Quiero decir abusivo para el Notario ante el que se deglutÃa ese bocadillo, que en este caso era yo…
Cuando los clientes que tienen que firmar una escritura de hipoteca, el deudor no hipotecante (un hijo) y el hipotecante no deudor (un padre), llegan con el del Banco (el apoderado) a la notarÃa, quedan algunos detalles por resolver antes de que la firma esté lista. Entre ellos se encuentra la llamada expresión manuscrita que procede por causa de la “cláusula suelo 0” y que han de firmar tanto el deudor como el hipotecante no deudor aunque pueda discutirse y nadie lo hubiera advertido hasta que llegó el momento de que yo le diera el último vistazo a la escritura antes de que se imprimiera para su firma.
Casi nadie parece saber que en la inmensa mayorÃa de los casos quedan detalles pendientes en cada otorgamiento que no se resuelven hasta que todas las partes van llegando o se encuentran ya reunidas en la notarÃa (documentos de identidad, cheques, números de cuenta, direcciones actualizaciones, expresiones manuscritas, regÃmenes matrimoniales, profesiones, pago de gastos, teléfonos de contacto, encargos de gestión, instrucciones sobre el pago de impuestos, etc…). Si uno es citado a una hora en la notarÃa es para darle la puntilla a su escritura y pasar posteriormente a firmarla. Tampoco es que sea muy conocida (más bien todo lo contrario) la labor que comienza en las notarÃas una vez que uno ha firmado su escritura y se marcha, pero sin duda me estoy planteando escribir un post sobre la fase previa.
El deudor tiene mucha prisa, tiene que volver al trabajo
“Las empresas no esperan”, afirma el apoderado bancario cuando se sienta en mi despacho. Se ve que las empresas no saben de notarÃas, ni de hipotecas, ni de ruinas, ni de miserias…solo saben de que no se llega tarde al trabajo, por lo que parece.
Al mismo tiempo afirma el apoderado, metiendo pressing, “esto que queda es lo más rápido”. “Sà (pienso sin atreverme a decirlo), mucho más rápido que los 12 años que tardará en liquidarse la hipoteca” (un plazo muy pequeño el de la de hoy, pues la media de duración de las hipotecas es de 25 años).
El deudor viste de chándal y entra comiéndose un gran bocadillo que lleva dentro de una bolsa de papel y se queda de pie, frente a mi mesa, dándole bocados. Le indico que sé que tiene prisa y que tiene que volver al trabajo, pero que se siente, que la lectura, explicación y firma de la escritura nos llevará unos minutos. “Ah, vale”, afirma sin mayor problema. Vista la actitud del sujeto yo mismo aspiro a que el mal trago de esta firma se pase lo más rápidamente posible.
Me gustarÃa preguntar a los que tanto hablan (y a los que juzgan) sobre el asunto de las cláusulas suelo qué deberÃa haber hecho yo con este individuo. Tal vez darle las dos bofetadas que su padre, sentado a su lado y que hipotecaba una vivienda suya para garantizar la deuda del hijo, no le iba a dar y que probablemente debió haberle dado hace mucho tiempo (me conformarÃa con que se las diese al salir o ya en casa). Es posible que le haya dado muchas y no hayan servido de nada. Juro que me hubiera gustado hacerlo a mi.
Y es que ha sido bochornoso ver cómo ese memo, se comÃa un bocadillo en una bolsa de papel, mientras yo le explicaba su hipoteca. A grandes bocados, casi a cámara lenta. Regodeándose.
¿Yo, Mr. Bocadillo, tengo que firmar?
Cuando ha llegado el momento de firmar, ha hecho la pregunta del millón de dolares, “¿yo tengo que firmar?”. “Pues claro, hombre”, le dice el padre. Y el hijo dice “¡y yo qué sé¡”. Y continúa “yo lo que quiero es que me den el dinero cuanto antes”. Y entonces el apoderado del Banco le explica cómo funcionan los trámites posteriores a la firma, que si la retirada de la escritura, que si el pago del impuesto, que si la inscripción en el Registro de la Propiedad, que si luego le mandarán la escritura.
