Casi once años fueron bastantes para haberme podido dejar la oposición antes de aprobarla. De hecho pensé bastante en ello, la verdad …
Cuando opositaba y en las épocas difíciles dudaba en si continuar o abandonar el estudio, les preguntaba a los ex opositores que no habían conseguido aprobar que cómo se conseguía la fuerza interior, el convencimiento, para dejar la oposición. Yo siempre dije que como opositor me veía como los caballos de los picadores en los toros, solo veía hacia delante, no hacía atrás, ni mucho menos para los lados (no contemplándome otras alternativas), pero dudaba y dudaba mucho, así que preguntaba a los ex opositores:
¿Cómo se convence uno de que tiene que dejar la oposición?
Solo recuerdo un par de respuestas.
La que me dio mi hermano, que también preparó notarías, tras mi primer suspenso en un dictamen: “no pasa nada si querías ser astronauta y te quedas en piloto” y la que me dio Lita, una amiga que dejó relativamente pronto sus oposiciones a la carrera judicial: “porque el cuerpo te lo pide”.
Mi cuerpo me lo pidió a gritos en muchas ocasiones, lo malo es que mi cabeza no le hacía caso, así que, amigos opositores, no podré ayudaros en esto, no sé qué fuerzas hay que reunir para abandonar la meta que uno ha luchado tanto por conseguir y tampoco puedo dar lecciones de astronautas o pilotos, aunque tal vez si de ilusión y de vocación.
Yo estuve unos tres años de los casi once, dejándome la oposición, incluso llegué a estar unos meses sin estudiar. Hasta me fijé un día para hacerlo. Había firmado mi tercera convocatoria. Me había llegado el turno en la segunda vuelta del primer ejercicio. Para el que no lo sepa, en los dos primeros ejercicios de las oposiciones a notarías hay dos vueltas, primera y segunda, que serían algo así como el turno de los voluntarios y el de los obligatorios, aunque, como es lógico, no sea obligatorio presentarse. Tenía pensado viajar a Madrid (lugar de convocatoria en aquella ocasión), presentarme ante el Tribunal, sacar las bolas (las bolas con los números de los temas están en unos saquitos de terciopelo) y retirarme si no me veía capaz de defender el ejercicio. Pero las cosas salieron bien distintas a como yo pensaba, y a como todos pensaban, incluidas mi mujer y mi madre que me acompañaban y que se debatían entre pensar que sentido tenía ir solamente para retirarme o influirme para que no fuera a Madrid pudiéndome quedar con las ganas de haberlo intentado. Al final debieron de pensar….“es como su último deseo, así que mejor no interferir”.
Al sacar las bolas vi, que salvo un tema, podía defender el ejercicio y empecé a hablar … Mi mujer y mi madre que estaban fuera esperando a que saliera de la sala de examen, según pasaban los minutos y yo no salía se decían “está aguantado, está aguantando”. ¡Y aguanté¡ ¡Y APROBÉ¡ Aprobé aquel ejercicio y el segundo, pero no aprobé el tercero. A partir de aquel día ya no volví a pensar seriamente nunca más en dejar la oposición. Unos 3 años más tarde, dos convocatorias después, acabé aprobando la oposición.
Tengo muchos Opo Flashes en los que rondo el tema de dejar la oposición. Creo que estos tres (basados en consultas totalmente reales) son los más representativos y por eso me ha parecido oportuno recopilarlos en esta entrada sobre dejar la oposición.
No entiendo los temas y me voy a dejar la oposición
“Estimado Justito: Con lágrimas en los ojos, siento que no puedo seguir estudiando. Mis circunstancias son buenas, pero no entiendo el 90% de los temas. Me paso mucho tiempo para entenderlos y al final, no estoy seguro de haberlos comprendido. Llevo dos años con la oposición, pero no aguanto más, no tengo fuerzas, sólo me queda ilusión por tener una vida mejor. Muchas gracias por los buenos, e ilusorios, momentos que he disfrutado al leer tu blog. Saludos, Desesperado“.
