“Pronto comenzaré a opositar a notarías y, la verdad, no dejo de soñar y de pensar en ello. El caso es que tengo entendido (y mucha gente así me lo ha advertido) que si no tienes familia notarial (= enchufe) tus posibilidades para acceder a esta oposición son escasas, y me gustaría que me ofrecieras una reflexión sobre el tema, ya que me parece un tanto injusto para aquellos que no la tenemos y en alguna medida podemos vernos perjudicados. Yo soy del grupo sin referentes familiares y me encantaría poder pensar que no influye que no los tenga”.
Ya te digo de antemano que olvides esa estupidez de que los no parientes no tienen posibilidades. ¿Con qué experiencia y fundamento hablan esas personas que te dicen eso? Según esas teorías, ¿por qué tardé yo casi once años en aprobar? Debía haber cola de “hijos de” durante cinco convocatorias y tuve que esperar a que se desatascara ¿no? Por favor …
Tengo que decirte y lo hago con el corazón en la mano que no creo en el enchufismo en mis oposiciones. Mi padre siempre me decía (y él no era hijo del cuerpo, así que ya tienes la primera excepción a la regla general) que los enchufes solo podrían llegar a servir de algo en un caso de igualdad absoluta entre dos opositores. Tú y otro opositor que es hijo del cuerpo, habéis llegado al dictameny no hay forma humana de decantar ninguna votación para aprobarte a ti o al otro. En ese decisivo momento, esa condición de “hijo de” es la que podría decidir esa hipotética situación de desempate … Bueno, eso creía mi padre, pero no deja de ser un absurdo (con todos mis respetos a mi padre) pensar en que existan esas situaciones de absoluta igualdad. Recientemente he coincidido en un evento notarial con alguien que ha sido (y lo ha sido más de una vez) presidente de tribunal y me explicaba cómo se puntuaba el dictamen: tantos problemas, tantos puntos por problema (o tipo o dificultad de problema), hasta alcanzar la nota definitiva en el ejercicio que luego se suma a la nota del primero y a la del segundo para dar un resultado final. Con ese resultado final y puesto que ya ha llegado la hora decisiva, es cuando hay que deshacer los hipotéticos empates que puedan quedar entre algunos opositores. ¿Y alguien cree que el ser hijo de Fulano es lo que va a ayudar a deshacer el empate? Pues yo francamente no lo creo, antes habría (insisto en que hablaríamos de situaciones de máxima igualdad) que valorar algunas otras circunstancias que constan en el expediente de cada opositor al que se refiere el Artículo 13 del Reglamento Notarial que dice en su párrafo segundo: “Constituido el Tribunal le serán remitidos por la Junta directiva del Colegio Notarial la lista de opositores admitidos y excluidos y sus expedientes personales“. Como fácilmente me van a preguntar por el asunto de cómo se conforman esos expedientes, ya anticipo que no lo sé pero que presupongo que el Tribunal tiene bastante conocimiento de las circunstancias de cada opositor cuando llega el momento definitivo de sacar el listado de aprobados del tercer ejercicio. La edad, la acumulación de convocatorias, el resultado de las mismas, no sé … supongo que habrá que valorar con justicia, equilibrio y equidad el resultado de cada uno y decidirse por unos y dejar a otros en la cuneta. Cuando mi padre, con tan solo veintitrés años, se plantó en su primer dictamen y no lo superó, fue consolado por el tribunal que le suspendió que le decía que “dese por satisfecho de haber conseguido este fantástico resultado a su (tierna) edad”. Eso bien podía significar (según los sabios informantes de mi consultante) que hubiera otro veterano con un ejercicio similar (“hijo de”) que se había beneficiado de la igualdad absoluta de las actuaciones de él y de mi padre (que no era “hijo de”).
Por otra parte, sin pensar demasiado ahora mismo me vienen a la cabeza dos nombres, “dos hijos de”, que nos sirven para ejemplificar lo que estamos hablando. Uno acumuló tres suspensos en el dictamen. El otro lo aprobó (como yo) a la tercera. Que le hablen a estos dos de “hijos de” de enchufismo… sobre todo al primero.
No soporto esta clase de comentarios
Mira, a fin de cuentas, no soporto comentarios de esa clase. Si somos muchos “hijos de” es por la misma razón que el hijo del ebanista es ebanista y el hijo del actor, también es actor. No tiene ninguna otra explicación. No hay que confundirse con este tipo de cosas.
