Presumo desde hace mucho tiempo de que yo en la notaría sé hacer y hago casi de todo, pero ahora que mi oficiala Rosa se ha jubilado he vuelto a descubrir lo dificultoso, lo farrogoso, lo lento, lo pesado (lo insoportable, a veces) que es moverse entre la documentación necesaria para preparar un buen número de escrituras que son un auténtico atolladero de problemas.
Mi costumbre durante años ha sido la de repasar escrituras ya hechas con mejor o peor grado de terminación. Con diferentes antelaciones (a veces justo antes de una firma, a veces con bastantes días por delante) Rosa y yo, o Antonio y yo (y a veces los tres juntos), terminábamos las escrituras con esmero, las afinábamos o les dábamos una capa de barniz final para que pudieran imprimirse para los otorgamientos.
En ese proceso muchas veces Rosa, ante mi negativa a imbuirme en los papeles, me decía “jefe, mire esto que lo va a entender perfectamente” o “jefe, déjeme que se lo explique”. Yo tozudamente me cerraba en banda procurando que con lo escrito y con la respuesta a mis dudas puntuales a la vista del texto ya preparado, pudiéramos en comandita darle la puntilla a una escritura que a veces podía llevar semanas en preparación y que se resistía a dejarse terminar y a salir (por fin) de nuestras manos.
El procedimiento nos ha funcionado estupendamente a lo largo de trece años y estoy seguro de que seguirá funcionando una vez que recuperemos el ritmo tras la marcha de Rosa y con la incorporación de mi nuevo fichaje, pero en estas semanas en que no me ha quedado otro remedio que enfrascarme en la documentación, me he visto situado en el papel de Rosa o en el de Antonio para ser yo el que pregunte y dude, el que afine su redacción o pida que le interpreten unos papeles y documentos con los que yo ya no estaba acostumbrado a manejarme en las fases preliminares de cualquier escritura de esas que presentan una dificultad superior a la media, que las hay y muchas en mi oficina sobre todo cuando hablamos de declaraciones de obra, de herencias o de cualquier tipo de expediente hipotecario.
Es muy pero que muy difícil manejar todos los ángulos y perspectivas del trabajo en las oficinas notariales (aunque a los obtusos y enemigos acérrimos de lo nuestro les cueste entenderlo). Es muy difícil ser el Notario que a puerta gayola se enfrenta a escrituras ya hechas de las que no sabe absolutamente nada (forma de trabajar que a mi juicio no está al alcance de cualquiera al menos con garantía de resultado); es difícil hacer, como yo lo estaba haciendo, un seguimiento constante de casi todos los asuntos que pululan por tu notaría y enfrentarte a ellos cuando puntualmente va haciendo falta o cuando les llegan sus últimas horas y su otorgamiento y es casi todavía más difícil empezar con un montón a veces inmenso de papeles o de archivos informáticos para dejar lista en base a modelos más o menos elaborados una escritura con garantía de eficacia al 100%. Esto último es lo que hacen día tras día los empleados de notaría que con sus afilados machetes van dejando despejada la maraña de maleza que recubre cualquier asunto en el instante en que entra en nuestras notarías. Es por eso por lo que no soporto la palabra matricero que siempre me ha parecido muy despectiva pues estoy seguro de que muchos autoriceros no serían capaces de preparar lo que su matricero les pone encima de la mesa cualquier día de firma.
Imagino que en pocas semanas me reabituaré a trabajar como ya lo hice en mis anteriores notarías, comenzando mi labor mucho antes de lo que tenía costumbre en estos últimos años, aunque la dificultad que tenemos en 2021 para multitud de documentos no es la misma que cuando llegué en 2008 a mi actual destino y ni mucho menos que cuando empecé en mi primer destino en el año 2003.
Además, por una temporada tendré que apañármelas con una serie de cuestiones que ya no podré resolver con una simple llamada interna o con una visita al despacho de mi oficiala.
Decía un compañero que nadie es imprescindible y que las cunetas están llenas de imprescindibles, pero sin duda hay algunos que sois mucho menos prescindibles que otros.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Gracias D.Justito por ese reconocimiento.
Es agotador y apasionante al mismo tiempo todo lo que rodea nuestro mundillo.
Recibir escasa documentación, y retahilas de mail, para finalmente tener que completar el documento un segundo antes de la firma, o tener que hacerlo sobre la marcha, conlleva un aplomo que no todos tenemos.
