María Emilia Adán, decana de los registradores de España ha sido entrevistada recientemente en La Voz de Galicia.
Interesante lo que dice sobre el pago “al contado” y sobre cuánto gana un registrador, aunque yo hoy quería hablar (de nuevo) de la suerte en las oposiciones. De la suerte en las mías en particular hablo en mi libro “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”. Aun nos quedan ejemplares y puede ser una buena lectura veraniega para opositores que descansan o que vayan a intentarlo a partir de septiembre.
“Nadie mejor que ella para hablar de una de las oposiciones más difíciles de este país ….”
“—¿Te costó sacarte la oposición?
—Tuve mucha suerte porque después de un año ya me había ya presentado al primer examen. Yo terminé la carrera en el 87 y en el 88 ya era registradora”.
Su fecha de ingreso exacta es el 14 de Febrero de 1989. No dice que tardara un año. Dice que al año ya se había presentado (y aprobado) al primer ejercicio.
—Eso no es muy habitual.
—En estas oposiciones no aprueba nadie que no lo merezca. Es decir, si no sabes los temas. Pero hay veces que se queda gente fuera que se lo sabe igual o mejor que el que entra. Lo que quiero decir es que en la oposición también hay un componente de que te salgan los temas con los que te sientas más cómoda, que no tengas un ataque de pánico ese día… yo la verdad es que tuve mucha suerte, en el sentido de que pude exponer lo que sabía y que el tribunal consideró que debía ser registradora”.
– JUSTITO: Es cierto que hay gente que merecía aprobar y no lo hace. Sin embargo, no se aprueba por una trayectoria. Por mucho que lo merezcas si no lo demuestras cuando corresponde, te quedas fuera. Eso supone que un perfecto candidato, un excelente candidato a ser Notario o registrador pueda acabar quedando fuera y otro que tuvo su día (sus días, porque los mas suertudos habrían de tener varios días de inspiración), sí que entre. Esto, lo de la suerte (aunque solo sea una poquita), suelen olvidarlo muchos que aprobaron gracias (aunque solo sea en parte) a ella y, por ello, reconocer una cierta suerte (mucha suerte, dice la entrevistada) honra a María Emilia Adán. También es cierto que aprobando tan rápido – lo he comprobado e ingresó en el cuerpo con 24 años, 4 meses y 27 días lo que la situaría, si fuera Notario, en el puesto 12 de los aprobados con 24 lo que no está al alcance de cualquiera – el factor suerte parece que pesaría mucho menos, adquiriendo gran peso específico las magníficas cualidades de uno para el estudio con MAYÚSCULAS que exigen nuestras oposiciones. No obstante nunca dejaré de pensar que muchos no son verdaderamente conscientes de su suerte ni de los merecimientos de los demás que no la tuvieron. Los ejemplos abundan y no solo en el mundo de las oposiciones. Por eso me gusta lo que dice Adán.
– VETERANO APROBADO: Al menos es humilde en reconocer que tuvo suerte y en que se queda gente fuera sabiendo igual o más que los aprobados. Me sigue sorprendiendo muchísimo que haya gente capaz de aprobar en poco más de un año y, encima, quedando de los primeros en la promoción. Es increíble. Sin embargo, yo sigo considerando que por muy fuera de serie que sea el que se saque la oposición en un año, lo que tiene es principalmente mucha memoria, pero no creo que tenga muchos conocimientos, al menos en el momento de aprobar, sin perjuicio de que los adquiera con el tiempo y el trabajo. No es lo mismo estudiar un año que diez y no es lo mismo preparar dictámenes en dos meses que a lo largo de cinco o hasta diez años. Yo hice un par de dictámenes con uno que aprobó en muy poco tiempo y sin perjuicio de todo el mérito que tiene aprobar en dos años, se le notaba mucho la falta de práctica en dictamen. Le costaba dar respuesta a varias cosas y había problemas que ni los olió. Al fin y al cabo creo que es normal: él había hecho unos quince dictámenes en toda su vida (los dos meses previos a su examen) y tenía muy poca experiencia como Notario en ese momento y yo perdí la cuenta de los que he hecho (algún día los contaré).
