¿Qué conclusiones se pueden sacar de esta afirmación? No se puede ser malo y bueno en una misma escritura. Si para el que compras eres bueno, entonces el que es malo es el vendedor no yo, puesto que el vendedor está intentando colarle algo al que le compra y no quiere que yo se lo pueda descubrir y fastidiarle el negocio. Por supuesto, el negocio también se puede fastidiar a otros que actúan como malos profesionales defendiendo sus intereses por encima de los de sus clientes. Estoy muy, pero que muy, aburrido de ese eslogan. La honradez debería presidir todas nuestras actuaciones y no lo hace y cuando no lo hace, ya no podemos exigirla de los demás. Luego hablamos de los políticos …
En fin, supongo que hay aceptar que alguien te venga para unos asuntos y no te venga para otros (bueno, hay muchos que no vienen hace años, ni les espero), aunque el profano no entienda porqué puedo ser un buen Notario cuando la gente viene a mi casa a comprarse un inmueble y un Notario que no le interesa cuando viene a venderlo. Tal vez, lo mejor sería poner un ejemplo para que todo el mundo pueda entenderlo y valorarlo y sacar sus propias conclusiones.
Una plaza de garaje en división horizontal que no tiene número
Se prepara una escritura de venta de una plaza de garaje en una división horizontal. Es una finca registral independiente de la vivienda que su propietaria tiene en el mismo edificio y en la descripción del garaje no se dice qué número corresponde a esa plaza.
Alguien se da cuenta antes del otorgamiento y lo dice. Puede que se fastidia o que no se fastidie la operación antes de llegar a la notaría.
La otra opción es que nadie se dé cuenta hasta el otorgamiento o se dé cuenta y no lo diga y que sean los oficiales del Notario o el propio Notario el que lo descubra. Entonces (de nuevo) es posible que se fastidie o que no se fastidie la operación. Si se fastidia, todo el mundo odia al Notario, excepto el comprador que se encontrará ante un buen dilema puesto que ha invertido tiempo, ha hecho muchas gestiones y preparativos, ha podido tener gastos y ha adquirido compromisos cuando, de repente, se entera de que hay un problema que podría hacer que ya no le convenciera comprar la vivienda con esa plaza de garaje indeterminada prefiriendo abortar la operación. Si no se fastidia la operación, el comprador sabe que tiene un problema que puede que le salte (o no) a él en el futuro. Es posible que en el futuro un nuevo propietario sea como él y acepte la tara de la finca o que no lo sea y no quiera comprarle a él una plaza de garaje que no está perfectamente identificada.
“Vale Justito, pero es que con esa forma de ver las cosas, esa forma de trabajar, nos cargamos el tinglado en cuatro días; los errores existen y existirán siempre y cuando hay que tragar o apechugar pues se traga y se apechuga”.
Más o menos es lo que me podrían decir, ¿no? Ok, lo acepto, pero ¿se entiende ahora por qué una notaría puede ser mala para vender y buena para comprar? Sí, ¿no? Pues todos los Notarios siempre tenemos delante un comprador y un vendedor, uno que compra y otro que vende y nuestra obligación es actuar igual de bien para ambos, el resto de “afectados” deben darnos absolutamente igual, aunque nos quedemos sin escritura.
¿Y qué pasó en este caso?
Pues que se firmó la compraventa. Ahora es cuando se ha descubierto lo que pasaba. Unos vecinos del edificio sí que tienen el número de la plaza de garaje en su escritura y otros no lo tienen, como la Señora de mi caso. Esto no sería realmente grave (se solucionaría con un poco de gasto en notaría y en registro) si no fuera porque hay un vecino que aparca en el garaje pero que no tiene plaza (ni con número, ni sin número). Ese señor aparca en una plaza que no existe jurídicamente como tal y que actualmente no está señalizada (aunque sí que lo estuvo hasta hace un tiempo). Esa plaza ocupa un espacio común, una zona de todos los vecinos. Este señor no tiene escritura de esa inexistente plaza de garaje porque compró “eso” en donde aparca en un documento privado al anterior propietario (a quien los más antiguos de la comunidad le permitieron aparcar en el mismo espacio en el que aparca el que luego le compró a él) pero (hasta cierto punto, lógicamente) ahora el nuevo propietario (nuevo propietario relativo puesto que esa plaza no existe) está mareando a toda la comunidad con ese asunto, en vez de demandar a quien le vendió esa plaza de garaje flotante y a los promotores del edificio que no hicieron correctamente la división horizontal del garaje y que fueron quienes permitieron el uso indebido de una plaza que todos los vecinos pensaban que realmente existía.
