primero de opositora

“Tener tu libro es de primero de opositora a notarías”

Dos ejemplares mas de “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” vendidos esta semana y otros dos que están a punto de caer. Ya nos quedan menos de cincuenta ejemplares e iniciamos la recta hacia una posible tercera edición.

Hace pocos días, una estudiante de Derecho que se dispone a empezar a preparar su TFG me decía que le gustaría hacerlo sobre alguna materia de Derecho Civil, “ya que el año que viene comienzo a preparar las oposiciones a notarías. No tengo muchas ideas a la hora de elegir el tema. ¿Podría decirme algún tema interesante en esa materia y especialmente con relevancia notarial en estos momentos? Muchísimas gracias de antemano. Un cordial saludo”.

Yo le dije que me escribiera por correo electrónico y que lo comentaríamos (ya le he escrito y le he propuesto algunos temas para empezar) y ya de paso le dije que si tenía previsto empezar notarías para el otoño que debía hacerse con un ejemplar de “Nada antes que opositar “. Entonces ella me respondió: “El libro lo voy a pedir por mi cumpleaños. Ya lo sabe mi familia. Tener su libro es de primero de opositora a notarías.

Me hizo mucha gracia y, evidentemente, tenía que contarlo porque en estos tiempos hay que celebrar que alguien quiera preparar notarías, porque además quiera centrar su TFG en un tema con interés notarial y porque considera que mi libro es un must que todo opositor a notarías debería tener leído al tiempo de comenzar la preparación de la oposición.

Casi al mismo tiempo y por la vía del correo que uso para quienes quieren solicitar sus libros dedicados (justitonotario@hotmail.com), me llegó un e-mail en el que una opositora “tardía”, “mayor” (lo dijo ella), ya funcionaria, con ánimo de prosperar en su carrera y con dos hijos mayores pero que aun la necesitan y requieren, me dijo: “A mi me parece que mi edad no es mi edad; te lo juro, lo leo escrito y no lo interiorizo. He leído en Twitter que si quería leer tu libro que te escribiese un correo y que me dirías cómo. Oposito para xxx. Toda mi vida siendo funcionaria, concretamente auxiliar administrativo, soldado raso, y cuando llega mi edad de disfrutar de la vida, salir, viajar, y todo lo que me apetece, voy me encierro a estudiar y abandono mis aficiones, la lectura, el teatro, la playa o el yoga. Llevo dos años estudiando la oposición y creo que este año finalmente iré por primera vez a examinarme si la pandemia no lo retrasa, aunque la verdad, tengo la sensación de que no llego al examen bien preparada. Le tendría que dar cinco o seis vueltas al temario y creo que con suerte llegaré con tres. Estoy de bajón, cansada y necesito motivarme para poder seguir. Tengo dos hijos, ya mayores, sí, pero que requieren mi atención. Aunque sólo sea para oírles contar sus problemas con la universidad. El caso es que si me pudieras decir como conseguir tu libro, te lo agradecería. Muchas gracias”.

Bueno yo creo que a muchos nos pasa lo de no creernos que ya tenemos una cierta edad. En mi caso, a punto de los 53 años, me viene ese pensamiento a la cabeza muy a menudo. Destacaría de su comentario (más allá de su interés en el libro) que esta chica no parece que se ponga a opositar por necesidad sino mas bien por gusto. Sacrifica su momento de vivir la vida a cambio de perseguir, acariciar y luego conseguir algo que seguramente siempre tuvo dentro. Piensa que va “justita” y podría ser verdad. El opositor es el que mejor puede enjuiciarse, pero la proximidad del examen (lo dije aquí hace una semana tratando el caso de otro opositor), el cansancio y el temor, pueden distorsionarnos la verdadera situación en que nos encontramos. Es normal flojear cuando “la cosa” se acerca pero también lo es sacar fuerzas de flaqueza y pegar un buen empujón que aunque no sea suficiente para aprobar si lo sea para situarnos mucho mejor de cara a una próxima convocatoria. Cansado es normal estar sobre todo si el examen se acerca y motivarse no resulta fácil en muchas ocasiones. Tal vez “Nada antes que opositar” motive a esta opositora, aunque su historia y la mía no tienen mucho parecido o … tal vez sí pues o ¿no pude yo haber aprobado a la primera cuando con no demasiadas vueltas y un temario menos asentado, estuve muy cerca de plantarme en el dictamen con poco más de tres años opositando? Recordemos que entonces MAC, mi preparador, decía “esta no es tu convocatoria” y que yo siempre pensaba para mis adentros “… pero podría serlo”. Lástima que fuera MAC el que tuvo razón y que yo posteriormente me hundiera y me condenara a casi siete años más de oposición.

Para terminar, me ha contactado una tercera opositora que ya se ha hecho con mi libro. Me decía que me había descubierto hacía poco aunque oposita desde hace varios años. Había leído ese reciente post mío (el de la semana pasada) en el que una opositora también veterana comentaba que mi libro le era muy útil destacando un pasaje del mismo relativo al bloqueo mental por encima de cualquier otro.

Esta otra opositora de hoy atraviesa una fase de bloqueo mental y me decía que “acabo de leer que a otra opositora tu libro le sirvió para desbloquearse y eso mismo es lo que necesito yo ahora. Me gustaría saber si tu libro está enfocado únicamente a notarías o si me puede servir a mí que estoy opositando a otra cosa”. 

Bueno, lo primero que diría es que a esa otra opositora (la de la semana pasada) no es que mi libro le ayude a desbloquearse sino que más bien que le ha ayudado a reconocer la situación y a descubrir que lo que le pasa a ella le pasa a muchos más opositores (aunque no a todos, claro). Como consecuencia de ello, se ha sentido aliviada y se reconforta releyendo el pasaje del libro en el que intento describir como se siente uno ante los bloqueos que le impiden estudiar.

Sin duda “Nada antes de opositar” tiene una serie de capítulos que no interesarán al resto de los opositores, pero el cogollo, lo principal, lo más esencial de la problemática que nos afecta a los opositores, especialmente a los de larga duración, sin la menor duda, interesa a todos los que nos enfrentamos a una prueba vital que consiste en dar un considerable cerrojazo al resto de las cosas de la vida durante los años en que nos dedicamos al estudio.

Toda la historia de mi oposición contada cronológicamente puede leerse en  mi libro. Si alguien se anima a recibirlo dedicado que me escriba a justitonotario@hotmail.com y le explico cómo proceder. Todavía no acabo de comprender como hay opositores de larga duración que no tienen mi libro en su mesita de noche porque no van a encontrar una historia como la mía en ningún sitio. A partir de ahora también pensaré lo mismo del que comienzan porque han de saber que leer “Nada antes que opositar” es de primero de oposiciones a notarías.

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario.  @justitonotario




 

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