chez Leon Bruselas

Bruselas, Nochevieja 2014 y Año Nuevo 2015

Mi padre había muerto el 15 de Noviembre y si hice este viaje fue porque lo tenía organizado antes de que falleciera y gracias a que lo hacíamos nuestros íntimos amigos los “Pescadores”. A pesar de lo poco que me apetecía ir y de lo regular que me encontraba de ánimos, reconozco, que este viaje me vino muy bien. Cuando se te muere tu padre (mi Santa Madre vive, gracias a Dios y por muchos años) pasas un luto de 24 horas, el luto del funeral, el del entierro y el de los pésames en tromba; el luto de una semana, el de un mes y el de un año y cuando pasa el año y ya no hay más fechas en las que decir, “hoy es tal cosa o tal otra” comienzas a encontrarte mejor. Así que 45 días después de la muerte de mi padre, yo no me encontraba con ganas de ir a ningún sitio, pero … me fui a Bruselas.

Día 31: Alicante-Bruselas Charleroi. Alojamiento en Hotel Novotel Tour Noire-Bruselas Centro y ¡Nochevieja¡

Llegamos a Bruselas después de un viaje estupendo. Tras el checking y un pequeño acicalamiento, salimos a la calle. El Novotel Tour Noire está muy cerca de la Gran Place y hacia ella nos dirigimos. Una vez allí tuvimos un momento de emoción fantástico de esos que no se olvidarán en la vida. Música e iluminación en los edificios de la plaza. Recordé a mi padre y casi me puse a llorar. No vimos terminar el espectáculo a pesar de que me hubiera gustado hacerlo y nos fuimos a ver al Maineken Pis. Desde allí emprendimos la búsqueda de algún local en el que tomarnos unas cervezas y pronto lo encontramos. Poco después (un par de cervezas bien grandes en ayunas después), nos encontrábamos viviendo otro momento inolvidable, inesperado, de esos que seguiremos contando con el paso de los años. El local estaba a reventar de gente. Unos chicos nos habían cedido su mesa para ocupar ellos nuestro lugar en la barra. A en esa mesa, apretujados como chinches y bebiendo en unos cuernos, nos subimos para bailar junto a las francesas (¿o eran rusas?) de la mesa de al lado que hacían lo propio en la suya mientras no parábamos de reír. Que momentazo de la TardeviejaMi hijo me mira diferente desde aquel día, lo mismo que José María y Pablo que no daban crédito a sus ojos al ver a una gente tan seria como sus padres en situación de absoluto desparrame y practicando el dancing table junto a la desconocida y animada gente de la mesa de al lado. En fin, inolvidable.

En los días previos a nuestra salida, con más bien poca antelación, nos buscamos un sitio para pasar la Nochevieja. Estos fueron los candidatos:

  1. Le Marmiton. 79º puesto en Tripadvisor.
  2. Chez Leon. 645º.
  3. L`Ogenblik. 222º.
  4. Brussels Grill Grand Place. 846º.
  5. La Quincaillerie. 716º.
  6. Les Brassius. 305º.
  7. Belga Queen. 402º.
  8. L´Ultima Atome. 1.439º

 

Bruselas Bélgica

¿A que no aciertan a donde fuimos? No, no fue a Le Marmiton. Fuimos al que nos lo puso más fácil y, al tiempo, nos ofrecía algo medianamente interesante … Fuimos a Chez Leon. Muy céntrico, muy turístico y muy listos, porque la reserva que conseguimos hacer por e-mail y que quedó absolutamente confirmada, no era una reserva para siete personas a las 22:00 horas del 31 de Diciembre de 2014. No (y hay muchos sitios que juegan a este juego), era una reserva para ocupar un lugar garantizado en la interminable lista de espera (espera en la que aún hubo más cerveza) que tenían aquella noche. La cena consistió en moules et fritesuno de los platos nacionales de los belgas), moules gratinados, pollo, spaguetti, ostras y croquetas. Los mejillones se cuecen con apio y mantequilla lo que les da un toque muy especial. Nos dieron las 12 allí sin tomar las uvas y sin ser muy conscientes de haber ya entrado en el nuevo año. Tomamos las uvas (de lata) sobre la una de la madrugada en una esquina de la Grande Place y por allí callejeamos un poco hasta que fuimos a acostarnos. Pipo estuvo un rato en el hiper espacio y acabó abrazándose con el camarero del Chez Leon a pesar de que había sido un poco antipático al comenzar a atendernos.

