Puede que a la gente le sorprendan los zascas, las malas formas y las contestaciones que tenemos que sufrir y soportar en nuestro día a día. Impertinencias las oímos y sufrimos todos en nuestros trabajos respectivos (y fuera de ellos … ). Hasta uno se pone impertinente de vez en cuando, ¿o no? Las impertinencias que sufrimos los Notarios no son peores que las de los demás. Son simplemente las nuestras. En este caso, las mías …
El director de banca
Ante mi petición de que me fuera aportada cierta documentación para una escritura previa a la que el Banco iba a otorgar, el director y apoderado me contesta:
¿Pero eso que me estás pidiendo, lo dice alguna ley o te lo has inventado tú?
Curiosamente esta persona es la misma que me ha preguntado cincuenta veces en nueve años que si la liquidación de gananciales paga al 10% por TPO, olvidando que está exenta y poniendo de manifiesto que es casi la única pregunta que sabe hacer. Yo también puedo ser impertinente, pero procuro no serlo y suelo conseguirlo.
También es el mismo que me pregunta si el administrador que afianza tiene que firmar la póliza de préstamo dos veces porque firma en dos conceptos distintos y el que me dice que por qué firma con su compañero las pólizas si son apoderados solidarios y podrían firmar solos, olvidando que son ellos los que traen redactada la póliza a la notaría desde su oficina.
El celoso gestor
El gestor o asesor jurídico encargado de corregir una minuta de hipoteca solicita el borrador y mi inocente oficial siguiendo mis instrucciones le dice por e-mail:
“Nosotros siempre mandamos los borradores en pdf, no en word. Me gustaría saber porqué motivo los desean en word. Gracias”.
“Pues para poderlos corregir para que va a ser????”, responde el gestor.
Textual. Hasta con los cuatro interrogantes.
Así que no pude reprimirme y le contesté también por e-mail:
“Es usted un maleducado.
Aquí no necesitamos que nos corrija usted nada.
Probablemente se lo tendría que corregir yo a usted.”
No contestó.
Por cierto, esta semana (y hablo a fecha de la segunda edición) hemos vuelto a encontrarnos con este “sujeto” y su talante era exactamente el mismo. Gran ira y hostilidad. La oficina bancaria va a solicitar que sus operaciones las lleve otro “gestor”. Por lo visto sus maneras despóticas las emplea con sus propios compañeros.
También esta semana he leído esto, sobre ser la incompatibilidad entre ser mala persona y buen profesional.
“Niño no se señala”
Tras la firma de una compraventa de finca urbana, sin ninguna especialidad o dificultad reseñable, el vendedor, hombre de avanzada edad pero que estaba estupendo física y mentalmente, me pregunta que cuanto le va a costar la plusvalía (IIVTNU) municipal si no es mucha molestia que se lo diga. Le digo (y la frase da para un post) que “eso no es cosa mía”, porque así es, pero acto seguido acudo a mi web habitual para calcularla (como siempre hago cuando considero que procede hacerlo por el tipo de cliente, porque la factura fiscal puede ser muy alta, porque pienso que el calculo del impuesto no es fácil y puede haber errores, etc..) mientras que le digo:
“Espere que enseguida se la calculo, pero tenga en cuenta que utilizo una página que no es oficial aunque funciona muy bien. Así que si me equivoco – y le hago un gesto con el dedo, medio señalándole y sonriendo- no se me venga usted a quejar”.
El anciano me responde, “muchas gracias por molestarse, pero lo del dedo sobra”. Así de claro. Me dejo planchado. Y es que es cosa sabida eso de que no se debe señalar con el dedo.
¡Y ahora se pone a abrir cartas¡
En mi primera notaría me enfrentaba a un día de trabajo muy animado. Tras la firma de una escritura que se alargó inesperadamente le tocó el turno a un Señor que venía a firmar una póliza de préstamo.
Avisé al siguiente saliendo al pasillo por el que casi no se podía andar y pasó este Señor ya algo acelerado.