Por el contrario, sí que estoy dispuesto a afirmar que hay una élite de “hijos de” que están mejor situados a la hora de conseguir modificaciones de los temas, temas exclusivos y mejores preparadores de temas o de dictámenes (aunque cuando no se estudia o no se vale …). Mi preparador aceptó prepararme tras hablar con mi padre, pero MAC (que también es “hijo de”) no le decía NUNCA a nadie que no (ya fuero “hijo o no hijo de”). Si, años después, entré en el grupo de Eduardo Llagaria, que siempre tenía que poner algún tipo de límite a su grupo de dictámenes, puesto que todos queríamos entrar en él, fue gracias a un cuñado mío que trabajaba en un registro y si me fui a Columela (la Academia de Madrid) a continuar con la preparación del dictamen, fue porque llamé, me apunté con mis compañeros en aquel momento, Sergio y José Luis que no tienen parientes Notarios (segunda y tercera excepción a la regla general) y nos aceptaron a los tres sin mayor problema. Allí coincidimos con otros cuatro compañeros que, como nosotros, tenían reserva de nota de los dos primeros ejercicios (ni Cristina, ni Javier, ni Victoria, tienen parientes Notarios que yo sepa y, curiosamente, el otro compañero de aquel grupo, Javier, que fue el único de nosotros que suspendió aquel dictamen y que tuvo que volver a examinarse desde el primer ejercicio en la siguiente convocatoria, ¡sí que los tiene¡). Evidentemente hay que moverse (el opositor tiene que moverse y saberse mover) y las relaciones facilitan el movimiento, pero no dejan fuera al que no se mueve. Hay que echarle jeta, no amilanarse, salir del apocamiento generalizado de los opositores y siempre encontrarás a gente dispuesta a ayudarte: el primero de ellos será tu preparador. Si no estudias o eres un zoquete no aprobarás y punto. Es como un gran piloto con un coche malo o uno malo con un coche bueno, ¿quién tiene más posibilidades? Por otra parte, es normal que los hijos de quienes hacen los temas, quienes los mejoran, quienes preparan el dictamen, quienes han dedicado horas y horas de su vida sin ver un céntimo a ayudar a otros, presten mayor atención, medios y ayuda a sus hijos y a los hijos de sus amigos cuando llega este momento, ¿no? Eso lo haría cualquiera, en mi opinión, si lo hace de manera honesta.
En conclusión, no te preocupes de esas tonterías y si te apetece y tienes vocación, no dudes en preparar la oposición. Porque, después de todo esto, ¿alguien piensa o sigue pensando en serio que un tribunal compuesto por personas elegidas muy a fondo para desempeñar esta ardua labor va a decantarse por Fulano o Mengana porque son “hijos de”? ¿alguien cree que la filiación influye en alguna medida? No queda otra que responder con sorna … pero ¡hombres y mujeres de Dios¡, ¿quién va a preparar unas oposiciones que se aprueban con una edad media de treinta y un años y que requieren más de siete años de media para aprobarlas? Claro, me dirán que “los hijos de” tardan cuatro y el resto doce y que así sale la media (a la que yo soy debo ser una excepción). Vale, y ¿cuántos jóvenes están dispuestos a encerrarse de los veintitrés a los veintisiete en su casa a estudiar y a jugar la baza de ese teórico enchufismo? No contesten que ya se lo contesto yo: ninguno. Por otra parte, ¿se supone que cuando las oposiciones son en Zaragoza, los “hijos de” que sean de Madrid esperan con los de Valencia o Sevilla y que los miembros de tribunal tragan con todo eso sin excepción? Teniendo en cuenta que Madrid es el único lugar que repite organización con frecuencia, los “hijos de” del resto de España, lo tendríamos francamente complicado, ¿no?. La verdad es que todo esto no se sostiene a poco que se sepa de que van y cómo funcionan nuestras oposiciones, a poco que sepa qué es ser Notario.
Debates en foros de Internet sobre este tema
Veamos los argumentos a favor y en contra que manejan otros y que me he podido encontrar en algún foro de Internet. Algunos andan muy despistados y no tienen ni idea de lo que están debatiendo.
A favor de los enchufes o similares (advierto que solo hay un par de argumentos de cierto peso):
- Tengo entendido que es un mundo cerrado, que van por orden: primero el hijo de X, luego el hijo de Z … Me parto de la risa. ¿Cómo se organizará este particular escalafón? A mi padre se le debió olvidar apuntarme y, en cambio, a mi hermana parece que la apuntó cuando tenía que hacerlo. ¡Joder, Papá, ya te vale¡
- No hace falta pedir el enchufe explícitamente, saben quien es el hijo de quién y se ayudan mutuamente. Como si todos los Notarios fuéramos miembros de tribunal en alguna ocasión en nuestras carreras profesionales. Que estupidez tan grande.