Día 1: Año Nuevo

Tras el desayuno con Pipo vuelto desde el hiper espacio cervecero en que anduvo el día anterior, salimos otra vez para la Grand Place donde teníamos concertado un Free Tour que duró hasta las 17 horas más o menos, es decir, hasta casi el anochecer en esa época del año. El tour fue muy completo. Comimos alguna cosa a salto de mata y cuando terminó buscamos algún sitio donde cenar. Nos decidimos por un restaurante cerca del hotel en la zona de la Iglesia de Sta Catherine (junto al Quai au bois a bruler que está animadísimo en las fechas navideñas). No estoy seguro, pero podría haber sido el Jaloa Brasserie Jardin. Allí tomamos ostras, caracoles y moules pero esta vez, sin frites.

Día 2 de Enero

Nos encaminamos tras el desayuno a Bruxelles Centre, la estación de tren. Compramos billetes para Amberes y llegamos allí en menos de una hora. Hacia un día fantástico. Frío pero soleado. Amberes es una ciudad muy manejable, muy bonita, animada y con muy buen comercio. Paseamos mucho y comimos en un pita vegetariano regentado por un judío sefardí muy simpático. Luego volvimos caminando a la estación y regresamos al hotel. Nos dimos un baño en la piscina y utilizamos la sauna bajo las amenazas de un ruso que se quejaba cada vez que los chavales entraban o salían. El tipo acabó pegando una palmada que resonó como una explosión para luego decir a gritos “¡IN OR OUT¡”. Más tarde cenamos en el Domaine de Lintillac. Pato, steak beef, pork confit y, este fui yo, lentejas con chorizo y grasa de cerdo. Las pedí con reparos, me las comí con reparos y las expulsé horas más tarde (no daré pistas) sin reparos. La cosa más mala que he comido en mi vida. Mala noche y un amanecer para olvidar que me pasó factura al día siguiente. Solo a mi se me ocurre comer lentejas por la noche en un día de Navidad tras tantas comilonas.

Amberes Bélgica cerca Bruselas

Día 3 de Enero

Tuve que desayunar unos yogures y salí más tarde que los demás. Cogí el metro y me reuní con el grupo en la estación de Louise. Desde allí recorrimos el Sablon bajo una persistente y cada vez más fuerte lluvia. Nos pasamos por Brian Joyeux a disfrutar de los macarons y sobre las cuatro de la tarde nos metimos en un italiano intrascendente a reponernos con un poco de sopa di pesce, pizza y pasta. Callejeando regresamos al hotel para secarnos y salir otro rato, aunque finalmente fueron los demás los que se fueron a cenar (yo me quedé en el hotel a terminar de reponerme de las lentejas) a la hamburguesería Ellis Gourmet Burger. Tras once horas durmiendo, al día siguiente me levanté con aquellas infernales lentejas ya olvidadas.

Día 4 de Enero

Nos fuimos a Brujas en tren desde Bruxelles Centre. La recorrimos a pie desde la estación de tren (muy bien ubicada) hasta la Plaza del Burgo y desde esta a la estación procurando llevar rutas distintas a la ida y a la vuelta. Comimos en un sitio muy agradable y animado (lástima no tener más referencias porque ahora no lo encuentro) cerca de la plaza: wok de pasta y verdura, steak tartare y la soupe du jour que era de calabaza. Tuvimos tiempo de hacer unas compras. La ciudad es fantástica pero yo creo que nos quedó bastante por ver. Al volver intentamos reservar en La Villette pero no pudo ser y nos fuimos a Le Pré Salé. El sitio fue un acierto. La última cena fue la mejor del viaje (y esto no suele ocurrir): mejillones, dos tipos de croquetas, un buen chuleton y postres ricos. Muy profesionales y organizados. ¡Tre bian!

brujas Bélgica cerca bruselas

Día 5 de Enero

Vuelta a casa. Me vino bien ir a Bruselas. Me di cuenta pasado un poco de tiempo.

Aun sigo pensando a diario en mi padre.

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.