Hacía unos instantes uno de mis oficiales me había hecho entrega del correo del día y me di un respiro sacando las cartas de los sobres.
El paisano no me dejó terminar. Soltó un “¡y ahora se pone a abrir las cartas¡”. Yo no recuerdo qué le respondí pero lo hice y no fue de manera amigable. Se me da muy mal discutir y me pongo muy nervioso, así que el tipo, cogió la puerta y no volvió (creo que “nunca mais” lo hizo).
El poderdante jubilado
Mi oficiala me avisa de que le han encargado un poder para pleitos y que el poderdante tiene mucha prisa en firmar. Antes de que termine lo que estoy haciendo, mi oficiala ya ha venido un par de veces a meterme más prisa. De camino a su despacho donde vamos a firmar, veo que como profesión del poderdante consta “jubilado” y pienso ¡cuanta prisa para no tener nada que hacer¡
Pero en el despacho de la oficiala me encuentro a un chaval que luego compruebo que tiene 28 años, que no sé de que estaría jubilado y que solo repite: “prisa, prisa, prisa”. Hasta se me encara repitiendo que tiene mucha prisa.
No utilicé mis mejores maneras para explicarle que su asunto no era el único que tenía que atender, que no era el único que tenía prisa entre todos los que estábamos en la notaría en ese momento, que yo tampoco había comido aún y que esas no eran formas de comportarse.
Captó el mensaje porque aunque no se bajó del burro y se marchó de la notaría dando un portazo, vino a recoger la copia con la cabeza gacha y más tierno que un osito.
Por cierto, se me olvidó decirle que se pegara una ducha, pero no quise ser impertinente.
Las prisas de las hipotecas
Las hipotecas también dan lugar a inagotables impertinencias. Ahora mismo acabo de sufrir una. Un tipo que no hace ni caso a la lectura. El director de banca ni repasa las variables. Y cuando llega el momento de firmar el que no hacía ni caso se pone a leer la hoja donde está la dación de fe y la ultima hoja de la FIPER en las que ya no se dice nada interesante. Se ve que en ese momento le ha hablado una voz interior que le ha dicho “noooo fiiiirmes naaada sin leerloooooo”.
El otorgante queda sorprendido cuando le pregunto si se ha casado. Me responde que hace cinco años. Curiosamente no viene a la notaría desde 2009. Se debía pensar que estoy pendiente de su vida sexual. También le ha molestado que le pidiéramos el DNI.
Y esos abuelos de hace unas semanas que firman con su hija y su nieta y que están refinanciando “in extremis” una deuda hipotecaria y cancelando un embargo (para lo que la oficina y la asesoría jurídica del Banco me habían pedido asesoramiento a mi) gracias a una insostenible ampliación de la hipoteca y que ni se sientan porque tienen prisa cuando están alargando su condena treinta años más que probablemente no van a vivir.
“Es que la chica es muy cumplidora y no quiere llegar tarde al trabajo”, me dice la abuela.
“Sí, comprendo a su nieta”, le digo, “pero -añadí- yo estoy haciendo mi trabajo y no me gustaría oír más adelante aquello de que el Notario no me explicó“
Aguantamos todos el tipo como pudimos y, a cara de perro, pero se firmó la escritura. Los abuelos se disculparon y la madre dijo que era culpa suya, pero no me dio la mano cuando se marchó.
Pobre chica enredada tan joven en las deudas familiares que atascarán, sin duda, su propio proyecto vital.
Esta familia era además de las que creen que uno entra por la puerta de la notaría y se sienta con el Notario a firmar. Esto da para un post independiente, así que no me detendré más en esta cuestión.
Lo habéis hecho mal u os habéis equivocado
No es que esto sea propiamente una impertinencia, pero esta cantinela del que llega a la notaría con algún error detectado por él o en otras instancias como son especialmente el Catastro, el Registro o Hacienda, me resulta bastante molesta. También es un tema para tratar en post aparte.
