Me manda un compañero un párrafo de este libro (“Sobre nosotras Sobre nada”) escrito en comandita por Emilia Landaluce y Rosa Belmonte en el que una tal Kika explica a una amiga íntima cómo se llega a ser Notario.
“Un día una de mis íntimas amigas me preguntó que cómo se llegaba a ser notario. La contesté muy complacida por sus inquietudes. (La última vez que me había preguntado algo era si “furboneta” era con V o con B). Pues te tienes que encerrar varios años, estudiar en pijama todos los días un montón de horas y luego presentarte a una oposición con otros miles de candidatos. Tienes que quedar entre los primeros para que te den la plaza y más aún si quieres elegir destino. Mi amiga frunció el ceño, pensativa. “Hija, Kiki (mi familia y los que me conocen desde niña me llaman Kika) pues entonces es mejor heredar que ser notaria”.
A él le pareció gracioso y elogioso. A mí también, aunque hubiera unas cuantas inexactitudes en tan pocas líneas que daban para post de la sección “Oposiciones” tras dos meses largos de cierta sequía de ideas y mucha falta de tiempo a pesar de lo cual tengo casi listo un post sobre memoria fotográfica, otro que titularé “Loros contra enchufados” y un tercero sobre un tema apasionante: el Notario como empresario y la notaría como empresa en el que podría acabar hablando de mi teoría de la consagración del papel timbrado. Todos son bastante jugosos y están mas bien avanzados.
Kika acierta cuando le dice a su amiga …
Que se tendría que encerrar varios años, que se podría pasar la vida en pijama (en mi caso fue mas bien en chándal porque estudiaba fuera de casa y me vestía para salir aunque luego me colocaba el chándal en el lugar donde estudiaba) y que estudiaría un montón de horas. Kika comienza a alejarse de la realidad cuando le decía que estudiaría todos los días porque lo cierto es que suele haber uno de descanso (algunos se toman solo medio día y yo me tomaba uno y medio, porque no daba para mas y necesitaba un poco mas de tiempo libre y de descanso para no morirme de asco).
Sin embargo, es incorrecto que haya miles de candidatos. Tengo controlada como cifra máxima los 1.716 de 1995 (una convocatoria con muchas plazas – 132 – que tuvo término a mediados de 1997 y a la que no me presenté porque estaba hecho unos zorros tras haber aprobado el primero y suspendido el segundo en la anterior convocatoria que tuvo 1.463 firmantes y tan solo 59 plazas), con lo que ni siquiera hemos llegado a un par de miles de firmantes (al margen de que un alto porcentaje no se presenta y casi que no cuenta por ello).
También es incorrecto que haya que quedar entre los primeros para que te den la plaza porque todos los que aprueban la tienen (aunque hace tiempo había que esperar para que hubiera vacantes y puede que con la edad de jubilación en 72 años desde el pasado 1 de Enero esto nos vuelva a suceder) y que haya que esperar mas aún para elegir destino porque lo cierto es que todos los aprobados concursan a las mismas plazas a las que concursamos los que estemos en activo quienes les dejamos a ellos lo que no queramos nosotros eligiendo después los nuevos por estricto orden de puntuación desde el primero al último aunque esto no tenga lugar como en el draft de la NBA y se elija de otro modo.
El caso es que con ese panorama la amiga íntima de Kika llego a la conclusión de que le era mejor heredar que ser notaria. En realidad, yo diría que no es mejor aunque seguro que depende de a quién y qué heredes. Además, para heredar generalmente hay que esperar y a veces mucho. Yo no lo hecho hasta los 46 años y, francamente (como diría mi padre que fue a quien heredé), hubiera preferido tardar muchos años mas en hacerlo.
Espero que este divertimento entretenga un poco a los opositores que esperan su lectura y a las notas del tercero. He tenido la oportunidad de echarles una mano a algunos y con ello la de recordar lo tremendamente difícil que es dictaminar. La labor de los tribunales para enjuiciarles debe ser muy complicada aunque estoy seguro de que los aprobados finales serán aquellos que mas lo hayan merecido por sus conocimientos y su inspiración en las seis horas que dura el ejercicio que tuvo lugar el pasado sábado. Al parecer a la salida fueron recibidos con aplausos por los que pacientemente y con muchos nervios les esperaban. Fue algo espontáneo e inusual pero sin duda merecido para estos esforzados jóvenes (o no tan jóvenes puesto que también los hay hasta de mediana edad) que creen en el esfuerzo y en esa meritocracia que está tan denostada últimamente.
Mi experiencia con dos suspensos “last minute” está contada en mi libro “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)” que, a estas alturas, supongo que ya tendrán muchos de ellos. Para los que queden pendientes … ahí tienen el enlace para conseguirlo.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Pues sí, es un homenaje a Eduardo Llagaria, se ha comentado mucho.
Dictamen que era de pensar y razonar, más de manejar información.
Parece que el tribunal ha querido seleccionar a quienes saber pensar de entre los que demostraron tener buena memoria.
Me sumo al aplauso al tribunal y por supuesto, a los sufridos opositores a quienes deseo toda la suerte del mundo y que pronto sean nuestros nuevos compañeros. Unos este año y los que no lo consigan, en la siguiente oposición.
Hola Javier:
Cuando se comento en Vanguardia no pensé que era tan obvio, pero está claro que es él.
Mi impresión cuando vi el supuesto de hecho es que no era largo a diferencia de los de algunas oposiciones previas que eran sábanas santas.
Se ha tendido últimamente a trabajar el dictamen fichándolo, estudiándolo a fin de cuentas, y puede que este fomente mas el razonamiento y la creatividad, cosa que me parece muy bien y refuerza la oposición, pero que, a mi juicio, no necesariamente selecciona a los mejores profesionales, aunque aquí en el fondo no se trata de eso.
Un abrazo, Justito El Notario.
A propósito del último dictamen, que no de Henri, uno de los protagonistas es Eduardo Ll , que imagino es un velado homenaje de los tribunales a tu admirado Eduardo Llagaría.
Buenos días: Ya me lo habían comentado. Ayer me imprimí el supuesto y lo vi. Sí, parece un reconocimiento a Eduardo. Se lo merece. Un abrazo, Justito El Notario.