Digo por fin porque tenía super pendiente ir a Bilbao después de dos visitas relámpago hace unos años.
La primera fue en 1989. Entonces nos confundieron a mis compañeros de la Facultad de Derecho y a mi con marineros en tránsito cuando preguntábamos por el puerto para ir a comer; aquel día comí mollejas por primera vez en mi vida (la segunda ha sido recientemente en el De María de la Calle Félix Boix de Madrid y estaban tan buenas que repetimos plato). Pasamos en Bilbao la resaca de la noche anterior en Santander y nos hicimos un par de fotos en San Mamés. El día no dio para más.
La segunda vez solo dio para hacernos unas fotos en la puerta del Guggenheim, tras realizar un Santander-Madrid, pasando por Bilbao con mi viejo amigo Quino. Todavía sigo sin ver clara aquella ruta. Coincidencias de la vida, las mollejas de De María de hace unos meses las compartí con Quino con quien volvía de pasar (junto con su hermano Fernando y nuestras respectivas … bueno yo soy el único que sigue con la misma respectiva) un puente de Noviembre en Santander. Aquellos días que terminaron con la fugaz visita a Bilbao, probé las nécoras a la plancha por primera vez en mi vida. Hacía pocas semanas que era Notario y allí me enteré de que lo iba a ser de Mondoñedo, pero esas ya son otras historias.
Ahora he ido a conciencia y con una buena organización gracias a una amiga que me facilitó toda la información, aunque alguna cosa haya fallado como el infumable Farketa (o Farketa 56), con el que comienzo la historia para olvidarme ya del asunto. No llegué a Twitter, ni empecé un blog para hablar mal de ningún nada, ni de nadie. De lo que no me gusta, no hablo, pero hay casos y casos y Farketa necesita, desde mi punto de vista, un toque de atención.
La noche de nuestra llegada cenamos allí (en Farketa). Tengo que rogar encarecidamente a quien piense en ir allí, que lo medite, que le de otro par de vueltas y que decida no ir. El exterior no auguraba nada bueno. La entrada al local y el primer reconocimiento visual debía haber sido suficiente para darnos la vuelta. Amplia barra con cuatro parroquianos y salón al fondo. El camarero de la barra parecía sorprendido de que hubiera entrado alguien. Nos indicó el fondo. Traspasamos unas puertas y no encontramos una cocina abierta con un tipo y una tipa que ni saludaron (ni luego se despidieron de nosotros). Un camarero joven de origen sudamericano nos acomodó en la mesa. Yo solo pensaba en que debíamos irnos. Solo había otra mesa ocupada. Parecían franceses. Trajeron la poco atractiva carta, nos interesamos por alguna cosa que no tenían y nos decantamos por unas anchoas (que fueron lo mejor de la cena aunque no fueran de las mejores que he comido, ni mucho menos). El resto (bacalao a la vizcaína, los pimientos de piquillo rellenos de merluza y el solomillo del niño que estaba mejor que nuestros platos) pasó con mucha más pena que gloria. Lo único que salvaría de este local (avenjentado, rancio, viejuno …) es el buen hacer del pobre camarero que supongo estará acostumbrado a observar la decepción de la gente. Fui tonto, retonto y más que tonto, porque se veía venir desde el momento de la reserva. No se fíen de la web. Es todo apariencia. Que mal estreno en Bilbao … a partir de aquí ya no hubo más problemas.
Menos mal que a la mañana siguiente me reconcilié conmigo mismo en nuestra visita a Yandiola. Yandiola está en el edificio de La Alhóndiga. Es un sitio elegante, con un servicio exquisito y una comida fantástica. Desde los aperitivos hasta la tremenda chuleta con la que concluimos el homenaje que incluyó un par de botellas de vino (creo que fue el Torre de Loizaga Selección pero no estoy seguro), todo estuvo a gran nivel. Además de la chuleta de ganado mayor, hubo alcachofas, tacón de salmón ahumado y croquetas de jamón y hongos. De postre probamos la “intxaursaltsa”.
