Fui por primera vez al Parador de Lorca hace años. Fue el verano del “ébola” que, además, fue un verano de incierto panorama económico con lo que hicimos un pequeño viaje que tuvo su comienzo en Lorca, continuó en Almería, prosiguió en Melilla y terminó en Águilas. Ya lo he contado otras veces pero he estado una vez en Ceuta y dos en Melilla. No habrá muchos españoles que puedan decir lo mismo.
Años después he vuelto a Lorca para una boda muy especial y sigue estando tan bonito y reluciente como cuando fuimos en aquel verano tan raro.
Vean la galería de fotos que lo demuestra:
Solo pasamos una noche. Aunque yo tuve intención de salir el viernes y hacer la noche previa también allí a fin de salir a cenar por Lorca y dormir luego a pierna suelta, no convencí a la autoridad competente y salimos el mismo día del evento.
Llegamos con el tiempo justo para subir a la habitación y sumarnos a la ceremonia que transcurrió en el interior del Parador porque amenazaba lluvia (de hecho creo recordar que por la tarde nos llovió). La ceremonia fue magnífica y muy emotiva y a su término nos situamos primero en una sala para el cocktail y en sala la contigua para la comida. El copeteo, baile y las amenities propias de las bodas de estos tiempos se desarrollaron en la misma sala que la comida.
Lo bueno de las bodas de día es que sueles retirarte antes y así lo hicimos nosotros.
Apuramos la cama hasta la hora límite y regresamos a casa felices y contentos.
Por cierto, España no ganó Eurovisión.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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