“Hola soy el EspÃritu de las Oposiciones Futuras y te traigo dos noticias. Una buena y otra mala. ¿Cuál quieres primero?”
“Pues normalmente – le dijo el opositor al espÃritu – yo soy más de elegir primero las malas noticias y de recibir luego las buenas, pero como mi amigo Javi López me contó tantas veces en los largos veranos de antes de comenzar con la oposición el chiste de las galeras romanas en el que los pobres remeros salÃan siempre escaldados cuando elegÃan primero la mala noticia, voy a escogerte primero la buena y ya luego me cuentas la mala, querido EspÃritu de las Oposiciones Futuras“.
“Pues la buena noticia es que vas a aprobar las oposiciones“.
La emoción embargó al pobre opositor que lloró lo indecible bajo la atenta mirada del espÃritu que habÃa venido a visitarle.
El llanto terminó de golpe cuando el pobre opositor, acostumbrado a los malos tragos, recordó que aún tenÃa que recibir la mala noticia, asà que recomponiéndose como pudo le pidió al espÃritu que le contara la mala noticia que también habÃa venido a comunicarle:
“Cuéntame la mala noticia, querido EspÃritu de las Oposiciones Futuras“.
“La mala noticia, querido Justito, es que vas a tardar once años en hacerlo”.
Aún resonaba la última sÃlaba en sus oÃdos cuándo el espÃritu se desvaneció. Justito volvió en si sin saber si lo vivido habÃa sido sueño o realidad.
En los dÃas y semanas siguientes el pobre opositor continuó su ritmo habitual de estudio pero luego pensó que, a fin de cuentas, si iba acabar aprobando con absoluta seguridad, serÃa mucho mejor pegarse la vida padre y volver a estudiar dos o tres convocatorias más tarde que son las que calculaba que se sucederÃan en el tiempo que le faltaba para que se cumpliesen los once años de la condena del espÃritu. Con eso serÃa más que suficiente gracias al bagaje acumulado hasta la visita de unos dÃas antes.
Dicho y hecho. Desde ese momento, se dedicó a no dar ni golpe de lunes a domingo y retomó la oposición unos cuatro años después, fresco como una rosa, ligero como una pluma y fuerte como un toro, aprobando en aquella convocatoria al cumplirse los once años justos que el espÃritu le habÃa presagiado.
Moraleja: De libre elección para el lector.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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