- Abogados que se han presentado, me han contado que es una élite cerrada en sí misma. Lo confieso, yo en ocasiones veo muertos …
- Creo que falta por democratizar estos ámbitos de trabajo potencial; lo tendremos que pelear los ciudadanos. Venga, ¡hagamos un escrache el sábado a las ocho en el Colegio Notarial de Andalucía¡
- Hace muchas décadas funcionaba todo así, y estos ámbitos siguen gozando de privilegios de casta. Jajaja. “Un poco de casta, basta, GIOOOOR”. Te daba yo a ti un poco de casta durante once años encerrado estudiando para conseguir ser Notario.
- Normalmente es una cuestión de apellidos. Nada hay escrito; todo es subrepticio. No es lo mismo que pase al tema un “apellido tal” que un don nadie. Algún que otro don nadie se cuela porque sin excepciones, no habría regla. Se le ha olvidado a usted hablar de los apellidos compuestos … otro clásico en la materia.
- Lo de que pertenecer a una familia de la profesión facilita el conocimiento del medio es una chorrada para justificar los enchufes. Y su argumento, querido Memo, es de gran peso científico.
- Hay gente que tiene más facilidades en la preparación; eso es seguro. Venga, con esto sí que estoy de acuerdo, pero este es un asunto completamente distinto pues no revela enchufismo para aprobar, sino (en todo caso) para preparar.
- Claro que hay enchufes y gordos. Primero entran los “hijos de” y luego los demás. Conozco a uno que era bastante mediocre, le costó sacar la carrera bastantes años, pero cuando nos dijo que hacía oposiciones, todos dimos por sentado que aprobaba. Dos años necesitó, porque claro, hay que contestar los temas. Efectivamente, si no hablas o no escribes es imposible que apruebes.
- ¡Qué casualidad que casi todos los hijos de Notarios que luego optan por opositar, aprueban! Y no me vale que conocen más el tema o que están más preparados. Pues debería de valerle al menos lo segundo. En lo primero (conocer más el tema) le doy la razón. Las batallitas de mi padre sobre su día a día en la notaría solo me sirvieron para ganar algo (y no es poco en estos tiempos) en Deontología profesional. Lo de que todos aprueban, demuestra que no tiene usted ni pajolera idea.
- En un país de corrupción, donde hay dudas incluso en la Casa Real, en el Gobierno, en el CGPJ, en los gobiernos autonómicos y en algún que otro sitio más, pretender que los tribunales para Notarios hayan sido impolutos es … es … en fin… Algunos “don nadie” sí que se cuelan. En este país también somos de reclamar honradez a los que nos dirigen y a los demás, pero no tanto de actuar con honradez uno mismo. Piénselo, querido Don Escrupuloso Cumplidor Detodalavida.
- En España hay tongos en todo, parece mentira que alguno aun no sepa en que país vive. Si, creo que hasta los bingos están trucados.
- No es que los miembros del tribunal sean amiguetes de la familia, sino que simplemente cuentas con un plus de conocimiento del que carecen otros competidores. Esto es verdad, se les conoce más, pero se les suspende (si corresponde) exactamente igual. ¿Sabe usted quienes componen el tribunal? Seguro que no tiene ni puñetera idea. A esos puestos se llega por prestigio y en consonancia a ese prestigio se actúa. Probablemente sería usted el que aprobaría a los hijos de sus amigos y piensa que todos haríamos lo mismo. Por otra parte, en esos tribunales hay: Notarios, Registradores, Magistrados, Catedráticos y Abogados del Estado. ¿Todos amiguetes de los “hijos de”?
- Hay miembros de tribunal que tienden a aprobar a las tías y tíos buenos. Vaya nivel … Los argumentos son tan flojos que no se sostienen ni un par de rounds ….
En contra de los enchufes o similares:
- Registradores hay 1.000 más o menos (Notarios menos de 3.000). Una familia casi. Sin preparación es imposible, pero esa no es la cuestión. Por supuesto que hay que haber tenido una preparación previa y de calidad durante varios años y sin este requisito los intentos son inútiles por mucho enchufe que tengas.