Hola Desesperado: ¿Qué es exactamente eso de que no entiendes los temas? No sé cuánto tiempo llevas, ni cuáles han sido tus resultados hasta ahora, pero hay muchas cosas que no se entienden en una primera o segunda vuelta. Algunas las entenderás con el tiempo. Aún hoy, de vez en cuando, caigo en el sentido de alguna cosa que estudie hace años o me doy cuenta de que lo estaba entendiendo mal hasta ese momento. No todos los Notarios o Registradores somos igual de listos (o de tontos). Hay listos, muy listos, listísimos, los hay que están en otras dimensiones … Yo suplo con vocación, esfuerzo y muchísimo trabajo, lo que otros tienen innato. Sí, mi cabeza piensa distinto, no estoy imbuido de los conceptos jurídicos como lo están otros, no me salen por los poros, no rezumo Derecho, pero soy muy trabajador y compenso una cosa con la otra y además destaco en cuestiones en que aquellos no lo hacen, aunque rezumen sabiduría jurídica. ¡Créeme!, con la oposición es lo mismo. Te podría poner muchos ejemplos, pero recientemente he aprendido cosas “básicas” sobre la representación, el mandato, los poderes, el nuntius o la asunción de deuda.
No recibí contestación a este e-mail. Si me lees, espero que hayas pasado a tener una vida mejor (no a mejor vida … ) e incluso que te hayas dado un poco más de tiempo. No seas duro contigo mismo. Muchos no dan importancia a lo que podría hacerte dejar la oposición a ti. Suerte.
¿Qué hubieras hecho si nada más empezar hubieras tenido la sensación de que no aprobarías?
“Justito, ¿sabes que es lo peor? Que soy infeliz no intentándolo, pero creo que nunca aprobaría. Es algo dificilísimo, algo parecido a que te toque la lotería, sobre todo cuando las circunstancias personales no son adecuadas. Si tú hubieses tenido la sensación de no aprobar nada más empezar, ¿hubieras seguido?”
La verdad es que es todo un dilema. Es un “quiero pero no puedo” en toda regla. Creo que yo no hubiera seguido. Si me hubiera dado cuenta de que no podía con la envergadura del asunto, lo habría dejado, pero en realidad a mi se me dio bien desde el principio. No era rápido estudiando, pero una vez terminé la primera vuelta, cogí ritmo y funcione muy bien hasta que me pegué el batacazo.
Entonces es cuando no debería haber seguido. No sé cómo lo hice (bueno, sí lo sé y lo he contado) y un día remonté. Pero si desde el principio ves que no, sientes que no, tal vez sea que no y debes dejarlo, salvo que no seguir probando te haga aún más infeliz.
Que te toque la lotería es mucho más difícil. Y, aunque sé que no es lo que has dicho, las oposiciones no son una lotería (como muchos piensan o creen). Aunque tal vez sí sea más difícil aprobar notarías a que te toque la lotería. ¿A cuántas personas les toca en un año entero la lotería en España? Supongo que a miles. Las oposiciones a notarías solo las aprueban unas cien personas cada dos años. Lo malo (o lo bueno) es que para que toque la lotería solo hace falta comprar el boleto, esperar y tener suerte. Para aprobar notarías hay que dejarse la piel una media de siete años.
En cuanto a las circunstancias personales (ya lo hemos hablado), las considero fundamentales. Ya lo he dicho muchas veces, para mi hay que disfrutar de los puntos 1 y 2 y llevar a cabo el tercero con la idea de que el punto 4 sea resistir y el 5 un aprobado.
- Salud física y psíquica.
- Medios económicos suficientes.
- Probarse.
- Resistir.
- Aprobar.
