la madre del opositor

La madre del opositor

 

 

“Mi rompedero de cabeza es el siguiente: mi hijo está estudiando desde que acabó la carrera hace tres  años  “para futuro notario” y lleva una vida ausente y esforzada. Se dedica solo a estudiar  y la verdad  a veces pienso si esta “vida” de tanto sacrificio resulta rentable. Hace poco le han propuesto un buen trabajo aquí donde vivimos y hay una cuestión que me quita el sueño. Me digo: si comenzase a trabajar el mes que viene en esa gran empresa, solvente, con desarrollo de carrera profesional, con un buen horario, con vida después del trabajo y pudiendo disfrutar de su juventud, nosotros podríamos disfrutar de nuestro querido hijo que ahora esta siempre en estresado y es “imposible hablar con él”  debido a su situación (siempre tiene prisa porque tiene que estudiar). Desde que tenía trece años está empeñado en ser notario y no le interesa ese trabajo. Quiere tener mejor retribución y creo que siendo notarios será así. 

Ahora llegan mis preguntas:  

¿Merece la pena tanto esfuerzo, sacrificio, años perdidos, vida perdida para ser notario?

¿Merece la pena incluso despues de aprobar que acabes en un pueblecito lejos, con todos los gastos que conlleva; casa, notaría, empleados?

Qué le voy yo a contar a usted que no sepa pero tiene superidealizado el tema del notario y lo que me gustaría es saber si tiene razón, si  merece la pena seguir estudiando años y  años sin ninguna garantía de éxito para conseguirlo o si dejar pasar ese buen puesto es un error. 

Sus comentarios nos encantan  y somos fieles  lectores suyos, así que valoraremos mucho su opinión”.

 

Ya sabe que yo siempre digo que hay tres reglas:

  1. Salud mental y física.
  2. Comodidad económica para opositar sin agobio.
  3. Plan B por si no apruebas.

¿Merece la pena? Mientras las cosas sigan igual, sí, pero la vida está muy convulsa. Todo puede cambiar.

Pero si se mantienen y aprueba, antes o después, sin duda le merecerá la pena. Mi padre era notario a los 24, mi hermana a los 27 y yo a los 34. Le aseguro que nos ha merecido la pena a los tres y eso que mi pena fue diez y siete años más larga, respectivamente, que la de ellos.

En fin, que si él quiere y está sano y ustedes le pueden mantener que siga.

 

Creo que es la primera vez que atiendo la consulta de una madre. Mi madre llegó un momento que en cierta medida deseaba que me lo dejara para no verme sufrir más. Los once años se nos hicieron muy largos especialmente a mi …

 

“Me identifico mucho con su madre por querer evitar el  sufrimiento en esta travesía tan dura, pero hay que estar confiantes. Muchisimas gracias por la pronta y clara respuesta. Estaremos apoyando como siempre a  nuestro hijo y cuando apruebe, le llamaremos para celebrarlo. Espero que sea pronto“.

 

Cuando me he puesto a releer más detenidamente lo que esta madre me contó, he pensando alguna cosa más para decirle y se la voy a decir por este conducto.

Hay gente que se esfuerza más y otros que se esfuerzan menos. Hay gente que no es capaz de esforzarse más. Hay que esforzarse en la medida de las posibilidades y no estirar demasiado la goma. Si se rompe, reconstruirla puede ser difícil. No es un demérito no ser capaz de estudiar catorce horas durante tres años, seis días a la semana y sin vacaciones. La oposición es un cocktail en el que juega el talento, la aptitud y las cualidades de cada uno, la suerte, la economía personal y familiar, la ausencia o no de problemas, la salud, el preparador, los temas, el número del sorteo o el día o la hora del examen. Algunos bestias (como mi padre o mi hermana) no se inmutan con nada pero otros sí que lo hacemos y en ese cocktail podemos salir peor parados que otros. Tampoco es un demérito que este tipo de cosas nos afecten.

Yo no hubiera aguantado once años de no haber sabido que el premio era importante y es que realmente lo es (aunque no tan importante como pueda pensarse). Además, el premio es una vida de trabajo intenso (menos probablemente al principio y mucho más con los años). Nada de dolce far niente como creen algunos. La notaría es muy exigente. La gente se juega y gasta los cuartos en nuestra casa. Se toman decisiones cada minuto con urgencia y sin contemplaciones. Llegas tarde a casa tarde, comes tarde y generalmente nadie te reconoce gran cosa de lo que hagas aunque eso pasa en todas partes. Escuché el otro día a alguien que nunca había que dar las gracias a alguien por hacer su trabajo. Menuda estupidez. A esos sujetos hay que sacarles tarjeta roja de la vida y apartarles de nuestro camino.

Saca usted a colación un tema muy importante y poco conocido. Efectivamente, aprobamos y podemos acabar en un pueblecito en la otra punta de España con unos ingresos normalitos que se mantendrán una temporadilla. Y hay que organizarse una casa, una notaría y pagar un montón de cosas. El Notario sostiene su oficina y ha de ser funcionario, profesional del derecho y empresario. Pero de eso o por eso no se ha muerto nadie. Todos le hemos hecho frente a esa cuestión y aquí estamos.

Una última cosa: yo no tengo la sensación de haberme perdido nada. Dediqué diez años al estudio y el esfuerzo quedó recompensado con creces. La vida es larga y la teórica pérdida no es tal cuando se mira con perspectiva. Lo que sí que pienso es que no sé cómo fui capaz de resistirlo. Quizá por esa idealización que también tiene su hijo, quizá el premio gordo de una vida desahogada, quizá enorgullecer a mis padres que siempre desearon este destino para mí.

Creo que ahora le he dicho todo lo que me ha dado que pensar su consulta.

 

Ánimo, los años son duros pero la vida pasa rápido. Esta semana he dado una charla sobre Catastro a los aprobados que pertenecían a la Academia de preparación del Colegio Notarial de Valencia y todos me han parecido super jóvenes (cuando alguno ya había sobrepasado la treintena). Cuando uno aprueba a pesar de que hasta ese momento se hubiera quedado atrás respecto de los de su quinta, les adelantará rápidamente y puede que le acaben diciendo aquello que me dijo mi viejo amigo Quino: “la verdad es que a mi me hubiera gustado ser Notario …. pero sin estudiar”.

 

 

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario





 

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