Una llamada de Justito me anima a escribir sobre mi preparador, José Cánovas Molina, Pepe, como le llamábamos sus alumnos, de quien le hablara Javier González Granado.
Pepe no era un preparador al uso: su grado de implicación superaba lo razonablemente exigible ya que lo vivía de una manera apasionada.
Siempre he pensado que si soy notario en gran parte a él se lo debo, pues a esa dedicación plena unía el ser, en mi opinión, un excelente psicólogo: él cuidaba este aspecto sobremanera.
Pero vayamos al personaje: era murciano, de Puerto de Mazarrón, donde nació en 1935; preparó en Valencia, con Emilio Bartual, preparador de muchos notarios de la órbita valenciana, y donde conoció, a través de su hermano ya notario Alejandro Cánovas, a Mezquita del Cacho, con quien mantendría siempre una gran amistad.
No ingresó en el notariado por esos azares que todos conocemos y que evitan el acceso de gente muy brillante. Llegó a suspender una vez en la escritura.
Lo cierto es que se sacó la espina y de qué modo: su modesta academia unipersonal “fabricó” casi una treintena de compañeros, de los que sólo citaré a tres de ellos, José-Angel Tahoces, Alfonso Cavallé o Palmira Delgado, decanos que han sido o son de sus respectivos Colegios. De este modo hizo buenas sus proféticas palabras: “os ofrezco el éxito de mi fracaso…”
Para él, junto con su querida Pilar, éramos su vida: recuerdo cuán orgulloso estaba con el número uno de Paloma Zaldo, o al recibir en 1997, por iniciativa de sus alumnos -entre ellos Curro Garcia Más que ayudó a promoverla junto con el propio Mezquita-, la Cruz de San Raimundo de Peñafort.
Como preparador podía ser cariñoso y entrañable y, a la vez, exigente en grado superlativo. Sus cabreos eran antológicos: a Álvaro Obando y a mí estuvo más de un mes sin dirigirnos la palabra: llegábamos, apuntaba los temas, cantábamos y nos despedía con la mirada. El bueno de Álvaro intentaba justificarle al tomarnos la caña de rigor tras los temas; yo, por el contrario, despotricaba de mala manera, quizás porque necesitaba como nadie de su ánimo y aliento. Un día, sin mayor explicación nos levantó el castigo. Con el tiempo sí nos dio sus motivos.
Yo daba temas –mediada ya la oposición- los viernes sobre las siete de la tarde. Han pasado más de treinta años y aún lo tengo presente. Al principio íbamos a su despacho de la asesoría jurídica de Urbis, en la Calle Reyes Magos, cerca del Retiro madrileño, del que recuerdo a un empleado para todo, de apellido Fontecha. También trabajaba allí el entrañable Alfonso Núñez Boluda, que después nos ayudaba en el dictamen. Al poco tiempo, creo que tras su jubilación en Urbis, pasamos a dar temas en su domicilio próximo sito en la Avenida de Nazareth.
Su primer alumno fue un inquieto estudiante de quinto de derecho en el CEU, Paco Barrios, quien preguntara por un preparador de notarías a su profesor de civil. Este le recomendó a Pepe. Y ahí empezó todo. Paco aprobaría muy pronto, en la oposición de 1981, y ello animó a preparar al propio profesor, José-Luis Núñez-Lagos Roglá, que se convirtió también en notario dejando las clases y la asesoría de Banesto donde también trabajaba.
Tras ellos un sinfín de compañeros tuvimos el enorme privilegio de tener a Pepe por “Maestro”. Desgraciadamente nos dejó “huérfanos” en 2018. Sirvan estas breves palabras como rendido homenaje a nuestro querido “Pepe Cánovas”.
Abril de 2021
Plácido Barrios Fernández
Notario de Alcalá de Henares
Muchas gracias Plácido por tu participación en mi blog que espero pueda repetirse cualquier día. Como dices al principio tuve noticia de Pepe a través de Javier González Granado. Me apunté lo que Javier me dijo por si surgía ocasión de escribir algo en el blog: “Era un brillante opositor de la época de Blanquer. Fue preparador. Teresa Castillo, Blanca Rodríguez, Ildefonso Sánchez, Plácido Barrios, Curro García Más y yo mismo hemos pasado por sus manos. Hace años que perdí el contacto con él. A poco que preguntes a cualquiera de los que te cito antes, verás que es un personaje muy, muy interesante. Mezquita del Cacho era de la misma época”.
Sin duda un grande para el Notariado. Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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