- Yo he conocido “hijos de” que, queriendo serlo también, fueron preparándose desde la carrera. Fueron enfocados, desde entonces, y fueron con los mejores preparadores después (lo que en oposiciones de “élite” es algo fundamental y no tan fácil de conseguir). Es decir, que quien durante la carrera ya sabe qué oposiciones va a afrontar después, se prepara mejor y tendrá ventaja frente a los demás. Todo esto no te libra del esfuerzo, ni te libra tanto enfoque previo si eres un zoquete, pero sí que supone facilidades, ¡por supuesto que sí¡ Si tu padre o madre es de la profesión, tu ecosistema formativo te dará cierta ventaja sobre el que viene de una familia ajena al asunto. Pues claro, es de cajón.
- Es natural que alguno o algunos de los hijos de alguien que ejerce una profesión, quieran seguir los pasos de sus padres. Es completamente natural, sobre todo en los negocios heredables, entre los que no se encuentran las notarías (las notarías no se heredan). El que los hijos que quieren seguir la profesión del padre tengan algún tipo de ventaja sobre el resto, me parece normal, pero esto no puede ser motivo de crítica o denuncia. Si te han salido los dientes en el lugar donde tu padre ejerce su profesión y, a medida que has ido creciendo te has ido documentando y preguntando (y mentalizándote y estudiando), cuando llega el momento de la verdad, tienes algo de ventaja sobre los demás … Comparaciones las puedes hacer con cualquier otra profesión.
- Es indistinto que se tenga familia o no, toda vez que el temario es público y cambia lo justo.
- Una amiga mía que no tenía ni familia ni contactos ni nada, las sacó. Estuvo mucho tiempo preparándose.
- Yo quedé entre los primeros puestos, no conocía a nadie, ni nada similar.
- ¡Cómo si una oposición fuera un examen de instituto¡ Exacto.
- La empatía puede hacer que alguien se decante por alguien. Si lo acepto, somos humanos.
- Algunos no saben que inventar para no estudiar y esforzarse. Bueno, tampoco es para tanto.
Que considerable diferencia hay entre las patochadas del primer grupo y las posiciones más desarrolladas del segundo … aunque tras la publicación de este post hubo tendencia a alentar la rumorología con comentarios recibidos en redes y en privado hasta con nombres y situaciones concretas recurriendo al “lo sé de buena tinta” y similares. A fin de cuentas, no es más que una muestra del “calumnia que algo queda”. Después de todo, hasta a mi que tardé once años me decían cosas al respecto y en ambos sentidos “si no fuera por tu padre” o “es culpa de tu padre” o “tu no has sufrido”. ¡Lo que hay que aguantar¡ Menos mal que aún tengo mucho filtro, aunque lo voy perdiendo y un día le tiraré a alguien de las orejas.
Conclusión
Puede que, como en otras ocasiones, alguien me diga que no merece la pena meterse en esta clase de debates, pero yo no estoy de acuerdo. ¡Claro que merece la pena¡ Hay que acabar con las mentiras y los sambenitos. Puede que con el tiempo cuando alguien busque en Internet algo sobre enchufes, tongos, recomendaciones y similares en las oposiciones a notarías, encuentre este artículo y aclare algo su mente.
Por eso (principalmente) lo hago como lo hice cuando alguien dijo que el sistema de acceso era injusto y aberrante. Al que quiera conocer todo mi historia al completo, le recomiendo que se haga con un ejemplar de “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” y si alguien lo quiere dedicado que me escriba a justitonotario@hotmail.com
Hasta otra (y olvida todas esas zarandajas y estudia mucho si quieres aprobar). Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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¿Habéis pensado alguna vez cómo enfrenta la oposición un hijo de?
Yo no era “hija de “ sino “mujer de” . Tuve ventajas, sí, tenía el temario en casa, el preparador en casa, el ambiente, la comprensión y el apoyo cada vez que me venía abajo, como también lo han tenido mis hijos, dos de ellos notarios y otra en camino, durante años primero ellos conmigo y luego yo con ellos, hemos compartido la ilusión y el sacrificio que supone un opositor en casa,.
Estudié como la que más siete años de mi vida, con una familia de cuatro hijos a mi cargo. Nadie me ha regalado nada, el esfuerzo fue titánico, como el de cualquier otro opositor.
Ser “mujer de” tenia también muchos inconvenientes .