En las Notarias de “capital” va implícito el pensar que solo “damos al botón” o que cortamos y pegamos los textos…
Para recibir algún tipo de reconocimiento, le aseguro que hay que “caer en gracia”… que si, que es nuestro trabajo, y no lo hacemos para que nos acaricien el lomito, no es eso… pero hemos estado durante todo el estado de alarma y durante el infinito confinamiento y desconfinamiento y vuelta a confinar al frente, como pocos profesionales del mismo sector, y … y???… En serio somos tan esenciales para exponernos así… SI.
Me voy por las ramas, aunque todo el conjunto viene a decir que efectivamente el Notario no puede quedar reducido a pedir DNI y a contar un chistecillo o quitar hierro al momento de la firma, que es bastante tenso en el 99% de los documentos, el Notario con toda su responsabilidad encima, también sabe y debe apoyar al equipo que hace que la gente siga entrando por la puerta, y ese equipo que con sus mas o menos conocimientos o ganas, hace que el chiringuito siga abierto, perdón por el tono coloquial, pero como decía uno de mis jefes anteriores … “un tonto jod.. un pueblo” y cuando un cliente vuelve y vuelve con lo grande que es el mar de peces notariales, es por el conjunto… que si un oficial hace una escritura a la velocidad del rayo, el Notario la autoriza, y el copista la saca en 29 días (para que no venza el impuesto oiga)… pues ese cliente no vuelve nuncajamás… o si cobramos hasta por respirar, sin tener en cuenta alguna circunstancia más… lo mismo… así que permitame darle de nuevo las gracias, y hacer extensivo el reconocimiento al completo EQUIPO de una Notaria, desde la recepción hasta facturación, con todo lo dicho por medio…
Un abrazo!!!
Estimada Esther:
Estoy de acuerdo contigo en todo.
Nosotros si recibimos felicitaciones con frecuencia por nuestro trabajo aunque también recibimos muchos desaires, mucha incomprensión, mucha presión …
Hace falta aplomo para no mandar a la gente a la M …
Yo que estoy en primera línea de combate y soy informado de casi todo por mis empleados me subo por las paredes muchas veces con lo que me cuentan de la gente.
En unos días firmamos una macroherencia por la que hemos sufrido unas presiones verdaderamente insoportables y de una manera completamente injustificada. Que no vengan luego con que les parece caro … ;))) porque se lo han buscado y no tendré piedad.
Al menos entre nosotros debemos consolarnos y apoyarnos y reconocernos las cosas. Yo lo hago y a las pruebas me remito. Aseguro que funciona y que se hace equipo del bueno.
Un abrazo y gracias por tus palabras, Justito El Notario.
Gracias de nuevo… empiezo la mañana con la sonrisa de su respuesta y con un encargo que empieza con “… me vas a matar pero hoy puedes…??”… y así siempre… en fin Serafín…
Hola Esther:
Bueno si al menos dicen eso, son conscientes de que se les está haciendo un favor y ya es algo.
Un abrazo y gracias, Justito El Notario.
Espectacular como siempre; es un lujazo leerle y debe ser un lujazo trabajar con usted; gracias por todo, pues se convierte en maestro de empleados de notaría como yo que “buceamos” en las redes como esponjas para hacerlo mejor; de nuevo Gracias
Hola Pilar:
Comentarios como el suyo merecen saborearse. Entre que contesto y no contesto, lo leo y releo varias veces …
Valoro mucho a mis empleados y hacemos un gran equipo cuyo resultado es una escritura muy trabajada. Para eso cada uno tiene que estar en su sitio y tiene que haber una colaboración y cooperación de abajo a arriba y de arriba a abajo.
Lo tengo claro. Un abrazo y muchas gracias. Justito El Notario.
Debe ser un trabajo muy sacrificado, yo admiro al Notario que va de una sala a otra cambiando el chip de lo más improtante que tiene que tener en mente en cada momento. Sin duda estar rodeado de buenos “compañeros” en este sentido es fundamental.
Buenas tardes:
Sí, estoy de acuerdo aunque el Notario no puede quedar reducido a pedir dnis y hacer el rato agradable.
Por eso digo que esa actuación no está al alcance de cualquiera (al menos en escrituras no ordinarias).
Saludos, Justito El Notario.