“Buenas tardes Justo (¿?): Me llamo Melius y te escribo desde XXX. Me acabo de cruzar con tu blog y después de leer lo indecible acerca de opositar o no, estoy animado, ya que me apasiona el Derecho, me encanta la función notarial y me atrae el reto de conseguir tan codiciado premio. Me preguntaba si podrías compartir conmigo quién, en tu opinión, es el mejor preparador para llevar acabo semejante singladura y si me podrías proporcionar una dirección de email. Tengo 30 años y no me gustaría ponerme a medias tintas, sino ir a saco sin importar cuánto tiempo pueda llevarme. Saludos y mil gracias por tu trabajo”.
Buenas noches Melius: No, no me llamo Justo. Me llamo Miguel.
¿Sabes lo que escribí hace pocos días? Esto: “Muchos siguen empeñados en hacerme preguntas sobre la oposición y en no hacer caso a mi consejo de comprarse “Nada antes que opositar: Nihil prius oppositio”, leérselo y después preguntarme las dudas que puedan quedarles. Así se lo digo cuando me consultan (aunque parezca una indirecta es en realidad un sincero consejo) a ver si caen en la cuenta de que no tengo un gabinete psicológico 24H y en que ya me exprimí lo suficiente escribiendo el libro en el que cuento todas mis miserias como opositor. Por supuesto, mi libro es también una lectura altamente recomendable (a pesar de los que piensan que solo soy un triste consuelo) para los que hace unas semanas se quedaron en el segundo de registros y aún más para los veinte que se acaban de quedar en el dictamen, más que nada para no caer en el error de desmoronarse con el suspenso como lo hice yo. Terminada la parte publicitaria …. vamos con alguna respuesta a las preguntas del principio que he entresacado de una consulta más extensa en la que me hablaban de asuntos ya tratados en mi libro o en el blog y sobre los que no quiero repetirme (más que nada para no aburrir al personal)”. Aquí puedes leerlo al completo.
Si me sigues leyendo te convencerás de que no pretendo ser desagradable, ni vender (que también lo quiero) sino remitir a mis consultantes a dónde encontrarán respuesta a la mayoría de sus preguntas. Tienes el libro disponible en Amazon, en papel y en versión digital pero también puedo enviártelo yo mismo y dedicado.
Hay una segunda razón para ese tipo de respuestas. Mi blog es ya tan grande y genera tanto “feedback” que ya no doy abasto con todo lo que me piden por lo que tengo que ser directo con opositores y consultantes varios. Mi tiempo ya casi no da para más cosas. Algunos se me han enfadado por mi forma de responder pero no me importa gran cosa puesto que suelo estar convencido de las decisiones que tomo y en este caso también lo estoy.
Dicho esto
Me parece genial que puedas animarte a ser Notario. Nos faltan vocaciones y, sobre todo, buenas vocaciones porque gente que luego no da la talla en la profesión, desgraciadamente, también existe. Así que te animo a intentarlo.
Me planteas, por otra parte, un tema que me parece interesante y del que estoy seguro de que hablaré en un próximo Post u Opo Flash casi con seguridad (este …).
Aciertas en una cosa. Tener un buen preparador es fundamental.
Unos minutos más tarde
Unos minutos después de contestarle, Melius ya me había vuelto a escribir:
“Seguro que sí que me leeré cada post. Hoy me leí un par. Llegan con bastante facilidad al momento en que cada opositor se encuentre, sobre todo al afrontar el desconocimiento inicial del proceso además de la profesión de Notario en sí. Muchas gracias por tus ánimos y tus cariñosas palabras. Creo que me he decido por xxxxx así que te iré comentando cualquier cosa que crea que me pueda ser útil para ayudarte a crecer tu blog. Mil gracias de corazón por tu trabajo, acercando este desconocido y temido proceso a indecisos como yo y hacerlo, si cabe, un poco más humano” .
Ya sé que solo tengo unas pocas líneas para analizar a Melius pero da la sensación que se encuentra conmigo de casualidad, que se pone a leerme como un loco (aunque luego parece que no es para tanto) y que, casi de repente, se le ocurre opositar y entonces me escribe y me pregunta haciéndome una de esas preguntas del millón de dólares.