Nadie creía en mí, sólo mi preparador que era mi marido tuvo confianza en mis posibilidades. Pero incluso otros preparadores que tuve pensaban que sólo intentaba colarme en el cuerpo aprovechando que era “mujer de”,….hasta que me escucharon cantar y vieron mi compromiso y dedicación. Lo mismo me pasaba con los compañeros, parecía que cuando yo hablaba u opinaba en un dictamen no era yo la que hablaba, sino mi marido. Siempre lo sentí así y la prueba irrefutable fue cuando después de pronunciar el discurso en la cena de la Academia por haber sido la número uno, un compañero de mi promoción se acercó y me dijo: “Dale la enhorabuena a tu marido, te ha quedado muy bien el discurso”…. sin comentarios.
A un hijo de o una mujer de se le pone el listón más alto desde el primer día, se espera más de él o ella, que de otro que viene sin apellido, y si no das la talla, “no es como su padre, o su madre, o su hermano/a”. Es una presión desde el minuto uno insoportable. Tener a tus padres en casa cuando estás opositando y ellos han pasado por lo mismo, es una presión añadida, parece que si pierdes un minuto hablando por tlf estás cometiendo un delito,.
Y cuando te examinas hagas lo que hagas estás siempre en la boca de todos: si sacas un 5,01 es que te han aprobado por ser hijo de, si suspendes, eres más manta que nadie porque siendo hijo de,….., si sacas una notaza por supuesto te la han regalado…
De verdad lo tuvimos más fácil?
No es un problema de apellidos aprobar, es problema de luchar dia a día con tus temas, de aguantar el paso de los años estudiando sin garantías, de ver cómo renuncias a vacaciones, viajes, amigos, a formar familia cuando ya tus amigos empiezan a tener hijos, una vida en definitiva embarcada en un proyecto incierto. Es la dureza de todo esto lo que hace que muchos se queden en el camino. Por supuesto, también los hijos de.
Estimada Mónica:
Como le decía hace un momento a Jesús no tengo nada que añadir a vuestros comentarios que agradezco mucho puesto que uno de los objetivos de muchos de los temas que trato en el blog (sean del tipo que sean) es conseguir que aquellos que buscan información sobre “nosotros” encuentren una información contrastada.
A estos efectos, tu testimonio es fabuloso.
Un abrazo y gracias, Justito El Notario.
Con cada promoción suele salir un artículo en el que se hacen constar diversos datos estadísticos: por ejemplo, el porcentaje de mujeres frente al de hombres, la edad media del opositor, etcétera. Siempre suele acompañarse el porcentaje de aprobados que no tiene familiar directo en el cuerpo. Dejo aquí el link de la promoción de Barcelona 2015 (la mía): https://www.eljurista.eu/2016/09/12/el-545-de-la-nueva-promocion-de-notarios-son-mujeres/
Cito textualmente: “El 72% de los nuevos notarios no tienen ningún familiar directo en el Notariado (ni padres ni hermanos)”.
No creo que haya mucho más debate después de esto. No obstante, ahondemos en la cuestión.
Si de verdad alguien quisiera indagar en el tema, se sorprendería al ver la de veces que se ha quedado fuera el “hijo de”. Casos de padres amigos (del opositor y del miembro del Tribunal) con el opositor suspenso los hay a patadas.
Yo siempre digo lo mismo. ¿Te ayuda que tu padre/madre sea notario? En parte sí, en parte no.
La parte en la que sí es obvia: tienes en casa recursos académicos ilimitados (dudas resueltas al instante, experiencia opositora y preparadora, bibliografía…), empatía y comprensión (que siempre la aportan los padres, se dediquen a lo que se dediquen, pero es innegable que hay un plus cuando el que te apoya ha sufrido lo que tú estás sufriendo), etc.
Pero hay una parte en la que ser “hijo de” no sólo no ayuda, sino que es un hándicap: primero, las comparaciones. “Ah, pues este no es como su padre”, “claro, es que su madre era una bestia, es imposible estar a su altura”. ¿O es que no pasa lo mismo en el fútbol? Muchos grandes (Cruyff, Zidane, Míchel, Simeone…) enfocan a sus hijos a la disciplina que ellos conocen (como podría hacer cualquier padre, notario, médico, ingenirero…), y luego el hijo, en su propia idiosincrasia se revela como es, pero sufre la constante comparación que solo consigue lastrarle. Para muchos, es un peso insoportable con el que se ponen a estudiar cada día.