Esto lo tienes que organizar de otra forma/estas cosas no pueden pasar
Hasta eso he tenido que oír y a unos que “no saben hacer la O con un canuto”, notarialmente hablando, pero que en cuanto esperan cinco minutos, aunque vengan a firmar nada menos que su concurso de acreedores te espetan que “esto lo tienes que organizar de otra forma”. Le respondí que no tenían razón y no me atreví a decirles que se preocuparan de sus problemas que eran muchos y que estaba muy feo eso de criticar la casa de otro.
Algo similar es lo que dice ese director de banca que descubre que la minuta de su hipoteca no es la minuta que debería ser y te suelta “estas cosas no pueden pasar”.
Que escriba qué para eso le pagamos
En la Junta General de una sociedad a la que había sido requerido para levantar acta, tuve que sufrir varias impertinencias y muy desagradables. Esta clase de documento siempre es conflictivo, no se llama a un Notario para que levante acta cuando las cosas van bien, se le llama cuando van mal. Así que es el caldo de cultivo idóneo para las impertinencias que puede sufrir cualquiera de los presentes. En este caso fui yo el damnificado.
Esta sociedad ha firmado algunos documentos conmigo cuyo resultado no ha sido el esperado por los socios por lo que alguno me considera en todo o parte causa de su mala fortuna y tuvo a bien hacérmelo saber en forma de un burlesco “anda, si es nuestro amigo”. Ya sentados en la sala de reuniones de la empresa, vino el segundo par de banderillas cuando se dejó caer por el mismo sujeto y en tono similar que “si esas escrituras las firmamos con él”. El tercer par me llegó cuando uno de los asesores comentó que me estaban haciendo escribir mucho y el mismo impertinente dejó caer “para eso ha venido aquí y nos va a cobrar por ello”. Probablemente, además, me estaban grabando y me vi obligado a hacer un inciso para señalar que el objeto de nuestra reunión era la celebración de la Junta y que no era el momento de realizar ninguna clase de insinuaciones relativas a mi persona que no tenían relación en absoluto con el objeto de mi presencia en la empresa.
¿A quién has robado hoy?
Esta impertinencia es sencillamental brutal y, para mi, especialmente desoladora.
Salía de mi despacho sobre las 19 horas, tras unas 9 horas de trabajo ininterrumpido (salvo por una rápida y ligera comida en mi despacho), para coger el coche de un solar próximo que está habilitado como parking.
Mientras avanzaba hacia mi coche y desde un andamio, medio encubierto, alguien gritó: ¿A quién has robado hoy? No tenía ningún sentido que le estuvieran diciendo eso a otro que no fuera yo. Se dijo en alta voz y no había nadie más en el aparcamiento. Me retorció las tripas el comentario, pero no dije nada, me metí en el coche, arranqué y me fui. Eso parece que piensa de mi un obrero del pueblo en el que llevo 9 años trabajando. Por cierto, conozco a su jefe. Hace unos días hubo que repetir la firma de dos pólizas por un fallo del Banco, o tal vez de él mismo, porque las versiones de las partes se contradecían y no supe quien tenía la razón. No le cobré por ello. No cobre dos veces por lo mismo y podía haberlo hecho perfectamente.
Por supuesto, no dije nada al jefe, aunque mentiría si dijera que no tuve enormes tentaciones de hacerlo.
YA
“Buenos días: Necesitamos que a partir de ya las copias de Banco X se expidan SIN CARÁCTER EJECUTIVO. Es muy importante y orden expresa de la entidad. Muchas gracias y un saludo”.
