“Estoy pendiente de un hilo, no quiero dejarlo, quiero conseguirlo … me veo con mis XX años y sin nada, y me entra la neura … Necesito de tus sabias palabras …”
No te desanimes … no pasa nada, es todo normal. Esta temporada mala será un paréntesis en tu vida del que luego (casi) no te acordarás y, te aseguro, que pensarás (y pensarán los demás) que habrás invertido bien todo este tiempo.
Eso fue lo que le dije a una opositora que tras leer mi post “Manual de autoayuda del opositor” me decía que se sentía identificada conmigo y que tras suspender el segundo ejercicio, había intentado retomar el estudio aunque ya no tenía ilusión y no conseguía estudiar. Me decía que se quedaba horas absorta delante de un folio sin memorizar prácticamente nada.
Retomar el estudio tras el suspenso es, sin duda (bueno, después de encajar el suspenso en sí), lo peor de una oposición. Aquellos pobres inocentes que aprueban a la primera y van envalentonados el resto de su vida (que los hay y son unos cuantos), no saben lo que es superar el suspenso ni piensan en lo fácil que podría haber sido estar del otro lado. Un mal día, un resfriado, un problema familiar, un pequeño accidente, un quedarse en blanco, el divorcio de tus padres, la muerte de un familiar, la detección de una enfermedad o la muerte de una mascota, pueden situarte de nuevo en la casilla de salida sin darte la menor cuenta. Es normal que a uno se le haga duro volver a estudiar, porque es muy duro volver a estudiar, volver a estudiar desde el principio, aunque … no estás empezando desde el principio y eso ya es una buena noticia.
Así que hay que pensar en que sí que puedes volver a estudiar. Hay que procurar no pensar en volver a suspender. Los temas te los sabes. No puede aprobar todo el mundo a la primera. No te hundas. Ponte metas a corto plazo, pero a muy corto plazo, y vete despacio y tranquila hasta que te encuentres mejor, sin hacer caso (si es necesario) ni a preparadores, ni a compañeros. Ahora, durante un tiempo, estás en modo survivor.
Ella me dijo
“Estoy desanimada y no sé cómo recuperar esa ilusión que parece no querer volver. Me da mucha pena estar así porque dentro de poco saldrá la convocatoria de este año con bastantes plazas y me gustaría estar bien porque este podría ser mi momento … (llevo desde 2014 opositando)”
Tú querías hacer esto y aún quieres, pero tu cabeza y tu cuerpo rechazan lo que quieres hacer, lo que les tiene planeado. Dales calma. ¡Claro que puede ser la tuya¡ Supongo que algunos llegaron a pensar que yo ya no iba a ser Notario, ni siquiera yo mismo confiaba en mi. Hasta mi preparador me decía que no sabía cómo ayudarme. Solo cuando pensé en dejarlo, recuperé una cierta normalidad y volví a ser (casi) el de antes. Rechazas la oposición y piensas alternativas, pero eso no significa necesariamente que hayas tomado la decisión de dejarlo. Remontar los suspensos, volver a estudiar y dejarse las oposiciones, son siempre las partes más duras de esta difícil vida que algunos elegimos.
Últimamente escucho muchas afirmaciones de opositores del tipo “yo siempre había conseguido lo que me proponía”. Eso está muy bien, suena fantástico; sí, hay que estar seguro de uno mismo, pero desgraciadamente en el mundo de las oposiciones, ese pensamiento puede ser muy frustrante. Más vale pensar que no siempre se puede conseguir todo. Es un pensamiento “peligroso”: anima, pero también frustra mucho si te enrocas en él.
Estás en el gran dilema
Seguro que te habías establecido unas condiciones previas. Un plazo, un número de intentos y que puede que no hayas llegado a esa situación o no habías pensado en este escenario. Yo desde luego jamás hubiera pensado en que pasaran por delante de mis ojos seis convocatorias a notarías (una primera que no firmé porque llevaba poco tiempo y cinco firmadas aunque a la segunda que firmé ni siquiera fui por culpa de lo mal que estaba en aquellos momentos). Tal vez debas intentarlo de nuevo y cumplir con lo que te propusiste, tal vez debas alargarte la condena, y si ves, cuando vuelvas estudiar, que no hay manera, pues entonces (tal vez) te ha llegado el momento de continuar por otro camino.