Por supuesto, tampoco ayuda el hecho de tener en casa a una persona que ha pasado por lo mismo que tú, en aquellos momentos en los que tú necesitas una relajación o laxitud, que alguien, difuminado su esfuerzo realizado por el paso del tiempo, puede no compartir: “yo cuando opositaba no descansaba tanto”, “no me cabe en la cabeza que tengas el móvil siempre a mano”, “¿a dar un paseo? ¿a las 19:30? ¿estás loco?”.
Reproducía Justito, en uno de los comentarios “que parece que alguno no sabe en que país vive”. Permítaseme recordarlo: somos el país de los tertulianos, los opinólogos, de los que hablan de todo y no saben de nada. El país del Lazarillo de Tormes, de la picaresca como género literario. El éxito y el esfuerzo (en el mundo de las oposiciones y fuera de ellas) en España se denostan, siempre, y la principal herramienta para ello es la habladuría.
Si apruebas/si te fichan en una gran empresa (o cualquier otro éxito personal o profesional), “claro, como es hijo de…/tiene enchufe…”; si no: “mira que es burro, siendo hijo de…/con el enchufe que tiene…”.
La oposición es un camino más, una opción voluntaria, válida como cualquier otra. La tome quien la tome lo hace con la ilusión con la que todos emprendemos nuestras carreras: el éxito y la realización personales. En este mundo en el que vivimos, en el que el esfuerzo es un bien escaso no incentivado, prepárese el que dé el primer paso, el camino está lleno de trampas.
Estimado Jesús:
Nada que añadir a tu completa respuesta.
Me encanta que los compañeros se animen a participar en el “debate” (no hay debate alguno en realidad) porque, y ya lo he dicho, cuando alguien busque información sobre el asunto se encontrará con opiniones fundadas y no con las estupideces que he tenido que recoger en este post sobre un asunto que también conviene tratar sin tapujos con el ánimo de contribuir a desvanecerlo.
Un abrazo y gracias. Justito El Notario.
Pensar que las oposiciones son objetivas lo hacen los del propio cuerpo y sólo algunos, ¿cómo no hay un exámen tipo test que garantice la transparencia de los resultados como los MIR?, ¿porque no hay tecnología para ello?, ni lo hay ni se le espera que lo pongan y es que ¿las resoluciones de los Tribunales son revisables o son infalibles? pues ¿ya tenemos algo infalible en La Tierra las oposiciones a Notarías y Registros?, claro los que no están de acuerdo, son envidiosos, no tienen ni idea, no conocen el cuerpo, están amargados,…etc, por eso hacen un Congreso y van un 20% de los Colegiados, porque todo el mundo apoya la gestión y blablabla, el 80% restante es que son poco participativos, o no se han enterado, o están de vacaciones, etc, etc o apoyan al 20% ,….aunque no abran la boca
Buenas noches:
Lo dice el Reglamento Notarial:
“Los actos del tribunal podrán ser impugnados por los interesados en los casos y en la forma previstos en la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común”
No veo ninguna relación entre lo que trato en mi artículo y la escasa asistencia a congresos de los Notarios en activo.
Un test o más exámenes escritos es siempre una opción pero supongo que mientras quedasen orales usted y otros estarían disconformes con el sistema y dudarían de la honorabilidad y la profesionalidad (y del criterio) de los miembros de los tribunales.
Que quiere que le diga, si no se fía pues no se fíe, si no aprobó pues lo siento y si tiene algo más que rumores o vaguedades cuéntelas abiertamente y así todos conoceremos su información.
Por mi parte, le juro, le prometo, le aseguro que no tengo ni una sola prueba de nada irregular en nuestras oposiciones. Y si me lee podrá ver que tengo pocos pelos en la lengua y que soy una persona de fiar.
Saludos y gracias, Justito El Notario
Pero es que hay más, imaginemos que para sacar el carnet de conducir hubiera que examinarse con un Tribunal con númerus clausus, pero qué extraño, ni que hacer una compraventa fuera cosa de sabios. Que uno solo de los notarios exponga una sola razón inteligente por la que no hay un exámen tipo test, tipo MIR que excluya una sola sospecha de parcialidad, ¿hay uno solo que exponga una razón inteligente?
Hola de nuevo:
Vaya comparación que me hace usted.
Que discurso tan pobre.
Hablábamos de transparencia y ahora habla usted de sabiduría y de inteligencia.