Me parece a mí que no estamos en el colegio, ni nos está hablando nuestra madre, ¿verdad? Qué tal “a partir de ahora”, en vez de ese YA que suena tal mal. Y YA puestos, podría usted haber indicado si el YA es retroactivo o no, es decir, si se refiere a las copias de escrituras otorgadas desde el preciso instante en que he leído su correo (o desde que usted lo ha enviado, quien sabe) o a las de aquellas otorgadas antes pero sin copia expedida dentro de plazo. Imagino además que ese YA no se refiere a las peticiones que se nos cursan por ustedes (o por otras notarías) de escrituras que pertenecen a los protocolos a nuestro cargo, es decir, a nuestros archivos. Ya, ya, me hago cargo. Tal vez debía haber contestado: ¡A sus ordenes¡ o ¡Señor, sí, Señor¡
La hija del Juez y sus impertinencias
Esta impertinencia me la cuenta José Antonio, oficial de notaría, al que doy las gracias y es una cuestión que me gustaría tratar en otro post trasladando la forma en que actúa la gente en una notaría a otro ámbito como, por ejemplo, el de la administración o el de la Seguridad Social. Me imagino a muchos llegando a una ventanilla o al médico con las mismas fuerzas, con el mismo ímpetu, con las mismas prisas, con las mismas exigencias, con el mismo “tonito”, que llegan a la notaría donde parece que nunca tenemos nada que hacer, excepto ocuparnos del problema del que en ese momento entra por la puerta. Pero, de momento, vamos con la hija del juez:
“La mejor que me ha pasado a mí fue con una Señora a la que le dije que no podía desheredar a su hijo por haber discutido con él. Dicho lo cual me contesta “perdone usted, pero mi padre era juez, y algo de derecho sabré sobre el tema; seguramente más que usted”.
Con el mismo tono le contesté:
“Señora, mi padre era panadero y yo no sé hacer un bollo; ni los conocimientos de un juez, ni los de panadería se adquieren por herencia”
Impertinencias en Twitter
También hay impertinencias en Twitter. Muchas, muchísimas. Recuerdo una en la que alguien me acusaba de mi nefasto marketing cuando “promocionaba” algún producto gastronómico en mis tuits. Para esa persona, así me lo dijo, era suficiente que yo hablara de algo para poner el producto en su lista negra.
En otra ocasión alguien me ridiculizó por consumir naranjas que se vendían on-line.
Y allí salió mi hermano, el de cuellotortuga que zanjó el tema de manera definitiva: “Se las regalan, gilixxxxx. Cómeme el raxx, cobardica”. Perdón por las expresiones malsonantes, pero todavía me estoy riendo y es que un hermano mayor es un hermano mayor, o ¿no?
Dominación notarial
No contenta con habérselo hecho saber por mail a mi auxiliar, la agradable Señora de una gestoría me envía también a mi el mismo correo, en el que dice:
“Buenos días, según operativa de la entidad, necesitamos que todas sus escrituras estén facturadas antes de los diez días después de la firma. Son requisitos inamovibles para un buen funcionamiento con la entidad. FACTURAS, ASIENTOS, DIARIOS y PROTOCOLOS: XXXX. OJO EL PH DEBE DE ESTAR FACTURADO SEGÚN OPERATIVA DE LA ENTIDAD, UNA PARTE A LA ENTIDAD (una copia autorizada, una copia simple), el resto de facturación a nombre del CLIENTE”.
Ni da las gracias, ni se despide.
Iba a empezar diciéndole que el PH de mi piscina está bien y que el de mi pelo es neutro, pero me parecía demasiada coña, así que me moderé y le contesté:
“Buenos días: Todas mis facturas están emitidas en ese plazo y si no lo están es por alguna causa justificada. También yo tengo que disponer de las minutas antes y no las tengo y me aguanto. La parte de los gastos de la entidad se factura de ese modo, así que no me doy por aludido, ni conozco sus abreviaturas (conozco las mías), ni me gustan los colorines, ni los destacados. Dicho lo cual si usted necesita saber el ASIENTO y el DIARIO, se procurará facilitárselo, en plazo y sin errores, pero sin tantas exigencias, que aquí estamos todos trabajando, igual que allí. Saludos, Justito El Notario“
Al poco recibí respuesta diciendo que era un correo estándar que se enviaba a todo el mundo y disculpándose. Acepto las disculpas (cosa que ya no dije porque no contesté al segundo mail), pero creo que el hecho de que se trate de un e-mail igual para todo el mundo, no exime de la correspondiente educación. Es más, si es general para todos, deberían tener diferentes graduaciones, como las tengo yo para los morosos: por favor pague, le he dicho que me pague, pague cabxxx.
