promoción notarios 1968 escalafón

68 Notarios de 1968 aprobados entre 1995 y 2011

A raíz de la conversación con un opositor que se tortura, sí, literalmente, se tortura con la circunstancia de que sus compañeros de quinta ya sean Notarios y él aún no, pensaba yo que, ¿cuántos de mi quinta fueron Notarios antes de que yo lo consiguiera? Pues he tirado de Anuarios y curiosamente los Notarios nacidos en 1968 somos 68, según mis cálculos oficiosos.

Si dividimos los sobre 2.800 Notarios que hay en España entre los 45 años que puede uno llegar a ser Notario, si aprueba con 25 años, resulta que salimos a 63 Notarios por añada. Todo cuadra…

La quinta de los nacidos en 1968

El primer Notario nacido en 1968 que entró en el escalafón notarial forma parte de la promoción de 1995, así que lo consiguió 7 años antes de que yo lo hiciera. A esa convocatoria ya me presenté yo, suspendiendo en el segundo ejercicio. Mi preparador siempre me dijo que aquella no era mi convocatoria, pero yo secretamente albergaba la esperanza de que pudiera serlo. Acertó mi preparador y fallé yo, pero ya hubo 9 compañeros nacidos en 1968 que se quitaron de encima la oposición a las primeras de cambio, dejándonos al resto de los nacidos en aquel revolucionario año en mal lugar. Este grupo de elegidos para la gloria, aprobaron la oposición con aproximadamente 27 años.

El grueso de los nacidos en 1968 aprobaron en las dos siguientes convocatorias. Concretamente, lo hicieron 17 en 1997 y otros 17 en 1998. A partir del 98, los del 68 entramos en declive hasta consumarse nuestra extinción. Los del 97, se plantaron en sus 29 años para el aprobado y los del 98 redondearon el aprobado a la cifra de 30 años, lo que no constituye ninguna bicoca. Por supuesto, mientras iban pasando las convocatorias, los del 69, los del 70, los del 71… fueron también ocupando sus puestos en el escalafón. Sobre 300 se me pueden haber colado a mi, siendo más jóvenes, por lo que se jubilarán después que yo, que cumpliré los 70 antes que ellos.

Los 13 que aprobaron en la siguiente convocatoria, los de 2001, se pusieron ya en los 31 añitos y veían como por delante se les habían colado dos terceras partes de los nacidos en el  mismo año que todos nosotros. No sabían estos 13, que aún quedábamos por entrar otros 12 de la quinta, que lo hicimos a partir de entonces en menor proporción: los 5 de 2002 (entre ellos, un servidor, aprobados con 34), los 4 de 2005 (con 37), los 2 de 2009 (con 41) y el único representante de la quinta que lo hizo en 2011 (con 43 tacos cumplidos). ¡Con un par y seguro que todos felices como perdices¡

Desde entonces, desde 2011 (¡ojo¡, que hace solo 6 años) quedamos extintos, aunque no debemos perder la esperanza de que nuestros genes, los del Flower Power y el Baby Boom, vuelvan a la vida puesto que nos tocará jubilarnos en el año 2038, así que hasta 2037 todavía uno de los nuestros podría engrosar el escalafón y lo haría con los máximos honores, aunque se le hubieran colado en el escalafón los de su quinta y los de las quintas de 1969 a 2015, pues los nacidos hace un par de años serán los que alcancen los 23 en 2038 y puedan, si seguimos existiendo y no nos han sustituido por robots ((por cierto que tengo un post a medias sobre un cliente que acude a un despacho notarial del futuro y es atendido por un robot)) desempeñar nuestro noble oficio.

Nada menos que 17 años entrando Notarios del 68. Y el escalafón, ¿qué?

escalafón notarial 1968

¿Y qué más da el escalafón?

Pues a eso iba, ¿qué mas da? Muchos del 68 lo intentarían y lo dejarían o serán Registradores o cualquier otra cosa, incluso inmensamente más felices o no, ¡vaya usted a saber¡ o ¡estarán bajo tierra¡ Lo natural cuando uno oposita es querer aprobar, aunque sea siendo el último y que te manden de Notario a Ochagavía, a A Pontenova, a Mosqueruela, a Bande, a Puente de Domingo Flórez o a Castroverde,  aunque se te cuelen tropecientos más jóvenes que tú y aunque también sea lícito preguntar, como yo lo hice, ¿en qué puesto me he quedado?

Lo que no conduce a nada positivo, y estoy completamente seguro, es torturarse permanentemente con aquello de “yo tenía que haber aprobado en tal convocatoria”, porque eso genera dolor, frustración, ira y resentimiento y de ese modo no es posible estudiar (ni casi vivir) con la tranquilidad que un esfuerzo como el nuestro necesita.

Así que, amigo opositor, levanta el vuelo y no pierdas la esperanza (o hazte la prueba de la manta). Lo importante es ocupar tu puesto en el escalafón sin pensar en lo que los demás hayan logrado o lograrán en el futuro.

¡Viva la quinta del 68¡

Hasta  otra. Un abrazo. Justito El Notario. @justitonotario




 

Un comentario

  1. Qué bueno!

    La verdad es que para los opositores eres esa palabra de aliento que a veces necesitamos y ese amigo experimentado que sabe de lo que te habla.

    Muchas gracias! Un abrazo!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.