Propóngame un sistema completo para acceder a la profesión y si responde algo inteligente, le contesto. Saludos, Justito El Notario
El Derecho no es una ciencia exacta. Los conocimientos que definen a un jurista o la solución a muchos problemas que la profesión plantea no se puede encasillar en un “X – Y – ninguno de los anteriores”. A veces, la argumentación que lleva a un X o a un Y como correctos es tan importante como el propio resultado.
Recuerdo a una profesora titular en la Universidad que odiaba los tipo test en la propia carrera de Derecho. Ella examinaba siempre oral, como en una oposición, solo que además, ella no te permitía hacer una afirmación sin más, indagaba acerca de los argumentos que llevaban a tal solución, a si se habían comprendido, a si se conocían otros en contra, repreguntaba… sudabas tinta; pero, al final, se aseguraba de tus conocimientos de forma mucho más profunda que haciéndote echar una quiniela.
Buenas tardes Juan Pedro:
Tengo escrito esto
https://www.justitonotario.es/mejoras-sistema-oposiciones-notarias/
sobre mejoras en el sistema. Y esto opiné sobre los tests:
Pero un test previo ¿qué aporta? ¿Quitar gente de en medio? ¿Impedir que lleguen al oral aquellos que no tienen nivel suficiente? ¿Que en un examen todos se examinen por una vez de lo mismo? Bueno, para eso ya está el dictamen, aunque podría valer para que todos hagan también un teórico-teórico (lo recalco porque el dictamen es también ejercicio muy teórico) idéntico. No sé, no lo veo, no sé que aportaría en una oposición que actualmente prepara tan poquita gente.
En cuanto a que el dictamen sea un test, estoy en absoluto y total desacuerdo, sería dar la razón a los que dicen que nuestra oposición es de loros y memorística. Hay que saber razonar y resolver aplicando lo aprendido. Un test no aporta nada de nada, en mi opinión.
¿Qué ha de primar el resultado o la transparencia? Pues ambas cosas, claro está. El resultado es considerablemente bueno, aunque siempre digo que no se escoge a los mejores Notarios sino a los mejores opositores. Tal vez se podría hacer algo más a este respecto. En cuanto a la transparencia…. hay que recordar que hay un examen oral y público, ¿que más transparencia se necesita?
Gracias, un abrazo, Justito El Notario.
Las acusaciones de nepotismo en estas oposiciones o en otras análogas son simples disfraces que encubren bien resentimiento, bien una ignorancia supina. Afortunadamente, de las “ventas de oficios”, que ayudaban (y de qué manera) a sanear las arcas públicas, ya sólo se ocupan los historiadores.
He aprovechado el tema para recordar a mis compañeros (algunos más que otros) que aprobaron y cuál era su relación filial con alguno de los Cuerpos. Y a bote pronto me salen:
– María José, Registradora. NO es hija de.
– Belén, Registradora. NO es hija de.
– Francisca, Registradora. NO es hija de. La mejor “oralista” que he conocido. Los dictámenes eran otra cosa.
– Antonio, Registrador. NO es hijo de. Bueno, es hijo de un oficial de Registros (supongo que el más orgulloso).
– Esteban (Estebanovic), Registrador. NO es hijo de.
– Lluïsa, Notaria. No es hija de.
– Quique, Notario. SÍ es hijo de … Notario (D. Modesto Ventura).
– Chispa, Notaria. SÍ es hija de… Registradora.
– Montse, Notaria. NO es hija de.
– Carmeta, Notaria. No es hija de. Nacida y crecida en un ignoto pueblo de la montaña. Se desplazaba a la capital en camión (su marido era camionero).
– Pilar, Notaria, NO es hija de. A ésta que le den,
– Pilar, Registradora. NO es hija de. Bueno, es hija de Catedrático de Derecho Civil, y eso no sé si cuenta. Lo que sí cuenta son las dos décadas que estuvo la pobre opositando.
Y, para el final:
– Albert Capell, Notario. No es hijo de. Es hijo de la perseverancia, el sacrifico y de su capacidad de supervivencia. Lo sigo a través de sus colaboraciones en NYR. Tiene un corazón que no le cabe en el pecho. El peor “oralista del siglo XX y ahí está. Con dos. Que le hablen a él de enchufismo.
Saludos.
Buenos días Dandanovic:
¿Entonces hay un hermano que sí aprobó?
Yo conozco el caso de un registrador cuyos padres de extracción humilde alquilaban su propia casa en los veranos y que se instalaban en un granero para poder pagar los estudios de su hijo.
