Un enorme detalle el de esta pareja de amigos el de invitarnos a su boda que se celebró en las Bodegas Marqués de Riscal, Elciego, Álava. Faltaban pocos días para la Navidad pero nos hizo un tiempo fabuloso que hizo aun mejor la experiencia de pasar 24 horas en uno de los mejores hoteles en que me he alojado en vida (exteriormente el mas espectacular sin la menor duda). Esto era una cosa de ahora o nunca. Si hasta la fecha no había tenido la oportunidad de estrenar el casillero de la provincia de Álava (que solo había recorrido hace unos cuantos años en un pseudo Camino de Santiago en coche y tras un suspenso que impregnó de cierta tristeza aquel viaje), ahora íbamos a hacerlo por todo lo alto.
Llegamos desde Soria tras un par de horas de viaje. Entramos y salimos de La Rioja (por cuyas tierras recordé a mi amigo Pablo Madrid que ingresó por Torrecilla en Cameros) y llegamos al País Vasco. Teníamos concertada la visita a las Bodegas que estaba incluida en el precio de la habitación y que daba comienzo pocos minutos después de nuestra llegada con lo que con el tiempo justo nos unimos al grupo (del que curiosamente apostaría que éramos los de mas edad) y disfrutamos de un magnífico recorrido por todas las instalaciones (y muy poquito de los viñedos) que terminó con una cata de tres vinos (un blanco y dos tintos) acompañado de un poco de embutido de la tierra. Con el cuerpo ya entonado nos fuimos a arreglarnos para la celebración a la que, por primera vez en mi vida, llegamos los primeros con lo que pudimos fijarnos en todos los detalles que los novios habían previsto para el convite y en la tramoya que esconde una fiesta para tanta gente y con motivo de una ocasión tan especial.
Creo que con el reportaje fotográfico quedará todo mejor explicado. Otro de esos casos en los que una imagen vale mas que mil palabras.
Galería de fotos
Se nos quedaron pendientes unas cuantas cosas ya que estábamos por aquellos lares como echar un vistazo a la tienda de las Bodegas para traernos algunas viandas y, probablemente, alguna caja de vino; pasarnos por Logroño (que fue opción para la noche previa aunque Soria se alzó con la victoria) que lo tenemos super pendiente y darnos una vuelta por Elciego (de cuyo nombre nadie supo darnos cuenta con total seguridad) pero todo tendrá que quedar para una próxima visita porque el tiempo en esta ocasión no daba para mas.
Se hizo muy pesado el viaje de vuelta pero mi viejo coche a los 631.000 km se sigue portando como un campeón aunque la rotura de un manguito en los días previos me hizo pensar que tendríamos que llegar al bodorrio en coche de alquiler. La opción avión, probablemente a Bilbao, no conseguimos encajarla con tanta premura de tiempo.
Los detalles de la boda quedan para el disco duro privado pero, a parte de dar las gracias a los novios por contar con nosotros, diré que estuvo plagada de detalles estupendos y eso que, en estos tiempos, resulta difícil ser original en todo tipo de eventos. Lástima que no nos tocara la lotería de Reyes. Al margen del detalle de invitarnos, destacaré el especial gusto, la especial alegría que me supuso ser conocido gracias a mi blog por todos los compañeros que allí nos reunimos.
Por cierto, a ver si recupero el ritmo del Mandacure que tengo muchas cosas pendientes de contar.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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