Anímicamente, no puedo más
“Leo y releo sus posts sobre la oposición. La mía es sin duda mucho más liviana que notarías, pero aún así nado a diario en un mar de incoherencias y desánimo. Intento luchar contra la soledad que supone saberte sola ante un temario y con la gente a tu lado animándote cuando el opozulo se hace el lugar más frío y vacío posible. El saber si estoy haciendo lo correcto, si he tomado el camino adecuado o es momento de dejarlo (porque anímicamente no puedo más) es el dilema que me atormenta a partes iguales. Luego veo que usted, tras sacrificios y sacrificios lo consiguió y eso da aliento. Le aseguro que sí. Simplemente es una reflexión en voz alta, a alguien que por sus posts creo ha pasado por esto. Gracias.“
Me pongo perfectamente en tu lugar, me siento completamente identificado contigo. Explicas a la perfección como se siente uno cuando no puede más y lo haces en no más de cuatro líneas.
Sabes que pienso que todas las oposiciones tienen una base común: hay que empezar, acostumbrarse al estilo de vida, estar satisfecho con el resultado y seguir avanzando hasta el final. Suerte tienes si tienes quien te anime (quien te anime de verdad, pues los que pasan por tu lado diciendo las mismas frases hechas de siempre a mi particularmente me molestaban más que me ayudaban). Estoy seguro de que no has hecho lo incorrecto. Has hecho lo que has querido y lo que has podido, pero si anímicamente no puedes más tienes que pasar al plan B (ayuda psicológica), al plan C (tratamiento médico) o al plan D (dejarlo). Yo pase por el plan B y el C y conseguí evitar el D, aunque estuve muy, pero que muy, cerca de no conseguir evitarlo.
Como bien dices, mis sacrificios me llevaron a conseguirlo pero estuve en la cuerda floja, muy en la cuerda floja. Perfectamente pude no haberlo conseguido. Ánimo y piensa que puedes estar más cerca por este camino que comenzando uno completamente distinto. Muchas gracias por tus palabras que me animan a seguir escribiendo sobre las oposiciones.
Variantes sobre el mismo tema, podéis encontrar en este otro post:
“Oye Justito, me estoy planteando dejar la oposición”
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Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Siento lo que voy a decir en relación a los comentarios de “Desesperado” que decía que no entendía nada de los temas.
En estas oposiciones tan exclusivamente memorísticas, no es necesario entender NADA; sólo hay que tener una memoria de elefante, pero el entendimiento y la comprensión no cuentan. Me lo comentaba así un Registrador de la Propiedad con casi 40 años de experiencia y que me decía que el no entendía nada de Derecho Hipotecario cuando se examinó en 1982 y que lo fue entendiendo con la práctica. Lógicamente y con tanta experiencia, a punto de jubilarse, ahora es un consumado especialista y lo sabe y entiende casi todo.
Felices Reyes
José Manuel Antón dela Calle
Buenos días José Manuel:
Podría no ser necesario (aunque no estoy de acuerdo) pero sí muy conveniente.
Probablemente el no entender nada es la causa de que muchos que creen que merecen y que pueden aprobar no lo hagan.
Y aquí, por ejemplo, tienes a uno que solo suspendió un solo oral (de 6 que hice) pero que no aprobaba la oposición. Tu ejemplo del registrador es válido (para a mi medias solo porque habría que contextualizarlo y estoy seguro de que hasta ese registrador lo haría) pero yo soy el ejemplo de lo contrario: no aprobé hasta que no entendí y no solo el dictamen puesto que me pasó lo mismo en el único oral que suspendí. Y no creo que sea un caso aislado sobre todo si contamos a los que no lo consiguieron que son muchos más que los que sí lo hicimos.
Sin mimbres no hay cestos.
Feliz año nuevo, saludos, Justito El Notario.