A mí me parece un problema considerable, ¿no? ¿Para dejar de comprar una vivienda y una plaza de garaje? Pues puede que sí. Claro, si no lo sabes, si no te informan, si te lo ocultan o si te hacen ver que no debes preocuparte, que no tiene importancia, que se puede arreglar … pues te están ocultando la verdad, si es que no te están directamente engañando. Yo lo único que podría explicar al que quiere comprar la vivienda y la plaza de garaje sin número es que el vendedor lleva así toda la vida y también el que le vendió a él y que no ha pasado nada y que normalmente no pasará, pero la decisión la tiene que tomar el que la tiene que tomar con todos los elementos de juicio sobre la mesa que yo como Notario estoy obligado a facilitarle si dispongo de ellos. Caso contrario estaría contribuyendo a la estrategia del vendedor y demás interesados en la venta.
Yo comprendo los intereses de las partes (del comprador y del vendedor) pero no entiendo los intereses del intermediario, ni del traductor, ni del Banco, ni de la gestoría: todos esos se quedan sin operación y punto, como me pasa a mi y nos quedamos sin operación porque hay un interés superior a proteger que es el del que compraba. El pobre vendedor tendrá que apechugar con su problema o irle a vender a otro. Yo no estoy dispuesto a callarme si es que lo detecto.
Poco valorados
Por lo visto los Notarios nos consideramos poco valorados. Lo he leído aquí: “El pasado mes de marzo la plataforma de búsqueda de empleo ChooseMyCompany clasificó algunas de los oficios que hacen que sus trabajadores sean los menos felices”. Pues …. “el ranking lo presiden los notarios: solo el 13% de ellos se siente valorado. Parece que estar autorizado para dar fe, conforme a las leyes y demás actos extrajudiciales, no es tan divertido como parece“. Yo más que no es tan divertido como parece, diría que no es tan fácil como parece o como muchos creen que es. No solo nos dedicamos a firmar y a poner la mano. Algo debe tener nuestro trabajo para que, a pesar de estar bien remunerado, nos haga sentir a muchos muy poco valorados (a pesar de la cantidad de problemas que uno puede llegar a detectar y resolver que requieren tiempo y pueden encarecer la minuta, claro está). En mi caso, todo lo que cuento en este artículo creo que da bastantes pistas de lo que puede uno llegar a sentir y de porqué lo siente. Conste que a mi no me han hecho la encuesta. Si me la hicieran, lo cierto es que tendría que decir que muchas veces no me siento valorado por muchos de los que pasan por mi despacho y que no siento suficientemente valorado el resultado de mi trabajo que a la gente le aparenta ser el mismo que hacen todos aunque no lo sea. Llevamos unos años muy difíciles, con frecuentes firmas a cara de perro rodeadas de tensiones. La época no está siendo nada fácil para la función y, a veces, de manera completamente injusta para la mayoría de nosotros. Puede que la función necesite una defensa bien orientada.
Como cuestión de fondo queda, y ¿cómo, cuándo, dónde y porqué se produjo el error que dio lugar al caso que me sirve como ejemplo? …
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Buenos días, ¿maestro? Espero todas las semanas con “ansia viva” los posts posteriores al del lunes 🙂
Este post saca a colación aquel otro de [Algunos criterios para elegir Notario], y es que no todos los notarios, me corrijo, no todas las notarias son iguales (es importante el equipo).
Tras un tiempo en esto de la regularización de la propiedad, he podido comprobar que en algunas se hace una análisis riguroso de la situación jurídica, de la realidad física, se escucha en reuniones previas, y se proponen los pasos que garantice esa seguridad jurídica, tanto del que compra como del que vende, aunque esto obligue a posponer un tiempo el expediente por convertirse en ampliación de cabida, dominio, notoriedad, etc.
Lo que es importante que nos entre en la cabeza a todos los implicados, es que se está velando por los intereses del cliente, y el camino a seguir a veces no es el más gustoso.
Como siempre, muchas gracias!
Buenas noches Óscar:
De acuerdo al 100% y agradecido en idéntica proporción.
Tengo la lengua cansada de explicar mil veces lo mismo. A veces me canso.. pero no me van a cansar.
Muchas gracias, un abrazo, Justito El Notario