Alquilamos una magnÃfica casa en Tgret con unas vistas espectaculares a la bahÃa. El baño en la bahÃa no era lo mismo que en mar abierto pero la placidez de las aguas, la abundante vegetación, el pueblecito con sus pocas casas y sus dos restaurantes, el puertecito, el calor moderado, la piscina, la compañÃa, la barbacoa, las tumbonas y algunas cosa mas lo compensaban con creces. Eso sÃ, seguramente al visitante de Istria le aconsejarÃa no irse tan abajo (a no ser que hayan arreglado las carreteras en estos cuatro años que han pasado).
Si Tgret está casi abajo del todo de la penÃnsula, Koromacno está aun mas abajo. Al llegar en busca de la playa se encuentra uno con una fábrica que le hace temer que estando al borde del agua y con el aspecto que tiene que se ha equivocado de playa. Pero no, el agua está impoluta, aunque la playa, eso sÃ, es de piedras (de cantos rodados que te hacen polvo al caminar). El dÃa estaba raro; incluso llego a lloviznar pero no nos fuimos. Alquilamos sombrilla y hamacas y echamos allà unas cuantas horas entre risas y algo de manduca que fui a comprar a un barecillo cercano donde me aprovisioné de cerveza, calamares con patatas y mayonesa, hamburguesas y algún bocata.
En la zona además de cantos rodados hay zonas de roca. Curioseando por ellas me di un resbalón que pudo tener consecuencias graves pero que quedó en costalazo y ridÃculo. Nadie se dio cuenta de los de mi familia porque unas rocas tapaban a otras y no tenÃan visibilidad. Para habernos matado.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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