Un plano con la letra enana. Una revisión pendiente de la vista. Un idioma tan distinto del nuestro que no te dice nada cuando “lo lees”….
Íbamos hacia el Danubio y acabamos en esta estación que estaba en el quinto pino, aunque mereció la pena (enorme caminata) llegar hasta allí desde el New York Café, porque es un magnífico (y concurridísimo) edificio. Debimos entrar y verlo también por dentro, aunque con el considerable cabreo que teníamos por habernos perdido, no lo hicimos. También pudo influir un poco de acojone por la lejanía del lugar, el personal que se veía y la hora que se nos había hecho. Supongo que no soy el único que se pierde alguna vez en los viajes, ¿no? En este caso la culpa fue mía que puse el mapa del revés al salir del New York Café.
En aquel viaje nos organizamos con la guía City Pack Budapest.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
|
Compártelo en:
- Haz clic para compartir en Twitter (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)
- Haz clic para imprimir (Se abre en una ventana nueva)