Pero, ¿por qué no va a la gente al Notario de su pueblo o de su ciudad que menos firma o a uno que tenga menos trabajo? ¿porque no es tan bueno o, directamente, porque es un manta? No, no creo que sea precisamente por esto. Centrándome en lo mío que es lo que conozco, es decir, en mi actual notaría aunque sea predicable de las dos anteriores que he tenido, ¿podría afirmar que hace falta otro Notario en mi pueblo? Lo digo porque si me retraso tanto en cada firma, en parte podría ser porque no doy abasto, ¿no? (o porque soy un manta). Mi respuesta es no, decididamente no, en mi pueblo no hace falta otro Notario. He firmado 723 escrituras en 2017 y firmé, estando igualmente solo, unas 1.400 el año de mi llegada (2008). Sigo teniendo el mismo personal, pero ha aumentado la complejidad de los asuntos y también ha aumentado el grado de exigencia de los clientes (grandes, pequeños y medianos, particulares o personas jurídicas) y también la de las distintas Administraciones Públicas y sus organismos y dependencias (Catastro, por ejemplo).
Además y ya lo dije en el post que enlazo en la primera línea de este, mis retrasos, las esperas que ocasiono se deben también a mi forma de ser y de trabajar. Intento ser riguroso y concienzudo, soy pesado, preguntón y lento. No me gustan las prisas que son malas consejeras y solo conducen a cometer errores y como ya estoy resignado a que a muchos no les guste mi forma de ser, ni mi forma de trabajar, pues me aguanto y firmo poco pero firmo a gusto. Creo que en mis posts sobre “Presupuestos de escrituras” y “El Notario eléctrico” también hay un completo análisis de las diferentes formas de trabajar, de sus resultados y de su repercusión en el ritmo de un Notario y de su notaría.
Hace unos días tuve una mañana de locos (eso para mi es firmar unas diez escrituras) que concluyó más allá de las tres de la tarde y que continuó con una magnífica comida en el Restaurante Elías con un par de buenos amigos, uno de los cuales me dijo:
“En el pueblo dicen que eres muy riguroso, eso está bien, ¿no?”
Le contesté que depende, que a unos les gustará y a otros no y que no era lo mismo ser riguroso por exigir un intérprete a un extranjero que ves que no se entera, aunque él diga y el Banco diga que sí se entera y que, además, ya se lo han explicado todo en la oficina, que serlo porque no dejas firmar a uno con el Carnet de Conducir, que serlo porque te conformas con uno que te dice que ya sabe lo que viene a firmar y le firmas, que serlo porque explicas a un comprador que una finca que compra no tiene una obra declarada o que le faltan 4.000 m2 de superficie. Tampoco es lo mismo subsanar montones de escrituras que no hacerlo casi nunca o que firmar pensando en que “ya se subsanará” o que echar balones fuera cuando la gente llega con un problema posterior (Registro, Catastro, Hacienda … ) derivado de tu escritura o que perder tu tiempo atendiéndolo y procurando solucionarlo cuando otros se apuntarían, sin duda, al “eso no es cosa mía”.
Aconsejo la lectura de dos interesantes posts publicados en notaríAbierta sobre el asunto de las culpas, las responsabilidades, las presiones, la rigurosidad, el saber decir que no, etc … en el ámbito notarial.
Conclusión sobre el número de notarías
Así que a ese comentario en aquel post, le tendría que decir que sí y que no, que cambie de Notario si le hace esperar mucho y no lo considera razonable y que busque a otro que le guste más (estoy seguro de que lo encontrará) porque no le haga esperar y le convenza como trabaja. La inmensa mayoría de los Notarios no firmamos tanto, tenemos buenos equipos y damos a basto, aunque las esperas sean difíciles de asumir y de explicar. ¿Cuánto tiempo se emplea en decidir comprar una casa? ¿Y en negociar la hipoteca? ¿Y en enviar lo necesario a la notaría? ¿Por qué cuando llega el momento de la verdad nos dejan a nosotros tan poco tiempo? Por cierto que, ¿cuánto tiempo está uno con el Notario cuando va a una macronotaría? ¡Atención¡ que hablo de ver al Notario, de estar con el Notario, no en la notaría, pues no olvidemos que lo importante (la hora de la verdad) llega (o debería llegar) cuando uno se sienta delante del Notario.
Creo que la solución al problema de los retrasos y esperas no está en que haya más notarías, pues lo que está detrás (el verdadero problema) es que el trabajo no está bien repartido, es imposible de repartir y una vez hecho el reparto, si se pudiera, no atenderíamos (empleados y Notarios) todos del mismo modo, con lo que los retrasos siempre seguirían existiendo, pero por diferentes causas (y, claro está, no todas imputables a notarías y Notarios).
