de mayor notario justito

De mayor quiero ser Notario

Hace unos meses contaba que fui al colegio de mi hijo para hablarle a su clase de cuarto de primaria de mi trabajo como notario….

Ha sido una bonita experiencia. Los niños han estado muy pendientes y participativos. Han hecho muchas preguntas y me han dado respuestas interesantes y divertidas.

Una de las mejores respuestas ha sido la que la mayoría ha dado a la pregunta ¿cuántos notarios hay en España? Si no recuerdo mal, antes de que yo diera alguna pista, creo que ninguno ha bajado de los varios millones de notarios. Cuando han conocido la cifra de en torno a 2.800 notarios y 3.000 notarías, lógicamente se han quedado boquiabiertos.

Me ofrecí voluntario para participar en una “semana vocacional” organizada por el colegio que me ha parecido muy interesante para los niños y también para mí que no tengo costumbre de actuar en casi ningún auditorio salvo en los que hay buena mesa de por medio, como sucedió aquí y luego desarrollo aquí.

Dicen que existe una crisis de vocaciones para ser cura, pero probablemente también existe una crisis vocacional para ser notario. No parece que haya mucha gente dispuesta a ingresar en un cuerpo en el que, aunque, por lo visto, todos son prebendas, privilegios, abusos y mamandurrias, cuesta ingresar una media de casi siete años nada menos. Algunas curiosidades sobre el acceso a la profesión las conté aquí y aquí, hace un tiempo.

Manuel Bagües profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Aalto en Helsinki, ha analizado detalladamente  aquí los datos sobre firmantes de las convocatorias de las oposiciones al título de notario de los últimos años. No me atrevo a apuntar, ni a examinar las causas, solo a constatar un hecho: el “cuerpo” de opositores a notarías es cada vez menos numeroso. Agradezco a mi compañero Marcos Serrano, autor del blog “Opositar a notario” que me enlazara con el profesor Bagües y a éste el caudal de datos que nos proporciona sobre nuestra cantera. No me resisto a mencionar, por si no pincháis el enlace, a deciros que en 1993 firmaron la convocatoria 1.463 opositores y que en la de 2014 lo hicieron solo 830. En la que terminó hace unos días, han firmado 841 opositores.

¿Sabéis qué es y qué hace un notario?

Mi hijo cuando era más pequeño me dijo, cuando le pregunté si sabía lo que era un notario, que el notario es el que hacía notas.

No estuvo desacertado del todo. Hacemos notas, pero largas o muy largas, y se llaman ESCRITURAS.

En el artículo 1 de la Ley del Notariado se dice que “el notario es el funcionario público autorizado para dar fe, conforme a las leyes, de los contratos y demás actos extrajudiciales”. Y así se lo he dicho a los niños. Para los que no son niños insisto: que sí, que sí, que los notarios somos funcionarios públicos. No hace falta, como proclaman algunos, encomendar la fe pública a funcionarios públicos, porque YA LO SOMOS. No hace falta reclutar a funcionarios catastrales, policías, agentes forestales o fareros, dicho sea con el máximo respeto, para realizar nuestra función, a no ser que luego nos coloquen a nosotros en sus puestos, vamos digo yo. Puesto a elegir, lo de farero siempre me ha parecido muy novelesco, así que presento mi solicitud y a ser posible en el faro de Cabo de Palos, que me pilla cerca.

Inmediatamente el niño, ante tal definición, dice Justito, en cristiano” o lo que es lo mismo “Justito, que se entienda”.

Bueno, pues el notario es un trabajador del estado, aunque no le paga el estado sino sus clientes puesto que está retribuido por arancel (nuestro pecado original parece ser) que es el encargado de decir que son ciertos y están bien hechos los contratos, los negocios que se celebran en su presencia; también es el encargado de decir que son ciertas las cosas que ve por sus ojos, oye por sus oídos o percibe por sus sentidos. Por supuesto, no somos adivinos, ni brujos, ni chamanes (por mucho que diga Sánchez Ferlosio), ni especialistas en nada más que en lo que nos corresponde. Para todo lo demás están los técnicos y peritos que complementan nuestras actuaciones. O al revés, porque muchas veces somos nosotros los que complementamos las suyas.

¿Porqué elegiste lo que eres?

Por mi padre. Hablé de mi padre aquí y os conté que también era notario. Yo quería ser lo mismo que él y lo he sido. Siempre quise ser notario. Según fui creciendo me fui interesando por el trabajo de mi padre, le preguntaba y él me explicaba cosas. Le acompañaba algunos días a la notaría cuando no tenía clase y veía de cerca lo que hacía, observaba a la gente que iba allí a firmar sus escrituras y a los que trabajaban con él. Me gustaba mucho que el notario, mi padre, no tuviera un jefe y además que pudiera vivir en distintos sitios. Yo viví en tres ciudades distintas y ahora que soy yo el notario, he vivido en otros tres lugares diferentes de aquellos en los que viví con mis padres y hermanos.