Por cierto les pierde la lengua (la tecla), al decir “según operativa de la entidad”, ¿entonces no estáis pactando los gastos con los clientes? ¿se los seguís imponiendo, aunque se repartan?
Y en el mismo día tengo otra
“Fulanito ya ha firmado, pero me dice que el préstamo es de uso personal y en cambio no veo la cláusula de desistimiento. Además la comisión de reembolso debería ser del 0,5% el último año, si es de consumidor. Tal vez sea uno de esos casos en que el uso es personal, pero el préstamo a vuestros efectos no está configurado como tal. O de esos en que siendo de consumidor, se le pueden dar mejor condiciones configurándolo como no consumidor ¿O es simplemente un error?“
Y dice el del Banco:
“Justito, no sé … Es un crédito al consumo con condiciones fijadas de antemano por la entidad. No me líes que ya voy liado de por si”
Y digo yo:
“Bueno hombre, yo no te lío…….solo pregunto, pero si Fulanito me dice que es un préstamo “personal” no profesional y no veo lo que tengo que ver (desistimiento y comisión dentro del límite legal), pues me corresponde hacer las advertencias oportunas en mi diligencia de intervención pues lo que parece que tengo en la mano es un préstamo no consumidor, cuando en realidad sí que lo es. Nada más”.
No me contestó. Más tarde pude encontrar la cláusula de desistimiento, pero ya no me dio la gana de decírselo. Las advertencias relativas a la comisión quedaron realizadas. Por cierto, “condiciones fijadas de antemano”, que mal suena eso en estos tiempos.
Media impertinencia
Se pretende repetir el valor de tasación de la escritura de constitución de hipoteca en otra de novación y ampliación de la misma hipoteca. Ese valor coincide exactamente con el del préstamo, según la nota del registro, pero la representante de la entidad tiene dudas pues esa coincidencia es inusual. Como no disponemos de la escritura de hipoteca, le ofrezco llamar al Registro con la finalidad de salir completamente de dudas y me dice “bueno, pero si es rápido”. No llamé y optamos por decir simplemente que era el mismo valor, sin indicar importe.
Cuatro impertinencias en un mismo día
“Estimado cliente: Adjunta se envía factura: XXXX. Saludos Cordiales”.
Y añadimos:
“Hola Fulano, tenemos esta factura de Enero sin abonar”.
Respuesta:
“PAGADAS. Recuerda entrar a la cuenta por Internet que hace tiempo que no entras”.
En este caso, no contesté porque no me lo dijo a mi, sino a mi auxiliar, pero le hubiera dicho:
“Pues mira, entré hace tres días, así que te has columpiado y además mi auxiliar no es la que se encarga de esto, sino yo y además me estás pagando tres pólizas una de las cuales es del año pasado. Así que te columpias otra vez. ¿Qué te pasa? Es el segundo zasca que nos arreas esta mañana”.
Me quedé con ganas de adjuntar aquello de….
Por lo demás, aceptaré que me digan que tengo la piel fina, pero desde luego algunos la tienen bastante áspera y no podrán negarlo tampoco.
Sin duda, alguna las impertinencias serían dignas de una saga como las de los Chistes y Anécdotas Notariales.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Buenas tardes, admiro la función del Notario. Llevo muchos años de empleada de banca en Burriana, y esta recopilacion de anécdodas me resultan superfamiliares y me encanta leerlas. Es tan gracioso como real, y en el dia a dia puede resultar agotadoras pero visto en perspectiva resultan simpáticas…..
Muchas gracias el post. Sr Justito ademas las publicaciones en twiter son muy instructivas y me encanta seguirle.
Saludos
Hola Isabel:
Conozco a Paco Mondaray con el que coincidí por última vez en Notartic. Salúdale la próxima vez que le veas.
¿Sabes lo que pienso cuando alguien como tú de la Banca se identifica con mis anécdotas? Pues en que no sé porque tantas veces tenemos que luchar tan a brazo partido los unos y los otros. No somos aliados y odio que me digan que soy aliado de la Banca, pero somos personas que trabajan a diario juntas. El Banco no existe, solo existen las personas.
