“Pronto comenzaré a opositar para notarías y el que será mi preparador me ha advertido que no es la mejor opción iniciar esta etapa con pareja. Me han surgido miles de dudas con esta afirmación, ya que no me veo capaz de afrontar dicho reto sin ella” – me dijo una futura opositora hace unos días.
Menuda estupidez lo de no tener pareja, como diría mi mujer, ¿de dónde se ha escapado ese (o esa)?
Tal vez conoce a la pareja en cuestión y piense que no le conviene, pero no parece que hable de alguien en concreto sino más bien de tener pareja en general.
Vamos a ver, ¿no será más normal, lógico, coherente, razonable, pensar que unas veces la pareja resultará desastrosa y otras (la mayoría) no?
A mi, por cierto, me vino muy bien casarme en 1999 cuando llevaba ocho años de oposición. Por cierto, que nuestro noviazgo empezó nueve meses antes de empezar yo (y también ella) a opositar. Por cierto que mi novia, que luego fue mi mujer y que lo sigue siendo, fue un pilar fundamental durante toda mi oposición. Ella tuvo dudas cuando comencé (también las tenía yo), pero no eran dudas amorosas eran acerca de la envergadura del proyecto. No se equivocaba, tardé casi once años en aprobar.
¿Al menos – habría que preguntar al futuro preparador – se puede tener sexo esporádica o permanentemente o solo es válido el onanismo?
Cuantas tonterías, por favor. A lo mejor los opositores también deberían mantenerse vírgenes desde que empiecen hasta que terminen …
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Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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