la penela la coruña

La Penela, Plaza María Pita, La Coruña y el derecho a tapa

 

 

Años llevaba sin ir a La Penela y volví.

Fuimos a lo clásico: dos de caldo, una tortilla y una de ternera asada. Pan, Casal de Armán (que siempre me recuerda a mi amigo Luis y a mi tío Fidel) y filloas para el postre (filoas que dice Zetacé).

Poco más que decir porque La Penela es un clásico siempre recomendable en el que periódicamente hay que abrevar.

 

Comentario aparte merecen La Sinfonería y A Cunquiña donde hicimos un par de paradas previas intentando tomar un pincho hasta que llegara la hora de comer.

Digo intentando porque en La Sinfonería no les dio la gana de ponérnoslos aunque el señor de al lado que iba bien cocidito sí que se la pusieron. Cuando después de llevar un rato y ver que había varios cuenquecitos vacíos para tapas en la barra, me decidí a preguntar, “¿qué tenéis de tapa?”. La respuesta de mi amable interlocutor fue coger una carta y soltarla de manera más bien displicente indicándonos que estaban muy liados y que aún tenía que llegar varios grupos con reserva para comer. Un rato antes desde la cocina otra persona ya había comentado que iban a tope pero reconociendo que las tapas haberlas haylas. De hecho, desde la barra se veía una paella en la cocina ya comenzada.

Los de A Cunquiña, muy enrollados, nos dieron tapa, pero debieron pensar que éramos tontos porque veíamos como algunas cosas que a nosotros nos decían que no se ponían como tapa sí que se las ponían a los nativos.

Que sí hombre, que os comprendo que queréis a vuestra parroquia y los demás os sobremos pero resulta muy molesto que te lo hagan y habría que ver cómo os sentaría a vosotros cuando andéis por fuera de vuestros andurriales.

Soy descendiente y hermano de gallegos, he vivido en Galicia unos cinco años y he pasado muchos veranos de mi vida en las playas coruñesas, sé como funcionan “los vinos”, sé que hay que esperar a que te ofrezcan el pincho, sé que no puedes pensar que es un all inclusive o una barra libre, pero tengo ojos en la cara y sienta bastante mal que te discriminen tan claramente.

Cualquier otro monta un cierto pollo y entonces sales en las redes sociales. Yo en cambio me callo me voy y en este caso, y no es mi estilo, lo cuento porque me considero tratado de forma incorrecta y que conste que no soy el único que lo dice.

Luego a los de La Sinfonería nos los encontramos en el parking en donde habíamos aparcado nuestro rent-a-car. Nos confundieron con otras personas que debían haber estado en su bar (no sé si de los con derecho a tapa o de los que no lo tenemos) y nos preguntaron, ¿qué tal el sitio que os recomendamos? No, si nosotros fuimos a La Penela. Entonces puede que cayeran en que éramos los de la no tapa.

 

Por cierto, en La Penela habíamos reservado para el segundo turno pero como teníamos bastante hambre gracias a La Sinfonería y A Cunquiña, nos fuimos antes para allá. Le dije a mi mujer que seguramente nos dirían que esperáramos pero ella hábilmente puso acento gallego (acento de Coruña mismo) para pasar por parroquianos. El truco causó efecto y nos instalaron enseguida.

 

Voy a ensayar otros acentos para que no me confundan con un turista y me dejen pasar de inmediato a los sitios, me den las mejores mesas y me pongan tapas de las buenas sin parecer que las estoy mendigando. Por cierto, hay otra práctica que me molesta bastante. Consiste en que reserves con mucha antelación y luego te pongan en una mesa en quinta fila cuando no se te ha ocurrido pedir una en cuarta, tercera, segunda o primera.

 

Esta clase de sitios también tienen otra opción que es pedir certificado de nacimiento y de empadronamiento para acreditar el derecho a la tapa.

 

 

Hasta otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

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