– JUSTITO: Yo les tenía contados y muchos pueden verse aquí, pero ya no me acuerdo. De todas formas, querido VETERANO APROBADO, ten en cuenta que la curva de la máxima sabiduría tanto con los temas como con los dictámenes no dura mucho. En cuanto te colocas en el modo “práctico”, en el modo “notaría”, en el modo “real”, la cabeza se te reamuebla y dictaminar en sentido estricto queda atrás y al alcance de una selecta minoría. Yo mismo que estoy haciendo mis pinitos de dictamen me veo en apuros con los opositores que mas saben y no me atrevo con cualquier cosa. Recién aprobado ayudé a un par de compañeros porque seguía con un nivel mas bien alto pero cuando me fui a Mondoñedo y dejé de hacer dictamen, muchísimas cosas comenzaron a nublarse. En un dictamen de oposición seguro que me costaría descubrir muchos de los problemas que se ocultan en el supuesto de hecho.
—¿Sabrías decir en qué puesto quedaste en la oposición?
—Creo que fue en el sexto, pero tendría que confirmarlo… Sí, fui el número seis de mi promoción.
– JUSTITO: Sí, fue la sexta. Lo he mirado en uno de mis Anuarios.
—Registrador de la propiedad es una de las oposiciones más difíciles, junto con abogacía del Estado, notario y juez…
—Y letrado de las Cortes también es muy difícil. Exigen un conocimiento muy amplio del Derecho, con un gran nivel de detalle. Porque no solo es saberse los temas, sino saber relacionarlos. El práctico es muy exigente y tienes que tener un dominio total.
Y diplomático, añadiría yo. Para ese dominio total, hay que preparar el dictamen con tiempo. Es una de las reglas de oro del Método Justito, pero esa es otra historia (y puede seguirse todos los martes hasta junio de 2024 en la Sección Oposiciones de mi blog).
Ánimo a todos los que en septiembre comienzan con la nueva convocatoria de notarías.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Buenas tardes Justito.
Es cierto que para aprobar en una año has de tener unas condiciones excepcionales. También lo es que, como apunta el veterano aprobado, los sedimentos no pueden ser los mismos en uno u otro caso.
Pero lo único que cuenta de verdad es obtener el título. Un opositor de largo recorrido puede abandonar la disciplina de estudio tras la toma de posesión y otro que aprobó en un corto espacio de tiempo mantener el aprendizaje diario.
Por cierto, juraría que la número 4 de aquella oposición, Belén Merino, era incluso más joven. No se. Recuerdo que cantaba los temas como nadie. Su paso por la academia fue un visto y no visto.
Hasta el viernes. Un abrazo.
Hola Dandanovic: Efectivamente Belén fue la número 4 pero es 53 días mayor que María Emilia, así que tardó 53 días mas en aprobar la oposición ;)).
Estaría en puesto muy alto de “mi lista” si fuera Notario.
Estaría bien hacer lista de los registradores pero es complicado porque a partir de no sé que año (y no sé porqué) los anuarios dejaron de incluir la fecha de nacimiento de los registreitors.
Gracias por el apunte.
Lo que yo creo es que el Olimpo de las cabezas privilegiadas (nacidos para dictaminar) es pequeño. Participo en diversos foros notariales y son muy pocos los que en un momento son capaces de hacerse con cualquier supuesto de hecho y comenzar a argumentarlo.
Mi coco es de otro tipo. Ya sabes que siempre lo digo.
Un abrazo, Justito El Notario.
Gracias, no tenías que haberte molestado.
Tu coco será de otro tipo, pero ya nos gustaría a muchos teneruna cuantas de esas neuronas y sinapsis.
Repito, el viernes nos vemos de nuevo.
Un amigo.
No es molestia. Me gustan esas pequeñas “investigaciones”. Tengo a un metro la librería con los anuarios.
Gracias, hasta el viernes.