El 29 de Diciembre, aprovechando el paréntesis entre la Navidad y la Nochevieja nos fuimos a comer a Abrá Same. HabÃa estado por allà unas semanas antes, picando algo, antes de asistir al concierto de Burning en la explanada de la Universidad.
La terraza de la plaza de San Francisco es tentadora, pero a mi apetecÃa comer dentro. Nos instalaron cerca de la zona de la cristalera que permite divisar la cocina, flanqueados por un lado por el cuarto Rey Mago, Artabán y por una mesa de jóvenes parejas con niños que pintaba que iban a dar bastante la lata y que luego no la dieron tanta. Artabén, de la asociación cultural Gaia Cultural, resultó ser un tipo muy parlanchÃn, con ganas de interactuar, de relacionarse y de agradar con el que nos acabamos haciendo una foto.
Para cuatro, esta fue nuestra elección:
- Croquetas de chipirón
- Dados de jamón y pistacho
- Caballitos
- Pulpo
- Y un Señor chuletón de Angus de 1,100 Kg
Todo, pero todo, estaba muy bueno. AquÃ, la carta.
Pedà el vino del tÃo de los pelos, el Goru de Ego Bodegas y me supo a muy poco. No sé si el nivel de alcohol en sangre navideño fue el culpable, pero el caso es que no me gustó nada.
El camarero ya reconoció que “en los postres fallamos”. La verdad es que lo hacen muchos locales y no deberÃa ser tan difÃcil mantener un nivel mÃnimo. Optamos por la lecha frita, que nos gusta mucho pero resultó un pelÃn basta con trozos demasiado grandes y frito en exceso.
No tenÃan vino dulce pero nos pusieron una copa de cava y unos dulces navideños.
El servicio estuvo muy atento e hizo todo lo posible por agradar. Lo consiguió.
El titular serÃa: “la carne no falló pero en el precio se notó”. También es verdad que no nos iba a llevar el viento.
Al terminar dimos una vuelta por el Belén municipal.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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