“¿Qué te parece mi modelo?”, me preguntó un compañero a propósito de la nueva Resolución Conjunta. Pues … el problema a la hora de confeccionar un modelo universal o mas o menos desdoblado es que hay muchísima variedad de situaciones y de soluciones por lo que más que un modelo general hay que tener un montón de modelos particulares.
En materia de coordinación yo inicialmente recogí todo lo que sabía en este recopilatorio. Luego me fueron apareciendo muchos mas casos y continué recogiéndolos en otra entrada independiente de mi blog. Fue esta.
Pero llegó un momento en el que ya me costaba trabajo saber si la nueva situación que se me presentaba cualquier día era más o menos igual o distinta a otras anteriores ya tratadas, así que dejé de extender esa segunda entrada y pasé a publicar modelos enteros de escrituras. Después me volvió a pasar lo mismo que con esos modelos iniciales porque hay, insisto, tantos casos y tan diversos, que llega uno a aburrirse y, lo que es peor, a confundirse teniendo en cuenta que además luego hay que llevar todos estos casos a cada tipo de escritura (de actualización descriptiva, de obra, de compraventa, de agrupación, de segregación o a los expedientes hipotecarios, por poner algunos ejemplos).
Es auténtico peñazo sí, pero también da dinero porque:
- Salen más conceptos minutables.
- Se alargan las escrituras (a veces mucho).
- Hay más diligencias y testimonios.
- Y permite el cobro de algunas actuaciones extra arancelarias.
Por supuesto, el cliente queda contento cuando se le explican bien las cosas y repite en tu notaría siempre que los de siempre (es decir, aquellos a quienes no interesa hacer las cosas bien) le dejen hacerlo cosa que (desgraciadamente) no siempre sucede. A mí, muchos de esos (la mayoría, casi todos, en realidad) no quieren verme ni en pintura pero me temo que lo de que “el que ríe el último, ríe mejor” está cada vez más cerca de hacerse realidad para mí.
Además, desde mi particular punto de vista, desde hace muchas décadas hemos estado obligados a describir los inmuebles de la mejor manera posible (Artículos 170 a 173 del Reglamento Notarial), se han ido sucediendo cambios en la legislación catastral e hipotecaria y cada vez nos han ido dejando más acorralados para “forzarnos” a proceder a aquello que desde hace una década y media larga debíamos estar haciendo, aunque claro, lo que toque ahora sea decir que le vamos a hacer el trabajo al Catastro y, lo que es peor, sin cobrar nada por ello. En fin, que no, que no me van a convencer. En mi notaría yo continué una trayectoria que ya tiene una antigüedad de veinticinco años. Entre mi predecesor y yo hemos modificado, actualizado, coordinado, o como quieran llamarlo, miles de fincas mientras muchos han seguido erre que erre con el no actualizar y echándolo la culpa al boggey con lo que así hemos llegado hasta 2021 y a que cada vez nos aprieten más las tuercas con todo este asunto. Francamente, estoy disfrutando con esta situación.
Hay que dejarse de tanta excelencia jurídica, hay que dejar de consagrar papel timbrado (solo nos falta un monaguillo tocando la campanilla al lado para escenificar la eucaristía del folio que queda convertido en escritura pública) y descender al barro de los tipos de cultivo, la ubicación de las fincas, la superficie y los linderos, para hacer escrituras que sirvan hasta la siguiente generación de propietarios; escrituras que dejen los inmuebles como un pincel dando valor a la propiedad inmobiliaria de la gente que es lo más valioso que solemos tener la mayoría. Pero claro .. es un coñazo, solo queremos hacer escrituras fáciles y le tenemos miedo a la competencia… Luego, eso sí, muchas discusiones elevadas sobre tropecientas cosas distintas mientras dejamos de lado lo que tenemos delante de nuestras narices todos y cada uno de nuestros días de trabajo.
Algunos comentarios se han hecho en Twitter con motivo de la Resolución Conjunta pero no quiero mencionar las palabras de nadie. Solo diré lo que yo he tuiteado para rebatir algunos posicionamientos relativos a este asunto: “Es que esta labor no se puede hacer con prisas ni precipitación, requiere tiempo y antelación y eso supone un cambio en la dinámica de la oficina, en el trato con los interesados directos e indirectos y, por tanto, una repercusión en la caja final de resultados”.
Por cierto, mis oficiales saben bien de lo que hablo porque sufren las interminables labores que hay que llevar a cabo hasta dejar los inmuebles como corresponde. Va por ellos pues también están disfrutando con todo esto.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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