Me ha hecho mucha ilusión que un compañero, al que hasta hace pocos solo conocía por su seudónimo, me haya escrito para, en una cariñosa carta, contarme que:
“Lo de los temas es una cuestión que siempre me ha parecido ilógica e injusta. Yo me tuve que hacer TODOS mis temas escribiéndolos de mi puño y letra en blocks tamaño folio de papel cuadriculado, resumiendo el Castán, el Garrigues y el Chico Ortiz. Fue un tiempo precioso que podría haber dedicado a estudiar. Después de aprobar, algunos opositores me los pedían, pero al ver que estaban escritos a mano y con letra no legible fácilmente, no los querían , salvo un compañero mío de carrera, en la que nos dejábamos los apuntes mutuamente, y que entendía mi letra perfectamente y que estudió todo el programa con mis temas. Todavía hoy en día, cuando me presenta a compañeros, lo primero que dice es: “Gracias a este señor yo soy Notario¨. Este carácter injusto de la oposición consistente en la dificultad de encontrar “lo que tienes que estudiar”, genera desigualdades entre opositores, inseguridad en lo acertado o desacertado del contenido del tema y sobre todo sufrimiento psicológico que, como tu de sobra sabes, es el mayor obstáculo a vencer por el opositor. Por eso, cuando a mi hijo (hoy notario de *) de cara a la tercera vez que se presentaba, le cambiaron todo el programa, decidí adaptarle yo el temario nuevo, aprovechando el material que tenía, de forma que mi hijo no perdió ni un solo minuto en la adaptación, ya que iba estudiando los temas a medida que yo se les entregaba ya rehechos. Sin embargo, yo “morí para la vida”, durante un año y medio, desde Mayo de *. De Civil le valía mucho el formato de lo estudiado, aunque convirtiera sus temas en temas “Frankestein” (con un trozo de un tema , otro de otro tema, en folios grapados con partes tachadas, llamadas a textos al final, partes manuscritas, partes de fotocopias de hojas de libros subrayadas, etc ). Por eso, quedaron irreproducibles informáticamente aunque perfectos de contenido. Sin embargo, los de Mercantil, Hipotecario, Fiscal y Notarial los tenía con base en folios a máquina. Así que aprendí a escanear pasando el texto a Word, y fui añadiendo y quitando, siempre respetando el número de palabras que daba tiempo a decir según la distribución tradicional del tiempo, Porque, como es sabido, ésta es una oposición en la que no tienes el texto de lo que te tienes que estudiar, no sabes seguro el tiempo que tienes que hablar de cada cosa y tampoco sabes con antelación lógica el día que te vas a examinar. Así nacieron mis temas de Liberquintus. Mi hijo aprobó, al fin, a la tercera, y, entonces, me acordé de mis tiempos de opositor y de todo el tiempo que se había ahorrado mi hijo al disponer inmediatamente de unos temas presuntamente bien hechos, pues, con ellos, él había aprobado y decidí ponerlos a disposición de todos los opositores a través de internet, aunque no sé qué hacer para hacerlos más visibles. También así cumplo con un propósito que me hice, cuando, siendo todavía opositor sufriente, me juré a mi “pispo” (cual Escarlata en el atardecer de Tara ) que si alguna vez tenía oportunidad (por ocupar algún puesto corporativo o por cualquiera otra causa) de dulcificar o racionalizar la oposición, lo haría. Creo que he cumplido lo que me prometí en el año 1978“.
El enlace a los temas de Liberquintus es este. En la página de inicio de mi blog, la página de Liberquintus es una de las 14 que recomiendo.
Yo ya he dado bastantes vueltas en mi “Nada antes que opositar: Nihil prius oppositio” y en el blog a este asunto. He contado la participación que mi padre y mi hermana tuvieron en este proceso y he valorado lo que Liberquintus dice en cuanto a las desigualdades entre opositores por razón del acceso a buenos temas y la pérdida de tiempo que genera adaptarlos y hacerlos tuyos, así que hoy el protagonismo es para este gran padre y generoso compañero, preparador sin tomar temas, con el que espero coincidir para un Manducare en cuanto nos pongamos a tiro el uno del otro.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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