Esto de no tener jefe ha dado una gran alegría a los niños. Aquí hemos ganado unas cuantas vocaciones.

Así que siempre quise ser lo que soy. Mi opción de vida parece que siempre estuvo predeterminada. Mi padre siempre me contaba que, para ser notario, tendría que estudiar muchas horas durante varios años. Y fue verdad, estudié, muchos no, muchísimos años para conseguirlo y estudié más horas de las que nunca hubiera pensado. Y como sabía que no iba a ser fácil y que tendría que esforzarme y sacrificarme mucho, cuando ya estaba muy cerca de empezar a preparar las oposiciones tuve dudas. Me entró miedo y no sabía si sería capaz de conseguirlo. Al final decidí empezar, que es lo que hay que hacer para saber si eres o no capaz de hacerlo, y, aunque me costó mucho esfuerzo lo conseguí. Son varios los post que he escrito sobre mi azarosa vida como opositor, así que simplemente os enlazo a la sección de mi blog donde trato estos temas.

Reafirmación de la vocación

Pero la vocación hay que continuar teniéndola durante toda la vida profesional. Algunos no la habrán tenido nunca. No es indispensable tenerla y no tenerla no supone que vayas a ser mal notario. El mal notario nace pero se también se hace. No soy especialista en Star Wars, ni en el Dark Side, pero digamos que como a Anakin Skywalker, a algunos se les ve venir desde bien poco después de aprobar la oposición, incluso desde antes de comenzar a ejercer. Otros se pasan al Lado Oscuro con el paso de los años. Que nadie se extrañe o se escandalice. Esto es como cualquier otra cosa, como cualquier otra actividad de la vida. Hay buenos, malos y peores. Nadie nos examina de moralidad, de honestidad, de seriedad, de intachabilidad y de tantas cosas mucho más necesarias que la vocación.

En el blog notarial notariAbierta.es, se ha hablado aquí de aquellas ocasiones en que los notarios tenemos que decir que NO. A mi enseñaron que no hay mejor escritura que la que NO se firma y es que muchas veces en la notaría se ve uno como un portero al que todos quieren meter gol. Seguro que me los meten, pero intento que no lo hagan. Acierto y me equivoco, pero no seré nunca un portero comprado. En fin, que como se dice normalmente, si volviera a nacer, volvería a elegir ser notario. Además pediría ser de los buenos, como lo era mi padre.

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¿A quién se puede ayudar como notario?

Les decía a los niños que en la notaría y como notario hay que ayudar a todo el que te consulta u otorga o firma algún documento. La accesibilidad al notario es una cosa que me parece fundamental.

Especialmente he destacado a estos colectivos como destinatarios preferentes de nuestra ayuda:

  • Mayores y ancianos: Los mayores a menudo se encuentran solos y enfermos y necesitan que se les escuche, que se les explique bien las cosas y se les ayude en la toma de decisiones. Normalmente se preocupan mucho por el testamento.

He aprovechado este momento para preguntar a los niños: ¿sabéis lo que es el testamento? El testamento es un documento en el que dices a quien quieres dejar tus cosas cuando te mueras. Casi todas las personas que tienen hijos les dejan sus “cosas” a sus hijos, pero los que no los tienen no saben muchas veces que hacer y se preocupan de quien se encargará de cuidarlos, sobre todo si están enfermos, y sufren queriendo hacer lo correcto. Tratan de premiar con sus bienes a los que se ocupan de ellos procurando que los demás parientes no se enfaden. A los ancianos siempre hay que tratarlos con cariño, respeto, educación y paciencia. A veces hablan mucho pero hay que saberles comprender.

