Sí, amigos, es increíble pero resulté ganador en el año de la pandemia y llevo tres años mas obteniendo menciones entre los llamados “Siete Magníficos” y voy a contarlo porque merece la pena aunque sea con mucho retraso.
José Ramon Chaves nos contó los detalles de la ceremonia en este post “Ceremonia entrañable en lugar maravilloso” y puede visionarse la entrega de premios aquí:
En los días previos Chaves publicó otro post: Cuenta atrás para el evento del año de los juristas en red – delajusticia.com – El rincón jurídico de José Ramón Chaves
Mi alocución creo que fue breve y giró en torno a esta nota que me había semi aprendido (el viaje a Salamanca es largo desde Cartagena y da tiempo para ensayar):
“Esta es para mi la hora de los agradecimientos y he darlos a los que me han votado, al jurado, a la organización, a los patrocinadores y, por supuesto, a mis lectores. Sin lectores que te respalden, todo esto tendría poco sentido. También debo citar a algunos compañeros que me animaron a abrir el blog en 2015, al informático amigo que me lo montó y a los que actualmente me lo mantienen. Por supuesto, un papel fundamental en mi día a día lo desempeñan los compañeros de viaje y no solo me refiero a los Notarios, sino también a muchos otros juristas y no juristas que me ayudan aportándome sus ideas, resolviendo mis dudas y debatiéndolas conmigo. Francamente, a veces preferiría que no me dieran tantas … Nuestra labor como blogueros es solitaria y se agradecen estos momentos de confraternización y las amistades sólidas y sinceras que se van forjando por el camino. En mi caso, también valoro especialmente el contacto con muchos jóvenes juristas y estudiantes de derecho, especialmente opositores a notarías. Por último, debo agradecer este galardón a mi familia. A mi mujer y a mi hijo a los que les resto muchas horas con todo esto que hago. Espero que esas ideas no me falten y pueda mantenerme como hasta ahora. Felicidades a todos los premiados, es un honor compartir con ellos estos galardones. Gracias”.
La entrega de premios tuvo lugar en lunes pero nosotros habíamos empezado nuestro viaje en sábado. La primera parada fue en Madrid (con dormida en el NH que está en la Plaza de Neptuno) donde mi viejo amigo y compañero Zetacé nos hizo un recorrido que comenzó en un clásico como el Cervantes, en el Barrio de las Letras, y continuó en el Sua by Tricicle. Tras la comilona solo quedaron fuerzas para pasear y pasear, hablando y hablando. Bueno, en realidad en el hotel me comí media docena o más de sándwiches de Rodilla que siempre me han gustado mucho. ¡Ah¡ y fuimos al Museo del Prado a ver la exposición de Rosales.
Por la mañana, emprendimos camino a Salamanca donde comimos en el Mesón Gonzalo un sitio fantástico (menudas anchoas nos ventilamos) al que ya nos había llevado el gran Carlos Higuera, otro amigo y compañero, con ocasión de alguno de los galardones anteriores.
En este caso, sí que hubo fuerzas para salir a cenar con el grupo de organizadores y premiados que tenía una cena de hermandad organizada en la que hubo ocasión de conocernos un poco mejor. Magnífico rato que compensa el escaso de la comida del día siguiente, al menos en nuestro caso al tener que acometer largo viaje de regreso a casa.
Aunque he tardado unos ocho meses en escribir estas pocas líneas sirvan de emotivo recuerdo y de agradecimiento a la organización y especialmente al Magistrado Chaves y al Escribano de la organización, Felix de las Heras, que se lleva un enorme trabajazo con todo esto.
Tuve que decir que segundas partes nunca fueron buenas, que no hay dos sin tres y que no hay cuarto malo, así que este año aspiraré al quinto y diré aquello de “no hay quinto malo”.
Gracias a todos los que me votaron para llegar a la fase final del jurado y a mi mujer, Mamen, que es mi jefa de campaña.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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