Fue una gran satisfacción para mi que me lo pidieran, como amigos y como miembros de un colectivo que había obtenido unos pocos años antes el reconocimiento de su derecho a contraer matrimonio.
El día previo a la “boda” nos desplazamos un grupo de amigos de los de siempre desde nuestro lugar de residencia y nos alojamos en el Hotel Room Mate Óscar, en el Barrio de Chueca en Madrid.
Hotel Room Mate Óscar
Estas fueron mis impresiones del Óscar en Tripadvisor:
“Esta ha sido mi primera visita a un hotel de la cadena. Tenía muchas ganas de probar y me quedan muchas de repetir. El Óscar esta super bien situado, con un parking en la propia plaza en que se encuentra, en un edificio que tiene un toque original e interesante, con cuidadas zonas comunes y con habitaciones con un aire especial. También es cierto que la mía era un poco oscura, con vistas feas. El precio, que estaba concertado para la boda a la que asistíamos, estuvo francamente bien. El personal muy atento en todo momento. Hasta otra ocasión Room Mate”.
Como protagonista de la ceremonia una vez en Madrid tuve que acercarme al ensayo. Al terminar los más íntimos nos fuimos reuniendo en la Plaza de Vázquez de Mella, la del hotel, para tomar unas cañas en una terraza. Cuando estuvimos todos y con el firme propósito de “portarnos bien” en la preboda nos fuimos a cenar al Mercado de San Antón. Doy fe de que al menos intentamos ser buenos.
Mercado de San Antón
No lo conocía y me encantó. Y así opiné unos días después en Tripadvisor:
“Reconozco que fui con una cierta mala gana y que hubiera preferido otro sitio para cenar, más formal y sentado. Ahora, sin duda, lo recomiendo y volveré en cuanto pueda. ¡Que ambientazo¡, ¡que variedad de puestos y de estilos gastronómicos!, ¡que rato tan divertido!. Genial”
De regreso al hotel, hicimos una última parada. Fue de nuevo en la Plaza donde algunos no se resistieron ni a un mojito, ni a un segundo mojito. No fue mi caso, puesto que tenía que estar en forma para mi “actuación” del día siguiente.
Mi gran boda gay
El sábado, debidamente arreglado y anticipándome al resto de mi grupo, me dirigí al lugar donde se iba a celebrar “la boda”. Estaba ciertamente nervioso. Uno está acostumbrado a dirigirse en las lecturas de las escrituras a grupos pequeños de personas, pero en este caso me tenía que dirigir a un grupo bastante numeroso.
“MADRID, A 18 DE MARZO DE 2012…
Después de la ceremonia, en la que hubo música y canciones como esta…
…e intervenciones memorables, nos trasladamos al lugar de celebración, donde los novios habían organizado una fiesta superlativa, cuidada hasta el último detalle y que se prolongó hasta la noche. Se prolongó tanto que, y no es lo habitual en mí, agotado, fui uno de los primeros en marcharme.
De regreso al Room Mate Óscar, me recompuse con una ducha, un gigantesco refresco y una gran hamburguesa que me trajeron desde la hamburguesería hasta la misma puerta de la habitación.
Misión cumplida. Ahora le toca el turno a una boda real, A UNA BODA DE VERDAD, puesto que como tengo explicado en otro par de posts aún no he casado realmente a nadie. Esta boda se celebró antes de que los Notarios pudiéramos casar y aunque lo hubiera podido hacer, yo no soy Notario de Madrid y no era competente para casarles. Mis amigos ya estaban casados e hicimos una repetición de la jugada en la que me erigieron en coprotagonista por considerarme apropiado para el papel.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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