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Parador de Mazagón

A la vuelta del Alentejo Litoral Sur y de camino hacia el Levante español, el Parador de Mazagón es un fantástico sitio para hacer parada y fonda. En realidad estuve dudando entre dormir o no una noche más allí, pero preferí reservarme un día de encefalograma plano en casa antes de la vuelta al trabajo, sabiendo que podría arrepentirme como así ha sido. El año que viene me tomo dos días más de vacaciones, uno por el principio y otro por el final. Está decidido.

justito gamba blanca parador mazagon

Llegamos a la hora de comer y disfrutamos del Restaurante de la piscina, permanentemente refrescado por los vaporizadores. Gambas y jamón de Huelva, mas una ensalada verde con melva canutera y pescadito frito de la zona. Cerveza a tope, helados de postre y luego a la piscina, cuyo horizonte es el océano Atlántico, con un sol cegador que te hace sentir cuál Cristóbal Colón (que tiene como sobrenombre el del descubridor de América) en una de sus carabelas (por cierto…..¿en cual iba?…..¿o se iba cambiando de una a otra?). Ni siquiera bajamos a la playa. No hacía falta, nos hemos pasado 14 días prácticamente en bañador (o en pijama) en el Alentejo Litoral Sur y Norte del Algarve en bañador, de playa en playa, de no hacer nada en no hacer nada, así que la playa (que se veía algo movida desde las escaleras privadas que dan acceso al Parador) no hizo falta pisarla. Los jardines, que son estupendos y están muy bien cuidados, disponen además de un par de zonas estratégicas (especialmente el solarium-zona de yoga) que permiten visualizar la playa sin que te entren ganas de bajar a verla más de cerca.

Me costó abandonar la piscina sabiendo que era el último baño de las vacaciones, estando, además como estábamos, pasando en familia un rato muy divertido, pero nos salimos, nos arreglamos y bajamos a cenar al restaurante situado en la planta baja del edificio principal.

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Algo saturados de tanto comer y beber en las vacaciones, hicimos lo que pudimos en la cena que incluyó un contundente y abundante salmorejo, berenjenas con frutos del mar y chuletillas de cordero, mas los postres (tarta sacher, tocinillo de Aracena, tarta de chocolate blanco y helado de Pedro Ximénez) y un vino blanco, afrutado con un 90% de zulema (uva que no conocía) y un 10% de moscatel, de la D.O. Condado de Huelva.

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Dormimos como troncos y salimos sin prisa por la mañana para encarar el tramo final de nuestro viaje, que tuvo una sorpresa final cuando hicimos, por un despiste en la ruta, el tramo Tabernas-Vera, la Route 66 española (en competencia con la Vía de la Plata), o ruta del Desierto Almeriense o del Spaguetti Western, pero esta ya es otra historia. Que me esperen por allí que podría perfectamente ser mi próximo viaje.

Con el Parador de Mazagón, alcanzo mi Parador número 32 de 96. Justamente la 3ª parte del total.

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

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