Una nueva parada de “El Club de los Viernes”. Y es que estamos saliendo todos los viernes a cenar desde que acabó Agosto, a pasear en bici y a andar un poco más los sábados y los domingos preferentemente a la hora de la cena (y asà …  no cenas o cenas más bien poco), aperitiveando al mediodÃa y haciendo la compra foodie los sábados por la mañana en el mercado y en otras tiendecillas de la city. A fin de cuentas llevamos ya más de un año sin ir a ninguna parte. No he salido de la provincia de Murcia más que para ir a trabajar y para una presentación de mi primer libro (“Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”) en Ciudad Real dos dÃas antes del estado de alarma (comienzo, por cierto, de la historia que narra mi segundo libro “Crónica notarial de una pandemia”). Y ahora que trabajo los lunes …  pues estoy valorando mucho más el tiempo libre que me es mucho más escaso que antes. Tendré que extenderme un poco más otro dÃa en explicar mis nuevas rutinas … Tal vez mi tercer libro acabe siendo una “GuÃa de restaurantes de Cartagena para ir a pie por el centro”.
Por cierto, en esa lÃnea de hacer variaciones a nuestras rutinas clásicas, ayer nos apuntamos a la ruta Cartagena misteriosa. Creo que escribiré algo para contar mis impresiones para mi sección del Off Topic.
El que se anime con los libros, puede pedÃrmelos dedicados en justitonotario@hotmail.com
Pero vamos a la cena de esta semana
El restaurante de D`Almansa es ya un clásico de Cartagena situado en la calle JabonerÃas o calle Sagasta, número 53.
Actualmente cuenta con dos locales contiguos con entradas separadas. El originario está dispuesto en dos plantas, la de arriba, si no recuerdo mal, en plan anfiteatro sobre la primera y el local más moderno situado a la derecha según se mira desde la calle, dispuesto en forma casi rectangular con un par o tres de zonas a la entrada que permiten un cierto reservado con mesas nobles de madera y una agradable decoración. Especialmente me gusta una mesa ovalada para unos 8 o 10 comensales junto a una librerÃa que te debe hacer sentir como en el comedor de tu propia casa.
Nosotros habÃamos reservado para cenar en la terraza pero la noche de principios de octubre se presentaba desapacible, con un viento considerable y algo de lluvia, asà que optamos por situarnos en el interior y nos ubicaron en la parte más moderna de sus amplias instalaciones. Buenas medidas anti COVID con gel hidroalcóholico al entrar y en los baños, distancias más que suficientes entre mesas y todo el personal con sus mascarillas.
Acomodados en la mesa optamos por comenzar con los fantásticos chips de berenjena, un clásico de la casa que yo al menos son incapaz de no pedir, unas alcachofas con almejas que estaban muy ricas y una anodina tortilla de bravas. Como segundo plato compartimos un rodaballo de buen tamaño que no pudimos terminar y que venÃa acompañado de un timbal de patatas y un purecito de calabaza o zanahoria. El plato nos resultó demasiado elaborado, salseado, para un producto que si es bueno no necesitarÃa mucho más.
El postre fue una tatin de manzana que estaba rica pero tal vez demasiado hecha.
El vino fue un godello Bierzo de nombre Tilenus. Lo conocÃa. Es un vino de una buena calidad precio con sus 16 Euros en mesa.
El total casi 95 Euros, dos personas, con la propina incluida.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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