Un último (pero importantísimo) argumento, que no me quiero dejar en el tintero, es la cantidad ingente de cosas que los Notarios tenemos que hacer antes, durante y después de los otorgamientos (y especialmente lo que tenemos que hacer después que es lo que no ven aquellos que pasan por una notaría). No somos los únicos a los que les han aumentado las obligaciones (a veces de cierta complejidad), aunque nuestro consuelo, o al menos el mío, es que nosotros somos funcionarios y por eso nos toca apechugar con ellas. La lista que tengo recogida en este post, creo que ya se ha quedado corta. Se trata de labores que no conllevan, en la mayoría de los casos, una repercusión en nuestra factura (no cobramos o cobramos muy poco por ellas), por lo que me atrevo a (oso) decir que en las notarías nos vemos con dificultades para atender esa avalancha de cosas con el personal de que disponemos, sin posibilidad de aumentarlo porque el incremento del trabajo no representa un crecimiento de nuestra facturación en una proporción que lo permita. Actualmente yo estoy trabajando, que no firmando, más que nunca debido a esta causa. La solución a este problema (que es un problema relativo, pues denota que somos muy importantes para el sistema) no está en poner otra notaría en mi pueblo (o en cualquier otro pueblo cercano) pues no se sostendría económicamente: la solución tiene que venir por la vía arancelaria (más facturación, más personal, menos tiempo de espera).
Análisis del resultado del último concurso
Por cierto, ahora que podemos concursar vía Signo, ¿se mantiene lo de las 14 horas que establece el artículo 94 del Reglamento Notarial, ¿no? Es decir, si presentas instancia en papel lo has de hacer antes de las 14 horas y si la firmas electrónicamente también antes de las 14 horas, ¿correcto?
El anuncio del concurso se publicará en el «Boletín Oficial del Estado» y en él se convocará a los Notarios que quisieren aspirar a las vacantes incluidas en el mismo, para que las soliciten con sujeción a las reglas siguientes:
1.ª Presentar en la Dirección General una instancia firmada de su puño y letra, dentro de los quince días naturales siguientes a la publicación del anuncio, debiendo ingresar las instancias en el referido Centro directivo antes de las dos de la tarde del día en que finalice el plazo, quedando sin efecto las que ingresen después de dicha hora, cualquiera que sea la causa.
¿Qué tiene Barcelona? ¿Y Cataluña? Lo digo porque unos 35 nuevos compañeros se van allí destinados. Buenas notarías y buenas comunicaciones, a bote pronto es lo que me parece ver a mi, pero hubo un hilo en Twitter tras el concurso que me hizo pensar en que muchos somos conscientes (más allá del dato de que más del 40% de la promoción vaya a Cataluña y centrándonos en el asunto de las primeras y segundas) del problema que representa ver a los más jóvenes en plazas de altos niveles de exigibilidad y competencia, aunque no me ha parecido correcto dejarlo aquí reproducido, pero sí desarrollar muchas de las ideas que se tuitearon. El que lo quiera leer, aquí lo tiene.
Convenios
¿Irías a Talsitio si no te dieran convenio? ¡Ay los convenios¡ Son una lacra en ocasiones, aunque depende de cómo, cuándo, dónde, porqué, con quién, etc… En las Jornadas de los Nuevos Notarios, les hablaron de ellos. Supongo que se les explicaría bien que hay convenios reglamentarios y anti reglamentarios.
Presión
Los nuevos Notarios necesitan tiempo para curtirse (como en cualquier otra profesión) y aprender a hacer bien su trabajo sin sucumbir a las presiones, que constituyen un verdadero problema del que tienen que hacerse muy conscientes. No es que no se sepa (que no se sabe y que no se dude que no se sabe lo suficiente …), es que si uno no es capaz de aguantar la presión cometerá errores y hará las cosas regular o directamente mal; hará las cosas como no deben hacerse. El Notario que yo era el primer día en que pudimos firmar los de mi promoción (allá por Febrero de 2003) está a años luz del que se marchó de Mondoñedo, del que se marchó de Es Mercadal y del que sigue siendo, diez años después, Notario de Pinoso. Aún hoy aprendo y mucho (vean dos de mis posts de hace un par de semanas sobre STI y ROLECE), aún hoy me equivoco y aún hoy me siento presionado casi todos los días (y estoy en un pueblo de 8.000 habitantes). No obstante, prácticamente todos los días, me salgo con la mía (no firmando en muchas ocasiones) y eso no es tan fácil al principio. Los que estamos ya dentro sabemos de lo que hablamos y los que están por entrar no tanto. Si presumimos que no se sabe, es porque nosotros ya hemos pasado por eso, no porque presumamos que los nuevos Notarios sean distintos a como éramos nosotros hace unos años. Que nadie se ofenda, ni se de por aludido.