Al terminar de explicarle el apoderado le dice al energúmeno “¿vale?” y este responde:
“No sé, no he entendido nada”
Para el próximo dÃa me compro unas latas de cerveza y le ofrezco una y si acaso que ponga los pies encima de la mesa, para estar más cómodo, y que se tire un par de eructos cuando termine en plan de conformidad o a modo de “expresión flatulenta”.
Francamente, espero que no venga a preguntarme aquello de ¿si tengo cláusula suelo? o que no se vaya a juicio a decir que estaba diluido durante el otorgamiento….Supongo que este muchacho ya venÃa con la atención diluida de casa y que nada se podÃa hacer por su causa…En fin, no hay más respuestas SeñorÃa.
Sé que los primeros lectores me dirán “yo no lo hubiera consentido”. También me han dicho que algunos “peor es que coman pipas” o “por no hablar de los del Whatsapp”. Asà que cada uno saque sus conclusiones. Yo fui incapaz de articular queja alguna.
El que se anime a leer situaciones similares puede continuar con “Impertinencias en la notarÃa”. ¡Qué pase el siguiente¡Â
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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La gran mayorÃa de las hipotecas se han firmado siempre asÃ: yo no entiendo nada, pero que me pongan el dinero rápido en mi cuenta ¿dónde firmo?
Hola buenas tardes:
Tampoco estoy de acuerdo con eso, al menos en cuanto al funcionamiento básico de la hipoteca. Este muchacho estaba en un más allá, en el espacio profundo de la ignorancia hipotecaria y con incapacidad absoluta de salir de allà en toda su vida. Un caso perdido. Además un maleducado que ni tan siquiera era consciente de que lo hacÃa. Un incapaz hipotecario en toda regla. Saludos y gracias por la participación y el comentario. Justito El Notario.
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Debieras haberlo echado de la NotarÃa. A él, a su padre y al apoderado. Aunque no te traiga más hipotecas. Seguro que podrás vivir sin ellas. Pero sin dignidad en tu función, no. Yo lo he hecho. Más de una vez. Y alguna, con el auxilio de las fuerzas de seguridad. Abrazo compañer@.
Estimado compañero:
Hemos tenido de intercambiar un par de correos electrónicos con motivo de haberte agradecido tu modelo de constitución de SL (que con adaptaciones sigo utilizando) publicado en nnyrr.
En cuanto a tu comentario, he pensado en responderte (“secretamente”) mediante un Bocadillo II porque cosas similares a las que tú me dices me las han dicho en estos dÃas y tengo la necesidad de responderlas.
De momento te diré que tienes razón, que esa conducta no debió salir impune y que uno de los motivos de no hacerlo fue mi mala relación con ese apoderado derivada de nuestros constantes choques que hacen que sus visitas sean normalmente a cara de perro y que podamos en cualquier momento desenterrar el hacha de guerra. Ya he contado en mi blog otras batallitas con el sujeto.
No temà perder esa escritura. Hace años que no firmo más de 900 escrituras y, crisis aparte, se lo debo a no encajar aquellas cosas que no me encajan. Pero yo no estoy para dar clases de educación. El indigno es el sujeto. Su conducta no atenta a mi dignidad, atenta contra la suya. Aunque francamente, dudo que tenga mucha.
Gracias por la participación y el comentario. Un abrazo. Justito El Notario.
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Si firmas algo que no entiendes por propia voluntad, es tu problema. Hay que tener mucha jeta para intentar culpar al otro de tu estupidez. Esto es como el genio que quiere vender algo de 2a mano, se deja aconsejar por quién se lo va a comprar y luego lloriquea porque lo han timado.
Hola Bocata:
Este no llegaba culpar a nadie. No sé si lo hará y es un tipo con una vida dura, pero la dureza parece que le ha curtido en estupidez en vez de haberle ayudado a superarse. En fin, un tipo sin solución. Espero no verle a menudo. Saludos y gracias por la participación y el comentario. Justito El Notario.
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