Tengo 48 años y solo llevo 14 como Notario (si me sigues y lees sabrás lo que me costó aprobar) y a estas alturas (y me quedan 22 años para jubilarme) todas esas cosas me tienen ya muy cansado. ¿Cómo estarán los compañeros de 50, 55, 60, 65 o 69? ¿Cuándo se pierden las fuerzas o decaen los ánimos para hacer las cosas bien y mandar a alguien a freír puñetas? Porque te juro que me cuesta…me cuesta, a veces mucho, no hacerlo.
Creo que me has dado una idea para un post….
Gracias por la participación y por el comentario. Un abrazo. Justito El Notario.
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Una vez más, genial el post D. Justito
Soy apoderada de banca desde hace varios años y siempre he trabajado en la misma oficina de un pueblo pequeño. A propósito de las prisas de alguno de los firmantes de operaciones hipotecarias, en los últimos días estoy comprobando que este tipo de gente de la que habla, los que tenían prisa, en muchos caso son los mismos que vienen ahora a la oficina enfadadísimos diciendo cosas como: “…vengo a que me quites la cláusula suelo esa que me habéis puesto sin enterarme…me vais a devolver todo lo que es mío…. pero que sinvergüenzas que sois los banqueros!!!…” No me sentí aludida en nada de lo que dijo -ni soy banquera, ni sinvergüenza ni le puse yo nada…- pero me miraba al hablar. Un poco impertinente diría yo…
María F.
Hola María:
Muchísimas gracias. En esos pueblos pequeños he trabajado yo. En ellos me llevé siempre de bien para arriba con todos los profesionales de la banca. Mis problemas empezaron en mi actual destino. ¿Fue la crisis? ¿fui yo? ¿ellos? ¿ambos? Sigo llevándome de bien para arriba con la mayoría, pero hay alguno infumable. Los enfrentamientos son comunes, aunque sean sin hablar….
En cuanto a los clientes, he tenido suerte. De momento solo he recibido una “amenaza” de “denunciarme” y ha sido por la expresión manuscrita a la que le llegará el turno de estallar. El resto del personal respeta generalmente los límites.
Yo tampoco me siento aludido, ni recurro a la excusatio non petita (como decía una impertinente en Twitter el otro día), pero me duele porque me empleo a fondo y espero un trato en correspondencia. En fin, serán los tiempos. Gracias por la participación y el comentario. Saludos, Justito El Notario.
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La mejor que me han hecho a mi, ha sido una señora a la que le dije que no podía desheredar a su hijo, por haber discutido, a lo cual me contesta “perdone usted, pero mi padre era Juez, y algo de derecho sabré, seguramente más que usted”, a lo que con el mismo tono le contesto: “señora, mi padre era panadero y yo no sé hacer ni un bollo, ni los conocimientos de Juez ni los de panadería se adquieren por herencia”. Me quedé más ancho…!!
Estimado José Antonio:
Es muy buena, ¡es casi un proverbio chino¡ ¿Me das permiso para utilizarla en el próximo “impertinencias” que tengo en preparación?
Gracias, un abrazo. Justito El Notario.
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Por supuesto que le doy permiso, faltaba más!!
Muchas gracias, un abrazo
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Muy bueno el post y muy gracioso, sobretodo por lo de las dos firmas; salvo por lo de “oficiala” que, por muy aceptado que esté y mucho que le duela a la RAE, soy disidente suyo en esos aspectos… Digamos “modernistas”.
Estimado Telmo:
Muchas gracias. Será otro post de la sección Terapéutica, sin duda.
He utilizado con normalidad esa palabra desde hace años y no pensaba que no fuera correcta y de hecho me ratifico viendo sobre todo esta acepción de la RAE que admite M y F:
8. m. y f. Empleado que bajo las órdenes de un jefe estudia y prepara el despacho de los negocios en una oficina.
Gracias por la apreciación y el comentario. Saludos. Justito El Notario.
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