No era fácil ponerse a estudiar, lo hiciste y muy bien hasta ahora … pero es muy complicado seguir y decidir …
Traté una temática similar en el post “Hay vida después de un suspenso”.
Al que no conozca toda mi experiencia y la quiera leer de manera cronológica desde el 26 de Septiembre de 1991 hasta el 29 de Junio de 2002 y algo más allá, le aconsejo que se pida para los Reyes Magos mi “Nada antes que opositar (Nihil prius oppositio)”. Al que le apetezca dedicado, que me escriba a justitonotario@hotmail.com y le explico.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Me han gustado mucho estos consejos y recomendaciones. Ahora que van a empezar los exámenes, me ha venido genial la ayuda. Saludos
Buenas tardes Melanie:
Gracias. Me alegro de que te haya sido útil y te recomiendo la lectura de mi libro “Nada antes que opositar”.
Saludos y ánimos, Justito El Notario.
Gracias Justito por este post. Es duro no poder estudiar porque tu mente no puede más o porque se pierde la motivación y la confianza en uno mismo tras un primer o más suspensos a la espalda. He pasado por eso y sigo en ese período de asqueamiento y sin ganas de coger al toro por los cuernos pero es cierto que poco a poco se sacan las fuerzas. Sigo luchando y marcandome un planing de estudio menos ambicioso pero me estoy dando otra oportunidad.
Siempre te estaré agradecida de tu ayuda ofrecida por este post y por la oportunidad que tuve de comunicarme contigo por teléfono cuando peor estaba.
Enhorabuena por este blog y gracias por hacer ver la realidad (no siempre maravillosa) que rodea al mundo de las oposiciones y tratarlo como algo normal y propio en esta carrera de fondo.
Saludos.
Miriam.
Hola Miriam:
Sí, por muy absurdo que parezca ese querer y no poder es horrible. Alrededor sueles oír “pues, dejatelo”. Los tuyos, no saben ni que decirte.
Haces mil plannings, no cumples ninguno, pero … yo un día remonté … Ya sabes como fue: me creí que la siguiente era la última, me mediqué y “de repente” volví a estudiar bien. Fue un “milagro”.
Sabes también que me ayudo mucho mi Código Civil. Era lo único que era capaz de estudiarme. Repetía artículos sin cesar y sin hilarlos dentro de un tema. Aquel dominio me salvó.
Tienes posibilidades … estoy seguro. Recuerda aquello de “Justito, los árboles no te dejan ver el bosque”.
Ya sabes donde estoy. Un abrazo, Justito El Notario.
Si te ha parecido bien o te ha resultado útil mi contestación, puedes invitarme a una caña o hacer un donativo a una ONG; si quieres más información pincha aquí
Buenas tardes, con respecto al comentario que recomienda la Deontología en los notarios, estoy totalmente de acuerdo.
Un notario nace no se hace, puesto que desde mi punto de vista un notario de vocación es aquél que tanto pone un sello en un testimonio, como sabe subir un indice, como te emite una copia, y atiende a los clientes sin distinción de carteras.
He tenido la suerte en mi vida de trabajar con un notario de vocación que está en Las Palmas de Gran Canaria, mi sorpresa fue tremenda cuando lo vi que la notaria podía llevarla perfectamente él y un oficial ( aunque no era el caso puesto que tiene muchos empleados a su servicio).
Su nombre es Don Pedro VIñuela.
Aparte de ser notario es una gran persona y un gran profesional.
gracias por escuchar
luz perez
Hola Luz:
Poco que añadir. Conozco a ese compañero y esa misma consideración le tengo.
Si todos mirásemos un poco lo que hacemos antes de exigir nada a los demás o exigiéramos después de hacer nosotros lo que debemos, el mundo sería infinitamente mejor.
En fin .. . gracias y un fuerte abrazo. Justito El Notario.
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