Haciendo lo mismo que tú con mi grupo de dictamen (los 7 dobles reservas) pues …
Creo que tres tenemos familia notarial o registral. Uno, el que suspendió (¡¡¡¡¡) dos hermanos notarios. Yo hijo y hermano de Notarios con casi once años de oposición aprobado a la quinta. El otro compañero aprobó a la siguiente tras perder la doble reserva y empezar de nuevo. El tercero, sobrino de registrador (y con un cierto grado de mal rollismno familiar entre ramas familiares).
Otro de los compañeros con diez años de oposición solo consiguió aprobar dos orales para conseguir la doble reserva y revelarse como una cabeza jurídica sorprendente.
Otro había sido peluquero para pagarse los estudios.
Me quedan dos. Una es hija de funcionario judicial si no me equivoco y la otra pues hija de sus padres y no tiene nada que ver con “nuestros amados cuerpos”.
Entre todos (7) sumábamos un buen porrón de años opositando. Ninguno lo hizo especialmente joven.
En fin, chorradas, pero como digo en el post prefiero que si alguien busca en Google: “enchufe en oposiciones notarías” se encuentro con mi opinión y no con tantas gilipoyeces que se leen por ahí.
Un abrazo y gracias como siempre. Justito El Notario
“No me lo creo lo de la belleza”. Pues te pongo un ejemplo del periodismo perfectamente aplicable a cualquier otra profesión, incluida las que exigen oposición previa. ¿ Es acaso Sara Carbonero la periodista que más sabe de fútbol en España?. ¿Está donde está solo por su profesionalidad y sapiencia? Ahora el que no me lo creo soy yo, estimado notario.
Hola Carlos:
No me vale de nada la comparación porque para ser periodista no hace falta dedicar x años antes de poder plantarte ante un tribunal con opciones de aprobar. Así que hay que ser guapa o guapo, hay que estudiar los x años, presentarse, hacer el ejercicio entero, y luego otro y luego otro y finalmente encontrar a un tribunal dispuesto a aprobar a una guapa o guapo antes de una fea o feo. No es serio. Seré un inocente pero no creo en eso para nada; no tiene el menor sentido en este ámbito. El que llega a ser miembro de un tribunal es una persona especialmente elegida, de prestigio, y no tomará sus decisiones en base a ese tipo de consideraciones.
Saludos y gracias, Justito El Notario.
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Cuanto me gustaría que Vd. hubiera conocido al conocidísimo Fiscal del Tribunal Supremo en los años 80, Chamorro, castrista convencido y tertuliano habitual de el programa “La clave” de José Luis Balbín.. Sobre presentarse ebrio habitualmente y solicitar continuamente bebidas alcohólicas,, se limitaba a hacer preguntas sobre “El Quijote y a cortejar con las opositoras atractivas,a las que casi siempre aprobaba. Fuimos muchos los que le padecimos. Saludos.
Hola Carlos:
Yo soy del 68. Recuerdo a Balbín y a La Clave. Veo en Wikipedia que dejó de emitirse en 1985. Con 17 años los de aquella época veíamos esa clase de programas, pero no recuerdo al tal Chamorro. A esa edad yo estaría pensando en otras cosas previas a mis futuras oposiciones. En esta época no sé que le hubiera pasado a tal sujeto …
Gracias, de nuevo. Saludos, Justito El Notario.
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Pues yo le doy la razón a tu padre. En caso de igualdad absoluta entre opositores, el Tribunal se decanta por el” hijo de”. O en caso de Tribual exclusivamente masculino,, inclinarse por la mas guapa. Eso lo he sufrido yo.Y luego se quejan de machismo..Hay un machismo “inverso” en el que las más atractivas tienen mas pòsibilidades que el hombre. Veáse el caso del periodismo -en especial, el deportivo- en España.
Un saludo de un fiel seguidor.
Estimado Carlos:
Gracias por participar y hacerlo de este modo. Este es un asunto polémico en el que temo intervenciones de tono desagradable.
Dicho esto: Si hay absoluta igualdad, más valdría un cara o cruz que decantarse por el “hijo de” y no me puedo creer que un tribunal acabe diciendo: “vamos a aprobar a Fulano porque es el hijo de”. Íntimamente se decantarán por ese argumento para romper la igualdad, pero desde un plano casi inconsciente y reservado, no como una decisión colegiada del tribunal.
En cuanto o de la belleza, francamente me parece absolutamente irrelevante y como ya he dicho en algún otro sitio hoy: “no me lo creo”.
Saludos y muchas gracias, Justito El Notario.
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