Buenas tardes a todos:
Bienvenidos a esta celebración de la renovación de los votos matrimoniales de Alberto y Belén, a la celebración de su XXVº Aniversario de Boda, a la celebración de sus Bodas de Plata.
Me cuento entre los que creen que el matrimonio no solo es un contrato, sino que es el contrato más importante en la vida de una persona porque casarse con la persona acertada es el fundamento de una vida feliz.
Se lo dije, os lo dije a todos porque supongo que todos estábamos también allí cuando Alberto celebró su 50º cumpleaños: Es imposible que Alberto fuera la misma persona que es sin Belén a su lado. Hoy añado que tampoco Belén lo sería sin Alberto y que, sin la menor duda, los dos juntos han contribuido a conseguir una combinación y un equilibrio CASI PERFECTO en su matrimonio (y también antes del matrimonio, durante su noviazgo); una combinación y un equilibrio que, sin duda, alguna les funciona y LES HACE FELICES (a ellos y a nosotros que somos su familia y sus amigos).
Hoy estamos aquí celebrando un acontecimiento que cada vez resulta más extraordinario. Casi 100.000 divorcios el año pasado en España con unos 17 años de duración media del matrimonio. Las mujeres se divorcian más entre los 40 y los 50 años. Los hombres estamos algo por encima de los 50 años a la hora de divorciarnos. Así que …. en parte, ya habéis pasado lo peor …. Comenzáis hoy una segunda parte de vuestro matrimonio, abrís la otra parte del jamón, que estoy seguro (estamos todos seguros) de que solo puede depararos cosas buenas y, entre ellas y muy especialmente, ver a vuestras hijas terminar de situarse en la vida, casarse y haceros abuelos antes o después (¡madre mía … Alberto abuelo … no soy capaz de imaginarme que clase de abuelo será), pero … no nos adelantemos a los acontecimientos porque hoy, ahora mismo, lo que nos toca celebrar es esta ceremonia de renovación de votos matrimoniales que más allá del valor civil, que no tiene ninguno, o religioso, que tampoco lo tiene, pues yo soy Notario y no cura, tiene el que ellos dos han querido darle ratificando sus compromisos individuales, de pareja y familiares ante todos nosotros que vamos a ser testigos de ello. Todos (yo incluido) tenemos que darle a este día el sentido que Alberto y Belén quieren darle que, por otra parte es bien sencillo de comprender, y que han querido compartir con todos nosotros con tanta ilusión y con tanto cariño …. tanto cariño que hasta han elegido para todos nosotros el único día del año que tiene 25 horas …
Pero antes de que Alberto y Belén renueven sus votos, Raúl, Manolo, Cari y su hija María quieren dedicarles unas palabras a ellos y a todos nosotros…
Raúl,
Manolo,
Cari
y María
….
Gracias por vuestras palabras.
Ahora me parece que le toca el turno a un espontáneo que no estaba previsto en esta ceremonia …. es un espontáneo muy especial …. mirad quien sale por ahí …
… Pepe …
Fantástico Pepe. Lo has hecho muy bien.
Si en un matrimonio civil se daría lectura a los Artículos 66, 67 y 68 del Código Civil español, adaptando esos artículos a esta renovación de votos matrimoniales, debería deciros que seguís siendo iguales en derechos y deberes, que seguís debiendo respetaros y ayudaros mutuamente, que debéis seguir actuando en interés de la familia, que seguís obligados a vivir juntos, a guardaros fidelidad y a socorreros mutuamente y que, además, tenéis que compartir las responsabilidades domésticas (esto parece lo pusieron más por el lado de Alberto que del de Belén … ), así como el cuidado de vuestros padres, de vuestros hijos y también el de esos nietos que algún día os llegarán.
En un matrimonio religioso, todos nos sabemos bien lo que suele decir el sacerdote pero si hubiera que adaptar el rito matrimonial a este momento de la renovación de vuestros votos, a este momento de vuestras Bodas de Plata, yo creo que tendría que preguntaros, especialmente, si estáis decididos a seguir amándoos y respetándoos mutuamente. No, no me contentéis a mi, no nos contestéis a todos, porque aunque en una y en otra ceremonia son el Alcalde, el Juez, el Notario o el Cura los que más hablan, a mi me parece que hoy, que en esta ceremonia, no se requiere de ningún guión ni de ninguna forma “ad solemnitatem”. Sois vosotros los que a vuestra manera debéis de manifestaros vuestro respeto y vuestro amor y declarar que seguís unidos en matrimonio, que vuestro matrimonio continúa firme como siempre y hasta el final, así que os voy a ceder la palabra para que efectivamente renovéis vuestro amor y compromiso en este acto ante todos nosotros que seremos vuestros testigos:
Renovación de votos de Belén
Renovación de votos de Alberto
Habréis observado que todos los que nos han hablado han mencionado seis palabras fundamentales que son:
«REGALO»: por tener a la otra persona por compañera durante tantos años;
«AGRADECIMIENTO»: por todo lo aportado, especialmente en los malos momentos que constituyen, sin la menor duda, una prueba de crecimiento y madurez personal, individual y como pareja;
«COMPROMISO»: con el que se inició el matrimonio y con el que éste continúa 25 años después;
Y «RESPETO»,que en una renovación de votos se consolida, se reafirma y se renueva con la «LEALTAD» y el «AMOR» que tendrán que seguir siendo incondicionales y recíprocos.
