Incontables las veces que he subido al castillo de Águilas, “subido aquí en lo alto estoy, todo el pueblo pueeedo veeer”, que cantaban “Las Ardillas de Dakota”.
En todas esas veces he disfrutado, escuchándola o contándola yo, la historia de “Los tres pasos del moro”.
Decían que un túnel que desembocaba en el acantilado se utilizaba en la época de la reconquista para dar matarile a los moriscos que a punta de espada eran obligados a caminar por el pasadizo que recorrían en tan sólo tres pasos, cayendo al mar donde eran pasto de los tiburones. Nunca he sabido si la historia es cierta (no creo que hubiera muchos tiburones a pie de un acantilado, entre otras cosas) pero es magnífica, tanto como las vistas de Águilas desde su castillo.
Y Águilas tiene mucho mas. Termino con un par de fotos de la zona del Hornillo.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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