Al día siguiente era Nochevieja. Visitamos San Mamés (que está precioso) y de allí nos fuimos a la ZONA DE GARCÍA RIVERO (una calle pequeña llena de bares) y luego a la ZONA DE POZAS (al lado de García Rivero). A la ZONA DE LEDESMA (otra calle llena de bares) ya no llegamos. El rato de García Rivero y Pozas, fue sencillamente espectacular e inolvidable. Entramos en cuatro locales a reventar. Comimos ostras y percebes y unos pinchos fantásticos. Fuera llovía, pero el paraguas, las capuchas y los chubasqueros, deben ser como gadgets para los bilbaínos. Allí nadie se movió de su sitio.
Para la cena de Nochevieja optamos por un sencillo asiático llamado Asia Chic.Tenían un menú de Nochevieja (a mi modo de ver, un poquito escaso) apropiado para ir con un chaval y poco más … Casi hubiera sido mejor apurar las zonas de vinos y tomarnos las uvas en pijama en el Hotel Barceló Bilbao Nervión que, por cierto, era fantástico y estaba muy bien situado. De vuelta al hotel, nos sorprendió la costumbre de prender castillos de fuegos artificiales y tirar petardos por toda la ciudad.
La noche del día 1, visitamos EL MERCADO DE LA RIBERA. Interesante, pero los he visto mejores. Probablemente no era el mejor día para acercarse por allí. No olvidaré el pulpo a la gallega. No sé si el tipo observó que era de ascendencia gallega o si tal vez pensó que éramos mexicanos …
Un paseo por Abandoibarra (la zona donde está el Guggenheim) es muy agradable, desde el Museo hasta el Ayuntamiento vas viendo por el margen de la ría todos los puentes y edificios viejos y nuevos de esa zona. Otro paseo que se puede hacer es por la Gran Vía (desde la Plaza Elíptica hasta la Plaza Circular) para llegar al Puente del Arenal y al Casco Viejo. Por supuesto, también visitamos por primera vez el Guggenheim, animados, si es que hace falta animación para ir a verlo, por la exposición de David Hockney que tuvo lugar en aquellas fechas.
El último día tuvimos tiempo para acercarnos a Portugalete. Allí comimos cerca del puente colgante (que es una verdadera maravilla) y que cruzamos desde Las Arenas a donde llegamos en Metro desde Bilbao. Era un sitio de pinchos que estaba muy bien y se llamaba Zubi Ondo. De hecho está muy posicionado en Tripadvisor. Regresamos también en el Metro mientras caía un importante aguacero.
Para otra ocasión quedaron el funicular de Artxanda, el Bilbao Exhibition Center o el Museo Vasco.
Nos hizo un tiempo fantástico y el vuelo desde Alicante es estupendo.
Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario
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Buenos días! !… Te sigo desde hace poco.. Y me encanta como cuentas todos los temas… Soy oficial de Notaría .. De esas que empezaron desde copista…. Y poco a poco va aprendiendo y sigo aprendiendo . Me he animado a escribirte .. Por tus comentarios de Bilbao. Me ha encantado….. Una sugerencia para ti próxima visita…. Te ha faltado visitar Getxo .. Que es precioso… Y te sugiero que alquiles un coche.. Y rectoras los pueblos costeros….. Donde comerás de maravilla … Saluditos. Lourdes
Buenas tardes Lourdes:
Muchísimas gracias por ese seguimiento¡
No dudaba de que Bilbao me encantaría. Fue todo fantástico.. San Mamés, el Guggenheim, el ambiente de las zonas de pintxos, el hotel, la visita a Portugalete…
Hace unas semanas he vuelto a San Sebastián despues de 27 años sin ir.
https://www.justitonotario.es/faq/27-anos-despues-vuelvo-a-san-sebastian/
Para la próxima en Vizcaya, no dejaré pasar tus recomendaciones.
De nuevo, gracias, saludos, Justito El Notario.
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