Visto lo visto, visto que ya os lo habéis dicho todo, a mi ya no me queda otra cosa que deciros que ya sabéis que continuáis unidos en matrimonio y que vuestro contrato de hace veinticinco años ha quedado renovado, prorrogado, EXPRESAMENTE en presencia de todos los que estamos aquí.
Para terminar, como EN casi todo contrato, como en toda celebración, tiene que existir una simbología y el matrimonio no PUEDE SER una excepción.
La entrega de las alianzas no tiene lugar en la celebración del matrimonio civil. En su día fueron una especie de precontrato que aseguraba la realización de la boda. Hoy simbolizan la intención de cumplir, hoy de RENOVAR, una promesa de amor. Esa promesa de amor la van a escenificar los propios promitentes, Alberto y Belén, con la entrega de sus nuevas alianzas pero ya sin necesidad de las arras que simbolizarían los bienes, sin duda alguna abundantes, que ya llevan compartiendo veinticinco años y que van a seguir compartiendo muchos AÑOS más.
ALBERTO: CON ESTE ANILLO RENUEVO NUESTROS VOTOS …
BELÉN: CON ESTE ANILLO RENUEVO NUESTROS VOTOS …
Antes de terminar y como estoy absolutamente seguro de que se os habrán hecho cortas las anteriores palabras de Alberto, le cedo de nuevo el turno para que nos arranque unas cuantas sonrisas y muy probablemente alguna lágrima, así que espero que os hayáis traído los pañuelos.
Alberto ….
Bueno, yo ya termino ENHORABUENA A LOS DOS Y ESPECIALMENTE A VUESTRA FAMILIA.
ENHORABUENA A TODOS.
Todos OS DESEAMOS OTROS 25 AÑOS MÁS DE FELICIDAD.
ESPERAMOS ESTAR PRESENTES EN LA FIESTA DE 2044 y como dijo aquel espontáneo en el ROYAL PLACE en el ya lejano año de 1994 cuando celebrábamos vuestra boda:
¡Viva el municipio y vivan los novios¡
Si a alguien le apetece conocer otras actuaciones mías en bodas o algo más sobre el matrimonio ante Notario (o contratarme para algún bolo …) estas son mis entradas sobre el asunto:
Mi gran boda gay
Una boda histórica en la notaría de Pinoso
Bodas ante Notario (expediente, modelo, bodas fuera de la notaría y casar a nuestros parientes)
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Un comentario se me lo permites, estimado compañero Justito.
«Casarse con la persona acertada es el fundamento de una vida feliz», nos dices.
Entiendo que quieres decir que, para aquel que decide casarse, ser certero en la elección es fundamental para que el “contrato” funcione y la pareja sea feliz. Por el contrario, una mala elección, puede ser el camino que lleva al infierno en vida. Estoy de acuerdo. Felicidades para Belén y Alberto. Pero no creo aplicable el sensu contrario, claro está, que la felicidad pase necesariamente por la vicaría (o el notario). Personas solteras y felices las hay a montones, puedo dar fe. Mi reflexión al respecto es la que sigue:
La felicidad no es otra cosa que esa paz interior, ese equilibrio en la vida que nos permite disfrutar de la misma y percibir lo mejor de cada momento, de considerarnos realizados y relevantes. No me cabe duda de que hay personas que son capaces de esto sin ayuda, a las que les basta relaciones superficiales con otros y evitar a las personas tóxicas. Esas personas tal vez no lograran alcanzar la felicidad si se vieran obligadas a contraer matrimonio. La mayoría, sin embargo, prefieren relaciones más personales y profundas. Las relaciones amorosas o sentimentales complacen a muchos (ya desemboquen en matrimonio o vínculos análogos), otros necesitan a muchas personas a su alrededor, aunque lo profundo de su relación sea menor (esas personas que necesitan tener muchos amigos). Y también los hay muy apegados a sus familias y que encuentran la felicidad en relaciones como las fraternales, (esos hermanos o hermanas soltero(a)s que viven juntos toda la vida porque así lo eligen).
La felicidad es un estado mental, o del alma si se prefiere, que no entiende de encasillamientos ni de verdades universales, es patrimonio de cada uno.
Yo aún no he oficiado ninguna boda. Divorcios sí he firmado unos pocos.
Un abrazo.
Buenas tardes Juan Pedro:
Sí, por supuesto. Me refiero a los que nos casamos, no a que casarse sea el fundamento de una vida feliz.
Elegir mal puede ser desastroso, aunque es bien fácil equivocarse o que se equivoquen con nosotros. Nunca se sabe como será el melón del matrimonio. Ni siquiera sabes como será a partir de este momento y en adelante. Yo hace 20 años que me casé y con el noviazgo llevamos juntos 29 años (los cumpliremos en enero). También creo que he elegido bien y que mi elección es el fundamento de las vidas felices que ambos tenemos.
Gracias por tu participación, un abrazo, Justito El Notario.