Ayer mismo (hablando de presiones) un inglés nos mandó a la mierda (con perdón) a todos los de la notaría por exigirle un traductor en una póliza de préstamo. El que se ha ido allí es él …. y sin firmar, claro.
Tal vez piense alguno (o muchos) que las complicaciones que uno puede encontrarse en la notaría no están en relación con su clase, con su categoría, ni con el número de notarías de la plaza pero en los primeros tiempos en que cuesta entender y explicar todo lo que firmas, el no saber hacer aún hacer bien tu trabajo unido a la inexperiencia, te pueden llevar a ceder a las presiones que directa o indirectamente vienen de los clientes, de los compañeros y de la banca, del mundo inmobiliario y de los malos profesionales que se preocupan solo de sus propios honorarios. Esas presiones están directamente relacionadas con el tamaño de la población, con el número de compañeros, de clientes, de oficinas bancarias y … de malos profesionales. Esa es la presión que te puede hacer irte al lado oscuro de la fe nada más empezar, no la falta de conocimientos, aunque esté también claro que con lo aprendido en la oposición no se tienen más que los mimbres para el cesto. Ahora hay que empezar a rellenar ese cesto y bajo presión es mucho más fácil equivocarse y no hacer las cosas bien….
¿Limitaciones?
Quizá podría impedirse reglamentariamente entrar en primeras y segundas. Aseguraríamos un mínimo bagaje antes de ir a una gran plaza.
Vuelta al campo
El problema de la vuelta al campo de los de la ciudad que podría alegarse para justificar el resultado del concurso existe, pero no afecta a los nuevos. Los que se vienen al campo no van a las notarías de entrada (¡que me lo digan a mi y a mis quince años de antigüedad en tercera¡). No hablamos de perder estupendas notarías de tercera y coger notarías desastrosas de primera o segunda, sino de coger notarías de entrada (muchísimo más que dignas para aprender y forjarse) y dejar pasar notarías desastrosas de primera o segunda (salvo convenios, claro está).
A mi me daban miedo las primeras y hasta las segundas (me daban miedo hasta las terceras que no eran únicas). Las puse todas en bloque al final de mi instancia, pero también hay que tener en cuenta que en mi promoción solo dos compañeros entraron en segunda, nadie lo hizo en primera, lo que no supone que ninguno lo hubiera hecho de haber tenido la oportunidad de hacerlo. Yo volvería a hacer lo mismo (estoy absolutamente seguro), con la excepción de que hubiera habido una notaría en mi ciudad en cuyo caso no creo que (aunque fuera de mala gana) la hubiera dejado pasar, pues estaba deseando marcharme al sitio más lejano que pudiera tras casi once años de oposición. ¿Hubiera sucumbido yo a la presión? ¿hubiera desarrollado de otra forma mi aprendizaje? Puede que sí o puede que no, aunque en mi fuero interno estoy bastante convencido de la respuesta.
Curiosamente, y me fijo mucho en los concursos, hay muy pocas espantás. Son escasos los supuestos en que un compañero que empieza en primera, se marcha, antes o después, más tarde que pronto o más pronto que tarde, a una notaría de segunda o de tercera. En todos los casos que conozco el elemento económico (el elemento ruina) ha sido fundamental; nadie que yo conozca ha huido de la presión. También sospecho que algunos han sucumbido a ella.
Vender fe
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Hola Justito! Una pregunta! Comentas en este post que sois funcionarios, corrígeme por favor, puesto que mi visión era la siguiente:
Un Notario es un trabajador privado por cuenta ajena (autónomo en el 99% de los casos imagino), que desempeña una función pública. Un Notario no tiene un sueldo que le paga el Estado (los contribuyentes), sino que sus ingresos depende directamente de la actividad que él realice en su Notaría.
Pese incluso a tener oposiciones y posibilidad de excedencia, no es el estado quien te paga ni tienes obligatoriedad de “horario funcionarial” y otra serie de premisas que sí tienen los Policías Nacionales o la chica que me da el certificado digital en Hacienda cuando se me caduca.
Recuerdo alguna vez haber leído algo que a los estibadores también les pasa algo parecido, e incluso a los Registradores no? Todos ellos tienen su propio convenio colectivo (supongo)
Y en cuanto a los Notarios, particularmente, eres un empresario que tiene que se le encarga montar una oficina para que en ella se desempeñen ciertas obligaciones públicas (y privadas también), básicamente la de dar fe en documentos. Si en algún mes, por cualquier cosa, por ejemplo ahora en Agosto que están cerrados los Juzgados y las Administraciones y es posible que se firmen menos números, pólizas y copias, los ingresos brutos no superen a los gastos brutos y tengas pérdidas, el Estado o la Comunidad Autónoma o Hacienda no te paga, no? Vamos, de hecho no te paga si quiera la cantidad ingente de copias que te piden por Ancert.
