Una nochevieja en Bruselas

chez Leon Bruselas

Fue la de 2014 y me costó pasarla allí.

Mi padre había muerto el 15 de Noviembre y si hice este viaje fue porque lo tenía organizado antes de que falleciera e íbamos con nuestros amigos los “Pescadores”. De no haber sido por esto, pierdo el dinero y no voy. Luego, lo reconozco, este viaje me vino bien. Cuando se te muere tu padre (mi Santa Madre vive, gracias a Dios y por muchos años) pasas un luto de 24 horas, de una semana, de un mes y de un año y cuando pasa el año y ya no hay más fechas en las que decir, “hoy es tal cosa o tal otra” comienzas a encontrarte mejor.

Así que 45 días después de la muerte de mi padre, yo no estaba para irme a ningún sitio, pero aún así me fui.

Me fui a Bruselas y nos buscamos un sitio para pasar la Nochevieja. Hubo unos cuantos candidatos:

Le Marmiton. 79º puesto en Tripadvisor.

Chez Leon. 645º.

L`Ogenblik. 222º.

Brussels Grill Grand Place. 846º.

La Quincaillerie. 716º.

Les Brassius. 305º.

Belga Queen. 402º.

L´Ultima Atome. 1.439º

¿A que no aciertan a donde fuimos? No, no fue a Le Marmiton. Fuimos al que nos lo puso fácil y nos ofrecía algo medianamente interesante … Fuimos a Chez Leon. Muy céntrico, muy turístico y muy listos, porque la reserva que conseguimos hacer por e-mail y que quedó absolutamente confirmada, no era una reserva para siete personas a las 22:00 horas del 31 de Diciembre de 2014. No (y hay muchos sitios que juegan a este juego), era una reserva para ocupar un lugar garantizado en la interminable lista de espera que tenían aquella noche. Menos mal que llegamos con unas cuantas cervezas de más que dieron lugar a un irrepetible momento en un pub bebiendo en unos enormes cuernos como los de los vikingos y (literalmente) subidos encima de las mesas. Mi hijo me mira diferente desde aquel día, lo mismo que José María y Pablo que no daban crédito al ver a una gente tan seria, en situación de absoluto desparrame y practicando el dancing table junto a unas rusas muy animadas que hacían lo propio en la mesa de al lado. En fin, inolvidable.

Aguantamos como pudimos la espera (con más cerveza) y cenamos bastante bien, aunque yo hubiera comido muchos más mejillones y más ostras de los que comí. Cuando llegamos a la Grand Place ya habían pasado las doce y estábamos en el año 2015, así que nos improvisamos unas campanadas con las uvas de lata que había traído desde España.

Me vino bien ir a Bruselas. Me di cuenta pasado un tiempo. Creo que tengo algunas cosas más para contar de aquel viaje. Sí, seguro que las acabaré contando.


Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario