Coño… ¡pues pregúntale a él y no a mi¡
Siempre que los oficiales me preguntan cosas que podrÃan preguntar a sus propios jefes, me hierve un pelÃn la sangre. Yo contesto a todo el mundo excepto que me pregunten cosas sobre las que no tenga ni idea y que me pongan a estudiar algo desde el principio, a no ser que se trate de un tema que motive por alguna causa. ¿Un ejemplo? Pues la constitución de un patrimonio protegido. ¡Si no he visto uno en mi vida¡ Para que voy a perder el tiempo en su estudio.
Sin embargo, y que nadie se ofenda o se reprima a partir de ahora y no pregunte, me siento un poco raro contestando al oficial de otro si encima lo que ocurre es que Don Fulanito no está en su notarÃa y está en su casa esperando a que le llamen. Entonces se te viene a la cabeza decir eso de “¿por qué no se lo preguntas a tu jefe?”. Si lo sueltas la respuesta es generalmente automática: “No, oiga (u oye), Don Fulano es un máquina, estudia un montón; además es muy buena persona y me trata muy bien“. SÃ, sà y yo me caà ayer de un guindo y soy gilipuertas.
A mi particularmente me molestarÃa (más bien me darÃa vergüenza) que mis empleados estuvieran preguntando cosas a compañeros suyos o mÃos porque yo no estoy o no tengo respuestas. Que sÃ, que sÃ, que no pasa nada por preguntar pero tampoco pasa nada por decir lo que estoy diciendo. Yo lo que no sé, lo estudio y si tengo que recurrir a alguien lo hago (tengo montones de casos asà en el blog y  a alguno puede que lo lleve frito). Si hay que llamar a catastro, registro, hacienda o a donde sea, se hace, pero proporciono muchas más respuestas que preguntas hago.
He dicho …
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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