“Si no aprobaba el tercero, tenía claro que no iba a tomar “en caliente” la decisión de dejármelo. Cuando vi que no estaba en la lista, primero llamé a mi novio, luego a mi preparadora y luego a una compañera que también había suspendido y que me dijo que iba a buscar trabajo en alguna notaría. A fin de cuentas, me dijo, es un trabajo “haciendo lo que nos gusta”. Pero yo no puedo hacerlo y pienso que o soy Notario o soy una cosa radicalmente distinta. Ni me veo, ni quiero. Si al final no puede ser, pues qué le voy a hacer, pero ahora mismo, lo pienso y creo que me desesperaría”.
Bueno, de todas formas, aunque uno tenga el calentón de dejárselo o de continuar, luego (al día siguiente, al otro o un mes después) hay que dejárselo o hay que continuar “de verdad” y ambas cosas son difíciles cuando uno se ha plantado en un dictamen y no lo ha conseguido. Yo no me lo dejé tras mi primer suspenso pero inicié una cuesta abajo que a los siete meses me llevó a un largo parón tras el que, milagrosamente, fui capaz de recuperarme. Y aquí estoy …
“Lo que nos gusta”. Bueno, trabajando en una notaría se pueden hacer cosas diferentes e incluso puedes hacer de todo si eres un “oficial integral” o si las características de la oficina lo requieren o exigen, pero ese “lo que no gusta” no termina de convencerme. Yo me considero un Notario-oficial porque sé hacer de casi todo y no se me caen los anillos al hacerlo; es mas me gusta saberlo casi todo y me gusta hacer, o haberlo hecho en algún momento, casi de todo. Sin embargo, a mi lo que me gusta es ser el que organiza, el que supervisa, el que controla, el que decide, el que autoriza y el que responde. Las novedades son cosa mía, yo estudio, yo explico y yo delego cuando toca y si es que toca en algún momento. Estoy muy alejado de esos “Notarios instrumentales” dedicados a la conversión de timbres en instrumentos públicos, esos que son casi chamanes, hechiceros o magos (como recientemente ha dicho Juan José Millás en “A vivir que son dos días”).
Lo que tal vez olvida Millás es que el Notario es un trabajador del Estado, aunque no le paga el estado sino sus clientes puesto que está retribuido por arancel (nuestro pecado original al parecer) que es el encargado de decir que son ciertos y están bien hechos los contratos, los negocios que se celebran en su presencia y que también es el encargado de decir que son ciertas las cosas que ve por sus ojos, oye por sus oídos o percibe por sus sentido, aunque, por supuesto, no somos adivinos, ni brujos, ni chamanes (por mucho que diga Sánchez Ferlosio), ni especialistas en nada más que en lo que nos corresponde (que es mucho, muchísimo, en realidad). Para todo lo demás están los técnicos y peritos que complementan nuestras actuaciones, o al revés, porque muchas veces somos nosotros los que complementamos las suyas. Millás acierta en cierto sentido con su calificativo pero, en realidad, solo ha tenido un poco de intuición y acierto porque esas cualidades mágicas que nos atribuye no son nuestras sino que son del Estado cuya potestad delegada ejercemos. Es el Estado el que le da valor con su respaldo a lo que hacemos. En cuanto a lo mío, a lo de la conversión, les diré que va mucho mas allá de lo que Millás huele o intuye y sí que constituye un verdadero problema del que no es la primera vez que hago apuntes y doy pistas. Ya volverá a salir el tema …
Por cierto, un candidato a opositor me decía el otro día que: “Tengo entendido que para llegar a Notario además de aprobar la oposición se necesita trabajar X años de oficial de notaría (corrígeme si me equivoco)”. Pues sí, te equivocas. De eso, no hay nada. Lo que nos faltaba…
ICADE y la Fundación Notariado desarrollan un programa académico para exopositores al título de Notario
Aquí va un extracto de la información:
Los estudiantes que aprueben este programa obtendrán un título que reconocerá tanto sus conocimientos en Derecho privado, obtenidos en los años de estudio de la oposición a notario, como los complementarios que recibirán en Derecho administrativo, tributario y laboral, así como en sistemas alternativos de resolución de conflictos. También reconocerá sus habilidades profesionales y su capacidad de trabajo en equipo. En la presentación, la Directora General de Seguridad Jurídica y Fe Pública valoró muy positivamente la iniciativa: “El Notariado y la Universidad Pontificia Comillas, una de las más prestigiosas del país, habéis elaborado un extraordinario programa de formación; un programa que va a atenuar y mitigar la incertidumbre de estas personas, porque estoy convencida de que quienes asistan a estos cursos van a tener un futuro profesional muy prometedor“. El presidente de la Fundación Notariado subrayó: “Solo accederán personas que han demostrado su excelencia”. Para el director general de la Fundación este programa disminuirá la incertidumbre de las personas que decidan opositar a notario, que temen no encontrar una salida profesional adecuada si no aprueban la oposición o deciden dejarla. Finalmente, el director del CID-ICADE detalló los distintos aspectos que conforman el curso.
1.= Perfil de los alumnos: Son candidatos a participar en este programa los licenciados, graduados o doctores en Derecho que hayan preparado oposiciones al título de notario durante un largo periodo y cuenten con un certificado de idoneidad expedido por sus academias o preparadores a la oposición. El acceso al curso será directo para aquellos opositores que hayan aprobado algún ejercicio de la oposición a título de notario. En el caso de los opositores que no hayan aprobado ningún ejercicio, deberán superar un examen.
2.= Programa y salidas laborales: El programa está orientado a adquirir conocimientos jurídicos en las materias que no han sido tratadas en la oposición con objeto de completar su formación jurídica, desarrollando así dos de las ocho competencias transversales que forman parte de la formación y el aprendizaje permanente (lifelong learning): la capacidad de usar diferentes medios, tecnologías o lenguajes en el ámbito de cada estudio en cuestión (literacy) y el emprendimiento. Al mismo tiempo, el curso trabajará habilidades profesionales y personales que favorezcan el cambio de dinámica seguida por el alumno en la preparación de la oposición, más solitaria, y aprender a trabajar en equipo. La suma de los conocimientos jurídicos de alumnos que obtengan el Diploma y las habilidades profesionales desarrolladas en el curso permitirán a los exopositores diversificar sus posibilidades laborales, como asesores de empresas, consultores o profesores universitarios. También podrán encaminarse al ejercicio de la abogacía. Por esta razón, ICADE ha establecido un cuadro de reconocimiento de asignaturas impartidas en el Diploma en el caso de que los alumnos decidieran optar en algún momento por su Máster de Acceso a la Abogacía, según lo establecido en el artículo 10, apartado 5 del Real Decreto 822/2021, de 28 de septiembre. Los alumnos que obtengan el Diploma podrán acceder a la bolsa de trabajo de ICADE.
El coste del Diploma de Experto en Formación Jurídica Complementaria a la Oposición a Notario es de 5.000 euros. Los estudiantes inscritos solo tendrán que aportar 1.000 euros en el momento de la inscripción, y la Fundación Notariado aportará los 4.000 restantes: 2.000 euros de beca de la Fundación Notariado y otros 2.000 euros en calidad de préstamo sin intereses ni límites temporales, que no tendrán que devolver hasta que sus condiciones laborales lo permitan.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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