  • Los enfermos: Sobrecoge enfrentarse al testamento de personas gravemente enfermas que ven la muerte a la vuelta de la esquina. Cuanto más jóvenes peor; si tienen hijos aún más. Tienen que tomar decisiones respecto de sus hijos o sus bienes. Esas personas están muy asustadas por su enfermedad y hay que transmitirles tranquilidad y hay que procurar quitarles preocupaciones.
  • Los discapacitados: Especial atención requieren personas con discapacidad. He contado aquí mi experiencia con un ciego o aquí lo que me parecía el triste asunto de un matrimonio de ancianos sordomudos.
  • Los que tienen problemas económicos: Solo un niño ha levantado la mano cuando he preguntado si alguno no sabía lo que era la crisis. Hasta ha habido una niña que me ha dado una razonable explicación de lo que era una hipoteca: “una cosa que hay que pagar todos los meses, como el agua o la luz”. Estas personas muchas veces sin trabajo, están muy preocupadas, por ellos y más aún por sus hijos. A veces no les explicaron bien las cosas cuando firmaron otras escrituras, a veces no fueron conscientes de los que les podía pasar. Tenemos que asegurarnos de que lo han entendido y, desde mi punto de vista, profundizar (con grandes dosis de mano izquierda) hasta donde se posible para contribuir a la mejor solución del problema. A estos efectos es fundamental lo que Paco Rosales, otra vez Paco, ha reclamado y aconsejado aquí: acudir a las notarías sin el banco antes de la firma de las escrituras hipotecarias.
  • La ayuda corporativa. Ha sorprendido a los niños, que los notarios fuéramos al colegio. Si, al Colegio Notarial. El Colegio tiene sus empleados y muchos otros gastos, que pagamos entre todos pero también hay otras cosas que debemos sostener y hacer entre todos los colegiados. Por encima del Colegio está el Consejo General del Notariado, donde también hay cosas que hacer. Que se lo digan al GJ
  • La ayuda entre compañeros. Consultas, dudas y formularios o modelos de escrituras, son los casos más habituales en los que podemos ayudarnos. Las sustituciones por enfermedad, maternidad o vacaciones son también fundamentales en la ayuda entre colegas.
  • Y por último y así termino por donde empecé: los opositores, la cantera notarial, cada vez más exigua y esforzada. El notario ayuda, como le ayudaron a él, en la preparación de los que quieren ser como él. Por supuesto, lo hace “gratis et amore”, el premio es el aprobado de tu alumno, de tu discípulo.

Hace unos meses concedieron a MAC, mi preparador, la Raimunda, la Cruz de San Raimundo de Peñafort. En su magnífico discurso me llevó casi a la lágrima en el momento en que hizo mención a los suspensos de sus alumnos, a como los vivía y sufría. Lo daba por hecho, pero nunca se lo había oído decir. Yo le proporcioné tres suspensos en tres convocatorias pero supongo que mi aprobado, después de casi once años, sería uno de los más gratificantes. También me conmovió cuando su anciano preparador, que por cierto fue notario de donde lo soy yo ahora, tomo la palabra y ensalzó al discípulo que había llegado más allá que su maestro.

Los opositores somos unos incomprendidos por naturaleza. Los opositores necesitan mucha ayuda para no desanimarse y para no dejar de estudiar. Yo procuré ayudar a algunos amigos que lo necesitaban al poco de aprobar, aunque actualmente no me dedico a ello, ni me veo capacitado. Excepto que me llamen para hacer “La prueba de la manta”. No la he hecho nunca, pero seguro que me sale bien.

Una última cosa: Los niños me han hecho muchas preguntas, pero no me han hecho la pregunta del millón de dólares: ¿Cuánto ganas? A mi me enseñaron que eso es de mala educación preguntarlo, así que no me lo preguntéis vosotros tampoco porque no os lo pienso decir. A estos efectos, Internet es poco fiable y los cálculos de los que dicen que no somos funcionarios tampoco aciertan. Yo con que lo sepa mi mujer y Montoro, me conformo.

Por cierto, también he escrito sobre todo lo contrario en este post: “De mayor NO quiero ser Notario”.

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Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

4 comentarios

  1. Tengo una pregunta.
    Un vez apruebas la oposición de notario, puedes trabajar en una notaría de otro notario ?
    O cómo va después de aprobar que hay que hacer para empezar a trabajar ?.

    • Buenos días:
      Una vez que apruebas la oposición y tienes el título de notario, tienes que concursar y obtener una plaza de las que haya vacantes en España. En el concurso (lo normal es que haya tres al año) participan los notarios en activo y los nuevos. Los nuevos van a las plazas que los antiguos no quieren y entre los nuevos, tiene preferencia el primero de la promoción y así sucesivamente. Si no hubiera suficientes notarías, hay que esperar al siguiente concurso. Las notarias existentes en España, las determina el Ministerio de Justicia a través de la Demarcación Notarial. En cada sitio, habrá las notarías que designe el Ministerio y en cada una un solo Notario. Puede que haya varios Notarios asociados (digamos que en esto caso, los Notarios juntan sus notarías), pero cada uno tiene su propia plaza. Nadie trabaja en la notaría de nadie. Es más, el Reglamento Notarial prohíbe que un Notario esté a sueldo de otro Notario.
      No sé si con esta información, aclaro tus dudas lo suficiente.
      De ahí que en el post de referencia, dijera que los Notarios no tenemos jefe. Y es que no lo tenemos. Tienes tu plaza y en ella, tu tienes la potestad de organizarte libremente. Gracias por la participación y el comentario. Saludos. Justito El Notario.

      Si te ha parecido bien o te ha resultado útil mi contestación, puedes invitarme a una caña o hacer un donativo a una ONG; si quieres más información pincha aquí

  2. Muy tierno. Seguro se quedaron maravillados con tu discurso.

    • Estimado Anónimo: Muchas gracias por tu participación y por el comentario. Saludos. Justito El Notario.

      Si te ha parecido bien o te ha resultado útil mi contestación, puedes invitarme a una caña o hacer un donativo a una ONG; si quieres más información pincha aquí

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