En fin, solo quería aclarar ese concepto.
Un saludo y hracias de antemano.
Buenos días Alberto:
Disculpas por el retraso en contestar, pero estaba de vacaciones.
No es correcto lo que dices. Sí somos funcionarios. Lo establece el Artículo 1 de la Ley del Notariado y nada menos que desde 1862. Esa ley unificó los diferentes tipos de Notarios existentes hasta la fecha y nos situó clarísimamente entre los funcionarios públicos.
La circunstancia de que nuestra retribución sea arancelaria no nos excluye (como a los Registradores) de nuestra condición de funcionarios. La retribución mediante arancel es una de las caben en el funcionariado, aunque actualmente solo (que yo sepa) quedemos dos cuerpos con este régimen retributivo.
Por otra parte, ejercemos una potestad que corresponde al Estado que la tiene reservada en el Artículo 149 de la Constitución y el protocolo notarial es propiedad del Estado.
Tampoco nos excluye de la condición el hecho de que organicemos libremente y sostengamos nuestra oficinas (que son oficinas públicas), además las notarías se demarcan por el Estado (por el Ministerio de Justicia del que dependemos jerárquicamente a través de la DGRN).
No somos empresarios, somos trabajadores autónomos desde el punto de vista fiscal, laboral y de Seguridad Social. Estamos en el RETA desde el año 2004, como consecuencia de un proceso que afectó a más colectivos funcionariales que disponían de sus propias Mutualidades que fueron paulatinamente suprimidas.
Así que es incorrecto lo que dices, aunque entiendo que nuestro estatus pueda generar esta clase de confusiones.
Añado (un par de días después) estos otros artículos del RN:
“Artículo 58
La jubilación implica el cese de la relación funcionarial y la pérdida de la condición de funcionario a los efectos del ejercicio de la función pública notarial y de la posibilidad de ser elector o elegible para órganos colegiados de la organización corporativa notarial”.
“Artículo 60
El Notario, una vez que obtenga el título y tome posesión de su Notaría, tendrá en el distrito a que corresponda la demarcación de la misma el carácter de funcionario público y autoridad en todo cuanto afecte al servicio de la función notarial, con los derechos y prerrogativas que conceden a tales efectos las Leyes fundamentales tanto de carácter civil como administrativo y penal.
….”
Saludos y gracias, Justito El Notario.
Si te ha parecido bien o te ha resultado útil mi contestación, puedes invitarme a una caña o hacer un donativo a una ONG; si quieres más información pincha aquí
Creo, por la experiencia que tengo, que desde que les metieron el “gol” con la fusión con los corredores de comercio hay demasiadas Notarías, por lo menos en los municipios medianos y grandes. Le pongo un ejemplo, en Avilés (Asturias) -Notarías de 2º clase- hay 9 notarios para una población de unos 30 ó 40 mil habitantes, Normal, que las que salen a concurso queden vacantes. Ni siquiera los recién ingresado quieren acudir a Avilés (insisto, Notarias de 2, no de 3). No les compensa y la competencia es feroz.
Le comento una anécdota. Cuando hace poco quise depositar un disco duro de un ordenador portátil en una Notaría de esa población -a sabiendas de que los notarios no tiene obligación de depósito, aunque tampoco está prohibido- y un notario no quiso hacerse cargo de lo que yo le pedía, recibí cuatro llamadas telefónicas de otros tantos notarios en los que se postulaban para hacer el depósito que yo solicitaba. Lo que no se es como se enteraron. Ahí me di cuenta de que la competencia era feroz.
Un cordial saludo.
Estimado Carlos:
La verdad es que resolver el asunto de la fusión no fue nada fácil y más bien lo percibo como un “empate” o como un gol a unos y a otros.
Por lo que he podido comprobar en Avilés hay actualmente 6 notarios en activo y para esa población (y sobre todo si entramos en las odiosas comparativas pues Lorca con 90.000 tiene cuatro y en breve se amortizará una plaza y quedarán 3…..ay…la Demarcación Notarial que misterios tiene) me parece mucha notaría. No me extraña esa competencia si hay varios despachos abiertos (en Lorca debe de haberlos) y eso que el documento encargado es de esos que cualquiera tendría tendencia a quitarse de encima.
En fin, que parece que estamos de acuerdo en que no hacen falta más, pero también en que algo habría que hacer para mejorar el reparto cosa que veo imposible si los que tenemos que informar lo hacemos de manera partidista.
Gracias por la participación y el comentario. Saludos, Justito El Notario.
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