¿Quién es el mejor preparador de notarías?
Pues para mí, el mío. Ni Llagaria, ni Ventoso, ni los de la Esperanza, ni Fernández de Simón (a los que respeto muchísimo y a los que estaré eternamente agradecido pues sin todos ellos no lo hubiera conseguido como puse de manifiesto en las dedicatorias de mi libro y en el que fue mi primer número de protocolo que es el hilo conductor de “Nada antes que opositar”), el mejor para mi fue MAC que tuvo un buen sistema de estudio (que nos granjeo cinco aprobados en seis orales) y sobre todo una enorme psicología para no desanimarme nunca, aguantando conmigo esos casi once años de oposición. Cualquier otro me hubiera podido mandar a freír puñetas en el tercer año cuando me atasqué, pero no lo hizo.
Por supuesto, también me hubiera gustado que mi preparador controlara mas los temas que me iba a estudiar, que me los revisara y mejorara más de lo que lo hizo o que hubiera conseguido descerrajar mi dura mollera para el dictamen, pero no sucedió así. Como dice mi amigo y compañero Zetace, los dinosaurios, los que tardamos un porrón de años en aprobar tal vez lo hubiéramos hecho mucho antes si hubiéramos tenido los mejores temas y los mejores preparadores de dictamen, esos que te encierran quince días en el chalet de la sierra y te pegan un vapuleo suficiente como para que seas capaz de situarte en el mogollón de los aprobados con ligeras diferencias de puntuación a cierta distancia de los que sacan mejores notas y con la suficiente separación de los que no consiguieron aprobar en esa convocatoria. Yo creo que Zetace tiene toda la razón.
Al margen de esto que digo, podría dar un montón de nombres de compañeros que sé que preparan desde hace muchos años y mucho más allá del compromiso del quid pro quo, que sacan adelante a mucha gente en cada convocatoria o … en la siguiente si la hay y el opositor se presta. Tienen un mérito extraordinario y merecen un gran reconocimiento. Unos le dan a los temas, otros al dictamen y otros a las dos cosas, pero es obvio que no daré nombres, ni creo que pueda establecerse ningún tipo de ranking sencillamente porque no lo hay y casi nadie es producto de un solo preparador. Bueno, mi hermana, que era una bestia parda, la opositora modelo, sí que lo fue porque no pasó ni un solo minuto ni cantando ni dictaminando con otro que no fuera MAC y fue la número 2 de su tribunal y la número 3 de su promoción. El mismo preparador y los mismos métodos me hicieron a mi arrastrar mis huesos por muchos sitios y durante muchos años hasta conseguir el ansiado aprobado, mientras que a ella no lo hizo falta nadie más.
Sorprendentemente Melius en su segundo mensaje ya me comunica un nombre concreto (no sé si el elegido será conocedor de que lo es) con lo que sospecho que ya deshojaba su margarita y tenía bien tomadas sus decisiones contactando conmigo para simplemente apuntalarlas y conocer mi opinión al respecto.
Espero que consume su decisión y que le vaya muy bien aunque casi mejor que no me vaya comentando nada más porque voy a pegar un reventón y no me hacen falta más ideas sobre oposiciones ni sobre ningún otro tema. Del libro, por cierto, res de res. Como diría mi madre: “hijo, es lo que hay”.
Toda la historia de mi oposición contada cronológicamente puede leerse en “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”. Si alguien se anima a recibirlo dedicado que me escriba a justitonotario@hotmail.com y le explico cómo proceder. Solo nos quedan 18 ejemplares aunque ojalá sigamos imprimiendo mas cuando estos se acaben.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Bendita paciencia la tuya ????????????
Querida Majo:
Te lo dije el otro día (creo). Mi querida Rosa siempre me ha dicho: “Jefe, nadie sabe lo que usted hace”.
Pues eso …
Gracias por tus palabras.
Un abrazo, Justito El Notario.