El dÃa 18 nos marchamos de Portimao y emprendimos un tranquilo regreso a casa que nos llevó a Castro Verde, Beja, Serpa y Córdoba. Ya escribà de Córdoba y su Parador y lo haré en breve de nuestra tarde-noche en Beja pero querÃa dejar constancia de nuestro paso por otras dos localidades de interés como son Castro Verde y Serpa en pleno interior alentejano.
Castro Verde
Tiene Mariza una canción dedicada a la Feria de Castro. Es esta:
No coincidimos con la Feria que se celebra el tercer domingo de octubre (este año será el 15 de octubre).
Estando en Castro recibà una llamada de la notarÃa: un cliente necesitaba urgentemente que se le firmara la copia de una escritura firmada antes de mis vacaciones. Tuvo que salir al quite un compañero para atender la urgencia.
Especialmente curiosa nos pareció la Casa Dona Maria o Palacete Colaço. Es una casa señorial con una extraordinaria fachada posterior.
A la salida del pueblo, ya camino de Beja, junto a unos contenedores de basura vinos un montón de libros tirados. Me bajé del coche y estuve mirando. Me traje varios a casa y luego me los llevé a la notarÃa. Eran unos preciosos libros escolares. De esos que ya no se hacen.
Serpa
Tras amanecer el Pousada de Beja el dÃa 19 pusimos rumbo a España. AtravesarÃamos la raya por Rosal de la Frontera y desde allà rumbo a Sevilla y luego a Córdoba donde tenÃamos reserva en el Parador Nacional.
Serpa (curioso nombre) es un pueblo precioso pero estaba completamente muerto (y seguÃa haciendo mucho calor). En los dÃas previos habÃa celebrado su Mercado Medieval del que ya solo quedaban algunos elementos decorativos. Una lástima no verlo con toda su animación.
Frontera hispano-lusa
A lo largo de los años he cruzado la frontera entre España y Portugal por un montón de sitios. Me atreverÃa a decir que la he cruzado desde todas las provincias españolas que la tienen: Pontevedra, Orense, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz y Huelva. La que me ofrece mas dudas es Cáceres y me falla la memoria con Orense, pero del resto estoy seguro. Mi abuelo paterno era de un pueblo fronterizo con Portugal: Aldea del Obispo.
Siempre me han gustado las fronteras con esos espacios de tierra de nadie, el gusanillo que genera atravesarlas cuando están operativas y el poderlas patear cuando ya no lo están inmortalizando el momento con la cámara de fotos y ahora con el teléfono móvil.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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