“No te dejes los temas”, fue la frase que me torturó durante todo el tiempo que estuve con la doble reserva y esperando a examinarme del tercero. Aquí tenéis la completa explicación de este extinto mecanismo de las reservas de nota en las oposiciones a notarías.
Hoy eso mismo se les podría también decir a los que preparan el segundo ejercicio, tras aprobar el primero, por si llegan al dictamen, aunque su situación sea bastante diferente a la de la época de las reservas, puesto que el tiempo que transcurría desde que uno se examinaba del primero en una convocatoria que no conseguía finalmente aprobar hasta que llegaba (si es que se conseguía llegar) al tercer ejercicio de la siguiente convocatoria (sin haber pasado por el primero o por el primero y el segundo) podía ser mucho, mientras que, actualmente, sin las reservas, no pasa tantísimo tiempo entre el momento en que uno se pueda examinar del primero y la fecha en que se examine del tercero. A veces ese tiempo más que excesivo puede ser más bien exiguo dependiendo de que uno se haya presentado al primer o al segundo turno y del número de sorteo que a uno le haya correspondido.
Tal vez en la última oposición estemos hablando de un máximo de 8 meses y pico desde la fecha de inicio hasta la que podría ser fecha del tercero. Son, sin duda, muchas semanas para perder nitidez en los temas del primer ejercicio y en el imprescindible manejo de muchos argumentos estudiados y útiles para salir airosamente del supuesto de hecho. La solución está, a mi entender, en compaginar la preparación del segundo y el tercer ejercicio lo que proporcionará un constante repaso del primer ejercicio ya superado. No se trata de estudiar, ni siquiera de repasar, sino más bien de manejar sin interrupción el temario desde el día que apruebas el primero mediante la preparación del dictamen.
Sin embargo cuando había reservas de nota abandonar el primer ejercicio o el primero y el segundo podía ser letal de cara a la preparación del dictamen.
Yo suspendí el dictamen que me dejó abiertas las puertas de la doble reserva y con ella una (sí una nada más, como explico en el enlace del principio) nueva oportunidad de aprobar el tercero, allá por el mes de Marzo de 2001. Las notas del tercer ejercicio de la siguiente convocatoria salieron el 29 de Junio de 2002, así que estuve unos quince meses sin estudiar los temas del segundo y puesto que había aprobado el primero en Mayo de 2000, me planté en cerca de dos años sin estudiar los temas del primer ejercicio. A cambio tuve la suerte de hacer en aquellos quince meses, muchos, muchísimos, incontables dictámenes con grandes Notarios (y compañeros). Tal vez un día los cuente porque los conservo; había semanas de uno solo y semanas de dos o tres dictámenes, así que podéis haceros un cálculo aproximado de los que hice.
Todos aquellos dictámenes supusieron una revisión constante de los temas pero aún así estaba siempre intranquilo por lo que los preparadores y hasta la familia siempre solían decirnos a los que teníamos las reservas:
“No os dejéis los temas”
El tiempo se me echó encima
Pero quedarse liberado de estudiar en sentido estricto, de la dictadura de la memoria, resultaba demasiado cómodo y tentador, así que el tercer ejercicio se fue acercando y lo cierto, lo confieso, es que había abandonado bastante los temas y la maldita frase me atormentaba. Pensaba que tal vez podría llegar torturarme el resto de mi vida, como aquel “lo siento, ha suspendido” que dos veces tuve que escuchar de Paco Herrero en sendos suspensos del tercero.
Acabé apilando en el alfeizar de la ventana de mi habitación en la Residencia León XIII todo el temario completo. Cogí una regla, medí el enorme taco de bastante centímetros de altura y opté por dividirlo en lotes de X centímetros a razón de tantos centímetros por días que calculaba nos quedaban para el día D y la hora H, a fin de procurarme algo de frescura y mitigar mi mala conciencia que mis más cercanos se encargaban de recargar con la frasecita que hasta mi madre me repetía hasta la saciedad:
“No te dejes los temas”
Menos mal que aprobé porque de lo contrario la frase me hubiera perseguido eternamente.
Pincha AQUÍ para comprar “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” edición en papel (Basconfer)
Pincha AQUÍ para comprar “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” edición digital (Wolters Kluwer)
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
|