Tengo suerte con el MalvasÃa. Cada vez que voy, me invitan.
La primera vez fui con mis amigos El Señor de Cuenca y Rosa Palo y no me lo esperaba. Creo que ninguno de los comensales lo esperábamos. Hace ya un cierto tiempo de aquello y no recuerdo casi nada de lo que comimos y bebimos. Solo recuerdo un estupendo rato y un alborozo interior cuando llegó el momento de pagar y nos dijeron, “están ustedes invitados por Don G“. Gracias Don G. Le debo a usted una o varias, pero nunca nos hemos puesto a tiro. Es más desde este fin de semana, le debo a usted otra más.
La segunda vez, la segunda visita, ha sido este fin de semana. Mi amigo Chencho cumplÃa los 50 y reunÃo allà a un grupo de amigos del que me emocionó formar parte. Ya no se hacen amigos tan fácilmente a los 50 (Chencho y yo somos de la misma quinta), ni tan buena gente como lo es mi amigo Chencho.
Fuimos citados a las 21:12, hora exacta de su nacimiento 50 años antes, y tras irnos recibiendo y conociendo sus distintos sectores de amigos con una cerveza o copa de cava en la mano y algunas viandas de las buenas, pasamos a la mesa.
Nos anunció Pedro Montiel, el propietario, que harÃamos cinco tiempos y postre. Luego hubo un par más totalmente improvisados.
Primer tiempo: Lomo de sardina ahumada con puerto y lágrimas de pimiento de Perú.
Segundo tiempo: Chips de manzana deshidratada con canela, azúcar, foie y perlas de tomate.
Tercer tiempo: Taco de salmón con mango y yuzu.
Cuarto tiempo: Carpaccio de alcachofas con trufa negra y lascas de gouda.
Quinto tiempo: Bacalao al horno con su brandada y cebollitas caramelizadas. ¡Dios mÃo como estaban esas cebollas¡
Tiempo extra: Chuleta de cerdo ibérica a la brasa con chips de patata agria y tartufo. Algunos ya se encontraban desfondados a estas alturas y otros (¿verdad Sele?) tuvimos que emplearnos a fondo.
Postre: Â Tarta fina de manzana con vainilla de TahitÃ.
Postre extra: Tarta de cumpleaños.
Especiales fueron las palabras a modo de trovo que le dedico Yolanda, su amiga desde los 17 años. ¡Brava¡
Luego charla y una copa. Poco más pude hacer puesto que la noche previa acompañé a otro cincuentañero en su tránsito a la cincuentena y mis fuerzas estaban algo justas. Pronto contaremos la historia de El JardÃn de la Estación y el Hotel del polÃgono de Lorquà …
¡Gracias amigos¡
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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