Hola Justito, buscando sobre los poderes preventivos me tope con tu blog y tu referencia al libro que has escrito y despertaste muchos recuerdos. Yo preparé tres años y medio las oposiciones a notarías y las dejé. Nada que ver con tu gesta. Y para mí ambas fueron las mejores decisiones que he tomado en mi vida profesional. La primera, estudiar las oposiciones, porque me dieron los conocimientos que la carrera no supo proveerme, conocimientos que me permitieron entender verdaderamente el derecho y como está articulado, anticiparme a los problemas y encontrar fácilmente las soluciones. La segunda porque supe reconocer mi verdadera vocación, el ejercicio de la abogacía. Pero dicho ejercicio nunca habría sido igual de no haber estudiado las oposiciones. Ahora, pasados ya los 50 años con un pequeño despacho en el que sólo contrato gente que haya estudiado oposiciones y una clientela fiel, me doy cuenta que las oposiciones fueron, para mí, el motor de mi vida profesional. Es cierto que suponen una dedicación extrema pero si aprovechas el tiempo te otorgan un nivel de conocimiento y de entendimiento muy por encima de la media en esta profesión.
Sólo quería agradecerte la dedicación y tiempo que, al igual que hiciste con las oposiciones, veo que dedicas a este blog y que seguro que será de mucha ayuda no sólo para los opositores sino para los profesionales de este mundo del derecho. Mucha suerte.
Buenas noches Alfonso:
Muchas gracias por tus palabras.
Tengo en preparación un post sobre la experiencia profesional y las opciones de los opositores de más o menos recorrido en el caso de terminar la oposición sin aprobarla y tu comentario me viene de perlas porque es estimulante y muy positivo, así que con tu permiso lo utilizaré.
Es muy desalentador que los opositores escuchen cosas como que lo que han hecho no sirve para nada cuando se lanzan al mercado de trabajo. Es como si la única salida a opositar fuera aprobar y que sin hacerlo solo hubiera un enorme abismo.
Hay que desdramatizar el dejarse la oposición y tu comentario contribuye mucho a ello.
Gracias de nuevo, un abrazo, Justito El Notario.
Es la decisión más demoledora que he tenido que tomar en toda mi vida. Y lo sabes cuando te sigues planteando todos los días si fue o no correcta. Además, la vileza de una decisión así es proporcional al número de años que uno dedicó a la oposición.
Después de 11 interminables años sólo existía un acantilado. Nada más. Bueno sí, el cariño de tu familia y su disimulada decepción. Al principio huí. Recuperé a mi familia de Cartagena, mis primos, mis tíos, las calles donde vivieron mis abuelos. Me aislé en mi casa cerca de Águilas.
Poco a poco te vas haciendo a la idea de que tus padres ya no lo serán de un Registrador de la Propiedad, Mercantil y de Bienes Muebles, de que tu esposa se tendrá que conformar con abogado miope.
Mis padres ya no están, Mi novia es ahora mi maravillosa mujer y la mejor madre que uno puede imaginar. Y mi San Bernardo aguanta estoicamente mis cuitas.
Por eso, Justito, aquellos que nos quedamos con la nariz pegada al cristal de la celebración no dejaremos de agradecerte lo que estás haciendo.
Gracias de corazón.
Buenas tardes Dandanovic:
No sé si había salido a colación en nuestros intercambios de comentarios esa relación tuya con Cartagena (donde vivo) y con Águilas (o cercanías) donde veranea mi familia desde 1977. Eso hace fácil que podamos vernos en alguna ocasión.
Por lo demás, todas tus intervenciones sobre el tema oposición me dejan siempre pensando en lo afortunado que fui (y que soy) y en que, seguramente, yo hubiera acabado teniendo una visión y pensamientos muy similares a los que tu expresas. Imagino que leerme te hace refrescar tu propia historia y lo curioso es que a pesar de ello, te guste hacerlo.
Debería recuperar todo lo que me has escrito y juntarlo a ver que sale…
Muchas gracias. Un abrazo, Justito El Notario.