna ocasión”.

Estoy de acuerdo en lo del número de plazas y, por tanto, creo que hay que considerarlo. Decía aquí que: “En Notarías (datos oficiosos, como la mayoría de los míos…) la ratio podría estar sobre 9-10 opositores por plaza, mientras que en Registros la ratio sería de 15 opositores por plaza. Las mujeres ganan desde hace varias convocatorias la partida a los hombres en Registros y comienzan a hacerlo en Notarías. Tal vez pueda ser un argumento para decantar la decisión de algunos o algunas para preparar Notarías o Registros”

Por otra parte, desde que tengo uso de razón oí decir a mi padre que cualquier día habría cambios importantes en materia retributiva en la función notarial. Podría ser, pero pienso que la concepción de la figura del Notario en España no puede modificarse en lo sustancial. El Estado no puede desarrollar su competencia exclusiva en materia de fe pública notarial de otro modo, no puede prestar la función notarial (sin cargársela claro) de una manera distinta. El Notario no puede ser otro tipo de funcionario en un Estado de Derecho como el español. No somos incardinables en la estructura funcionarial principalmente porque no solo somos funcionarios. ¿Y los registradores sí que lo serían?, ¿también se habla de cambios en la figura registral? Sí, claro que se habla de ello y supongo que también es una cosa de la que siempre se ha hablado. Puede que el cambio de la figura registral en su concepción actual sea más factible que el cambio de la nuestra, pero ¿hacia que sistema?, ¿con qué riesgos y con qué consecuencias? y, además, ¿con qué repercusión en la función notarial? Nos guste o no nos guste, vamos cogidos de la mano en muchas cuestiones y deberíamos hacer causa común en beneficio de los intereses comunes de todos los ciudadanos. Desgraciadamente eso ya hace tiempo que no ocurre y este vuelve a ser otro debate distinto al que tenía por objeto este post, aunque para ser conscientes de que los cambios pueden afectarnos a todos, vean estos interesantes artículos:

 

El registro de la propiedad en Italia

LA REFORMA DEL NOTARIADO HOLANDÉS ¿MODELO O FRACASO?

EL NOTARIADO ITALIANO Y SUS AMENAZAS ACTUALES

¿QUÉ HA PASADO CON LOS NOTARIOS PORTUGUESES?

 

En cuanto al grado de dificultad de uno y otro dictamen, siempre he pensado que son equiparables aunque sus planteamientos sean distintos y que los problemas que se ocultan en un supuesto de hecho de notarías o en una escritura plagada de trampas en registros, son los mismos, aunque tengo entendido que el dictamen de registros no se prepara o más bien que cuando llegas a él se prepara pero no antes. Solo los que llegaron antes a otro, tienen “ventaja” sobre los demás. Esa igualdad, en opinión de algunos, lo hace más fácil. También hay quien considera que “el dictamen de notarías es un dictamen que se basa en el Derecho sustantivo y el Derecho adjetivo es circunstancial. Por mucho que domines Resoluciones de la DG y Sentencias del TS se puede razonar con otros argumentos y llegar a conclusiones distintas. El dictamen de registros es una calificación y aunque incide en el Derecho sustantivo prevalece el adjetivo y se piensa mucho menos. Si hubo una resolución sobre un caso, hay que citar y resolver conforme a ella. Otras cosa es que el caso no sea idéntico y te equivoques al aplicar la resolución. El dictamen de notarías es o puede ser mucho más profundo, es más creativo. El de registros está mucho más centrado (te pronuncias sobre una solución que se te da hecha) y es esencialmente formal”.

En cualquier caso, yo le diría a Opositor Rookie que si acaba de empezar, no parece que tenga mucha importancia decantarse, ¿no? El programa de Civil es ahora exactamente igual y el Hipotecario tiene más importancia que el Mercantil en registros y al contrario en notarías pero nada más empezar hay tiempo suficiente para ir avanzando con el Civil y ver como se va evolucionando con el programa y se van presentando las convocatorias. Yo no quería ser Registrador, quería ser Notario y en mis tiempos pasar de una a otra oposición, era bastante más difícil por las diferencias de programa. También es absolutamente fundamental no quemarse con la presentación a convocatorias sucesivas de ambas oposiciones; esa estrategia desfonda y puede acabar con la carrera de gente muy brillante. Cuidado también con la descompensación entre las diferentes materias y con la adaptación de los temas, porque ambas cosas pueden ser un arma de doble filo.

Como reflexión final y un poco al margen, diría que los Registradores no están tan expuestos a la crítica, ni al público, se les conoce más bien poco, no tienen competencia entre ellos y por ello están más unidos lo que constituye una gran baza del colectivo y un alivio para el individuo. No obstante, yo aconsejaría a cualquiera ser Notario antes que Registrador, pues me parece más estimulante, más constructivo y mucho menos aburrido. En cualquier caso, ¡ánimo si te decides a preparar notarías…… o registros¡; en el fondo, para mi es cuestión de profundizar en las razones que nos llevan a una u otra profesión. Cada uno tendrá sus propias razones y poco importarán las que me hicieron decantarme a mi para intentar (y conseguir) ser Notario.

Sobre otras cuestiones como el trato con el público, prisas y horarios, autorizar vs calificar y competencia, aconsejo el post que también enlazaba al principio.

 

 

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

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